Mis manos tiemblan, estoy de pie y no puedo sostenerme más. Me quedo mirando al hombre que está frente a mí y lo veo sonreír con arrogancia.—Pensé que eras más fuerte, Aiden.—Vete a la mierda, coach.—¿Por qué no te vas a la mierda tú? —el hombre se ríe de mí y yo estoy sudando al punto de caer desmayado.Desde el día en que mis padres me encontraron en el baño erio y medio ahogado, su atención sobre mí se volvió una completa locura, estuve internado en una clínica por dos meses, luego salí bajo la condición de permanecer siempre con atención psiquiátrica cada 8 días, luego cada mes, cada tres meses y luego cada 4.No era nada agradable la situación, me habían obligado a vivir con ellos y casi parecía un maldito minisbalido.Ese día había bebido demasiado y había ido a un bar de prostitutas, me acosté con un par y luego simplemente no recordaba cómo había llegado a casa, sabí aque había tenido demasiado sexo y había bebido varias botellas. tal vez algo de drogas, pero no recordaba b
—¡Alice, ven aquí! —escuché la voz de Stan, mientras estaba metida entre un par de árboles. Me estaba quitando la ropa porque quería nadar en aquel lago.—Encuentrame primero —dije entrando ser un poco pícara e infantil.—Cuando lo haga, te voy a azotar el trasero, niña.—Ya no soy una niña ¿Cuando lo vas a entender, Stan? —lo escuche reír.Entonces salí corriendo de entre los árboles tan rápido como pude y me lancé al lago, el agua era refrescante. Cuando salí, lo busqué por todos lados, pero no estaba, miré en varias direcciones y tampoco lo vi. Entonces mi cuerpo fue succionado dentro del agua y sus brazos me rodearon allí. Cuando por fin salimos a buscar el aire, mis piernas se enrollaron en su cintura. Estaba desnundo como yo, mis brazos se colgaron de su cuello y mis ojos estaban embelesados con los suyos.—Eres hermosa, Alice.—Tu también, Stan.Y sin pensarlo demasiado, lo bese. Me aferre a esos labios seductores y dulces, esos labios que tanto me gustaban, pegue un poco más m
Durante dos semanas logré que Aiden olvidará su absurda petición de hacer la prueba de ADN enseguida. Sin embargo eso no había caído muy bien a Stan, pues la mayor parte del tiempo, según él, la pasaba junto a Aiden. Sus celos eran enfermizos y agotadores, sobre todo cuando sabía que pasaba mucho tiempo con él entre la oficina y con Aiden me veía en las tardes o en los almuerzos de forma ocasional.Pero tampoco podía negar que pasar el tiempo junto a Aiden, era reconfortante y me ayudaba a sentirme tranquila. No es como si me estuviera olvidando de Stan, pero con Aiden el tiempo parecía no correr y su relación con Ismael era bastante llevadera, me acompañó en ocasiones a dejarlo en el colegio, luego de que decidí que debía volver a ser esa madre presente de antes.—Quiero que hagamos la prueba la próxima semana, Alice.—Pero Aiden —le reclame.—Se que te di mi palabra, pero no quiero esperar más. Lo siento, tengo una conexión con ese pequeño que no puedo entender.—Lo sé y creo que pu
—¿De dónde vienes?—¡Carajo! —di un pequeño grito y entonces la mano de Stan tapó mi boca.—¿De dónde vienes? —esta vez su voz estaba muy molesta— Hoy hable con Paris, le pedí un tiempo.Mi cuerpo se tenso y me quedé aún más quieta de lo que estaba.—Alice.Me liberé como pude y caminé hasta la cocina, serví un vaso de agua y lo bebí de una golpe. Sentí los pasos de Stan tras de mí, tenía claro que no se iba a ir.—Con Aiden, estaba con Aiden.—¿Tú y él… Ustedes…—Si, tuvimos sexo, mucho sexo, Stan.El silencio reinó entre nosotros, ninguno se movió, estoy segura que ni siquiera se escuchaban nuestras respiraciones. Intenté moverme con dirección a las escaleras, pero sus manos me detuvieron. Nos quedamos inmóviles nuevamente.—Alice ¿Por qué? —Su voz estaba débil, casi parecía quebrada.No sabía que responderle, así que me acerqué lo mejor que pude y le abrace. Pegue mi frente a su pecho y me deje invadir de ese masculino olor, ese calor que de allí brotaba, sentí como su cuerpo se re
