Tratando de fortalecer alianzas, en pro al bienestar de sus nietos, toma Rebecca valor y se impulsa hasta la casa de Ana, para limar asperezas con ella. Al tocar la puerta, el padre de Ana la recibe en la entrada. Anderson se muestra muy sonriente, enseguida queda maravillado con la imponente belleza de Rebecca, por lo que se muestra un poco nervioso. —Buenas noches. Adelante—sonríe mirándola fijamente. —Disculpe la hora, pero necesito hablar con Ana. Por favor—musita Rebecca con candidez, bajando de inmediato la guardia. —Si claro ya se la llamo. Quiere, ¿qué le sirva algo de tomar? —se muestra cortés. —No sé preocupe así estoy bien. —Ya vengo con Ana. —Gracias—mira de inmediato, Rebecca todo con extrañeza, ya que la casa de Ana no tiene el lujo, que ostenta su imponente mansión. Sale Ana, muy asombrada ante su repentina visita. Expresa Ana: —Buenas noches señora, ¿qué se le ofrece? —pregunta con mucha seriedad, ya que Rebecca no la había tratado nada bien en otras ocasiones.
Club Caricias. Sofía se encuentra conversando con Susy, para que está le entregue la indemnización, que le había prometido en días anteriores. —Ay Sofía realmente, no quisiera que te fueras, nos estaba yendo muy contigo—manifiesta Susy con consternación. —Susy me expusiste demasiado, por poco abusaron de mí, esos maleantes y hasta pude haber perdido la vida—expresa Sofía con inquietud. —Lo siento. Quiero hacerte otra propuesta, no quiero dejar ir así no más, a mi mejor elemento—busca Susy de persuadirla, para que Sofía no la abandone. —No Susy, no aceptaré ninguna nueva propuesta. Ya le prometí a Justin, que dejaría de trabajar en este sitio. —Ya sabía yo, que tú novio estaba detrás de tu negativa. Sofía piénsalo mejor, Justin es un tipo aventurero, se puede aburrir de ti, en cualquier momento ¿Cómo quedarías tú luego? —la acorrala muy ágilmente. —Susy, nosotros formalizamos y pronto nos vamos a casar. —Te sugiero, que vayas con cuidado y no seas tan confiada. Es más, para hace
Motivado por los celos, que siente por Tobías. Tony decide conversar con él muy seriamente, para así evitar futuros roces entre ellos. Manda a Matilde, para que le diga que se acerque hasta su oficina, en vista de que Danielle y Ana, se ausentaron el día de hoy del periódico, por una actividad de suma importancia, que tenían en la universidad. Llega de inmediato Tobías y se interna en la oficina, de Tony junto con él: —¿Y eso Tony que me mandaste a llamar? —pregunta Tobías con rareza. —Quería informarte que mi novia, no vendrá el día de hoy—enfatiza Tony, dejando clara su relación entre ellos. —¿Ana está enferma? ¿Todo bien con ella? —se preocupa de inmediato, Tobías y Tony lo mira con aprensión. —Con ella todo va muy bien. Está en la universidad junto con Danielle, ocupándose de un proyecto académico. Pero, realmente te mandé a llamar, para que hablemos de Ana precisamente. Me enteré que te gusta. —Bueno, no te lo voy a negar. Pero, si ya ustedes son novios y hasta serán padres
Días después… Grace se la ha ingeniado, para permanecer viviendo aún en la mansión Hufman. Rebecca por su parte, ya no la proyecta con la misma familiaridad de antes, en sus últimos encuentros con Alfred éste la ha alertado de diferentes formas, de cómo es la verdadera Grace Aunt. Por lo que, ya la confianza en ella ha mermado por completo. La mira de reojos, por el balcón de su habitación, mientras Grace está, de lo más campante desayunado al aire libre. Entra su empleada de confianza e irrumpe en su habitación: —¿Qué tanto, miras por la ventana? —Observaba a Grace. —¿Esa mujer, aún no se piensa ir de esta casa? —Le di un par de días más, mientras resuelve unos asuntos de su herencia—señala Rebecca. —No te has puesto a pensar, que esa fulana herencia no existe—confiesa Flor sus dudas. —No lo sé, Grace ya no me inspira misma confianza de antes. —Te recuerdo, que fuiste tú misma quien se empeñó, en traerla para que emparentara con Tony. —Lo sé, no sabes cómo me arrepiento. Alf
