Gabriel a pesar que le pido que no quiero que me cuente nada de lo que creo que vi que sucedió entre ellos, se empecina en hacerlo y eso me molesta mucho. ¿Por qué no puede entender que si me lo describe es peor? Al menos ahora tengo la duda, pero me aterra tener la certeza de que sí hicieron algo.—Perdón Eve, pero creo que, si te cuento todo, vas a estar más tranquila y sabrás que no te miento, y que no pasó realmente nada entre Maria Isabel y yo —insiste.—¡Gabriel D´Alessi! Por una vez, respeta mis deseos. No quiero que me expliques nada, porque esa es tu vida personal —me opongo firmemente—. Y aunque yo esté esperando un hijo tuyo, sé muy bien que fue mi culpa.—Evelin, no es justo culparte a ti sola. —dice muy serio y eso me gusta. — Ambos tenemos nuestra responsabilidad en esta situación. No soy alguien que evite sus responsabilidades, y estoy dispuesto a enfrentarlas. En esto no voy a ceder. No puedo permitir que siga creyendo que me vio besándome con Maria Isabel si no le ex
La sospecha y la paranoia empiezan a apoderarse de mí. Siento una mezcla de ansiedad y temor ante la idea de que nuestros planes hayan sido descubiertos. No puedo evitar preguntarme quién podría haberlo revelado y cuáles serían sus intenciones. Mientras avanzamos en el auto, me aferro a Gabriel en busca de consuelo y apoyo.—Gabriel, ¿tienes alguna idea de lo que está sucediendo? —le pregunto ansiosa, buscando respuestas en su mirada. —¿Papá te dijo algo más? —No, Eve. Tu papá solo me pidió que estuviera a tu lado y que todo se aclararía más adelante. No tenemos más información por ahora —responde Gabriel, con una expresión de preocupación en su rostro.—Todo esto es tan extraño y confuso —suspiro, sintiendo la tensión acumulada en mi cuerpo. Gabriel coloca una mano reconfortante en mi hombro y me mira con ternura, tratando de calmar mi nerviosismo y miedo.—No debes preocuparte, Eve. Debemos mantener la calma, especialmente por nuestro bebé. Todo esto le afecta también. Asiento co
No puedo continuar, porque comienza a besarme, mientras me acaricia suavemente. Cierro mis ojos, disfrutando de lo que me hace. Puedo sentir, como sus lágrimas mojan mi rostro. Lo estrecho fuerte arrepentida de haberle causado el sufrimiento de antes.—Eve, te amo, te amo —repita al tiempo que me besa desesperadamente. — No dudes de mi amor Evelin, jamás miraré a otra que no seas tú, te amo con todas las fuerzas de mi corazón y siempre lo haré —insiste una y otra vez y casi le creo. Puede que en verdad le guste así como soy —. Ahora vamos a ser padres Eve, quiéreme como yo te quiero a ti. No dudes de mi amor. Te haré feliz amor, te lo prometo, por favor, por favor… Continúa besándome suavemente, mientras desliza mi ropa dejándola caer en el piso. Yo cierro mis ojos, y me doy cuenta de que adoro sus besos. Sí, me gusta que me bese. Me gusta mucho que me haga el amor. No quiero que nunca deje de hacerlo. Quiero vivir mi vida entera con él. ¿Deberé creerle? Él no sería capaz de inventa
Estoy tentada a confesarle que no quiero que seamos amigos complacientes, sino una pareja verdadera. Pero no me alcanza el valor para hacerlo. Todavía, algo dentro de mi teme que se rompa esto que tenemos. Por lo que me quedo callada y hablo de otra cosa.—Gabriel, te agradezco lo que haces, pero me parece que no era necesario que me compraras tanta ropa, con el dinero que gastaste en eso, se pueden alimentar los cuatro refugios que estaba ayudando yo en América por todo un año—. Se debe haber gastado una fortuna en eso, esa tienda era super cara.—Puedo mandarle un cheque a cada uno, si eso te hace feliz—. Haré todo lo que quieras Eve, si te hace feliz, solo quédate conmigo.—¡Ese no es el punto Gaby! —Lo interrumpo no vaya a ser que cumpla con eso que dijo en la grave situación en que se encuentra. —¡Nunca me ha gustado derrochar dinero en ese tipo de cosas!—¿Quieres que las devuelva todas? —pregunta cándidamente.—¿Podemos hacerlo? —lo interrogo esperanzada.—Sí, claro que podemo
