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CAPÍTULO 152: ADIÓS, ZOE.El aire fresco de la noche se sentía pesado en el pequeño aeropuerto privado. Los motores del jet estaban encendidos, emitiendo un zumbido constante mientras una brisa ligera movía los mechones de cabello de la mujer frente a Lucien. Ella, de rostro serio pero con una mirada preocupada, lo observaba con los brazos cruzados.Lucien, a pesar de su postura firme, mostraba signos de agotamiento. Su camisa estaba ligeramente desabotonada, y el vendaje en su costado asomaba bajo el tejido oscuro. La herida aún dolía, pero él parecía ignorarla con la misma indiferencia con la que enfrentaba tantas cosas. —Deberías reconsiderar esto —dijo la mujer, con un tono firme pero teñido de preocupación—. Apenas lograron extraer la bala, y estás débil. No estás en condiciones de viajar.Él giró el rostro hacia ella, sus ojos azules reflejando algo más que cansancio. Una leve sonrisa apareció en sus labios.—Estaré bien. No olvides que soy médico. Sé lo que hago.Ella apretó lo
CAPÍTULO 153: LIMPIANDO UN ESCÁNDALO.2 MESES DESPUÉS…Con Logan fuera de escena, Giovanni enfrentaba una tormenta que parecía no tener fin. Su oficina ahora era el epicentro del caos. La prensa lo señalaba como cómplice de un mafioso, los accionistas exigían respuestas inmediatas, y la sombra de Logan seguía manchando todo lo que había construido. Pero Giovanni no estaba dispuesto a rendirse.Sentado al final de la mesa, con los brazos cruzados y una expresión fría, miró a su equipo de abogados y auditores mientras repasaban los últimos hallazgos. Jonathan estaba a su derecha, con un montón de documentos frente a él.—A ver, Jonathan —dijo Giovanni, rompiendo el silencio—, ¿qué tenemos? Porque no pienso seguir perdiendo el tiempo. Necesito algo sólido.Jonathan, que conocía a Giovanni lo suficiente como para saber que no era momento de rodeos, fue directo al grano.—Bueno, tenemos suficientes pruebas de que Logan y Barlow usaron tus empresas. He reunido transferencias a cuentas fantas
CAPÍTULO 154: UN AMOR QUE FLORECE.Con el escándalo disminuyendo, Giovanni y Adeline finalmente encontraron un momento de calma. Fue entonces cuando él decidió llevar a su familia a su villa en Toscana, un lugar que había pertenecido a los D’Angelo durante generaciones. La casa, con su fachada de piedra antigua y rodeada de viñedos que se extendían como un manto verde hasta donde alcanzaba la vista, se alzaba como un refugio atemporal. Allí, entre colinas doradas y bajo un cielo despejado, la familia encontró un oasis.Zoe y Gabriel parecían transportados a otro mundo. Corrieron por los viñedos con risas cristalinas que rompían el silencio de la tarde. Giovanni los observaba con una sonrisa de oreja a oreja mientras les explicaba, con paciencia infinita, cómo distinguir las uvas maduras de las que aún necesitaban tiempo.—¡Mira, papá! —gritó Zoe, sujetando un racimo de uvas entre sus diminutas manos—. ¿Estas son buenas?Giovanni se agachó hasta quedar a su altura, inspeccionó las uvas
CAPÍTULO 155: NO PUEDO PERDONARTE.Había pasado un mes desde que Adeline y Giovanni regresaron de la Toscana. La empresa, después de un periodo lleno de incertidumbre y tensión, finalmente estaba nuevamente en marcha. El juez había aceptado las pruebas presentadas, y tanto Giovanni como las empresas estaban lejos de las acusaciones que habían puesto en riesgo su reputación y futuro.Adeline estaba en su oficina, revisando documentos, cuando Killian entró sin previo aviso. Con su porte habitual y una expresión calmada, tomó asiento frente a ella.—Adeline, he revisado los últimos informes sobre la inversión —comenzó diciendo—. El capital ya está asegurado, y Leonardo no solo se hará cargo del diseño de los hospitales, sino que también monitoreará el proceso completo.Ella frunció el ceño y observó a su amigo fijamente.—¿Regresas a Londres?Killian negó con la cabeza y esbozó una leve sonrisa.—No. Voy a concentrarme en mi carrera política. Ahora más que nunca, debo enfocarme en eso y
