CAPITULO 143: IDENTIDAD REVELADA.Adeline abrió los ojos con dificultad. Tenía la boca seca y el mareo persistía. Se encontró en una habitación lujosa desde donde podía escuchar el oleaje del mar. Frunció el ceño mientras los recuerdos del restaurante inundaban su mente. Con el estómago revuelto, intentó ponerse de pie.—¿Ya te vas tan pronto, hermanita? La fiesta apenas comienza —una voz burlona resonó desde la esquina.Adeline se congeló y miro en su dirección.—¿Tú?Dayana se levantó de su asiento, acercándose con pasos lentos y calculados. —Sí, yo... Y déjame decirte que acabas de entrar a tu infierno personal, perra.Adeline aunque estaba asustada se mantuvo firme.—¿Qué... qué es todo esto, Dayana? ¿Con quién escapaste de la cárcel?La risa de Dayana era divertida y siniestra. —¿Desde cuándo te debo explicaciones Adeline? Además, eso no importa ahora. Más bien deberías preocuparte por tu vida, porque querida... ya no volverá a ser la misma después de esto y créeme voy a disfruta
CAPÍTULO 144: ¡SOMOS FAMILIA! —¿Qué pasa? ¿No dices nada? —preguntó él, dando otro paso más cerca. Adeline retrocedió instintivamente hasta que su espalda tocó la fría pared.—Logan... tú... tú... —Las palabras se atoraron en su garganta mientras su mente intentaba procesar la terrible revelación. Sus ojos, abiertos por la incredulidad, escudriñaban el rostro del hombre que durante años había considerado su amigo más cercano. No podía ser cierto. No él. No Logan. Antes de que pudiera articular algo más, Dayana la interrumpió con una carcajada burlona.—¡Sorpresa, querida! Sabía que pondrías esa cara de idiota. Dime, ¿qué se siente ver que tu "amigo" no es más que una farsa? —Se giró hacia Logan, acurrucándose contra él como una gata satisfecha—. Apuesto a que jamás imaginaste que tu dulce doctor tenía este lado oscuro, ¿verdad?Adeline mantuvo sus ojos fijos en Logan, como si al mirarlo fijamente pudiera encontrar al amigo que creía conocer. Las palabras salieron atropelladas de sus
CAPITULO 145: NO HAY OPCIONES, NO HAY SALIDAS.«Lucien, Lucy y yo... somos familia... » esas palabras se repetían como un eco en la mente de Adeline.—¿A qué te sorprendí? —Logan le guiñó un ojo con malicia. Caminó hacia la cama y observó el cuerpo de Dayana, haciendo una mueca de desagrado—. Quiten esa basura de aquí y ya saben, no dejen rastro. Hagan que parezca natural, aunque... no creo que importe mucho su muerte.Los hombres obedecieron y retiraron el cuerpo. Logan se sentó en la esquina de la cama y suspiró antes de darle una sonrisa retorcida a Adeline.—Supongo que quieres saber todo, ¿no?Ella no respondió. En ese momento dudaba que pudiera articular palabra. En cuestión de minutos se había dado cuenta que su vida estaba rodeada de personas que en realidad nunca llegó a conocer, sobre todo Lucy y Lucien, personas que significaban mucho para ella y para Zoe.—Bueno, como no dices nada, igual voy a contarte. Nunca te lo dije, pero me gusta contar historias y más si son sobre mí
CAPÍTULO 146: LA AYUDA DE UN DUQUE.Los pasos resonaron con eco en el pasillo oscuro. Giovanni estaba sentado en el banco de metal, con las manos hundidas en su cabello desordenado. No podía apartar los pensamientos de Adeline y de los niños. Cada vez que cerraba los ojos, las imágenes de sus rostros se mezclaban con la sombra de su culpa. No había escapatoria, ni para ellos ni para él, y el peso de mantenerlos lejos de ese caos lo carcomía.«¿Cuándo terminará todo esto?» pensaba, con el pecho oprimido y la mirada perdida en el suelo de cemento.De repente, los pasos se detuvieron. Giovanni alzó la cabeza, alertado. En la penumbra, la figura de un hombre alto lo hizo fruncir el ceño mientras se levantaba lentamente.—¿Quién eres? —preguntó con tono firme. Y cuando iba a repetir la pregunta, la figura avanzó un paso más y mostró su rostro.—¿Qué carajos te pasa? —la voz del hombre fue dura y sarcástica, como un latigazo—. ¿Es que perdiste la cabeza por completo?Giovanni parpadeó, sorpr
