Zhi asintió.
—Quiero que me responda una pregunta antes de tomar una decisión.
—Dígame.
—Hace cuánto Alexander sabe de mi existencia o de que soy su luna?
Zhi se quedó callada, no estaba segura si era apropiado que ella le contara eso.
—Si no me responde tampoco tomaré una decisión.
—Está bien, se lo diré.
A Zhi no la quedó más remedio que ceder y hablar.
Ella le indicó a Sam que se sentara. Era muy incómodo hablar él estando parado como un espantapájaros, o dando vueltas.
Al final Sam volvió a sentarse al lado suyo.
—No estoy segura pero dicen que justo en el momento que nació.
—Tanto?
Zhi asintió.
—Cuando un alfa descubría la existencia de su pareja podía sentirlo aunque no supiera su localización ex
Luego de decir esas crueles palabras fue en busca de Sam.Coco derramó unas lágrimas de rabia y de odio.—Maldito omega, maldito, mil veces maldito.Ella se limpió las lágrimas de sus ojos con su mano, sacó su móvil, pulsó unos botones y llamó a alguien.Segundos después la llamada se conectó.—Sí?—Háganlo.Después que Coco dijo sólo esa palabra volvió a colgar, envió unos mensajes más.Se levantó y sonrió mientras decía.—Te vas a arrepentir maldito omega.***Sam caminó sin rumbo intentando huir de Alexander, era mejor eso que volver a caer.No quería volver a sufrir, estaba harto y tenía miedo de lo que seguía sintiendo por su alfa.Él ni si quiera se preocupó en el frío clima, o
Para su sorpresa Alexander no se inmutó cuando Sebastián le llamó, no podía oír nada en su estado tan alterado.Inari también bajó del coche, miró a Sebastián.—Qué le pasa a tu hermano?—No lo sé.Sebastián se acercó a él.—Alex qué pasa?Seguía sin haber respuesta, Sebastián miró a Inari sin saber qué hacer. Ella se acercó a Alexander, al ser ella Alf quizás podría hacer algo para comunicarse con él.Se puso en frente de Alexander expulsó sus feromonas para que la notara, él percibió sus feromonas y por fin se dió cuenta que no estaba solo.—Inari?Ella suspiró aliviada de que Alexander la reconociera.—Qué ha pasado, qué estás haciendo aquí?—Sam.
Toc Toc.Sebastián se levantó de su cama para abrir la puerta, al hacerlo se topó con Inari en la puerta.Cuando ella le vió dijo.—Ya está todo en orden, nadie sospechará lo que le pasó a Sam.Sebastián asintió, luego abrió aún más la puerta para que Inari entrara en la habitación para pensar en un plan para salvar a Sam.Hace unas horas en otra parte de Japón, los secuestradores de Sam condujeron el coche durante unas horas hasta llegar a Kyoto. Ahí tenían aliados y un lugar dónde quedarse sin ningún problema.Sam seguía inconsciente dentro del coche en su forma de lobo.Al estacionar el coche uno de los extraños cargó a Sam en brazos, le llevó en un almacén abandonado que tenía una enorme cueva bajo la tierra.Esa cueva era su territorio, de esa manera c
Esa luz era del amanecer, lo que significaba que la salida estaba cerca. Cuando por fin llegó a la salida puso una pata en la entrada, y al intentar poner otra para huir un lobo se acercó a él, le agarró la pata con sus dientes y le empujó con fuerza en una dura roca que había bajo tierra cerca de la entrada.Sam gritó de dolor al sentir cómo la roca le lastimaba la espalda, quedó noqueado y cayó al suelo después de chocar con la roca, vió cómo el lobo que le empujó sonreía como si se estuviera divirtiendo.Él seguía intentando huir arrastrando su lastimado cuerpo, queriendo llegar a la salida para volver con su gente.Otros lobos se acercaron a él y le miraron.—Vaya que eres testarudo, no podrás salir de aquí.Un dolor agudo empezó a molestar a Sam en su abultado vientre, temía que sus hij
Sam volvió a estar en alerta cuando vió que se estaban acercando otra vez con una jeringa, puso resistencia pateando con sus patas pese a su escasa fuerza.De nada sirvió tanto forcejeo porque Sam ya no tenía fuerzas para seguir, no había podido dormir ni comer en su estado, sufrió golpes y emociones fuertes, algo contraproducente para su embarazo.—Agárrenlo fuerte o volverá a hacer de las suyas.Agarraron sus patas para que no pateara, su boca para que no volviera a morder y su cuello para que le pudieran pinchar.Cuando Sam sintió cómo le agarraban con fuerza quiso defenderse pero no podía moverse, el agarre era demasiado fuerte.El jefe por fin se acercó a Sam, le mostró una sonrisa satisfactoria. Le agarró su peludo cuello y le pinchó.Sam gritó y aulló mientras forcejeaba, las lágrimas volvieron a caer.
El jefe estaba desconcertado por todo lo que había oído, por una parte el otro tenía razón pero aún desconfiaba y no estaba seguro.Como el que le estaba explicando las razones se dió cuenta que el jefe todavía no estaba del todo convencido, decidió echarle más leña.—Qué crees que pasará cuando Fenrir se entere que el hijo que tuvo con Zander está vivo y no muerto? Se alegrará. Y si eso no te convence podemos hacer que nos dé su palabra que nos dejará ir si se lo entregamos, no olvides que pese a todo Fenrir es un lobo de palabra.—Déjame pensarlo.—Está bien, pero no te demores tanto porque el Omega parece estar a punto de dar a luz.Después de decir esa palabras él se fue a donde estaba Sam y dejó al jefe pensando en su decisión.Por otra parte Alexander volvió e
Inari seguía con la cara pálida, deseaba poder encontrar a Sam antes de que Eva se enterara de todo.Una hora más tarde después de la llamada que recibió de parte de Eva, volvió a sonar el móvil.Todos se volvieron a poner alerta cuando oyeron el tono del móvil, cuando Inari vió la pantalla suspiró aliviada de que esta vez fuera la llamada que estaba esperando. Pulsó el botón verde y contestó.—Aló.—Encontramos lo que estabas buscando, acabo de enviarte algunas fotos y la dirección exacta a tu correo.Ella sonrió e hizo una reverencia agradeciendo.—Se lo agradezco mucho.—No hay de qué.Inari colgó el teléfono después de finalizar la llamada.Alexander ya no pudo aguantar más, se acercó de repente poniéndose en frente de Inari y grit&oac
Fue lo único que el dolor le pudo haber dejado expresar.El segundo al mando chasqueó los dientes.—Que todos se transformen vamos a buscar al omega, y tú más te vale que le encontremos o te arrepentirás.Todos se desnudaron salieron del escondite y se transformaron cuando estuvieron fuera, y comenzaron a seguir a Sam siguiendo el rastro de sus feromonas que aún estaba fresca.Sam salió del escondite y fue corriendo sin rumbo.Estaba en medio de la carretera sin zapatos, aguantando el frío de la mañana en pleno invierno.Más tarde Inari y compañía llegaron al escondite, pero Sam ya no estaba, menos los secuestradores. Al único que encontraron fue al informante.Cuando Alexander le vió explotó de ira, le agarró del cuello asfixiándole mientras le interrogaba.—Dónde tenéis a Sam?