Los ojos de Gianna se elevaron a él cuando por un momento se quedó en silencio, y aunque sabía que había sido más que un atrevimiento besar el dorso de su mano, ella no supo de qué otra forma poder consolar su dolor.Y fue una necesidad hacerlo.—Enzo… ahora tienes a tus hijos… ellos te necesitan… porque… estoy aquí porque aún los quiere, ¿no es así?El pecho de Enzo solo se comprimió.¿Cómo iba a decirle?—Gianna… —pero ella parpadeó como si recordara algo.—Espera… ¿Cómo te enteraste de todo este asunto? ¿La señora Antonella se lo dijo?Y Enzo negó al borde del colapso.En su vida había tenido una ansiedad tan tremenda, unos nervios que lo hacían parecer un niño, y un miedo porque esta mujer saliera corriendo de sus manos.Ahora tenía un divorcio de por medio, su vida completamente arruinada, y en lo único que podía pensar es que, lo que le quedaba en sus manos, no se le fuera como el agua de nuevo.Agachó la cabeza quitando una mano de su agarre, y dejando la que ella sostenía.—An
Enzo pudo sentir la inocencia pura en esa boca inexperta en todos los sentidos, que le dio un punto más a la cima de sus emociones. Literalmente podía percibir el temblor de sus labios, y se apresuró en abrir la boca para succionar los suyos con ansiedad.La adrenalina que recorrió su cuerpo hizo que el peso de sus hombros y todos los demás desapareciera, mientras sus manos acunaron más su rostro para profundizar el beso, que estaba aumentando la crisis en su sistema.Ella se dejó llevar por su toque, por su lengua ávida de deseo, de perturbación por lo que estaba haciendo, y por un plus que se agregó ante este acto prohibido y sacado de forma.Cada vez que sus labios rozaban, cada vez que succionaba su boca para extraer el sabor, o cuando sus lenguas hicieron contacto, fue como si sus mentes llegaran a otra dimensión, haciéndoles saber que esta atracción no provenía de este mundo.Un sonido gutural y áspero salió de la boca de Enzo, que murió en la garganta de Gianna, estremeciendo s
—Ha sido publicado… pero ¿Hasta dónde vas a llegar con esto? Este hombre se volverá loco con este escándalo, eso sin hablar de cómo lo tomará su familia… sabes que son demasiado conservadores y para Enzo, ellos son su tesoro.Antonella suspiró mientras miraba el closet vacío de Enzo en su habitación, teniendo ya horas, sentada, en esa amplia cama que se veía tan vacía sin Enzo.Había salido del hospital casi a la fuerza, y con una firma que decía que ella se hacía cargo si su salud empeoraba, pero después de lo de anoche, y de todo lo que estaba pasando en su vida no podía dormir o quedarse tan tranquila después de todo.Enzo posiblemente pensaba que iba a acabar con su matrimonio solo con decirle que la dejaba, pero si él quería vivir una pesadilla como ella, entonces compartirían el mismo infierno.—Te llamé para corroborar si habías enviado el periódico con el domiciliario a la casa de esa maldita, no para obtener un sermón.—Se envió… eso fue hace unas horas, así que quédate tranq
Hubo un silencio largo, porque además de la incredulidad de Antonella por cómo su pequeña y dulce ex asistente la enfrentaba por primera vez, también estaba Enzo, fuera de sí, ante un carácter decidido que no había visto en Gianna.Toda su familia abrió los ojos ante el impacto de la escena, mientras Alexia sonreía cruzándose de brazos, sabiendo que no tenía que decir una palabra ahora.—¿Pero qué nivel es el descaro de esta mujer? —la pregunta de Antonella, fue disminuida en su tono esta vez, observando a los padres de Enzo que ya no tenían un rostro molesto, sino, conmocionado.—Solo una persona como tú puede hablar de niveles de descaro, y reconocerlo… —Gianna siguió y luego se giró a la familia de Enzo—. Lamento llegar con en esta presentación… pero una mujer que no solo destruye la vida de su hijo, sino también quiere hacerlo con sus nietos, no es digna de escuchar… Ella quiso destruir mi vida, mi familia con calumnias, pero ustedes no pueden permitirse ser engañados…La risa de