CAPÍTULO 156: ¿PADRE PRIMERIZO?Era una mañana tranquila, y Adeline estaba recostada en una tumbona en el jardín, cuando de repente, un dolor inesperado la hizo fruncir el ceño. La primera contracción había llegado. Su mano instintivamente acarició su vientre mientras un torrente de emociones la invadía.—¿Ya vienes, pequeño? —murmuró en voz baja. Pero otra contracción más fuerte la hizo jadear y retorcerse ligeramente—. Ay, por favor, todavía no... —dijo con un toque de humor que rápidamente desapareció cuando el dolor se intensificó.Tomó su teléfono con manos temblorosas y marcó el número de Giovanni. El tono de llamada repicó tres veces mientras su respiración se volvía más rápida.—¡Vamos, amor, contesta! —jadeó, y una nueva ola de dolor la hizo gritar—. ¡Ahhhh!En la empresa, Giovanni estaba en plena reunión con unos inversionistas. Explicaba los detalles clave de un proyecto cuando su teléfono vibró sobre la mesa. Sus ojos se dirigieron al nombre en la pantalla: Adeline.Sus cej
CAPÍTULO 157: EL MENSAJE DE TEXTO.Aquella mañana, Adeline entró en la habitación mientras Giovanni se duchaba. El sonido del agua corriendo era lo único que se escuchaba hasta que el teléfono de él, que estaba sobre la mesa, vibró. Ella se acercó y, al tomarlo, sus ojos se clavaron en el mensaje que acababa de llegar:"No te preocupes, ella no sospechará nada".Un nudo se formó en su estómago y sintió que el aire le faltaba.«¿Tiene a otra?» fue lo primero que cruzó por su mente mientras releía el mensaje, su corazón latiendo cada vez más rápido.En los últimos meses, había notado un cambio en su relación con Giovanni. Desde que había dado a luz, algo dentro de ella había cambiado. Su cuerpo estaba cansado, su mente agotada y su deseo sexual había disminuido drásticamente. Sabía que era algo común después del parto, pero eso no hacía que se sintiera menos insegura. Las noches en las que solían buscarse se habían vuelto escasas, y aunque Giovanni nunca se había quejado, ella no podía e
CAPÍTULO 158: NO ESTOY LISTO PARA PERDERTE.Leonardo se quedó boquiabierto por un segundo al ver a Giovanni con aquella mujer. Se puso de pie con un movimiento brusco, haciendo rechinar la silla contra el suelo.—¡No, no y no! —exclamó—. Tú no te vas a quedar aquí como una santa mártir, Adeline. ¡Vamos! Una no puede quedarse sentada mientras una pelirroja achotada le roba el marido. Tienes que ir y defender tu lugar, amiga. ¡La guerra ha comenzado!Adeline sintió cómo una mezcla de decepción, rabia y vergüenza le hervía en el pecho, como un volcán a punto de explotar. Apretó los puños y se puso de pie de golpe.—Tienes razón —murmuró, su voz fría y decidida—. No voy a quedarme cruzada de brazos.Leonardo sonrió, satisfecho, y juntos avanzaron hacia la mesa donde Giovanni y la mujer reían como si nada más existiera en el mundo.—¡Ja, ja, ja! —se escuchó la risa de la pelirroja justo cuando llegaron.Leonardo fue el primero en hablar. Colocó su mano con fuerza sobre la mesa, el golpe sec
CAPÍTULO 159: POR FAVOR NUNCA ME DEJES.Adeline seguía en shock. La frase "Quería darte una boda sorpresa" se repetía en su mente como un eco. Sin pensarlo, se puso de pie, con el corazón retumbando en sus oídos, y caminó hacia la puerta. La abrió de golpe.Giovanni estaba allí, con los hombros caídos y los ojos implorantes clavados en ella.—¿U-una boda? —murmuró ella, casi sin voz.—Sí, amore —dijo él suavemente, aunque su tono temblaba con intensidad—. Sé que no quieres casarte conmigo, pero yo... yo quiero convertirte en mi esposa. Quiero darte el lugar que nunca debí dejar vacío, el que mereces. La última vez me rechazaste y, bueno, tuve la idea de organizar una boda sorpresa. Sebastián me ayudó. Todo esto... era para ti.Adeline se quedó sin palabras. Un nudo le apretaba el pecho mientras el rompecabezas comenzaba a armarse en su cabeza.—¿Quieres decir que... que todas esas llegadas tarde y los mensajes de texto...?Giovanni suspiró, mirándola con remordimiento.—Lo lamento, car