CAPÍTULO 147: PUEDO AYUDARTE A ENCONTRARLA.La agente Suárez miró a Giovanni con el ceño fruncido, cruzándose de brazos en un intento por mantener la calma. Su tono, aunque firme, mostraba un dejo de frustración.—Señor D’Ángelo, está poniendo en riesgo todo el operativo. Hemos trabajado meses en esto, no podemos permitir que sus emociones arruinen nuestra labor.Giovanni, ya fuera de sí, apretó los puños y avanzó un paso hacia ella, su mirada ardía de rabia.—¡Me vale mierda su operativo! —espetó con una furia contenida que reverberaba en el aire—. ¿Qué carajos me importa su plan cuando mi mujer está en peligro? ¡Son un montón de ineptos e inútiles! Si fueran competentes, esto ya estaría resuelto.Jonathan, a su lado, intentó calmarlo, pero antes de que pudiera intervenir, Mateo se adelantó, con la arrogancia pintada en su rostro.—Tranquila, señorita Suárez... Nosotros nos encargaremos. Ya sabemos cómo es la "justicia americana", lenta e inútil.La agente Suárez le dirigió una mueca
CAPÍTULO 148: ¿CUÁL ES EL PLAN?El silencio se volvió tan pesado que parecía aplastar el aire en el estudio. Los músculos tensos de Giovanni temblaron, y de repente toda la tensión que había contenido explotó como una tormenta violenta.—¡Maldito! —gritó, lanzándose sobre Lucien.El golpe fue directo al rostro, impactando con un sonido sordo. Lucien tambaleó hacia atrás, y un hilo de sangre comenzó a brotar de su nariz. Sorprendentemente, no reaccionó. Permaneció quieto, sin devolver el golpe, mientras Giovanni lo miraba con los ojos encendidos de furia.—¡Lo sabía! —rugió Giovanni, señalándolo con un dedo acusador mientras su pecho subía y bajaba con violencia—. Sabía que no eras tan bueno como aparentabas. ¡Eres una basura! ¡Un maldito criminal!El silencio de Lucien no hizo más que avivar la furia de Giovanni.—¡Claro que alguien como tú sería capaz de adulterar los resultados médicos! ¡De manipular la vida de otros para conseguir lo que quiere! —continuó, sin darle tregua.Lucien
CAPÍTULO 149: PREPARANDO UNA EMBOSCADALa noche envolvía el auto con un aire pesado y frío. Desde el parabrisas, Giovanni observaba las luces parpadeantes de los aviones en la distancia; cada destello aumentaba su ansiedad. Golpeaba el volante con los dedos, su irritación creciendo a cada segundo que pasaba en ese lugar.—¿Por qué demonios estamos esperando? —gruñó, su voz baja pero cargada de furia contenida—. Podríamos entrar ahora mismo y acabar con esto.A su lado, Lucien estaba recostado en el asiento, sereno como siempre. Esa calma imperturbable que mostraba no hacía más que alimentar la frustración de Giovanni. Lucien lo miró, su expresión fría, casi despectiva.—Si entras ahora, Logan te matará antes de que pongas un pie en el hangar —sentenció con voz plana—. Y Adeline estará perdida para siempre.Hizo una pausa calculada, dejando que sus palabras calaran. Luego añadió, sin perder esa gélida tranquilidad:—Aprende a controlar tu temperamento, D'Angelo. Este no es un juego de p
CAPÍTULO 150: REDENCIÓN.El hangar estaba sumido en un silencio opresivo, roto solo por el zumbido constante de los motores del jet privado. Adeline permanecía inmóvil, pálida como una hoja, con lágrimas contenidas en sus ojos. Logan la mantenía sujeta, el cañón de su pistola presionando con fuerza. Afuera, la policía gritaba órdenes, pero nadie se atrevía a entrar. La tensión era asfixiante; cada segundo parecía una eternidad.Lucien caminó con las manos alzadas, despacio, sus pasos resonando en el concreto del hangar. Su expresión era seria, aunque sus ojos ardían con un dolor que intentaba ocultar.—Logan… —su voz era baja, grave, pero clara como el cristal—. Baja el arma. Esto no tiene que terminar así.Logan le dio una sonrisa torcida.—¿Tú? —soltó una carcajada áspera, llena de desdén—. ¿El gran Lucien, el héroe? No me hagas reír. Todo esto… todo esto es por tu culpa.Lucien no respondió de inmediato. Mantuvo sus manos en alto, acercándose otro paso.—No voy a discutir contigo, L