Después de la confesión de Ramiro, el detective Colombo se encuentra con Casio y le entrega la grabación.— ¿Y ahora qué hacemos, Casio?— Pues ya me he enterado de que son muchos pequeños grupos mafiosos que tienen negocios con los laboratorios de Rossi, y todos creen que Ramiro es Salvatore Rossi. Creo, Colombo, que voy a tener que dejar que Rossi le pida ayuda a los de la Cosa Nostra, ellos nos lo pueden poner en bandeja —dice soltando todo su aire—. No quiero involucrar mucho a la policía porque ya sabes, no vamos a poder controlar que no metan a Salvatore preso hasta que terminen la investigación. Hasta ahora, estoy pensando en decirle a Rossi que lo mande al extranjero.— No, Casio, deja que Rossi se arregle con ellos. Él sabe hacerlo y salir limpio de eso —sugiere Colombo de inmediato.— Está bien, llámalo y díselo. Que lo arregle —acepta muy a su pesar el fiscal Casio, que hasta ahora se ha mantenido alejado de todo eso.Colombo saca su teléfono de inmediato y le marca al doct
El doctor Rossi observa al Don en silencio por un momento, luego niega con la cabeza mientras expresa estar muy halagado por la oferta. Pero prefiere seguir viviendo su vida tranquila como hasta ahora, se apresura a aclarar al ver cómo el rostro del Don se ensombrece. Pero eso no impide que puedan llevarse bien. El Don vuelve a reclinarse en su sillón mientras fuma despacio su habano, contemplando al doctor Rossi que le sostiene la mirada firmemente. Luego asiente y comienza a contar que en los últimos días no se ha estado sintiendo bien.— ¿Cree que pueda mirarme ahora que está aquí? Después de hacerme las pruebas y ver que no padezco del corazón, me excedí un poco —confiesa ante la mirada analítica del doctor Rossi.— Claro que sí, siempre que me necesite lo haré —cede el doctor, sabiendo que lo necesita para librar a Salvatore de todo, aunque aclara—. Pero no a toda la organización, señores. Quiero que quede claro, puedo atenderlo a usted ahora. Pero no me convertiré en el médico
Después de la entrevista con Gabriel, los canales de televisión no han dejado de intentar que les conceda una nueva entrevista. Él ha optado por trabajar desde casa, considerando que es la mejor manera de evitar que Melinda tenga la oportunidad de encontrarse con él y armar otra escena. Asiri es una chica muy agradable que se ha integrado rápidamente con todos. A diferencia del estereotipo de los hackers como personas tímidas y taciturnas, Asiri es brillante y alegre. Evelin está muy contenta con su presencia. Desde que el detective Colombo le advirtió expresamente que no saliera y que, cuando lo hiciera, cubriera su rostro, Evelin se ha mantenido encerrada en casa. La compañía de Asiri le ha sentado muy bien. Además, Fiorella no se separa de Salvatore. Asiri y Darío han eliminado cualquier rastro de Evelin en internet, lo cual fue más fácil dado que ella nunca publicó fotos por su complejo.— Todo salió muy bien. Cuando llamé a Estela, tenía todas las cosas que te gustaron, Asiri
Evelin la observa por un momento y luego asiente, reconociendo que su encuentro con Gabriel fue, tal como lo describe Asiri, un milagro. Gabriel solía viajar solo los fines de semana a Nueva York y se hospedaba al otro lado de la ciudad, lejos de donde ella vivía. Aquel día en particular, salió a correr más temprano de lo habitual y él coincidió en sentarse a su lado, visiblemente afectado. Ambos tenían plazos ajustados: ella debía presentarle un novio a su padre en una semana, y él debía casarse para no perder su herencia.— Ese es un claro ejemplo de que la leyenda del hilo rojo es real —afirma Asiri—. Fueron necesarias muchas circunstancias para que ustedes dos se unieran.— Sí, demasiadas diría yo —admite Evelin—. Pero estoy realmente feliz de que todo haya sucedido como sucedió, porque Gaby es verdaderamente mi alma gemela.— Y tú eres la suya, Evelin —asegura Asiri, quien conoce bien a Gabriel—. Se nota que se aman con la misma intensidad, se refleja en sus ojos cuando hablan e
