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Capitulo 2: Los Smetana

Me encuentro cenando con mi tía y mi prima debido a que Braulio tiene entrenamiento con los chicos hoy. Eso es lo que el dice, pero debe estar en una fiesta con chicas.

—Es increíble como comes—Dice mi tía

Ella es muy esbelta y bella, cabello rubio y ojos azules y Norma heredo su belleza.

—Déjala mamá

—Comes como un animal, Maia, no pareces hija de mi hermana. Tu madre era muy bonita en cambio tu pareces adoptada.

—Mamá Mai se siente mal. Tuvo un problema con Jerry.

Mi tía ríe —No me extraña, ese muchacho es muy guapo debería tener una novia como tú Norma no una vaquita para cuidar.

—Voy a pasear a Luna.

—Ya es muy tarde, Maia.

—No importa, Norma.

Le puse la correa a Luna y salí de mi casa con ella. NO deseaba escuchar a mi tía ofenderme.

Luna es una labradora color negra, ella es muy hermosa y siempre me escucha, me la regalo mamá antes de morir. Es lo único que me queda de ella.

Caminé rumbo hacía el parque en el cual siempre paseo para relajarme. Ya van a ser las once de la noche, pero no me importa porque está zona es muy segura.

Proseguí caminando hasta que escuche sonidos de música y también vi el carro de mi hermano en una casa por eso me acerqué a la propiedad.

Al parecer es una fiesta, entre con Luna por el jardín trasero y me percaté de que Jerry estaba allí besándose con una chica y mi hermano está a su lado bebiendo sin importarle nada.

—¡Gerardo! —Grite molesta

En ese instante el me miro y comenzó a reír fuerte.

—Incluso tengo pesadillas contigo Gorda inmunda.

No me controle y le pegue una cachetada con todas mis fuerzas.

—¡Eres un maldito cobarde!.

—Ya me tienes harto, gorda inmunda. ¿Sabes por que estoy contigo? Por lastima y por dinero, Brau me comento que tus papás te dejaron mucho dinero.

Mi hermano ríe fuerte—Te mentí quería saber si tenías estómago para cogerte a esta bola de grasa y si lo tienes.

—No tienes una idea las ganas que tenía de vomitar cuando sabía que debía tocarte, me das asco.

—Tú me das asco a mi.— Le digo— Yo seré gorda y todo lo que quieras, pero tú eres una basura de persona y nunca nadie te querrá porque no vales nada.

Simplemente tome la correa de Luna y me aleje del lugar estaba llorando tanto que al cruzar la calle no me percate de que un carro estaba cruzando. Un muchacho se bajó del carro velozmente.

—¿Estás ciega? ¿Acaso no miras antes de cruzar?.

No le respondí nada y me centre en Luna.

—¿Estas bien mi amor?

—No te responderá—El tipo no me deja de gritar ni siquiera he levantado la vista para mirarlo.

Me centre en Luna y al parecer solo se lastimó la patita, por ello la cargue en mis brazos.

—¿Me puedes llevar al veterinario?— Le pregunté cuando levanté la vista.

¡Mierda! ¡Mierda! ¡Y más m****a!

Por supuesto lo reconozco al verlo se trata de Juan Miguel Smetana el tipo insufrible, mujeriego y quien todos odian por lo odioso que es.

Su cabello es castaño y sus ojos tienen un tono miel. En este momento me mira fríamente.

—Por supuesto, que no, tú te atravesaste en mi camino. No me perderé la fiesta por ti y tu perro pulgoso.—Es todo lo que dice antes de alejarse.

No me importó nada y tome el carro de Braulio de todas formas ese idiota siempre deja las llaves puestas en el carro.

No tarde más de quince minutos en llegar al veterinario. El doctor reviso a Luna y me informó que tiene la patita quebrada y no podrá moverla por unas semanas, pero estará muy bien.

Me moriría del dolor si algo llega a pasarle a mi Lunita y todo culpa de ese tipo que maneja como loco

Regresé muy tarde del veterinario y me fui directamente a dormir debido a que estaba muy cansada.

Me desperté al mediodía y le di de comer a mi perrita en la cama. Es complicado que ella se quede quieta.

—Maia tienes que ver esto— Me dice Norma mientras entra a mi habitación.

Miles de lágrimas resbalan sobre mis mejillas cuando vi en su celular el vídeo de anoche en el cual ese tipo me humilló

Ahora soy la burla de todos.

