Me desperté gracias a mi despertador personal…Jane ¡Jod*r! La m*****a voz de Jane se oye en todo el departamento, por lo que no me quedo de otra que levantarme de mala gana, revisando la hora... ¡Jod*r son las seis de la mañana! Dejé el celular en la cama porque si no soy capaz de estrellarlo en su cabeza y camine a la puerta.
-¡Para ya! Voy a abrir la puerta, no me vayas a golpear. —le dije abriendo la puerta despacio mientras asomaba mi cabeza poco a poco.
-Que graciosa, que boba eres... —me sacó la lengua y me hice a un lado dejándola pasar.
-Como sea, ¿qué haces aquí tan temprano? —cerré la puerta en cuanto ella entró y caminé al sofá frunciendo levemente el ceño.
-Porque sé que no te ibas a levantar temprano, así que ahora ve a bañarte en lo que preparo el desayuno. —rodé mis ojos y ella camina a la cocina.
-Si mamá, como órdenes. —bufé caminando a mi habitación, esto es raro para mí, mi desayuno siempre es a las dos de la tarde, sí…a esa hora me levanto.
Entre a la ducha bañándome en tiempo récord ya que tarde solo 10 minutos, en cuanto salí me vestí con una blusa blanca de manga larga y una falda negra que llegaba unos centímetros debajo de la rodilla, mi cabello lo peine en una coleta y solo coloque un poco de maquillaje, delineador y un labial rojo. Caminé a la cocina sintiendo el rico olor de los hotcakes, me senté de inmediato a comer, en el transcurso del desayuno Jane me comentó que tenía que tapar bien mis tatuajes ya que al tarado de mi nuevo jefe no le gustan, puff...que idiotez no dejarme trabajar por eso, en cuanto terminé me fui a lavar los dientes, después cubrí los tatuajes de mis brazos y mi pierna mientras que Jane se fue a arreglar, al terminar tomé mi bolso bajando al estacionamiento subiendo a mi auto mientras esperaba a Jane, pero jod*r esta chica tarda demasiado, ya han pasado más de cinco minutos, ¿en serio me despertó para llegar tarde? ¡Y por fin la veo salir del ascensor!
Media hora después ya estamos entrando a la empresa, no niego que estoy algo nerviosa, más que nada porque no soy una persona que tenga mucha paciencia, además de qué tal si mi jefe es un imbécil y me deja todo el trabajo a mi...me da flojera hasta pensarlo, uhm...tal vez aún tenga tiempo de salir corriendo de este lugar, pero mis pensamientos fueron interrumpidos por un zape en mi cabeza.
-¿Qué te pasa idi*ta por qué me pegas? —le dije mirando a Jane enojada mientras le devolvía el golpe.
-¡Porque ya estamos frente a la oficina del jefe y tu ni me haces caso! —ella bufa mirándome seria. —tienes que entrar y presentarte, por favor se educada.
-Ush...estaba distraída. —hablé entre dientes rodando mis ojos y miré a la puerta haciendo una mueca.
-Sino me lo dices no me doy cuenta. —dijo con sarcasmo y yo le di un golpe en el brazo.
-Ya calla... ¿ahora qué? —hago una mueca mirándola.
-Pues te tienes que presentar con el jefe y él te dirá que hacer. —asiento despacio mirando como Jane toca la puerta y respiré hondo entrando a la oficina al escuchar que dice "Adelante" le di una última mirada Jane la cual se fue a su escritorio. Al entrar cerré la puerta y me gire deseando que me trague la tierra, ya que mi jefe es el imbécil al que le tire el licuado encima... ¡GENIAL!
-Buenos días señorita, ¿se le ofrece algo? —dijo mirándome de pies a cabeza...imbécil.
-Buenos días, mi nombre es Allison Williams y estoy aquí por el trabajo de su secretaría. —«respira Allison»...que no note mis nervios.
-Cierto, me avisaron que vendría hoy, mi nombre es Matthew Carpenter, un placer. —sonrió arrogante y muerdo mi mejilla por dentro para no decir alguna tontería.
-Igualmente señor, ¿qué tengo que hacer ahora? —no soy adivina como para saber cómo debo de empezar.
-Tiene que ir con Jane ella la pondrá al día, espero y aprenda rápido señorita. —él cruza sus brazos sobre el escritorio mirándome con una ceja levantada...idi*ta, aprendo más rápido que él.
-Está bien señor, ¿algo más? —me vengare de Jane, oh sí, claro que lo haré.
-No, es todo...aunque, ¿nos conocemos de algún lugar? —frunce el ceño y yo quiero que me trague la tierra...jos se dio cuenta.
-¿Nosotros? No, para nada —tragué saliva tratando de sonar lo más normal posible y hacerme la loca.
