—¿Es una broma, verdad? —Traga grueso, mirándolo a los ojos, siente náuseas. Esa propuesta no se la esperaba.—No lo es. Te daré un día para pensarlo.—¿¡Un día!? —Exclama sin poder dejar de mirarlo.Caroline se siente atrapada, sin saber qué hacer ni qué decir. La mirada de Parker es intensa y revela su determinación.—Caroline, sé que es una locura porque no me amas y estás enamorada de mi hermano. Sé que no tengo cabida en tu corazón. Me gustas mucho, pero te voy a respetar. Seremos esposos, pero buenos amigos. Si logro independizarme, te podré ayudar con tus hijos y no tendrás que seguir esclavizada en esa mansión.—Parker, lo que dices suena muy bien, pero me pones en aprietos. No sé qué hacer.—Caroline —Posa sus manos en el rostro de ella para que lo mire—. Vamos a pelear juntos y si Lisandro toma la decisión de reconquistarte y tú quieres volver con él, nos divorciamos. No pasa nada. Me quedaré en la calle, y eso no es justo. Además, es también por tu beneficio.—Parker, tengo
—¡Caroline!— Parker se acerca a ella, olvidando que está desnudo.—¡Cúbrete!— dijo avergonzada y cubriendo completamente su rostro.—Mi cuerpo no me avergüenza. Ven, regresa a la cama— le pide, pero ella se niega.—Por favor, cubre tu desnudez— le suplica y él sonríe.—Está bien— busca rápidamente su pantalón y, al tenerlo en sus manos, se lo coloca. —Listo, ya puedes mirar— le habla calmadamente.Caroline ahora tiene la viva imagen del pen*de Parker. —Parker, tengo miedo…— se coloca de pie, pero aún cubriendo su rostro.—Tranquila— la ayuda a sentarse en la cama. Sonríe porque Caroline parece una niña.—Por favor... estoy desnuda, tú también. ¿Acaso tuvimos sexo?— pregunta con voz nerviosa.—Caroline, mírame— le ordena y ella niega con la cabeza.—Caroline, mírame— le vuelve a ordenar y ella obedece porque necesita saber la verdad. Se miran fijamente a los ojos y él puede ver el temor en la mirada de Caroline.—No pasó nada— le responde la pregunta y ella suspira aliviada. No obstant
—Siga, por favor— el doctor abre la puerta, pero Caroline está estática con lo que Parker le ha dicho, es como si no pudiera movilizar sus piernas.—¿Señora?— el doctor está esperando que Caroline ingrese a su oficina para hablar con ella.—¿Sí…?— alza su mirada para verlo a los ojos.—Pase, por favor. Tenemos que hablar y debo ir a atender a otros pacientes—Sí… Lo lamento— saca fuerzas para ingresar a la oficina y Parker la sigue. Caroline siente su corazón acelerado y que le falta un poco la respiración.—¿Doctor, qué sucede con mi sobrino?— Parker le pregunta al ver a Caroline consternada.—Tomen asiento, por favor— el doctor señala ambas sillas mientras toma asiento en la suya.—Señora Caroline— el doctor la menciona.—Dígame, doctor, ¿qué sucede con mi hijo?— aterriza porque su hijo es más importante.—Señora, su hijo se ha estado alimentando bien y eso es excelente. Sin embargo, los exámenes que se le elaboraron han detectado algo que es preocupante. La leucemia tiende a invadi
Caroline siente intriga por la presencia de los policías, pero al ver la forma en que Berenice la mira, le da un mal presentimiento. —Sí, me han robado un valioso collar de diamantes que me regaló mi esposo. Eso es muy importante para mí. En esta casa jamás se han robado algo. Espero que lo encuentren, señor oficial. Sigan, por favor, están en su casa— se hace a un lado y los oficiales ingresan a la casa. —Soy el oficial Javier y mi compañero Cardona— se presenta —señora Caristeas. ¿Usted tiene cámaras en esta casa? —No, señor oficial. No lo consideré porque, como le digo, en esta casa no se han robado nada. Solo hay cámaras en la parte de afuera— Berenice aprovecha que los oficiales le dan la espalda para sonreír llena de malicia. —Vamos a revisar cada rincón de esta casa, señora, y necesito interrogar a los nuevos empleados— habla el oficial Cardona mirando a los lados. —Perfecto, pero sugiero que primero revisen cada lugar de la casa y yo los acompaño. Mis empleadas tienen
