CAPÍTULO 149: PREPARANDO UNA EMBOSCADALa noche envolvía el auto con un aire pesado y frío. Desde el parabrisas, Giovanni observaba las luces parpadeantes de los aviones en la distancia; cada destello aumentaba su ansiedad. Golpeaba el volante con los dedos, su irritación creciendo a cada segundo que pasaba en ese lugar.—¿Por qué demonios estamos esperando? —gruñó, su voz baja pero cargada de furia contenida—. Podríamos entrar ahora mismo y acabar con esto.A su lado, Lucien estaba recostado en el asiento, sereno como siempre. Esa calma imperturbable que mostraba no hacía más que alimentar la frustración de Giovanni. Lucien lo miró, su expresión fría, casi despectiva.—Si entras ahora, Logan te matará antes de que pongas un pie en el hangar —sentenció con voz plana—. Y Adeline estará perdida para siempre.Hizo una pausa calculada, dejando que sus palabras calaran. Luego añadió, sin perder esa gélida tranquilidad:—Aprende a controlar tu temperamento, D'Angelo. Este no es un juego de p
CAPÍTULO 150: REDENCIÓN.El hangar estaba sumido en un silencio opresivo, roto solo por el zumbido constante de los motores del jet privado. Adeline permanecía inmóvil, pálida como una hoja, con lágrimas contenidas en sus ojos. Logan la mantenía sujeta, el cañón de su pistola presionando con fuerza. Afuera, la policía gritaba órdenes, pero nadie se atrevía a entrar. La tensión era asfixiante; cada segundo parecía una eternidad.Lucien caminó con las manos alzadas, despacio, sus pasos resonando en el concreto del hangar. Su expresión era seria, aunque sus ojos ardían con un dolor que intentaba ocultar.—Logan… —su voz era baja, grave, pero clara como el cristal—. Baja el arma. Esto no tiene que terminar así.Logan le dio una sonrisa torcida.—¿Tú? —soltó una carcajada áspera, llena de desdén—. ¿El gran Lucien, el héroe? No me hagas reír. Todo esto… todo esto es por tu culpa.Lucien no respondió de inmediato. Mantuvo sus manos en alto, acercándose otro paso.—No voy a discutir contigo, L
CAPÍTULO 151: MALDITO KARMALa prisión de máxima seguridad donde Logan cumplía su condena era un lugar diseñado para quebrar incluso a los más implacables. Muros altos y grises, patrullas constantes y un ambiente donde la desconfianza era el único sentimiento compartido. Pero Logan no era un preso común. Desde el primer día, su presencia había sido como una llamarada entre las sombras. Algunos lo respetaban, otros lo temían, pero nadie lo ignoraba.Con su intelecto afilado y su carisma oscuro, comenzó a mover los hilos desde dentro. Identificó rápidamente a los hombres más peligrosos y los convirtió en piezas de su juego. Promesas de protección, poder o venganza fueron suficientes para ganar aliados. En cuestión de semanas, su influencia había cruzado celdas y patios. La venganza no tenía prisa, pero era inevitable. Giovanni, Adeline y Lucien pagarían el precio.Esa noche…Estaba sentado en el borde de su cama, con un libro abierto en sus manos. Leía sin interés real, más por mantener
CAPÍTULO 152: ADIÓS, ZOE.El aire fresco de la noche se sentía pesado en el pequeño aeropuerto privado. Los motores del jet estaban encendidos, emitiendo un zumbido constante mientras una brisa ligera movía los mechones de cabello de la mujer frente a Lucien. Ella, de rostro serio pero con una mirada preocupada, lo observaba con los brazos cruzados.Lucien, a pesar de su postura firme, mostraba signos de agotamiento. Su camisa estaba ligeramente desabotonada, y el vendaje en su costado asomaba bajo el tejido oscuro. La herida aún dolía, pero él parecía ignorarla con la misma indiferencia con la que enfrentaba tantas cosas. —Deberías reconsiderar esto —dijo la mujer, con un tono firme pero teñido de preocupación—. Apenas lograron extraer la bala, y estás débil. No estás en condiciones de viajar.Él giró el rostro hacia ella, sus ojos azules reflejando algo más que cansancio. Una leve sonrisa apareció en sus labios.—Estaré bien. No olvides que soy médico. Sé lo que hago.Ella apretó lo