-De acuerdo, puede retirarse. —Asiento caminando a la puerta, pero cuando estoy a punto de salir me llama y lo miro. —también dígale a Jane que le enseñe a preparar el café cómo me gusta, porque no me gustan los batidos de fresa. —mi*rda y más mi*rda, espero y no se desquite después...solo puede asentir saliendo lo más rápido que puede corriendo hacia Jane.
-¿Recuerdas al tipo que le tire el licuado encima? —Le dije en cuanto estuve frente a ella —es mi puto jefe... —frunzo mi ceño bufando al apoyar mis manos sobre su escritorio.
-¿Qué? Yo ni siquiera lo vi porque estaba distraída... ¿te dijo algo? —me acercó una silla y me senté de mala gana-
-Pues que no debía de conducir tan rápido y no le gusta el licuado de fresa...lo odio. —ruedo mis ojos tomando una libreta de Jane.
-Tú dices lo mismo de todos los hombres que se te acercan. —pues no es mi culpa que sean idi*tas. —debes de respetarlo, ahora es tu jefe.
-Tengo mis razones, Jane. —suspire mirándola con seriedad mientras negaba despacio con mi cabeza.
-Y espero algún día me cuentes. —me dice haciendo una liguera mueca en sus labios. —no entiendo porque aún no confías en mí.
-Algún día espero poder hacerlo. —obviamente no le diré todo, pero si algunas cosas. —trataré, sin embargo, si me insulta o pretende tratarme mal no me voy a quedar callada…ahora no creo que esto salga de mí, pero...a trabajar. —reímos y comenzamos a trabajar, lo prefiero a seguir con el tema.
Toda la mañana me la pase viendo todo lo de la agenda, varios contratos de nuevas propuestas sobre autos y documento importantes, lo bueno es que cuando tenía 17 años trabajé un tiempo como secretaria, aunque eso Jane no lo sabe, en fin, se llegó la hora de la comida y nos fuimos a un restaurante que quedaba a unas cuantas cuadras de la empresa, al llegar Jane se fue directo a pedir la comida mientras yo me iba a una mesa cerca de la ventana, después de unos minutos llegó con la bandeja de comida así que tomé mi deliciosa hamburguesa, en serio muero de hambre, me explotaron en un día.
-Oye, dejando a un lado de que el hombre del licuado y nuestro jefe son el mismo... ¿él te gustó? —me dijo moviendo sus cejas de arriba a abajo... ¿está pend*ja o qué?
-Primero que nada, casi no hablé con él, en segundo lugar, me bastó con saber que son el mismo hombre para odiarlo y, en tercer lugar, es un imbécil. —fruncí mi ceño y comienzo a comer.
-¿Es en serio? Pero si está guapísimo, ¿cómo no te fijaste en eso? —me miró levantando sus cejas.
-No Jane, no me di cuenta de eso, además sabes que no me interesan los hombres. —ruedo mis ojos, con los hombres se juega, no se tiene un maldito cuento de hadas.
-¿Qué? ¿Desde cuando eres lesbiana? —en serio no la mato solo porque...ni yo sé por qué no la he matado, debería de hacerlo de una vez.
-Esta idi*ta de verdad, si lo fuera no tiene nada de malo, pero no se trata de eso, sino a que prefiero estar sola que mal acompañada. —bufé y seguí comiendo, debería callarse de una m*****a vez.
-Si es por lo Troy, ¿no crees que ya han pasado muchos años desde eso? ...creo que ya es demasiado exagerado seguir así después de tantos años. —apreté lo poco que queda de hamburguesa mirando a Jane seriamente, sé que ella no sabe todo de mi vida, pero tampoco tiene que decirlo así.
-Jane...tienes cinco segundos para olvidarte de esto o te juro que no va a terminar bien. —apreté mi mandíbula mientras ella asiente despacio.
-Lo siento...pero lo que digo es que mereces otra oportunidad de ser feliz. —cerré mis ojos unos instantes tratando de calmarme.
-No soy buena persona...si me ha ido de la mi*rda es porque me lo merezco y a estas alturas ya no me quejo de lo que me pase. —me encojo de hombros restándole importancia.
-Aunque lo niegues sé que eres una buena persona. —hace una mueca mirándome, odio que me miren con lastima.
-Dejemos el tema por la paz. — «y por tu cabeza» bien dicho conciencia, eso va a pasar si no se calla.
-Está bien... —ruedo mis ojos levantándome y caminé dejándola atrás, en serio me saca de quicio.
