CAPÍTULO 112: OBSTRUCCIÓN DE LA JUSTICIA.La enfermera tomó asiento en el estrado y juró decir la verdad. Jonathan comenzó con sus preguntas de inmediato.—Señora Rivera, ¿puede explicar a esta corte el incidente relacionado con la prueba de ADN ordenada por el médico del hospital donde trabaja?La enfermera tragó saliva, sus manos entrelazadas sobre su regazo mientras hablaba con voz temblorosa pero decidida.—Sí, puedo. —Hizo una pausa para tomar aire—. Fui sobornada por la señora Dayana para que no realizara la prueba de ADN. Me ofreció una suma considerable de dinero a cambio de falsificar los registros y evitar que el análisis se llevara a cabo.Un fuerte murmullo recorrió la sala. Dayana se hundió en su asiento, su rostro ahora de un tono ceniciento, mientras su abogado se levantaba de golpe, rojo de furia.—¡Protesto, su señoría! Esto es inadmisible. ¡No hay pruebas que sustenten estas acusaciones!El juez golpeó el mazo contra la mesa con fuerza, imponiendo silencio inmediato.
CAPÍTULO 113: LEJOS DE TERMINAR.Dayana se quedó helada, sus ojos abriéndose en incredulidad. Su piel, que ya había perdido el color, se tornó casi translúcida. Intentó abrir la boca para decir algo, pero las palabras murieron en su garganta. El abogado de Dayana se levantó de golpe, pidiendo permiso para hablar, pero el juez lo interrumpió con un gesto firme.—No hay nada más que discutir, abogado. Este tribunal ha visto suficiente. Oficial, por favor, proceda a escoltar a la señora Winchester fuera de esta sala.Los murmullos en la sala aumentaron en intensidad mientras los oficiales de seguridad se acercaban a Dayana. Ella se levantó lentamente, temblando visiblemente, y lanzó una mirada feroz y desesperada hacia Jonathan y Giovanni, como si buscara culparlos de su caída.—Esto no puede estar pasando —murmuró.El juez volvió a golpear el mazo.—Orden en la sala. Este juicio continuará en lo que respecta a la custodia del menor, pero las acciones de la señora Winchester no quedarán
CAPÍTULO 114: UNA VERDADERA FAMILIA.Después de que los oficiales se llevaron a Dayana y a su abogado esposados, la tensión en la sala seguía palpable. La atmósfera se sentía pesada, y todos los presentes parecían estar procesando el caos que acababan de presenciar.Jonathan se acercó al estrado. —Su señoría, con su permiso… —comenzó a hablar, pero el juez, aún recuperándose del escándalo que Dayana había desatado, lo interrumpió con un tono cortante.—Abogado, creo que hemos tenido suficientes sorpresas por hoy —dijo, levantando una mano para detenerlo—. Este no es el mejor momento para más intervenciones.Jonathan, sin embargo, no se dejó intimidar. Con calma, mantuvo la mirada firme en el juez y, tras un momento de silencio, continuó hablando, ignorando el tono cortante.—Su señoría, sé que el momento no es el ideal, pero lo que voy a decir es importante. Se trata del niño. —El juez suspiró, pero no lo interrumpió esta vez—. Estoy profundamente preocupado por su bienestar. Él ha es
CAPÍTULO 115: NO ME HAGAS ESPERAR.La puerta de la habitación se abrió lentamente, y Giovanni se dio la vuelta solo para encontrarse con Adeline.—¿Se quedaron dormidos? —preguntó, acercándose con una sonrisa cómplice.—Sí —respondió Adeline, rodeándole el cuello con los brazos y devolviéndole la sonrisa—. Zoe estaba muy contenta y Gabriel no dejaba de darme las gracias.Giovanni se inclinó y le dio un pico en los labios antes de susurrar:—Para Gabriel, esto debe ser la libertad absoluta. No sé qué habría sido de él si Dayana no estuviera tras las rejas ahora.Adeline suspiró, dejando que sus dedos jugaran con el cabello de la nuca de Giovanni.—Esa pesadilla ha quedado atrás, mi amor —dijo con un tono esperanzador—. Ahora sólo nos queda ser felices.Él bajó lentamente sus manos por las caderas de Adeline y, con una voz baja y ronca, le confesó:—Otro motivo por el que estoy feliz es saber que nunca toqué a Dayana mientras estuvimos casados. De alguna manera, eso me hace sentirme lig