Cuando baje las escaleras rumbo hacía la sala no me controle al ver a mi hermano y le pegue una cachetada con todas mis fuerzas. Levantó el puño e intento golpearme, pero se detuvo porque llegó mi tía.

—No te preocupes mi amor destrózale la cara a esta mocosa. —Le dice ella

Antes Braulio me quería, pero mi tía lo ha envenenado en mi contra desde que somos unos niños.

En ese instante el me pego una cachetada la cual me tumbó al suelo.

—No me vuelvas a pegar en tu vida, Maia. No es mi culpa que seas una regalada con Jerry. Ya nos contó anoche como le rogabas que te coja y se la chupaste en el carro.

—Incluso una prostituta es más decente que tú.—En ese instante mi tía me pega una cachetada.

No lo pensé y salí de la casa corriendo hacía el mismo parque de siempre. Proseguí caminando dejando caer todas mis lágrimas.

Me siento un asco, una basura, una porquería por haber confiado en Gerardo y pensar que me quería. Sólo deseaba mi dinero y ahora me ensucio por todo el colegio diciendo mentiras de mi.

Tengo fama de zorra cuando nunca hice nada con él.

No entiendo ¿Por qué me odia tanto y por que mi tía y mi hermano me tratan de esa forma?

No tengo absolutamente a nadie lo único que deseo es morirme y dejar de sufrir para siempre.

Me dirigí corriendo hacía un puente y camine hacía la punta.

Quiero acabar con mi vida y mi sufrimiento, estar con mis papás porque sólo ellos me quisieron y ya no están ni estarán nunca.

Estaba a punto de lanzarme cuando alguien me tomo de la cintura y me lanzo al suelo.

—¡No! ¡Déjame acabar con todo!— Le suplico entre sollozos.

El hombre me regala una mirada y observó que su cabello es castaño claro y sus ojos verdes claros, es muy lindo.

—No se que ocurre pero está no es la solución.

—Claro que si, me quiero morir. No le importó a nadie.

—¿Cómo te llamas?.

—Maia —Respondí

—Maia—El me estrecha entre sus brazos y en ese momento dejo caer todas mis lágrimas.

Hace varios años nadie me abraza. Había olvidado por completo como se sentía.

—Maia a mí me importas y estoy seguro de que a muchas personas también. ¿No tienes hermanos o mascotas?.

Asentí con la cabeza—Una perrita.

—¿Y como crees que se sentiría ella si no te vuelve a ver?.

—Seguro mi prima la cuidaría.

—Ves también tienes una prima.—Me ayuda a levantarme del suelo.— Vamos a caminar

El me toma de la cintura y observó como nos alejamos del puente. Me estoy alejando y me arrepiento, mi vida es horrible y no quiero seguir viviéndola.

—Ven sentémonos en el Banco.—Me dice cuando luego de caminar unos minutos llegamos a un Banco que se ubica frente a una piscina.— ¿Quieres que llame a alguien?

Negué con la cabeza —No tengo a nadie.

—Cuando estamos tristes vemos todo oscuro, la tristeza no nos permite ver el lado bueno de la vida. ¿Cuántos años tienes Maia?

—Diecisiete ya se que estoy horrible y parezco una señora de cuarentena años.

El ríe fuerte lo cual me hace enfadar.

—No me estoy riendo de ti sino contigo. A tú edad los adolescentes suelen pensar extremadamente. Si este vestido no me queda moriré.

Reí—Sonaste a mi prima Norma ¿Cuántos años tienes?.—Le pregunté

El habla como si hubiera sido adolecente hace varios años.

—Veintiuno ya se que parezco de cincuenta años.

Reí— Eres muy lindo.

—¿Te parezco lindo? No me has escuchado roncar, ni me has visto comer cuando tengo una hamburguesa en frente. Tengo muchas cosas malas.

—No lo creo ¿Cómo te llamas?.

—Juan Pablo Smetana.

¡Maldita sea es pariente del idiota de Juan Miguel!.

No sabía que el tenía hermanos, tenía entendido que es hijo único.

—¿Te acompaño a tu casa?.

Negué con la cabeza—Estaré bien.

—¿Segura?.

Asentí con la cabeza—Tienes razón no puedo dejar a Lunita sola además está lastimada de su patita y debo cuidarla.

Él me sonríe—Bien estaré aquí todos los días a esta misma hora quiero seguir viendote.Puedes hablar conmigo de lo que sea.

—Gracias, Juan Pablo.—Es todo lo que dije antes de alejarme

No puedo creer que siendo pariente del otro imbécil sean tan diferentes el uno del otro.

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