Al terminar nos regresamos a la oficina, después de estar casi todo el día con Jane y viendo todo creo que ya dominé esto, no es tan difícil como recordaba, pero espero que cuando este con mi jefe sea así de fácil. Al pasar las horas mi cabeza y mi trasero dolían por estar sentada toda la m*****a tarde, por fin ya eran las seis de la tarde y podría ir a dormir a mi hermosa cama, pero primero fui por mis cosas, no sin antes decirle a Jane que me espere en el auto y pues de mala gana tuve que ir a avisarle a mi jefe, con todo el pesar del mundo me acerque a tocar la puerta, pero justo escuche... ¿gemidos? Iugh...es mejor que me vaya sino tendré pesadillas. Bajé al estacionamiento maldiciendo por lo bajo y vi a Jane recargada en mi auto, en cuanto le quité el seguro subimos, mientras le contaba lo que escuché y comencé a conducir hacia el departamento. Después de media hora llegamos, por lo que me fui a mi departamento quitándome toda la m*****a ropa en cuanto entre al igual que los tacones, para luego prepararme algo de comer antes de irme a dormir ya que tengo que hacer cosas en la madrugada.
(.....) Me levanté a las once de la noche, ya que tengo una pelea, así es, estoy metida en peleas ilegales, carreras y otras cuantas cosas más, estoy desde muy joven en todo esto, Jane no tiene idea, obviamente porque no quiero escuchar sus sermones, pero bueno, me levanté corriendo a la ducha, minutos después terminé y me coloqué una blusa negra con las letras blancas que dicen "fuck you" pantalones de cuero negro, una chaqueta de cuero negra, mis converse y por último me maquillé un poco, tomé mi mochila. Salí de mi departamento con cuidado de no hacer ruido ya que no quería despertar a Jane, en cuanto estuve abajo subí a mi otro auto, porque tengo dos, uno para salir y otro para las carreras, también tengo una hermosa motocicleta, en fin, después de un rato llegué a la bodega, bajé del auto acercándome a Tato, él es un buen amigo que se encarga de las apuestas. -¡Hey, diabla! ¿Estás lista? —sonríe besando mi mejilla. —hoy será una gran noche, debes dar lo mejor, hay buen dinero de
Me levanté otra vez por culpa de Jane «Cómo que se le está haciendo costumbre jod*r tan temprano» al caminar me dio un dolor muy fuerte en mi costado izquierdo haciendo que soltará un pequeño gemido de dolor, no le tomé importancia porque Jane parece que va a tumbar mi puerta, obviamente le grite avisando que ya le iba a abrir, no quiero más golpes por ahora, gracias. -Sabes...sin ti podría levantarme temprano sin problema alguno. —ruedo mis ojos dejándola pasar. —no necesito tus gritos a las siete de la mañana. -Si claro, haré como que te cre... ¡OH POR DIOS! ¿QUÉ TE PASÓ? —no terminó de hablar porque gritó asustada cuando me vio. -¿De qué o qué? —fruncí mi ceño sin entender, a veces me cuesta pensar tan temprano. —por favor no grites, me duele la cabeza. -¿Ya viste el moretón que tienes? Está más grande que el culo de la Kardashian... —nota mental...debo aprender a usar pijama «anotado mensa» gracias querida conciencia. -Ahhh...eso, no es nada ya ni me duele. —mentira duele horr
(......) Ian lleva más de media hora tratando de bajarme del auto y cómo no lo consiguió llamó a varios enfermeros y después de unas cuantas patadas que les di, pudieron bajarme y llevarme al consultorio, los odios. -¿Porque le tienes miedo al hospital? —me preguntó Ian colocándose a mi lado. —es un poco exagerado tu comportamiento. -¿Miedo yo? Puff...claro que no... —no, no es miedo, es terror a los hospitales. —solo no me gusta que me obliguen a cosas que no quiero hacer. -Vamos dime, esto se quedará entre nosotros. — ¡Ja! No estoy idi*ta para confiar en él. —no tengo porque contarle a nadie que te dan miedo los hospitales. -Buenos días, ¿quién voy a atender? —dijo el doctor entrando al consultorio, por suerte llegó a tiempo...o mejor dicho por desgracias. -A ella, doctor, trae un golpe en la costilla izquierda. —le dijo al doctor, me siento una niña de cinco años cuando habla por mí. -Suba a la camilla para revisarla y desabrocha tu blusa, por favor. —hice lo que me pidió el