Vaya, este vestido me queda bien, es holgado y de línea recta. Tengo que felicitar a Estela. Y las sandalias, están muy cómodas. Mira que bien, se sienten muy bien, nunca me gustaron, pero realmente son confortables.Me haré una cola, tengo demasiado calor para andar con esta cantidad de pelo suelto. Sí, tengo una enorme melena de pelo negro ondulado. Lo mantengo largo por darle gusto a papá, es en lo único que se ha metido. Me rogó, que no me lo cortara cuando lo fui hacer. Sin mirarme en el espejo, termino de arreglarme. Odio los espejos.Salgo en busca de Gabriel, el sonido de su voz hablando con alguien por teléfono, me lleva hasta un hermoso jardín. Está discutiendo, no logro entender de qué se trata. Pero me parece que tiene un gran problema. Termina su llamada, al girar para entrar a la casa me ve esperándolo.—¡Estás preciosa, Eve! Y por primera vez, noto que le brillan los ojos. Y su rostro, está lleno de una agradable expresión de sorpresa, y no lo voy a negar, me gustó l
Tienes que hacer que te diga hoy todo Evelin, para poder sacar a esa María Isabel del medio. Esta es tu oportunidad de al fin saber que sucede con ellos.—Se trata de la seguridad de la empresa Eve. He descubierto, que tenemos serios problemas con ella —al fin comienza a hablar Gabriel. — Hemos sido víctimas del robo de información, si eso llega a saberse estoy destruido. Ya sabes, que las empresas como esta, que se basan en la tecnología, lo más importante es la seguridad. Si el usuario se siente inseguro, no compran nuestros productos.—Sí, sé muy bien de qué hablas. ¿Alguna idea, de quién puede estar detrás de eso?—Esos que acaban de salir, más el socio de papá, el señor Bambilla. Ya sabes, el esposo de mi ex.—¿Y cuál crees que sea su objetivo?—Pues, como se dieron cuenta de que en verdad estás embarazada, que somos una pareja normal. Que todo va a pasar a ser de mi propiedad. Parece, que cambiaron de plan. Yo, tengo la mayoría de las acciones de la empresa. Pero el socio de pa
Observo, como Gaby se pone rojo, se levanta y rodea el buró, respira hondo sin dejar de mirarme, y sin previo aviso, comienza a hablar de una manera muy intensa, empezando en un tono bajo y grueso, para irse elevando con gran vehemencia, me mira, gesticula, se toca su pecho. Estoy mirando a un Gabriel, que no sabía que existía. Es un hombre desinhibido, que en estos momentos, está sacando todo lo que al parecer, tenía escondido en su pecho. Estoy muy sorprendida, al punto de retroceder, ante lo que él se saca del pecho, y me lo muestra. —¡Evelin Rossi D´Alessi, deja de decir que eres fea, eres hermosa y yo estoy perdidamente enamorado de ti! ¡No me importa que no me creas, pero yo no te voy a dejar nunca, eres mi mujer, la madre de mi hijo! ¡Así, que deja de sentirte la mujer más fea del mundo! ¡No lo eres! ¡Y aunque lo fueras, te amo, te amo Evelin, por ser quien eres! ¡Una mujer maravillosa, llena de compasión y que ahora mismo, ha arriesgado todo por éste desconocido que te est
Sus palabras me reconfortan y me hacen darme cuenta de lo afortunada que soy de tenerlo a mi lado. Juntos, podemos superar cualquier obstáculo y construir un futuro sólido basado en el amor y la confianza mutua.—¡Yo sé, que voy a llegar a amarte, de la misma manera o más, que tú lo haces conmigo! Si es que no lo estoy haciendo ya —le repito sonriendo llena de la más inmensa felicidad que jamás pude imaginar que podría sentir. — Yo no sé lo que es el amor, todo lo que sé de eso, me lo has enseñado tú. Pero te voy a amar Gaby, y no quiero que te alejes de mí, quiero vivir el resto de mi vida a tu lado. Tener muchos hijos, crear una familia grande contigo amor. Sé que soy muy difícil, y tengo miles de problemas. Tú mejor que nadie los conoce, pero si me tienes paciencia…—Amor, gracias —me interrumpe. — Te amo tanto Evelin, que no sabes lo feliz que al fin me haces al decirme eso, no me importa nada, solo que me ames —dice besándome suavemente en mis labios. Ahora me doy cuenta cuanto