MAXIMILIANODespierto lentamente, mi mente confundida y aturdida. Siento un dolor intenso en la cabeza, como si alguien estuviera martillando mi cráneo. Mi oído izquierdo está ensordecido, y solo puedo escuchar un zumbido agudo.Mi visión es borrosa, y todo se ve desenfocado. Trato de moverme, pero mi cuerpo se siente pesado y débil. Siento una sensación de mareo, como si estuviera en un barco en alta mar.Mi mente trata de recordar qué pasó, pero todo es confuso. Recuerdo la explosión, el sonido ensordecedor, la sensación de volar por el aire. Pero después de eso, todo es un vacío.De repente, veo una figura borrosa frente a mí. Es una mujer, con un uniforme blanco y una expresión de preocupación en su rostro. Trato de hablar de nuevo, pero mi voz sigue siendo débil.La mujer se acerca a mí, y puedo ver que es una enfermera. Me habla en un tono suave y tranquilizador, pero no puedo entender lo que dice. Mi mente sigue siendo confundida, y mi cuerpo sigue siendo débil.Vuelvo a quedar
MILAMe quedo paralizada al ver a Alaska ingresar en la habitación. El miedo se me dispara instantáneamente, y mi corazón comienza a latir con fuerza. Espero con ansiedad que no haya escuchado nada sobre lo que mencioné de mis hijos. La referencia que tengo de Alaska es que es una mujer muy peligrosa y manipuladora, y no quiero que sepa la verdad sobre mi situación.Mientras la miro, no puedo evitar pensar en la ironía de su apariencia. Con su cabello rubio y elegante, su rostro hermoso y su estilo sofisticado, parece ser la viva imagen de la perfección. Sin embargo, detrás de esa fachada, sé que esconde un alma muy oscura. Me pregunto cómo alguien tan hermoso por fuera puede ser tan malvado por dentro. Alaska se acerca a nosotros, su mirada escrutadora recorriendo la habitación. Me siento como si estuviera bajo una lupa, y mi nerviosismo aumenta con cada paso que da. ¿Qué hará si descubre la verdad sobre mis hijos? ¿Me hará daño? Me esfuerzo por mantener la calma, pero mi corazón sig
MILADe repente, siento una tensión en el aire cuando Alaska se acerca a mí y me mira de arriba abajo con una expresión desafiante. Me doy cuenta de que Alisa también siente la tensión y se pone en alerta.Mantengo la calma, porque ella me da miedo, pero mi amiga tiene razón en que no debo demostrarlo.—Ven conmigo —me dice Alaska con una voz autoritaria.Aunque tengo miedo de ella, sé que no debo dejar que me trate de esa manera. Me enderezo y le miro a los ojos.—Discúlpame —le digo con firmeza—¿No me escuchaste?.—Yo te escuché —le digo—, pero es que no soy tu empleada para que me trates de esa manera. No voy a seguirte solo porque me lo ordenas.Alaska se acerca a mí, su voz llena de desdén.—Eres basura niña, por favor, no te vengas a dar aquí —me dice—. Lo importante es que tú no eres nadie para que yo te pida el favor.No le bajo la mirada.—No entiendes —le digo—. Si yo soy nadie, entonces ¿qué tienes que hablar conmigo?—Eres una pieza importante en el juego de Maximiliano —
MAXIMILIANOLa herida me duele, pero no puedo detenerme ahora. Estoy conduciendo por este bosque abandonado, con Aleksi a mi lado. Acabamos de estacionar unos metros antes de llegar a la casa donde se esconde Alita. Estoy evaluando el entorno, buscando cualquier señal de peligro.Este bosque parece desierto, pero sé que no lo es. Alita se fue a esconder aquí después de intentar matarme, y sé que debe tener guardias custodiando la zona. Pero no me importa. Estoy decidido a encontrarla y hacerle pagar por lo que me hizo.Me bajo del auto y miro alrededor, buscando cualquier señal de movimiento. Aleksi se baja del lado del pasajero y se acerca a mí.—¿Vamos? —me pregunta, su voz baja y seria.Asiento con la cabeza, y comenzamos a avanzar hacia la casa, nuestros ojos escaneando el entorno en busca de cualquier peligro. La herida me duele, pero no me detendrá. Estoy listo para enfrentar a Alita y hacerle pagar por sus errores.Estoy armado hasta los dientes, con explosivos y todo tipo de a