CAPÍTULO 153: LIMPIANDO UN ESCÁNDALO.2 MESES DESPUÉS…Con Logan fuera de escena, Giovanni enfrentaba una tormenta que parecía no tener fin. Su oficina ahora era el epicentro del caos. La prensa lo señalaba como cómplice de un mafioso, los accionistas exigían respuestas inmediatas, y la sombra de Logan seguía manchando todo lo que había construido. Pero Giovanni no estaba dispuesto a rendirse.Sentado al final de la mesa, con los brazos cruzados y una expresión fría, miró a su equipo de abogados y auditores mientras repasaban los últimos hallazgos. Jonathan estaba a su derecha, con un montón de documentos frente a él.—A ver, Jonathan —dijo Giovanni, rompiendo el silencio—, ¿qué tenemos? Porque no pienso seguir perdiendo el tiempo. Necesito algo sólido.Jonathan, que conocía a Giovanni lo suficiente como para saber que no era momento de rodeos, fue directo al grano.—Bueno, tenemos suficientes pruebas de que Logan y Barlow usaron tus empresas. He reunido transferencias a cuentas fantas
CAPÍTULO 154: UN AMOR QUE FLORECE.Con el escándalo disminuyendo, Giovanni y Adeline finalmente encontraron un momento de calma. Fue entonces cuando él decidió llevar a su familia a su villa en Toscana, un lugar que había pertenecido a los D’Angelo durante generaciones. La casa, con su fachada de piedra antigua y rodeada de viñedos que se extendían como un manto verde hasta donde alcanzaba la vista, se alzaba como un refugio atemporal. Allí, entre colinas doradas y bajo un cielo despejado, la familia encontró un oasis.Zoe y Gabriel parecían transportados a otro mundo. Corrieron por los viñedos con risas cristalinas que rompían el silencio de la tarde. Giovanni los observaba con una sonrisa de oreja a oreja mientras les explicaba, con paciencia infinita, cómo distinguir las uvas maduras de las que aún necesitaban tiempo.—¡Mira, papá! —gritó Zoe, sujetando un racimo de uvas entre sus diminutas manos—. ¿Estas son buenas?Giovanni se agachó hasta quedar a su altura, inspeccionó las uvas
CAPÍTULO 155: NO PUEDO PERDONARTE.Había pasado un mes desde que Adeline y Giovanni regresaron de la Toscana. La empresa, después de un periodo lleno de incertidumbre y tensión, finalmente estaba nuevamente en marcha. El juez había aceptado las pruebas presentadas, y tanto Giovanni como las empresas estaban lejos de las acusaciones que habían puesto en riesgo su reputación y futuro.Adeline estaba en su oficina, revisando documentos, cuando Killian entró sin previo aviso. Con su porte habitual y una expresión calmada, tomó asiento frente a ella.—Adeline, he revisado los últimos informes sobre la inversión —comenzó diciendo—. El capital ya está asegurado, y Leonardo no solo se hará cargo del diseño de los hospitales, sino que también monitoreará el proceso completo.Ella frunció el ceño y observó a su amigo fijamente.—¿Regresas a Londres?Killian negó con la cabeza y esbozó una leve sonrisa.—No. Voy a concentrarme en mi carrera política. Ahora más que nunca, debo enfocarme en eso y
CAPÍTULO 156: ¿PADRE PRIMERIZO?Era una mañana tranquila, y Adeline estaba recostada en una tumbona en el jardín, cuando de repente, un dolor inesperado la hizo fruncir el ceño. La primera contracción había llegado. Su mano instintivamente acarició su vientre mientras un torrente de emociones la invadía.—¿Ya vienes, pequeño? —murmuró en voz baja. Pero otra contracción más fuerte la hizo jadear y retorcerse ligeramente—. Ay, por favor, todavía no... —dijo con un toque de humor que rápidamente desapareció cuando el dolor se intensificó.Tomó su teléfono con manos temblorosas y marcó el número de Giovanni. El tono de llamada repicó tres veces mientras su respiración se volvía más rápida.—¡Vamos, amor, contesta! —jadeó, y una nueva ola de dolor la hizo gritar—. ¡Ahhhh!En la empresa, Giovanni estaba en plena reunión con unos inversionistas. Explicaba los detalles clave de un proyecto cuando su teléfono vibró sobre la mesa. Sus ojos se dirigieron al nombre en la pantalla: Adeline.Sus cej