Caroline siente intriga por la presencia de los policías, pero al ver la forma en que Berenice la mira, le da un mal presentimiento. —Sí, me han robado un valioso collar de diamantes que me regaló mi esposo. Eso es muy importante para mí. En esta casa jamás se han robado algo. Espero que lo encuentren, señor oficial. Sigan, por favor, están en su casa— se hace a un lado y los oficiales ingresan a la casa. —Soy el oficial Javier y mi compañero Cardona— se presenta —señora Caristeas. ¿Usted tiene cámaras en esta casa? —No, señor oficial. No lo consideré porque, como le digo, en esta casa no se han robado nada. Solo hay cámaras en la parte de afuera— Berenice aprovecha que los oficiales le dan la espalda para sonreír llena de malicia. —Vamos a revisar cada rincón de esta casa, señora, y necesito interrogar a los nuevos empleados— habla el oficial Cardona mirando a los lados. —Perfecto, pero sugiero que primero revisen cada lugar de la casa y yo los acompaño. Mis empleadas tienen
—¡Deja de llorar!— le ordena Berenice a Aileen, la niña se siente destrozada por la situación.—Eres una abuela mala, muy mala. No te quiero y nunca te voy a querer. Le diré a mi papito lo que has hecho. Ya no quiero vivir aquí— lo dice con mucho resentimiento y sus mejillas rosaditas empapadas de lágrimas.—Es tu palabra contra la mía, mocosa. Y de aquí no saldrás nunca, porque tu madre estará mucho tiempo en prisión. Así no te guste, aquí te quedarás porque eres una Caristeas—¡Mala!! ¡Mala! ¡No te quiero!— la niña le dijo tan furiosa que su rostro se ruborizó y salió corriendo hacia el jardín.—¡Me irritan los niños!— exclama Berenice, ella sabe que se debe comportar, la cuestión es que la actitud y las palabras de Caroline la pusieron en alerta. Por tal razón, hará lo posible por hundirla más en la cárcel, porque claramente le sirve que esté encerrada. —¿Qué carajos me miras?— le pregunta a Andrea, quien está en silencio y su mirada lo dice todo. —Una palabra de esto a alguien y t
—Esa es mi petición, hijo. No te cuesta nada hacerlo, a menos que estés enamorado de esa gata, lo cual sería un desperdicio—Sabes que Berenice…— Parker tuvo que contener sus palabras y lo único que dice es: —Déjame pensarlo— se da la vuelta porque no es capaz de mirarla más, ya que literalmente, donde Berenice fuera hombre, se agarra a puñetazos, pero como es una mujer, con golpes él no se va a igualar. Si no de otra forma...—Se que tomarás la mejor decisión, hijo. Después de todo, te quiero y lo hago por tu bien— sonríe falsamente y luego rodea los ojos. Parker cierra sus ojos por un momento para calmar su alma envenenada por causa de Berenice. Sin más, se marcha, necesita estar a solas y pensar con cabeza fría. Ahora lo que le preocupa es la situación de Caroline.. . Al caer la noche, Caroline aún sigue en la misma celda, acostada en aquella cama que parece una piedra de lo dura que está y el frío es tenaz. Le han llevado la cena, pero no le apetece comer. Lo único que quiere e
Andrea y Caroline tuvieron una seria conversación, llegando a un acuerdo. Afortunadamente, gracias al video, Caroline es libre de toda culpa, y Andrea continuará ocultando su identidad hasta que sea necesario. La venganza contra Berenice Caristeas apenas inicia.Berenice es informada por el hombre de confianza de su escolta, el cual se llama Saúl, quien, al no estar Hades, queda a cargo de toda la seguridad de la mansión.—¡Eso es imposible!— Berenice no puede aceptar que todo le haya salido mal.—Señora Caristeas, Hades estará en prisión y está desesperado. Pide que por favor usted interceda por él—¡Es un idiota! Allí se quedará y pobre de él donde habrá la boca y diga toda la verdad, porque será hombre muerto. Ahora que tomas el cargo, cuidado con un error, porque no lo tolero. Necesito que investigues dónde está Caroline—Señora Caristeas, con todo respeto, creo que lo mejor es que solucione lo de Hades. Quizás él, de los nervios, confiese la verdad y eso a usted no le conviene. Y