—¡Deja de llorar!— le ordena Berenice a Aileen, la niña se siente destrozada por la situación.—Eres una abuela mala, muy mala. No te quiero y nunca te voy a querer. Le diré a mi papito lo que has hecho. Ya no quiero vivir aquí— lo dice con mucho resentimiento y sus mejillas rosaditas empapadas de lágrimas.—Es tu palabra contra la mía, mocosa. Y de aquí no saldrás nunca, porque tu madre estará mucho tiempo en prisión. Así no te guste, aquí te quedarás porque eres una Caristeas—¡Mala!! ¡Mala! ¡No te quiero!— la niña le dijo tan furiosa que su rostro se ruborizó y salió corriendo hacia el jardín.—¡Me irritan los niños!— exclama Berenice, ella sabe que se debe comportar, la cuestión es que la actitud y las palabras de Caroline la pusieron en alerta. Por tal razón, hará lo posible por hundirla más en la cárcel, porque claramente le sirve que esté encerrada. —¿Qué carajos me miras?— le pregunta a Andrea, quien está en silencio y su mirada lo dice todo. —Una palabra de esto a alguien y t
—Esa es mi petición, hijo. No te cuesta nada hacerlo, a menos que estés enamorado de esa gata, lo cual sería un desperdicio—Sabes que Berenice…— Parker tuvo que contener sus palabras y lo único que dice es: —Déjame pensarlo— se da la vuelta porque no es capaz de mirarla más, ya que literalmente, donde Berenice fuera hombre, se agarra a puñetazos, pero como es una mujer, con golpes él no se va a igualar. Si no de otra forma...—Se que tomarás la mejor decisión, hijo. Después de todo, te quiero y lo hago por tu bien— sonríe falsamente y luego rodea los ojos. Parker cierra sus ojos por un momento para calmar su alma envenenada por causa de Berenice. Sin más, se marcha, necesita estar a solas y pensar con cabeza fría. Ahora lo que le preocupa es la situación de Caroline.. . Al caer la noche, Caroline aún sigue en la misma celda, acostada en aquella cama que parece una piedra de lo dura que está y el frío es tenaz. Le han llevado la cena, pero no le apetece comer. Lo único que quiere e
Andrea y Caroline tuvieron una seria conversación, llegando a un acuerdo. Afortunadamente, gracias al video, Caroline es libre de toda culpa, y Andrea continuará ocultando su identidad hasta que sea necesario. La venganza contra Berenice Caristeas apenas inicia.Berenice es informada por el hombre de confianza de su escolta, el cual se llama Saúl, quien, al no estar Hades, queda a cargo de toda la seguridad de la mansión.—¡Eso es imposible!— Berenice no puede aceptar que todo le haya salido mal.—Señora Caristeas, Hades estará en prisión y está desesperado. Pide que por favor usted interceda por él—¡Es un idiota! Allí se quedará y pobre de él donde habrá la boca y diga toda la verdad, porque será hombre muerto. Ahora que tomas el cargo, cuidado con un error, porque no lo tolero. Necesito que investigues dónde está Caroline—Señora Caristeas, con todo respeto, creo que lo mejor es que solucione lo de Hades. Quizás él, de los nervios, confiese la verdad y eso a usted no le conviene. Y
—¿Por qué te quedó tan grande hacerlo?— Le pregunta entre dientes y Irene lo que hace es cruzarse de brazos.—¿Crees que me quedó grande?— Le pregunta mirándola con seriedad.—Hice todo tal como me lo dijiste. Cuando Lisandro se empezó a sentir mal, se encerró en el baño por mucho tiempo. Me quedé prácticamente cenando sola. ¿Te parece justo? Llegamos al hotel y sabes qué hizo. ¡Se la pasó en la laptop hasta la madrugada! Me dices a mí que no hacer las cosas bien y mira lo que te pasó con Caroline. Después de todo, no eres una genia como lo piensas y no todo gira a tu alrededor— Le habla sacando todo eso que ha guardado estos años.Berenice lo que hace es quedarse en silencio porque es verdad todo lo que le dijo Irene, pero eso lo que hace es ponerla a pensar aún más para recrear sus planes en mejor versión.Lisandro llega a la habitación de la niña y la encuentra dormida, pero al acercarse, se arrodilla y apoya sus codos en la orilla de la cama, teniendo a su hija a escasos centímetr