Marcos, cada vez que sentía las manos de su compañera tocarle, más lo excitaba. Tanto fue su excitación en aquel momento que no tuvo de otra que salir corriendo con dirección al río y tirarse en el, ya que como su agua era bien fría, le ayudaría con su calentura, pues esta era la mejor forma de calmar sus ganas de hacerla suya, además de quitarse toda esa sangre que tenía encima.

Priscila, al verlo de aquel modo, se quedó anonadada sin saber qué hacer, y sin saber cuál era el motivo para que saliera corriendo de la nada, y cuando sintió que él había cortado su comunicación mental, se asustó mucho y salió corriendo detrás de él, pues pensaba que algo malo le había sucedido para actuar de aquella forma.

Sin embargo, al llegar al borde del río, lo miró salir del agua en su forma humana, tal como había llegado a este mundo desnudo y ¡ay Dios!, qué cuerpo se gastaba este hombre, definitivamente ella debería de estar loca al querer irse antes y dejarlo en manos de otra mujer, que estúpida h