—Siéntese, Arabella —dice Marcello mientras me da la espalda. Me acerco lentamente hacia la silla que está frente a su escritorio y espero a que deje de mirar por el gran ventanal que había en la oficina. —Ya estoy sentada —me atrevo a hablar después de unos segundos de silencio. —Lo sé, la veo por el reflejo del vidrio —responde con voz seria. Frunzo el ceño y me cruzo de piernas mientras espero expectante que siga hablando, pero no lo hace. Golpeo levemente el suelo con mi pie, entrando al estrés. Aprovechando el incómodo silencio, miro detalladamente la oficina y alzo las cejas al notar lo sencilla que era, cosa que no me esperaba después de ver adornos de oro en el primer piso. Vuelvo a mirar la espalda ancha de Greco y entrelazo mis manos sobre mis piernas. —¿Entonces...? —carraspeo—. ¿Desea que le cuente algo sobre mi vida? —pregunto sin saber qué hacer. No vine a este lugar para estar en silencio —Creo que ya sé las cosas más importantes —lo veo encogerse de hombros—. Le
—Tu pelo es precioso, pero debemos cambiarlo —me avisa el estilista que Marcello había contratado para hacerme un cambio de look.—¿No me pueden poner una peluca o algo así? —me quejo—. Mi cabello es lo que más me gusta de mí. Que sea largo y rubio me fascina.—Vas a vivir con mis hijos, Arabella. No puedes estar poniéndote y sacándote una peluca —Greco dice al llegar.Ayer firmé el contrato y el acuerdo de confidencialidad y hoy fui llamada por una de las tantas asistentes del CEO para que me juntara con Marcello en un centro de belleza.—¿Qué me van a hacer?—Pienso que lo mejor será cortarte un poco el pelo y ponértelo negro —responde el estilista con demasiada tranquila.—¡¿Negro?! ¡No me pueden arruinar así el cabello! ¡El negro es demasiado difícil de sacar! —me paro de un salto de la silla y chillo horrorizada.—¡Arabella! ¡No te comportes como una niña pequeña! —Greco me regaña.—¡No me pueden hacer pasar de rubia natural a pelinegra!—¡Firmaste un contrato, así que si pueden!
Chloe: ¡Sabes que te ves hermosa y sólo dices que no para que los demás te digan que ese look te queda fenomenal! No seas una perra egocéntrica.Me responde la chica (a la que ahora considero mi verdadera amiga) después de que le enviara una foto de mi nuevo cabello.Yo: Tú sabes que lo que menos soy es ser egocéntrica, de verdad siento que me veo MUY mal.Chloe: Lo sé, sólo bromeo ;) pero de verdad, te ves muy bien. Sólo tienes que acostumbrarte, porque obviamente al principio no te gustará.Yo: Ya tengo nuevo DNI, nuevo look y nuevo celular, ¿puedes creer que ahora me llamo Emma? De verdad, esto es una completa LOCURA… ¡Soy otra persona!Chloe: Creo que ese nombre no le viene a tu cabello negro, suena un poco de chica buena y con ese color te ves toda una perra empoderada. Besitos en tu ballena, voy entrando a la heladería.Yo: ¿Ballena? ¿Qué es eso?Chloe: Ya sabes, vagi… te lo dejo a tu imaginación, pero así suena mucho más lindo.Yo: JAJAJA ¿Y por qué tendrías que mandarle besos
—¡ESTÁS COMPLETAMENTE LOCO! —no me aguanto las ganas de chillar al ver la casa de Marcello—. ¿PARA QUÉ TIENES UNA MANSIÓN ASI DE GRANDE SI SOLO SON TRES PERSONAS? ¡ACÁ PODRÍAN CABER DIEZ FAMILIAS!—No puedes llegar gritando de esa forma —me regaña—. Con suerte no están ni mis hijos, ni mis empleados.—¿Tus empleados sabrán que no soy la madre real de…? —me callo. Río nerviosa al ver que Greco me mira con los ojos entrecerrados.—¿Vas a ser la supuesta madre de mis hijos y no sabes cómo se llaman?—Si sé, solo dame unos segundos para recordar —muerdo el interior de mi mejilla y cierro los ojos intentando concentrarme. Vamos Arabella, tú puedes—. ¡Noah!—¿Y mi hija? ¿Cómo se llama?—Su nombre es más largo —me excuso—. No lo recuerdo del todo.—Eres la peor madre falsa que pude haber elegido —bufa. Abro la boca y pongo mi mano en mi pecho haciéndome la ofendida—. Se llama Aubrey. —Aubrey, Aubrey —murmuro intentando aprenderlo—. A-u-b-r… —¿En serio es tan difícil de recordar? —interrump