Elvira se abraza fuertemente a Evelin, tomándola del rostro para que la mire y deje de ver el cuerpo ensangrentado de Gabriel, que es llevado por los guardias de seguridad.— ¡Mírame, hija, mírame! ¡Gabriel no va a morir, lo están llevando al hospital, va a estar bien, cariño! Contrólate, piensa en la bebé. — Le dice Elvira mientras la abraza con fuerza.— ¡Mamá, Gaby se interpuso por mí, me salvó la vida! ¡Déjame ir con él, mamá, por favor! ¡Vamos a la clínica! — Llora Evelin, aferrada a Elvira. — ¡Por favor, déjame ir con él! — Pide desesperadamente, su cuerpo temblando.— No, Eve, no puedes salir así cómo estás. Cálmate, estoy segura de que a Gabriel no le gustaría saber que no pones a Bianca primero que a él. Vamos, ve a bañarte y a cambiarte de ropa y luego iremos. — Responde Elvira.— ¡Pero mamá! ¡Gaby podría estar muriendo! — Grita Evelin desesperada, sin dejar de llorar.— ¡No hay peros! Tienes que bañarte y cambiarte de ropa. Ven, vamos. Deja que te ayude. — Insiste Elvira.E
Fiorella primero activó la seguridad del auto, luego despliega una minigun en el techo de su vehículo y prepara un arma en el asiento del copiloto. Comienza a moverse lentamente entre los trabajadores que corren asustados. Observa cómo Salvatore sale por la ventana y se coloca en el alero, acelera hasta colocarse debajo de él.Fiorella está atenta, le hace señas para que salte. Al ver que unos mafiosos se acercan hacia ella, comienza a disparar. Escucha a Salvatore soltar un grito y lo ve caer encima del capó de su auto mientras también dispara contra el grupo de mafiosos escondidos que les disparan. Le abre la puerta.— ¡Sube, amor, sube! —le grita a Salvatore, quien está tendido en el suelo cubriéndose con el auto mientras dispara.— ¡No puedo, Fiore!— ¡Yo te voy a cubrir ahora! — Abrió un intenso fuego con la ametralladora encima de su auto, haciendo que los mafiosos se escondieran. Al mismo tiempo, maniobró para que Salvatore quedara cubierto con el auto.— ¡Ahora, Salva, ahora m
Manuela no ha dormido en toda la noche vigilando a Gabriel, quien se queja en ocasiones. Evelin, cada vez que se levanta a orinar, va a mirarlo, lo abraza y lo besa. Los doctores Rossi y Luigi, junto con las enfermeras, vienen a revisarlo constantemente. Le ha dado fiebre, y eso les preocupa.Luigi revisa a Evelin, ya que ve la barriga muy dura, y todavía le falta un mes para parir. Le preocupa que, con tanto ajetreo, se le adelante el parto. Le ponen un suero para tranquilizarla y evitar que se levante tanto, y unen las camas de Gabriel y ella para que puedan permanecer con las manos tomadas.En la otra habitación, Salvatore duerme abrazado a Fiorella, quien no quiso irse con su padre, mientras Oli cuida de Darío y Asiri. Elvira duerme en una cama improvisada en la esquina junto a Rossi, quien está vigilante. A pesar de la alta seguridad de la clínica y de haber comprobado personalmente que todas las puertas están herméticamente cerradas, no puede dormir. Tiene un miedo atroz a que l
Rossi observa cómo se aleja y saluda a Enzo con la mano. Se queda pensativo apoyado en la puerta, reflexionando sobre todo lo que Luigi le acaba de explicar. Se siente muy cansado y asustado. Ahora que tiene una familia completa, que debería ser feliz, se ve amenazado con perderla cada hora y día de su vida. Suspira, liberando todo su aire mientras piensa en cómo mantenerlos a salvo, cuando la voz de su hijo lo saca de sus pensamientos.— Papá, ¿no te parece que mamá ha dormido mucho? La llamé y no se despertó —pregunta Salvatore detenido al lado de la cama donde yace Elvira profundamente dormida. Se acerca asustado y comienza a revisarla.— ¿Qué quieres decir? Está dormida —dice Rossi, sin encontrar nada extraño en Elvira.— No sé, papá. Mamá siempre se despierta en cuanto la toco y la llamo —explica Salvatore, preocupado—. Lo he intentado varias veces y sigue dormida. ¿Crees que le pasa algo?Rossi mira a su hijo con preocupación. Es cierto lo que dice. Su esposa siempre se despiert