Caroline hizo su entrada, como una visión celestial que robó la respiración de todos en la habitación. Su vestido color negro largo y sexy, ceñido a su cuerpo esbelto, resaltaba cada curva y contorno de su figura. La seda negra parecía fundirse con su piel, como si fuera una extensión de su propia esencia.Irene, Berenice y Lisandro se sorprendieron al verla, sus ojos fijos en la belleza que se erguía ante ellos. Irene se sintió eclipsada por la radiante presencia de Caroline; su propia belleza palidecía en comparación. Berenice, por su parte, frunció el ceño, molesta por la atención que Caroline estaba recibiendo.Pero fue Lisandro quien sintió el impacto más profundo. Su corazón se detuvo en su pecho; su respiración se suspendió. La confusión se reflejó en su rostro, como si estuviera luchando por comprender qué estaba sucediendo. ¿Por qué Caroline estaba allí? ¿Por qué estaba tan hermosa?Caroline avanzó hacia ellos; su mirada encontró la de Lisandro sin poderlo evitar. Sus ojos, c
El silencio reina en el baño, donde Caroline desea llorar por la situación que le ha tocado vivir. Por una parte, le alegra verlo mejorar físicamente luego del accidente, pero es tan guapo y su perfume es tan atractivo que la conlleva a tener una lucha interior. Siente que le falta el aire, que al fijar su mirada en sus labios siente sed por querer besarlos, desea que sus manos tomen su cuerpo con posesividad. Sin embargo, elimina esos pensamientos y alza su mentón para mirarlo con firmeza.—¡Responde!— Lisandro está hirviendo en celos sin darse cuenta. —¿Cómo es que dices amarme y estás con mi hermano? ¡Me haces pensar que todo fue mentira y que realmente querías jugar con ambos para llegar a esta posición!— Su forma de hablarle es rencorosa, con su ceño fruncido y mirada desafiante.Caroline lo abofetea, irritándolo aún más, haciendo que él la tome de las manos ejerciendo algo de fuerza y luego la acorrale en la fría pared.—¡Déjame, Lisandro!— le ordena entre dientes.—¿A qué caraj
—¡No te debo nada! Trato de recordar ese supuesto amor que surgió entre nosotros, pero esto que te dire no es para ofenderte, sino para que me aclares el motivo de por qué cuando veo a Caroline siento que necesito tenerla a mi lado y que contigo eso no me sucede. Resulta que tuve una relación con ella de 8 años. ¿Quién miente entonces?Irene quedó pasmada con la confesión de Lisandro y sintió un nudo en la garganta, tanto que no pudo defenderse y tristemente lo vio marcharse. Lisandro intentó alcanzar a Caroline, pero ella ya estaba llegando a la primera planta. Trataba de bajar con cuidado ya que tenía a Aileen entre sus brazos y no quería tropezar y que su hija se lastimara.—¡Caroline, espera por favor!— le pidió, pero ella no quería hablar más con él, no por el momento.—¿Están discutiendo?— preguntó Aileen y empezó a llorar. —Tranquila, hija, cierra tus ojos y cubre tus oídos, por favor— le suplicó, y la niña, tan obediente, hizo caso.Cuando Taylor llegó a la primera planta, pre
—Calma, Caroline, por favor…— Parker suelta un largo suspiro y la mira con algo de temor.—¿Qué me calme?— Caroline se coloca de pie y deja de mirarlo.—¿Por qué ocultar algo tan importante? Sabías que estaba buscando a Patrick. Él es importante para mí.—¡Lo comprendo!— Deja la copa de vino vacía a un lado.—Pero posiblemente te hubieras casado con él.—¡Jamás! Patrick y yo quedamos como hermanos porque él me dijo que jamás me vería con otros ojos. ¿Acaso estabas buscando tu beneficio propio? ¡Dame una explicación sin mentir, Parker! ¡Tú te pareces en este momento a la bruja de Berenice!—¡No me compares con ella!— También se coloca de pie e intenta acercarse a Caroline, pero ella retrocede, mirándolo con desconfianza. —Caroline...— la menciona y coloca sus manos en su cintura con los hombros caídos y su mirada fija al suelo. —Jamás quiero hacerte daño. Sé que piensas que ocultando las cosas solo pensé en mi beneficio. Por favor, no me vuelvas a comparar con Berenice. Sabes cuánto la
