Quintilllizos, había dado a luz cinco pequeños pelirrojos, y me tenían babeando de ternura, en especial cuando veía a Frank cargarlos de a tres a la vez, el hombre era tan grande que mis hijos se veían aún más pequeños, en especiar Carrot.
- es hora de comer - me indica la enfermera, Lory, a quien contratamos para que nos ayudara con los pequeños, en especial ahora que los doctores nos habían dicho que Carrot tendría que estar bajo constante cuidado durante un tiempo para asegurar su corazón.
- de acuerdo - murmuro posicionándome para poner los cojines en mis brazos y poder alimentar a mis hijos correctamente, Frank pone con cuidado a Orange y Oran'zhevy de forma que sus cabezas se rozan cuando empiezan a succionar, la sensación es extraña pero sencillamente me encanta, estoy alimentando dos pequeñas vidas con mi propio cuerpo.
Frank se encarga de M&ou
La vida de padre nunca había sido tan complicada antes, y yo había criado a un niño en la universidad, pero solo tres días con los quintillizos en casa y no he dormido en 36 horas, Natasha tampoco, lo que la hace bastante más irritable, por el momento solo nos hemos enfrentado a un ataque grupal, cosa que agradezco, rara vez lloran al mismo tiempo.- ¿dónde está la maldita crema? - gruñe Nath mientras rebusca en la pañalera, su cabello rojo está revuelto y descuidado, tiene bolsas bajo los ojos y sigue dolorida por la operación Tres meses. Han pasado tres jodidos meses desde que me volví madre, y es el cumpleaños de Matty, el niño parece detestarme más con el paso del tiempo, y con la llegada de los bebés, las cosas solo se complican.Desde la mañana de su cumpleaños, cuando me propuse hacerle un desayuno especial, el mocoso se niega a comerlo, luego de la escuela, decide que quiere ir al cine y Harold lo entretiene en lo que preparamos la fiesta.mientras Frank se la pasaba de lo lindo inflando globos y sacando fotos a los bebés, quienes se turnaban para dormir y revolverse en sus coches. Max y Marcus nos ayudan con la decoración, y yo me he decidido a ganarme al engendro.Haría el mejor maldito pastel del mundo, aunque fuera de chocolate. Así que me pongo en ello desde temprano, incluso consigo hornear bizcochos que el niño adora y mis famosas galletas de chocolate y nueces, lo que claro, consigue queNatasha
La fiesta de Matt pinta bastante bien, y la casa tiene un olor a pastel recién horneado, que me da una sensación de calidez...que nunca había sentido, con una sonrisa acaricio las cabezas de mis pequeños pelirrojos, quienes tienen sus pequeños ojos abiertos-ya vienen - chilla Max desde la entrada, yo le hago señas para que baje la voz y con ayuda de Natasha, pongo a los bebés en sus coches, Matt estaba siendo bastante celoso con los bebés y hoy me dedicaría más a mi campeón.En cuanto la puerta se abre, todos gritamo
-Carrot - me quejo mirando el desastre en la sala, tener quintillizos y dos adolescentes entre manos era más difícil de lo que alguna vez imaginé- ¿Que hice ahora? - se queja mi pequeñín, seguía siendo más bajo que sus hermanos y un poco menos corpulento, pero fue el primero en hablar y caminar- Recoge eso - ordeno levantando una ceja - Y no me mires así señorito, si quieres ir a Rusia este verano, tendrás que hacer tus deberes.- Pero Zhevy... - empieza- MENTIRA - gritan Orange y Oranzhevy desde la cocina, me giro para mirarlos, ambos tienen el cabello naranja lleno de tierra, sus mejillas llenas de pecas tienen manchas de lodo- ¿Que mierda estaban haciendo? - pregunto mosqueada - Mörk!- él y Mör están viendo Star Wars con Max - informa Zhevy, Orange desaparece en la cocina y escucho un plato romperse, así que corro hasta
A partir de este punto, inicia la segunda parte de la historia, si han llegado hasta este punto, se los agradezco, signiica mucho para mí y nunca tendré como agradecerles, espero que disfrutaran de la primera parte de la historia, y ahora, les dejo la sinopsis de la segunda: Antes, Natasha Hoffman disfrutaba de la vida de casada y los retos más grandes en su vida eran: controlar a la manada de duendes que tenía por hijos y convencer a su marido de ir a ver partidos de futbol. Ahora, tres años después de la trágica muerte de su esposo, Natasha se enfrenta a un nuevo desafío, criar a siete niños no es nada sencillo, con un viejo amigo de vuelta en la ciudad y un corazón roto, Natasha no está segura de nada.
Despierto con el sonido de la puerta al abrirse, una de las cosas buenas de la maternidad es que ahora mi oído se ha afinado bastante, pero quiero dormir, y en cualquier momento los quintillizos saltarán sobre su padre y luego sobre mí para empezar el día.— Feliz día mami — gritan mis cinco zanahorias al mismo tiempo, abro los ojos con sorpresa, pero no puedo evitar sonreír, mis pequeñines tienen sus disfraces de zanahoria (sí, Frank les compró disfraces de zanahoria desde que pudieron gatear) cada uno de ellos trae una rosa en sus manitas, y detrás de ellos, Max carga una bandeja de desayuno.— Awwwwwww — digo, y mis bebés saltan sobre mí, abrazándome a la vez, entre más grandes se hacen, más difícil es, pero la sensación es hermosa — gracias.— Feliz día de las madres — me saluda Max poniendo l
Tres años después.- FRANK - grito con fuerza, sintiendo que mi garganta se desgarra, el sonido de la explosión volviendo a mis oídos una y otra vez, no puedo encontrarlo, hay demasiado ruido y no veo nada.- Nath, Nath...tranquila - abro los ojos, sin poder respirar correctamente, frente a mi hay dos pares de ojos verdes, en lugar de tranquilizarme, me pongo a llorar.- Frank... - susurro, dolida al darme cuenta de que sólo ha sido otra pesadilla.
— Claro que soy guapo — bufa Frank, fingiendo irritación, mientras pone los platos en la mesa, mi hombre había aprendido a cocinar, y no le iba tan mal.— Papá — se queja Max haciendo una mueca — eso es...asqueroso.— Si Frank, estás demasiado viejo para esas cosas — me quejo, ganándome una mirada airada.— Pero soy el Hombre con más de cuarenta más sexy del mundo — replica, sentándose en la cabecera de la mesa, sus canas era