Llevo 5 noches durmiendo junto a Alice, llego a mi casa y salgo a media noche hasta su casa, no me importaba ser visto por las personas de seguridad, sabía que me podían ver a través de las cámaras, de todas maneras no había modo de escapar de ellas. Y tampoco quería escapar de ellas, no quería seguir ocultando lo que estaba pasando entre nosotros.—Aiden, falta poco más de 4 meses, por favor.—Si, si lo sé, pero…—Aiden, por favor.—De acuerdo, mañana iremos a cenar contigo.Escuchar esa conversación entre Alice y Aiden me molesto, sabía que ese estupido tenía tantas ganas de estrangular el cuello de ese imbécil, me molestaba que se aprovechara de la situación y la desventaja de Alice sobre la situación.Alice podría ir a hacer la prueba sin ningun problema, pero la prensa no tardaría en enterarse, no éramos precisamente personas comunes y Aiden y su familia tampoco, entonces lo que podría pasar como una simple prueba se volvería un escándalo y la junta tendría sus dientes sobre el c
—No lo despierten. —¿Dónde lo piensas dejar? —No lo sé, no podemos arriesgarnos a que nos vean las cámaras. —Eres imposible, te dije que dejaras ese mocoso en el apartamento. —Y tú eres un imbécil. Se darían cuenta enseguida que fuimos nosotros y nos irían a buscar por cielo y tierra. Mi mamá pensaba que yo estaba dormido, pero la verdad es que luego de pasar tantas horas entre el auto con hambre y frío, no tenía ganas de dormir, ya había dormido lo suficiente para resistir el hambre. Mantenía mis ojos cerrados como siempre hacía. Mi madre me prohibía ver todo lo que pasaba en cada casa por la que pasamos, pero a veces era imposible que la curiosidad no me ganara, después de todo era un niño. Y esa curiosidad fue la que me hizo ver las peores cosas que jamás había visto, además de que no eran las cosas que un niño debería ver. No eran las cosas que deberían pasar en la casa de un niño y menos lo que una mujer que se supone era su protectora debería hacer. Sentí que me levantar
Entre mis manos estaba el sobre blanco, no tenía membretes de la clínica. Así lo había pedido, porque no quería escándalos, fue un trabajo duro de conseguir, pero no imposible. Tampoco dimos nombres, únicamente nos tomaron las muestras. Cada persona que se vio involucrada en el proceso recibió un pago extra, muy alto, por su silencio.Y contrate un guarda de seguridad especial para que revisara con minuciosidad el trabajo, el hombre no podía perder de vista las pruebas, ni el rastreo ni nada.Estaba sentado en el estudio de mi casa, mirando el sobre y la verdad es que no sabía con exactitud qué hacer. Podía abrirlo y saber la verdad, correr hasta la casa de Alice y reclamarle o abrazarla y besarla por la felicidad.Pero en cualquiera de los dos casos, el único perjudicado sería Ismael, luego de mucho meditarlo me había dado cuenta, que si bien el pequeño necesitaba y debía saber sobre su padre, también sabía que no era el momento ni las condiciones para hacerlo.Recibir la noticia de
—¿Qué haces? —me pregunto con una amplia sonrisa. —Intentó poner en orden mis ideas —me dijo Alice, mientras acostaba a Ismael en su cama. —¿Qué ideas? —Muchas, Aiden. Tantas que no sé por dónde empezar. —Puedes contarme, tal vez yo pueda ayudarte. —No creo. —¿Por qué? —Porque tú eres una de esas cosas. No se que hacer, con nosotros, si es que un nosotros existe. Cada segundo que pasa, me siento más y más confundida. —¿Qué te confunde? —pregunte de prisa, la ansiedad por saber los sentimientos de Alice me estaba ganando. —¡Ustedes! —respondió exasperada y abriendo los ojos de par en par para darse cuenta que había cometido un gravísimo error. Estoy seguro que eso no era lo que quería decir. —Entonces no estás sola. —Si. Pero también estoy contigo —sus ojos se cristalizaron y me quedé en silencio. Ella caminó hasta la sala de mi apartamento y se sentó en el sofá—. Han pasado meses desde que regresé y cada segundo que pasa me arrepiento más y más de haber regresado, te