—Aubrey, ¿no puedes esperar? La cena todavía no llega y tú ya quieres el postre —la miro serio y ella se encoge de hombros.—¿Por qué dejar lo mejor para el final? No entiendo —se encoge de hombros.—No se trata de "dejar lo mejor para el final" —imito su voz chillona y ella me mira con los ojos entrecerrados—. Se trata de que primero tienes que comer tu comida para luego comer el postre.—¿Y qué estamos esperando? —se encoge de hombros.—Deja de responder a todo lo que digo, por favor —la regaño.—Bueno, yo también quiero saber qué esperamos —Noah se mete en la conversación—. Tengo hambre, quiero comer una hamburguesa.—Yo quiero un brownie con helado de pistacho.—Eres la única que debe pedir ese sabor de helado, Aubrey —Noah dice poniendo los ojos en blanco—. Eres tan pero taaaaaan rara.—Bueno, tú te comes los mocos y nadie te dice nada —Au le responde con cara de desagrado—. Cada quién tiene sus gustos, no podemos opinar sobre ellos.—¿Pueden tomarme atención por una vez en la vi
—Entonces, esta es mi habitación. Tengo libros de fantasía en el estante de la derecha y libros de romance en el de la izquierda —Aubrey apunta la pared donde tiene una cantidad impresionante de libros ordenados por color—. Este es mi escritorio, acá hago mis tareas y de vez en cuando intento continuar una novela que empecé el año pasado, pero se me hace muy complicado concentrarme. Noah es muy ruidoso cuando juega sus videojuegos de guerra, ya sabes; esas cosas locas y nada educativas.—Tu habitación es preciosa, te felicito por ser tan ordenada —la miro con una sonrisa—. Y si te soy sincera, a mí también me gustan esas cosas locas y nada educativas —le confieso y ella alza sus cejas—. Pero para que sepas, me va muy bien en Lenguaje. Te puedo ayudar con tu novela si en algún momento lo necesitas.—A Noah le encantará jugar contigo a ese juego que tanto le gusta —habló mientras acomodaba su lámpara del escritorio—. Carlos no sé qué.—¿Call of Duty? —pregunto ocultando mi risa. Asiente
—Odio los domingos. Es horrible pensar que mañana debo ir a la escuela —Noah dice con la mirada fija en la pantalla del gran televisor—. Muertoo —hace un bailecito cuando mata a un jugador con el que ha estado peleando hace un buen rato. —¿Qué tal tus calificaciones? —No me va excelente como a Aubrey, pero bien —me pasa el mando del Playstation 5 cuando muere. —¿Tienes amigos? —Mi mejor amigo es el hijo mayor de Megan Fox. ¿Y lo dice con tanta naturalidad? —¿Todos tus compañeros son hijos de celebridades o personas muy adineradas? —pregunto, aunque era obvia la respuesta. —Sí, no hay ninguna excepción. Dios, y en mi colegio éramos todos unos Random Juego con Noah a Calle of Duty por aproximadamente cuarenta minutos y después voy hacia el jardín trasero, donde se encuentra Marcello sentado en una silla de playa mientras observa atentamente a Aubrey, quien estaba intentando hacer piruetas en la piscina. —¿No vas a trabajar los domingos? —le pregunto a Greco cuando me siento en
—¿Puedes ir a dejar a los chicos al colegio?Marcello me pregunta desde la mesa del comedor cuando me ve por primera vez en el día. Me hago una coleta mientras asiento.—¿Ya tomaron desayuno? —consulto.—Sí, ya están cepillándose los dientes —responde para luego darle un sorbo a su café—. Con respecto al tema de Nick, espero de verdad que eso no arruine tu trabajo conmigo. No me gustaría que tuviéramos problemas.—Nada se va a arruinar, en realidad Nick y yo nos hemos visto muy pocas veces. Creo que ni siquiera es un tema relevante —agarro un pan tostado con mantequilla y le doy un bocado.—De todas formas quiero que tengas precaución. Los niños son tan inteligentes como yo.—Qué humildad —murmuro con ironía.—Jasper está esperando afuera, él los llevará a la escuela —cambia de tema—. Tú sólo déjalos ahí y espera a que entren. Yo nunca me bajo del auto porque suelen haber paparazzis por los alrededores del colegio, y eso me apesta.—¿Crees que la prensa se entere de que la madre de tu