Narrador.
*Vamos tras nuestra mujer* le exigió Asad impaciente, no quiere que su pequeña esté enojada.
—¿Quién es ella? — preguntó con molestia Irina la prima de Alisan que se encontraba lejos de la manada junto a sus padres.
Hace dos días había escuchado que Alisan estaba a punto de coronar a una reina y eso le molestó, puesto que hace muchos años Alisan le juró que no elegiría a una reina, ya que no quería prescindir de su libertad y de su harem como rey lleno de angurria que no se conformaba con tener a una sola hembra en su cama.
Alisan la alejó saludando con frialdad — hola prima ¿cómo estás? — Nadia alertó sus sentidos p
Irina miró con más furia a Lidia y con deseo de arrancar su lengua por su indebida intromisión.—para tu información, siempre he vivido aquí, únicamente estaba de viaje, pero ya llegué para quedarme— volteó la cabeza miró a Nadia con odio—y este puesto en la mesa es el que siempre uso— declaró y todos la miraron sorprendido incluido Keren por ver la fuerza que posee esa mujer delante de su nieta. Alisan iba a hablar para ponerla en su lugar y Nadia lo sintió, ya que su conexión cada día era mucho más fuerte, no obstante, lo interrumpió.—me iba a mantener en silencio por respeto a mis suegros y abuelo, también por algo que tú desconoce "decencia" tal parece que te sobra tamaño y costilla—di
Narra Nadia.Lo miraba quitarse la chaqueta lentamente mientras me observaba ya dejando de reír, quedando desnudo cuando finalmente se quitó la última pieza de tela que cubría ese hermoso cuerpo.Mordí mis labios cuando empezó a quitar mi vestido luchando por no romperlo, ya que lo he sentenciado. Vi como perdía la paciencia al intentar bajarlo, pues le era imposible quitarlo.—No te atrevas gato—le advertí cuando vi sus intenciones, así que me levanté ante su mirada oscura por el deseo.—Has desvestido a millones de mujeres, pero aún no sabes bajar una cremallera—dije dejando que el vestido se deslice por mi cuerpo.Sus
Narrador.Por otro lado, en la manada del alfa supremo, estaban también librando su propia batalla al tener que enfrentarse a su mismo pueblo el cual está bajo un hechizo oscuro que el demonio Omer había elaborado para mantenerlos ocupado, ya que sabía que el rey de los lobos no matará a su gente sabiendo que no actúan por voluntad propia, sino que están siendo títeres.Amber había usado su poder para mantenerlos calmados, pero no responden a nada, ni ante el pedido de sumisión de su alfa bajan la cabeza como deberían.Azul desesperada por la situación en la que se encuentran llamó a su cuñado Jadiel para explicarle lo que estaba sucediendo en la manada.—Amor debemos ir a Rusia, nues
Narra Alisan.Después de sentir como el metal frío traspasó mi pecho hiriendo así mi corazón de repente todo mi mundo se tornó gris, me vi dentro de un denso vacío. A lo lejos escuchaba los gritos de mi pequeña coneja, intentaba responderle, sin embargo, ella parecía no escucharme.—No te dejaré sola con nuestro hijo— le respondí escuchando sus lamentos, sintiendo ser el hombre más impotente al no poder salir de aquí.—Tienes miles de años y el tiempo aún no te ha dotado de paciencia. Pronto estarás a su lado —una voz profunda que trasciende y parece ser que miles de personas han hablado al mismo tiempo, pero al final es una mujer la que me ha dicho eso, lo sé por su esencia de diosa. Me puse de pie en el espacio en el que me encuentro, buscaba sin cesar a alguien hasta que por fin mis ojos pudieron captar s
Narrador.Egan tomó a Diana de la mano con suma delicadeza, tenía miedo de lastimarla, puesto que a pesar de que ella es una mujer coqueta, ante sus ojos es muy frágil y tierna; la observaba con detenimiento mientras lentamente se quitaba cada uno de los botones de la camisa.<<Él me dijo vamos y no nos hemos movido de aquí>> pensó sin entender, se imaginó que él la llevaría a otro lugar, pero seguían allí.Diana mordía su labio inferior con fuerza, admirando el torso desnudo de Egan, quien sabe la reacción que causa en ella y se desvestía con lentitud, y por primera vez escuchó a su parte felina rugir de pura excitación. Se unían a varias hembras antes de su ciclo, sin embargo, Pa
Narrador.Paw el lobo de Egan ronroneaba al saber que tenía la razón y que la coneja quería ser su pareja, Egan también sonrió de medio lado sin poder ocultar su emoción, aunque sea diferente eso no quita que sienta satisfacción de saber que Diana será únicamente suya.La giró sin ningún inconveniente y teniéndole de espalda se agachó para chupar su cuello haciéndola titiritar con esas sensaciones creadas.En esa misma postura la hizo abrir las piernas, estaban un tanto incómodos, por el lugar en el que se encuentran, pero no sé arriesgaría que ella vaya y cambie de opinión o a qué apareciera el compañero de ella. Aunque ya juró matarlo y eso cuenta así no la haya marcado, sin Embargo, tiene presente que la coneja lo podría odiar si él comete tal error antes de reclamarla como suya.Volvi&o
Narrador.En cuanto Nadia vio a Irina pasar el peldaño de la puerta gruñó atrayendo la atención de todos los presentes. Los nuevos invitados no sabían a qué se debía la reacción de Nadia y otros estaban al tanto, sin embargo, sus conjeturas eran erróneas porque Nadia no estaba simplemente celosa.—No eres digna de entrar en mi casa— le exigió con autoridad mientras los demás notaban la condición deplorable en la que se encontraba Irina quien fingió afligirse y estar más débil de la cuenta cuando vio a Alisan acercarse a Nadia, agarrar su mano y pedirle.—Mi reina debe calmarte— ese pedido hizo que ella apartara bruscamente su mano. Y lo mirara con furia;
Narra Nadia.Mi rey León, tan diferente, único; es todo un consentidor de lo peor, me ha llevado a cada lugar que le he pedido disfrutando de la vida como dos simples humanos. Lo hice llevarme a un parque de diversiones y ver su cara sumamente roja por el mareo que le causó subir a la montaña rusa, me hizo reír por más de diez minutos, puesto que él estaba haciendo esas locuras únicamente por mí.Me sentía libre a su lado, comiendo como niña mimada sobre sus piernas mientras los humanos miraban mis ojos raros que ahora me fascinan, sin embargo, a él las mujeres lujuriosas se lo comían con la mirada; todavía recuerdo a la mesera afrentosa que llegó a nuestro lado y con una mirada seductora le dijo:—Que li