—Lisandro…— lo menciona a un hilo de voz, pues no se esperaba que él la fuera a llamar y mucho menos a esta hora. Aunque es su debilidad, no olvida ahora cuál es su misión. —¿Por qué me llamas?— cambia su tono de voz, como si le molestara su llamado, pero él se vuelve a quedar en silencio, por esa lucha, por ese deseo vivo que siente por ella. El corazón de Caroline late a velocidad, delatando su felicidad y ansiedad por saber que él la está buscando, aunque no sabe sus intenciones y eso la conlleva a estar a la defensiva. —Bien, no quieres hablar, que pase buena noche, señor Lisandro Caristeas. Estoy muy ocupada—. Justo cuando toma la valentía de colgar la llamada, lo escucha decir:—Caroline, ¿eres mía?—. Aquella pregunta genera una marea de calor en todo el cuerpo de Caroline.—¿Dime que no estás con mi hermano?—. Su nivel de celos es algo que no pudo controlar y por esa razón la llamó.—Le diré dos cosas, señor Caristeas —suelta un suspiro exquisito, de esos que ella sabe que a él
Caroline no pudo conciliar el sueño, pensaba mucho en Lisandro, en su llamada repentina, pero el dolor vivido le ganaba más y los muchos pensamientos de cómo hacer sus movimientos lo mejor posible. Parker la llevó a la clínica porque ella quiere pasar tiempo con su hijo y así la señora Graciela tuviera un placido descanso después de todo lo que ha hecho por ella y sus hijos.Caroline ingresa a la habitación y lo que no esperaba era ver a Lisandro junto a Conner charlando.—¡Hermanito, papito!— Aileen corre a los brazos de su padre y el niño es feliz al verla. Su dulce voz llama la atención de su padre, quien al verla venir la recibe con los brazos abiertos.—Mamita, estás hermosa—. Su hijo la halaga y es verdad, Caroline puesto un hermoso vestido de flores que la hace lucir tierna y encantadora.—Gracias, hijo, te veo muy feliz hoy—. Se acerca y le propina un beso en la frente.—Sí, mamita, es que como papi no recuerda, le estoy contando de nuestras vidas y cuando vivíamos en la casa
Un fuego ardiente recorre el cuerpo de ambos, exige un beso, una caricia, gemidos en perfecta sintonía, una habitación oscura y acogedora, más una cama amplia donde derrochar el amor y la pasión.—Pasa una noche conmigo y te juro que no te vas a arrepentir. Que sea hoy, antes de irte, y te juro que al hacerlo, Parker saldrá de tu vida completamente… Tan solo dime que sí—. Sus últimas palabras fueron una suplica exquisita para Caroline, quien pasa saliva y luego respira con agitación.—¿Quieres pasar la noche conmigo?— Le habla con un tono de voz seductor y siente como Lisandro la agarra con más determinación y peor aún, cuando lleva su mano derecha al cuello de Caroline, tomándola sutilmente, pero a la vez sucia y dominante, algo que la hizo erizar por completo hasta sus pezones.Una enfermera que iba a checar a Conner, al verlos tan cerca y a punto de comerse con una mirada arrolladora y depredadora, prefirió retroceder y volver en otro momento.—Sí… ¿Acaso no es evidente mi deseo po
Después de que Caroline haya compartido con sus hijos, hablar con el doctor sobre el seguimiento de la salud de Connor, está en su casa organizándose para ir a la citación del juez, mientras que Graciela cuida de ellos, ya que dejó a Aileen con Conner para que compartieran porque se extrañaban mucho.—¿Caroline, puedo pasar? — pregunta Parker y ella mira hacia la puerta de su habitación, luego vuelve a fijar su mirada al espejo y le dice:—Adelante…Al Parker ingresar, la observa, es hermosa, muy guapa, pero el vestido que lleva no es adecuado.—Esto es para ti— extiende su mano derecha, la cual sostiene una bolsa elegante de un boutique reconocida.—¿Qué es eso?— frunce el entrecejo y recibe con algo de curiosidad.—Es el vestuario adecuado para que vayas a la cita. Lamento no poder acompañarte, estoy organizando el viaje para que veas a Patrick—Gracias, Parker—. Lo abraza, tomándolo por sorpresa.—¿Me perdonas?—Claro que sí. Ahora vete de mi habitación, que debo arreglarme. Y otra