CAPÍTULO 116: ¿CUÁL ES EL PLAN?El ruido metálico de la puerta de la celda sacó a Dayana de un sueño ligero y perturbador. Abrió los ojos de golpe, sobresaltada, para encontrarse con la figura del oficial de policía que la miraba con impaciencia.—Levántate —ordenó.Ella se levantó, aunque con movimientos tensos y precavidos. Habían pasado semanas desde su ingreso a la prisión, y cada día había sido un infierno que se grabaría en su memoria para siempre. Las dos reclusas que compartían la celda con ella no tardaron en mostrarle quién mandaba allí dentro. Al principio fueron amenazas, luego burlas, pero pronto el abuso físico y psicológico escaló a algo mucho más oscuro y devastador.Las noches se convirtieron en una pesadilla interminable. Cada humillación y cada acto de violencia se sumaban al odio que se gestaba en su interior. Era el odio lo que la mantenía viva. Y también la promesa que se había hecho a sí misma: vengarse de Adeline y Giovanni. No importaba cuánto tuviera que sopo
CAPÍTULO 117: NOTICIAS DE ULTIMA HORA.Giovanni estaba en su oficina revisando unos documentos cuando llamó a su secretario con un gesto rápido.—Necesito que prepares todo para el viaje a la cabaña este fin de semana. Asegúrate de que el auto esté listo y que las provisiones lleguen antes que nosotros —le dijo con voz firme.El secretario asintió con eficiencia y anotó los detalles. Antes de que pudiera salir de la oficina, Giovanni añadió:—Ah, y revisa el informe de las últimas inversiones. Quiero tenerlo en mi correo antes de que termine el día.El secretario confirmó con un leve "entendido" y estaba a punto de retirarse cuando la puerta se abrió sin previo aviso. Adeline entró con una elegancia natural que hizo que Giovanni se pusiera de pie de inmediato. Su rostro cambió de una expresión seria a una sonrisa encantadora.—¡Mi amor! ¿Qué he hecho para merecer esta visita inesperada? —dijo, extendiendo los brazos.Adeline rodó los ojos con diversión, pero se acercó a él y le plantó
CAPÍTULO 118: UN ENEMIGO OCULTO.Dayana suspiró con placer, hundiéndose un poco más en el agua caliente de la bañera cubierta de espuma.—Esto sí es vida —murmuró traviesa.Dejó que la espuma se deslizara lentamente por sus brazos y su cuerpo, disfrutando de la sensación sedosa contra su piel. Con una sonrisa satisfecha, alargó la mano, tomó la copa de champán y bebió un sorbo. Estaba a punto de relajarse por completo cuando la puerta se abrió de golpe.Un hombre entró con aire desinteresado. Alzó una ceja al verla y, con un movimiento casual, se apoyó contra la pared, cruzándose de brazos. Su mirada perezosa recorrió la escena.—Espero que lo estés disfrutando —dijo con voz neutral, pero cargada de sarcasmo.Dayana suspiró cómoda, ignorando la intrusión, y le lanzó una mirada sensual.—Esto es justo lo que necesitaba.El hombre dejó escapar una risa seca y ella alzó una torneada pierna, inclinándose ligeramente hacia adelante.—¿Quieres unirte a mí? —preguntó, dándole una mirada suge
CAPÍTULO 119: PERDIDA DE MEMORIA.Más tarde, la noche siguió su curso como un sueño que Adeline jamás habría imaginado. Bajo el cielo estrellado y con las luces reflejándose en el lago, Giovanni había preparado una cena exquisita en una mesa improvisada junto al agua. Había velas, vino y una comida deliciosa que ambos disfrutaron como si el mundo se detuviera por completo.Giovanni se mostró encantador, haciéndola reír con sus ocurrencias y observaciones agudas. Él era como un príncipe sacado de un cuento de hadas. Pero no era un príncipe cualquiera; era divertido, lleno de vida, y lograba que Adeline se sintiera como la protagonista de su propia historia. Después de la cena, él extendió una mano hacia ella y, sin esperar respuesta, la llevó a bailar bajo las estrellas. Sus movimientos eran suaves y seguros, pero entre risas, él tropezó a propósito para hacerla sonreír aún más.—Eres imposible —murmuró ella entre risas, mientras Giovanni giraba con ella en un paso improvisado.—Solo q