*Narra Matt* Después de salir del departamento de Sheila, creo que así se llamaba, la conocí en un antro al que me llevó Ian anoche, él un gran amigo además de ser socio de la empresa que fundaron nuestros padres, espero heredar en cuanto mi padre se retire, pero lo dudo un poco ya que mi abuelo dio órdenes de que me entregaran todo en cuanto me casara y formara una familia...estoy jodido con eso. Ahora mi padre está en algo así como su luna de miel, cada cierto tiempo lleva a mi madre porque dice que es como recordar uno de los mejores momentos de su vida, esas son puras tonterías, en fin voy rumbo hacia mi casa pero tuve que parar en el semáforo y cuando miré a un lado una chica estaba cantando, por cierto lo hace horrible, no puede evitar reír, ella se dio cuenta y se puso roja, al principio pensé que le había dado vergüenza pero cuando la vi acercarse a mi pude notar que estaba furiosa, lo confirmé cuando sentir el líquido sobre mí, en serio esta chica está loca, no pude ni siqu
*Narra Allison* Después de salir del maldito trabajo le llamé, no demoró mucho en pasar por mí, ahora me encuentro en un hotel rumbo a su habitación, pero no quiero entrar...aun no estoy lista para verlo «cobarde» cállate no te metas. -¿Peque te quedarás parada frente a la puerta todo el día? —me dijo Marcus burlándose de mí. —tienes que enfrentar las consecuencias de lo que hiciste, además te salvaste por mucho tiempo. -No...solo quería preguntarte antes… ¿cómo ha estado, papá? —lo miré frunciendo mi ceño y rogando que no esté aquí. —ya lo sé, no estoy huyendo. -¿Por qué no se lo preguntas tu misma? —mi*rda...karma jódete, no puedo creer que me tocará trabajar en la misma empresa en la que Marcus estaría, lo peor es que sé que no terminará bien para mí. -Uhm... ¿y si mejor hablamos en otro lugar? —hace casi siete años que no veo a mi papá, de seguro me odia, aunque no lo culpo, me fui de casa, lo abandoné sin pensar en él. -No, anda no seas cobarde... ¿Allison? —me dijo burlándo
En el camino íbamos platicando de tonterías y ya después de diez minutos caminando llegamos a la casa de Troy, le dije a Tato que se fuera, pero insistió que se iba a esperar a que saliera alguien. Toque varias veces, nadie salió, aunque las luces y la televisión estaban encendidas, ya que sabía dónde está la llave abrí la puerta, me asuste al ver ropa de Troy tirada en las escaleras así que subí rápido a su habitación, al llegar al pasillo de su habitación había un... ¿sostén? Iba a tocar la puerta, pero escuche gemidos...sentí mi corazón volver a romperse en miles de pedazos...me arme de valor y abrí la puerta sintiendo otra punzada al ver a la que se supone era mi mejor amiga debajo de mi novio...ella me miró sonriendo para después susurrarle al odio algo a Troy lo que hizo que volteara a verme sorprendido, pero luego me sonrió cosa que me hizo enojar. -¡ERES UN IMBÉ*IL Y TÚ ERES UNA P*TA! —les grite mientras mis lágrimas no paraban de salir. —¿qué les pasa? ¿cómo pueden hacerme es
-Bueno lo que pasa es que estamos investigando la empresa de Matthew, por eso Marcus tenía que ir primero con él. —dijo mi papá sentándose a mi lado. —además fue un golpe de suerte que lo buscará para pedirle un favor. -Ah... ¿y él los llamó? —murmuré frunciendo mi ceño al ver a mi papá. — ¿qué favor le pidió a Marcus? —encaré una ceja al notar cómo se tensaron un poco. —quiero saber que quiere. -No, uno de los socios nos llamó diciendo que sospechaba que las cosas andaban mal, ya sabes, piensa que están en cosas ilícitas. —asiento despacio, aunque...no sé no creo que mi jefe sea de esos. —le pidió investigarte, tiene curiosidad por ti. -¿Y qué planes tienen? —la curiosidad me mata. —¿he? ¿curiosidad por mí? Espero no se te ocurra aceptar y si lo haces procura mentirle, no quiero que este enterado de mi vida, mucho menos de lo que me ha pasado. -Sonia se tenía que meter a la empresa a colocar cámaras y micrófonos, pero como ahora ya no será ella... —los miré levantando una ceja, es
Al salir vi el auto de mi jefe estacionado frente a la camioneta de papá y sonreí amplio abriendo la guantera del auto de Marcus, conociéndolo de seguro tiene una navaja y cómo lo pensé, si la tenía. -Hey... ¿a dónde vas con eso, enana? —me dijo Frank mirándome. -Solo voy a darnos más tiempo...y en serio debo de hacerlo si no quieres que un día de estos lo mate. —le dije mientras me acercaba al auto de mi tarado jefe. -Me gusta la venganza, así que rápido. —sonríe y se aleja un poco para ver que nadie se acerque. —hazlo ya, está todo despejado. -Es que es un idi*ta, en serio. —sonreí enterrando la navaja en las dos llantas del lado derecho y rayé la puerta un poquito, casi ni se ve. —esto es para que aprenda. -Creo que te pasaste un poco. —ríe Frank subiendo al auto de Marcus y yo hago lo mismo. —pero por lo que se dé él es bastante arrogante. -Neh...ni se ve. —solté una carcajada ya que el rayón es bastante grande. —es eso y mucho más, no lo soporto. Durante el camino estuvimos