Capítulo 108 ¡No puedo creer nada de lo que digas! El día del concierto un pánico indescriptible invadió a Abigaíl, ya le habían hecho el primer llamado, dentro de 10 minutos tendría que entrar al escenario. Sus manos temblaban, necesitaba calmarse, respirar profundamente, pensar en su mamá Alfonsina. De pronto vino a su mente sus últimas palabras antes de entrar al quirófano, milagrosamente ella tuvo un respiro y pudo hablar, la falta de respiración y la tos con frecuencia le impedían decir nada, «Ya no estaré contigo acompañándote, y eso me duele, quería verte cantar en un escenario, casarte, tener hijos. Hijita, has sido y serás siempre… donde quiera que estés el gran amor de mi vida. No te rindas … tu vida va a mejorar … encontrarás a alguien que te amé muchísimo … eres una hija muy buena». «Mamita, no me digas nada de eso, ahorita, hablaremos cuando salgas del quirófano, vas a salir muy bien, te vas a curar y estarás conmigo en todos esos momentos» «Si lo estaré… mi amor, e
Capítulo 109 ¡Estar contigo es como regresar al hogar! Abigaíl sintió una punzada de pánico al pensar en preguntarle sobre las acciones que le transfirió Reinaldo, aunque enseguida se tranquilizó. Estaba completamente segura de que Zacarías la amaba de verdad. Sin embargo, todavía quedaba pendiente el asunto de porque no se lo dijo. No obstante, no quería malos entendidos entre ellos, solo debía aclarar esa duda molesta y todo volvería a ser igual. ¿Por qué no le habló de eso? ¡Debía existir una explicación lógica! ¡Nunca creería en esa mujer, al parecer en esa familia no había nadie bueno o cuerdo! Lo vio salir del baño del dormitorio envuelto en una toalla, su aspecto era peligrosamente sexy. Ella entreabrió los labios y lo miró tentada, aunque de inmediato cambio de expresión, tenía que saber, necesitaba saberlo. — ¿Qué te sucede? ¡Anda, cuéntamelo! ¿Estás preocupada por algo?—desde que Abigaíl perdió su timidez delante de él, en cada ocasión en que él salía del baño tan solo c
Capítulo 110 ¡Por favor papá, mejora pronto!— ¡Juliana! Reinaldo había recibido una llamada temprano en la mañana. De esa llamada de Zacarías entendió que Juliana nuevamente había hecho de las suyas, esta vez por iniciativa propia. Clara había fallecido y no se le podía atribuir a ella esta idea de Juliana. — ¿Qué pasa papá? ¿Qué son esos gritos? —Juliana abrió la puerta de su dormitorio, estaba durmiendo cuando escucho la voz de su papá —¿Tú no te cansas, hija?—le pregunto con un gesto cansado Reinaldo. Durante los últimos días su organismo se había deteriorado muchísimo, estaba muy cansado y anoche, casi no durmió—No te cansas de tratar de sembrar discordias entre los demás, haciendo que las personas te odien. ¡Ya es hora de que madurar, hija! —Te has criado como una niña caprichosa, se te cumplió todos tus antojos desde niña, y quizás fue culpa mía, me sentí culpable por no darte un buen hogar, pero ¡ya basta! —¡¡¡Por favor ya madura!!! ¡Acepta de una buena vez, que Zacarías
Capítulo 111 ¡No te dejaré ir a ningún lado!La cirugía de Reinaldo se complicó un poco, pero se recuperaba satisfactoriamente. Estuvo recluido en la Unidad de Cuidado Intensivos por muchos días, luego lo llevaron a una habitación.En ese tiempo sucedió algo que todos consideraron milagroso, Juliana se apoyó en Abigaíl. Entre las dos cumplieron turnos para estar pendiente de él. Zacarías consiguió una habitación en el mismo hospital para que ellas descansaran.El médico había sido claro en que el paciente no podía alterarse por ningún motivo. Al mejorar salió de cuidados intensivos y lo pasaron a la habitación. El médico solo autorizó a pasar un máximo de dos personas.Juliana indicó que debería pasar Abigaíl. Ella la miró sorprendida, aunque le respondió que podrían pasar las dos y así lo hicieron. Ambas siguieron al médico. El corazón de Abigaíl se encogió cuando vio a Reinaldo Montemayor, no obstante, ambas sonrieron.Reinaldo las observo y sus ojos brillaron—papi, ya hicimos las p