—¿Por qué te quedó tan grande hacerlo?— Le pregunta entre dientes y Irene lo que hace es cruzarse de brazos.—¿Crees que me quedó grande?— Le pregunta mirándola con seriedad.—Hice todo tal como me lo dijiste. Cuando Lisandro se empezó a sentir mal, se encerró en el baño por mucho tiempo. Me quedé prácticamente cenando sola. ¿Te parece justo? Llegamos al hotel y sabes qué hizo. ¡Se la pasó en la laptop hasta la madrugada! Me dices a mí que no hacer las cosas bien y mira lo que te pasó con Caroline. Después de todo, no eres una genia como lo piensas y no todo gira a tu alrededor— Le habla sacando todo eso que ha guardado estos años.Berenice lo que hace es quedarse en silencio porque es verdad todo lo que le dijo Irene, pero eso lo que hace es ponerla a pensar aún más para recrear sus planes en mejor versión.Lisandro llega a la habitación de la niña y la encuentra dormida, pero al acercarse, se arrodilla y apoya sus codos en la orilla de la cama, teniendo a su hija a escasos centímetr
Caroline hizo su entrada, como una visión celestial que robó la respiración de todos en la habitación. Su vestido color negro largo y sexy, ceñido a su cuerpo esbelto, resaltaba cada curva y contorno de su figura. La seda negra parecía fundirse con su piel, como si fuera una extensión de su propia esencia.Irene, Berenice y Lisandro se sorprendieron al verla, sus ojos fijos en la belleza que se erguía ante ellos. Irene se sintió eclipsada por la radiante presencia de Caroline; su propia belleza palidecía en comparación. Berenice, por su parte, frunció el ceño, molesta por la atención que Caroline estaba recibiendo.Pero fue Lisandro quien sintió el impacto más profundo. Su corazón se detuvo en su pecho; su respiración se suspendió. La confusión se reflejó en su rostro, como si estuviera luchando por comprender qué estaba sucediendo. ¿Por qué Caroline estaba allí? ¿Por qué estaba tan hermosa?Caroline avanzó hacia ellos; su mirada encontró la de Lisandro sin poderlo evitar. Sus ojos, c
El silencio reina en el baño, donde Caroline desea llorar por la situación que le ha tocado vivir. Por una parte, le alegra verlo mejorar físicamente luego del accidente, pero es tan guapo y su perfume es tan atractivo que la conlleva a tener una lucha interior. Siente que le falta el aire, que al fijar su mirada en sus labios siente sed por querer besarlos, desea que sus manos tomen su cuerpo con posesividad. Sin embargo, elimina esos pensamientos y alza su mentón para mirarlo con firmeza.—¡Responde!— Lisandro está hirviendo en celos sin darse cuenta. —¿Cómo es que dices amarme y estás con mi hermano? ¡Me haces pensar que todo fue mentira y que realmente querías jugar con ambos para llegar a esta posición!— Su forma de hablarle es rencorosa, con su ceño fruncido y mirada desafiante.Caroline lo abofetea, irritándolo aún más, haciendo que él la tome de las manos ejerciendo algo de fuerza y luego la acorrale en la fría pared.—¡Déjame, Lisandro!— le ordena entre dientes.—¿A qué caraj
—¡No te debo nada! Trato de recordar ese supuesto amor que surgió entre nosotros, pero esto que te dire no es para ofenderte, sino para que me aclares el motivo de por qué cuando veo a Caroline siento que necesito tenerla a mi lado y que contigo eso no me sucede. Resulta que tuve una relación con ella de 8 años. ¿Quién miente entonces?Irene quedó pasmada con la confesión de Lisandro y sintió un nudo en la garganta, tanto que no pudo defenderse y tristemente lo vio marcharse. Lisandro intentó alcanzar a Caroline, pero ella ya estaba llegando a la primera planta. Trataba de bajar con cuidado ya que tenía a Aileen entre sus brazos y no quería tropezar y que su hija se lastimara.—¡Caroline, espera por favor!— le pidió, pero ella no quería hablar más con él, no por el momento.—¿Están discutiendo?— preguntó Aileen y empezó a llorar. —Tranquila, hija, cierra tus ojos y cubre tus oídos, por favor— le suplicó, y la niña, tan obediente, hizo caso.Cuando Taylor llegó a la primera planta, pre