—Fue maravilloso Ana—musita Tony, con un ligero cansancio. —Para mí fue lo mejor, que me pasó en la vida. Soy tan feliz a tu lado Tony—comenta Ana muy complacida, por la experiencia vivida. —Cariño sé que no es el momento, pero llegó a mi mente el doctor Jhetro ¿Cómo estará? —se conmueve, Tony al recordar repentinamente al doctor. —Ay mi amor, me dio mucha tristeza, cuando me entere de lo que pasó, pobrecito—se lamenta Ana. —Cuando retornemos a Nueva York, voy a ir a verlo a la clínica. —Y yo voy contigo. —Está bien, amor. —Amor, con todo el nerviosismo, que cargaba encima se me olvido contarte, lo que me ocurrió ayer en el centro comercial. —¿Qué te paso? —Las chicas de la tienda para bebes, me reconocieron por la nota, que publicó el diario la verdad sobre mi embarazo y que crees, hasta me felicitaron y me admiran—se tapa el rostro mientras narra—soy una celebridad. Ja, ja, ja—bromea Ana con lo ocurrido. —Ya ves, que no todo fue tan malo. Que afortunado, soy de estar con un
Rebecca, desde la tranquilidad de su habitación, piensa detenidamente en Alfred. La razón le musita con firmeza, que lo deje ir, pero la irracionalidad se lo impide. Esos múltiples susurros hacen eco en su cabeza. Por lo que, no termina de tomar una decisión muy acertada. Se interna Grace en su habitación, quien todavía continúa viviendo, en la mansión Hufman: —Buen día Rebecca—saluda con candidez. —Buen día Grace—la mira con incomodidad. —Rebecca no entiendo, ¿por qué cambiaste tan radicalmente contigo? —busca Grace de persuadirla. —Entiéndeme Grace, tengo que estar al lado de mi hijo. Anthony me necesita—demuestra su amor de madre. —Eso lo entiendo, pero que hallas aceptado a esa mujer, ya es demasiado y te recuerdo, que fuiste tú quien me trajo, para que sedujera a tu hijo. —Tienes razón Grace, lo siento. Pero, aprovechando que estas aquí, quiero pedirte que te vayas antes que regrese Tony. No comprendo, cómo aun no has resuelto los asuntos de tu herencia, ya llevas el tiempo
Se sitúa Tony, en compañía de sus fieles amigos en el club, ha retornado de su feliz viaje junto con Ana, es domingo. Por lo que aprovechan, para ponerse al corriente: —¿Cuéntanos, Tony ya Ana dejó de ser virgen? —pregunta Justin en tono chistoso. —Por Dios Justin, no seas pesado con Anthony, jamás hablará de su intimidad ni siquiera con nosotros—menciona Alfred. —Vaya que, me conoces muy bien querido Alfred—manifiesta Tony sonriendo. —Lo que se ve no se juzga, por la cara de alegría, que tiene seguro la paso muy bien, en tal sentido, ya Ana dejó de ser virgen hace rato. Ja, ja, ja—insinúa Alfred carcajeándose. —Ya paren las bromas con mi mujer—expresa Tony. —¿Mi mujer? Eso está más que consumado. Ja, ja, ja. Ya era hora Tony, te iban a salir raíces con tanta abstinencia—dice Justin, quien no para de reír. —El sexo, no lo es todo en la vida. El amor, es lo más importante en una pareja, para así salir adelante juntos—señala Tony —Tan romántico, pegas perfectamente con la ex virg
Mansión Hufman. A la mañana siguiente, Rebecca cita a Alfred a la mansión, para finiquitar de una vez su relación. Aprovecha la ausencia de su hijo, quien según había salido muy temprano a la universidad, para impartir sus clases, Grace quien es muy maliciosa, percibe en la entrada la llegada de Alfred. Quien ingresa velozmente a la mansión, para su buena suerte, Tony retorna de nuevo en vista, que ha olvidado su portafolios, por lo que desde ya empezará disparar todo el veneno, que centra su maldad. En el despacho, Rebecca le dice a Alfred: —Sí, ya estás decidido en terminar lo nuestro, no me opondré más. Muy bien Alfred, te dejo libre. —Hasta he concibo, que a tu lado nunca fui libre, solo fui un perro vagabundo. —No te martirices más, y sigue con tu vida. Aún eres joven, y puedes encontrar a una mujer de tu edad, con tus mismas convenciones. —Lo que sentí por ti, fue muy intenso. Solo que tú no alimentaste este amor, espero que nunca hayas dudado, que lo que sentí por ti fue r