—Cuando supe la verdad… vine a casa, y tuve una fuerte discusión con Antonella… en el momento en que quise irme, ella se cortó las muñecas. Es por esto que estuvo ingresada en el hospital…Gianna levantó la vista hacia él un poco conmocionada por la información.—Fue esa noche cuando te pedí que confiaras en mí… y fue esa noche cuando tuve tanto miedo de que ella te hiciera daño…Gianna bajó la mirada recordando el episodio.—Ella vino a decirme que estaba deprimida, porque habías vuelto a engañarla… que tenía problemas, situaciones de infidelidad…Enzo rio cínicamente.—Ni una vez he irrespetado a Antonella… Gianna… —Enzo se atrevió a tomar su mano—. Mírame…Enzo tomó su barbilla con los dedos haciendo que Gianna lo mirara.—No estoy aquí porque tenga estos problemas con Antonella… No hay un malentendido, o alguna pelea que vaya a tener reconciliación. Esta es mi vida, la que ella ha jodido completamente, y no hay vuelta atrás con respecto a mi divorcio, que estoy seguro será una dem
—Enzo… ¿Qué es todo este desastre? —Enzo rascó sus ojos, mientras se acomodaba en el sofá frente a sus padres.Le había pedido a Gianna que descansara un poco mientras él bajaba a tener una conversación con sus padres, que ahora era una necesidad. Además, tampoco quería exponerla sin antes no enfrentarlos primero.—Ella es Gianna… espero que puedan recibirla una vez se sienta mejor…Alonso miró a Francesca y luego frunció el ceño hacia Enzo.—Y ¿Dónde queda tu esposa, Enzo?La mirada del empresario, fue dura para sus padres.—¿Qué quieres decir con eso, papá? Demandaré a Antonella, además de una orden de restricción para que no se acerque a Gianna, y les digo de una vez, lo más seguro es que tenga que enviar una demanda para el divorcio… ¿Acaso han creído todo lo que ha salido en ese periódico? ¡Esta mujer ha arruinado mi vida! Me ha mentido de la peor forma haciéndome creer que no podía tener hijos para no dañar su cuerpo, y llevando todo esto al límite de utilizar los óvulos de Gian
Con los ojos muy abiertos, Enzo se removió en la cama de un lado a otro, sin poder conciliar el sueño. Miró la hora desde su teléfono, y notó que eran las once de la noche.Y aunque su día había sido difícil, la euforia por lo que había vivido con Gianna, lo mantenía alerta, si, poder cerrar sus ojos, o sacarla de su mente por un minuto.Se sentó en la cama y aspiró el aire. Solo tenía una sudadera puesta cubriendo sus piernas, ya que por lo general dormía sin camisa.Caminó por la habitación, y decidió ir a la cocina a buscar agua fría, entonces cuando bajó las escaleras, pudo notar que las luces bajas de la cocina estaban encendidas, y no pudo evitar fruncir el ceño para acercarse de forma lenta.Le tomó por sorpresa ver allí de pie a Gianna, que sostenía un vaso en sus manos, mientras observaba al jardín detenidamente. Y esto lo hizo sonreír.—Hola… —ella saltó de inmediato, y él se apresuró en llegar a su sitio para tocar su espalda—. Soy yo…Gianna se giró con las mejillas rojas.
Una semana después, Enzo estaba sentado en su escritorio, mientras Zia trataba de organizar su agenda lo mejor posible.Estaba abarrotado de reuniones que habían sido aplazadas por toda la situación que arropó su familia toda la semana, y exactamente en este día, iba a dar una conferencia a la prensa, junto a su hermana Alexia, que iba a sentarse junto a él como forma de apoyo.Había un poco de preocupación desde el momento en que salió de su casa por colocarle una orden de restricción a Antonella, y aunque su abogado le dijo que ella ya la había recibido, su silencio de hecho lo ponía más nervioso.No por él por supuesto, sino por Gianna, y con hoy eran tres días desde que ella lo supo.Al día siguiente, desde que se levantó de esa cama y se quedó mirando a Gianna mientras ajustaba su corbata, supo que no iba a apabullarla con sus deseos a que no estuviera en el trabajo por un tiempo, y recordó días atrás como se agachó para depositar un beso en su nariz.Le había costado una vida qu