Capítulo 112 Una boda tradicionalEl día de la boda llegó. Zacarías y Abigaíl decidieron tener una boda sencilla, solo con la presencia de las personas más cercanas, familiares o amigos.Una de las exigencias de Zacarías es que deseaba que ella caminara hacia él con su vestido blanco,— ¡Seguiremos la tradición! ¿Deseas seguir colocándote el anillo de la abuela? ¿Me refiero al anillo de compromiso y de bodas?— ¿Te molestaría mucho? —le preguntó Abigaíl— ¡Claro que no!, ¡Tú decides! ¡Ella te los regaló! ¡No era tu obligación usarlos! ¡Pero si es lo que quieres!—Es que… las quiero a ella y a mamá conmigo ese día tan especial, quiero los anillos de la abuela Perla y la gargantilla de mamá, será como si ellas estuvieran conmigo, prácticamente no tengo más familia.— ¿Y… dejarás que Reinaldo te acompañe hasta el altar?— No lo sé Zacarías, cuando supe que me había trasferido las acciones para protegerme, me sentí tan bien, si te soy sincera, sentí bonito en mi corazón, pensé que él a su
Epílogo tres años después…. —Zacarías sabes dónde está Maxi —Salió con Tobías y Reinaldo, Melisa — ¡Qué barbaridad! ¿Cómo los dejaste salir con el niño?, La última vez le dieron tanto dulce que regreso con dolor de estómago —Sabes que ellos ni siquiera piden permiso para llevarse al niño —Pues ponle carácter, van a darle tanta comida chatarra o dulce al niño que lo van a enfermar, ellos lo complacen en todo —Necesitaba que salieran porque hoy es mi cita con mi esposa, así que te toca encargarte de Alfonso y ellos de Max, nosotros ya nos vamos —le dijo al ver bajar a Abigaíl, tirando de su brazo y apenas la dejo despedirse Un momento después llegaron Reinaldo y Tobías con Max, el niño había crecido mucho, tenía rasgos de Abigaíl, sobre todo sus ojos, y algunos rasgos de Zacarías —Abuelita, me duele la barriguita —corrió el niño a abrazarla —Lo suponía—y observo a los dos abuelos con furia — ¿De qué hablas mujer? ¿Qué hicimos? —Le han dado al niño todo lo que ha querido, que l
Capítulo 1 Encuéntrenla, así sea debajo de las piedras! —Lo siento, señorita, su mamá tiene cáncer de pulmón—el joven médico contemplo con tristeza a la joven mujer que tenía al frente, era pequeña y delgada, con un aspecto frágil y de una belleza angelical. Había visto que cuando muy rara vez sonreía, su sonrisa era muy tierna, en realidad parecía una muñequita y no aparentaba más de 20 años de edad Personalmente, su aspecto tan delicado le inspiraba al médico un deseo intenso de no mortificarla, pero no podía hacer nada, debía comunicarle los hallazgos sobre su madre, dejo de pensar y volvió a su conversación con la joven —No es posible, debe ser una equivocación, mi mamá no fuma, como puede tener… eso—Abigaíl se sentía agotada, los últimos días habían sido extenuantes, la gripe de su mamá era cada vez más fuerte, tenía casi un mes así y en la actualidad se ahogaba con un asma que no la dejaba respirar. Por esa razón, tuvieron que venir al médico, antes de esa asma desesperante s
Capítulo 2 ¡No bebe, no nazcas todavía! Abigaíl llegó a su casa muy cansada de su empleo actual como camarera, el suyo era un empleo muy exigente, le dolían los pies y la cintura, pero sobre todo la espalda. Para colmo de males, la lluvia la mojo por completo y las calles húmedas y los pequeños pozos de agua había empapados sus zapatos. En realidad su aspecto era bastante lamentable. Había tratado de proteger su vientre abultado de la inclemente lluvia sin poder lograrlo y a través del vestido mojado se le trasparentaba todo su voluminoso vientre. Había momentos en que pensaba que en vez de llevar un bebe tenía dos, por lo grande de su barriga, pero el médico decía que simplemente era un bebe grande y ya le habían dicho que lo más probable era que necesitara una cesárea. Su único consuelo es que había podido ahorrar algo para subsistir durante un buen tiempo hasta que pudiera poder volver a trabajar y su bebe pudiera estar en una guardería. Entretenida, iba reflexionando en todo lo