MAXIMILIANO—Lo volvería a hacer con tal de declararle la guerra a la mafia rusa. Esos animales no merecen vivir.Me sorprende la intensidad de su odio y entre mas hable, mejor para mi.—¿Tú eres consciente de que acabas de dañar un tratado de paz que nos beneficia a todos? Cuando no somos enemigos, podemos trabajar juntos y prosperar, acabar con nuestro mayor enemigo que es la mafia italiana.Rusland se ríe con desprecio y es lo que necesito, claramente.—No me importa. Ustedes son los que están mal en el mundo. La mafia rusa es una plaga que debe ser erradicada.Me enfurezco al escuchar sus palabras dejando que se hunda el solo el puñal.—¿Por eso traicionaste, vendiste y mataste a tu propio jefe? ¿Porque estaba trabajando con la mafia rusa?—Sí, por eso. Mi jefe era un cobarde que se había vendido a los rusos. No merecía vivir.Me doy cuenta de que Rusland está consumido por su odio hacia la mafia rusa y que no hay vuelta atrás para él.Miro a Alita con una expresión fría y distant
MAXIMILIANO.Mi hermano y yo habíamos trazado un plan ambicioso desde el principio. Cuando me casé con Alita, no fue solo por acabar con la enemistad entre los chechenos y los rusos. Ese fue solo un paso en nuestro plan más grande. En realidad, queríamos obtener el poder de los chechenos. Mi hermano y yo habíamos estado trabajando hacia ese objetivo durante años, y mi matrimonio con Alita fue solo una parte de nuestro plan. Aunque no me gustó casarme con ella, lo hice porque sabía que era necesario para alcanzar nuestro objetivo. Y aunque mi hermano no está vivo para presenciarlo, voy a cumplir con los propósitos que teníamos los dos, a toda costa.—Como líder de los lituanos y de la mafia lituana, tengo la autoridad para hablar y dirigirme hacia ustedes —dice—. Hay algo importante que debemos realizar.Uno de los líderes asiente con la cabeza, indicando que sabe exactamente a lo que se refiere Alaska.—Necesitamos elegir quién sera el sucedor, a partir de este momento, quien va a dir
MILAMe encuentro en un estado de asombro, con la vista fija en el vasto mar que se extiende ante mí. La isla en la que hemos llegado esta mañana es un lugar paradisíaco, con aguas cristalinas y una arena blanca que parece brillar bajo el sol. Mientras mis hijos duermen, no puedo dejar de contemplar la belleza del mar, sintiendo una sensación de paz y tranquilidad que no había experimentado en mucho tiempo.La noticia de que pasaríamos un par de días juntos había sido una sorpresa para mí, pero no había dudado en aceptar la oferta de Maximiliano.Llega y me abraza, besándome suavemente el hombro. Sonrío, sintiendo su calor y su cercanía.—¿En qué piensas? —me pregunta, su voz baja y suave.—El mar es demasiado hermoso —respondo, sin dejar de mirar el horizonte.—Nunca lo habías conocido antes, ¿verdad? —dice, sonriendo.—No, es la primera vez —admito.Maximiliano me mira, con una sonrisa pícara.—¿Por qué no te vas a bañar? —sugiere.Me río, sintiendo un poco de vergüenza.—No traje v
MILAAlgo me da en el pecho cuando cierro la puerta detrás de mi y Maximiliano esta con la espalda pegada al cristal, con unos baqueros negros y las manos dentro de los bolsillos. El torso fornido lo tiene descubierto, el cabello le cae a la frente sin fijador y se ve tan atractivo que trago saliva.—Hola—camino nerviosa y me siento como aquella adolescente a la cual los nervios la atacaba cada que sus ojos la miraban.—Demoraste —es amable pero lo siento apático, seco conmigo y trago saliva despacio con la mirada distante que me da, manteniendo la misma posición.—Lo siento—le respondo—mis nervios.—¿Qué te tiene nerviosa —doy un paso dejando mi bolsa en el sillón.—Tu—mantengo la distancia cuando me detengo, no se si acercarme o no, y tomar por primera vez la iniciativa.—Yo, pero no tienes idea como me pones tu a mi.—¿Cómo? —juego con mis dedos nerviosa.—Excitado, nervioso, impresionado—eso es peor y me tomo un tiempo antes de hablar.Me acerco a Maximiliano con una sonrisa seduc