—¡Lisandro!— Posa sus manos en su rostro para hacerlo reaccionar, pero lo que él hace es abrazarla, porque siente nostalgia por aquel recuerdo. Sus pequeños hijos miran en silencio y Caroline le corresponde aquel abrazo.—Perdóname—. Ella puede sentir los fuertes latidos de su corazón.—Cálmate…— balbucea al sentirlo temblar y no lo comprende. Realmente, ella se está asustando.—Perdón por no recordarte. He tenido un recuerdo de nuestros hijos—. La confesión de Lisandro hace que ella lo abrace más.—¿Papito, qué tienes?— Aileen no se aguantó las ganas de preguntar.—¿Estás triste, papá?— Connor no tiene la fuerza para hablar en voz alta, no obstante, pueden escucharlo.—Tranquilos, niños—. Caroline se aparta de Lisandro. —Su padre está bien—. Mira el labio lastimado. —¿Qué te pasó en el labio? ¿Dónde está Parker? —Me he golpeado, y mi hermano se ha ido. Vamos a dormir a los niños—Lisandro…—. Lo menciona sintiendo su cuerpo temblar.—¿Sí?—No importa si ya no me recuerdas—. La mirada
—Es fascinante tenerte a mi lado—. Lisandro acaricia el cabello de Caroline, y literalmente ella siente más amor por él, aunque no se lo diga. Después de todo, ella lo lastimó y eso le generó desconfianza, aunque entre sus brazos se siente como una pequeña quien necesita amor, protección, ese calor que solo él le ofrece inconscientemente. —Es hora de dormir… Quédate aquí, dormiré con Aileen—. Intenta apartarlo de su lado. —Sé que estás cansada, pero siento que necesito más de ti. Además, ya recargué energías. Déjame hacerte mía nuevamente—. Lisandro la vuelve a besar con intensidad, y ella no se puede resistir. Sus besos y caricias son explosivas, sumergiéndose ambos en el placer. —Eres mi perdición, señora Evans El móvil de Lisandro empieza a sonar. —Contesta, ese sonido va a despertar a los niños—. Ella está agitada. —Joder, ahora no—. Lisandro se molesta y saca el móvil del bolsillo de su pantalón, contempla que es un número desconocido. —Quizás no es importante, tú sí lo
—¿Cómo es posible?—. Lisandro se colocó de pie y el oficial Harris se acerca para proteger a Andrea, pero ella lo mira para darle tranquilidad, por lo que su compañero de trabajo detuvo sus pasos. —¿Cómo es eso de que eres la hija de la ex amante de mi padre? ¿Nos has estado espiando?—. La señala, pero Andrea no es cualquier mujer que se deja pisotear ante un hombre; por esa razón se levanta con firmeza, posando sus manos en la mesa y mirándolo con desdén. —¡Usted, señor Lisandro Caristeas, no me importa! Lo único que me importa es hundir a Berenice Caristeas, esa malévola mujer que arruinó mi vida...—. Se da la vuelta, dirigiendo sus pasos hacia la ventana que tiene una excelente vista, y luego lleva sus manos hacia atrás para entrelazar sus dedos y, en esa posición, hablar con determinación. —Desde que mi madre fue asesinada, juré vengar su muerte, y hoy confirmé que Berenice sí es la culpable. No hay un día en que no piense en ello; es insoportable tener a esa bruja cerca, pero lo
Al salir de la habitación, Caroline observa a Irene muy disgustada porque no la dejan entrar.—¿Qué haces aquí?— le pregunta, mirándola con desdén. Kiran se hace frente a Caroline como protección para que Irene no se atreva a hacerle nada.—¡Contigo es que quiero hablar!— Irene le sostiene la mirada, por lo que Caroline no confía en ella después de todo lo que le hizo y dijo.—Si quieres hablar, lo haremos en otro lado. No pienso permitir que le arruines la paz a mis hijos—. Caroline se hace a un lado para dirigirse a la cafetería.—Kiran, quédate aquí, y no quiero a ningún escolta conmigo. Sé cuidarme sola—. Aquellas palabras las dijo mirando a Irene, quien tensa su mandíbula al ver el empoderamiento de Caroline.Al llegar a la cafetería, Caroline toma asiento y está atenta a los movimientos de Irene.—¿A qué has venido?— le pregunta, mirándola con desconfianza.Irene toma asiento frente a Caroline y, en ese momento, se acerca una mesera.—Buenas, ¿qué desean ordenar?—Una taza de té
La conversación que Caroline tuvo con Irene es algo que solo compartirá con Parker. Lo malo de todo es que Irene no parece dispuesta a colaborar en demandar a Berenice, en acusarla. Ella pidió tiempo y lo que Taylor percibió es que Irene le tiene miedo a Berenice, lo cual la dejó con la curiosidad. Irene insistió en ver a Patrick, pero Caroline le dijo que no era el momento y que debía hablar con él primero para saber si deseaba hablar con ella.Por otro lado, Lisandro aún está consternado. No obstante, decidió colaborar con Andrea para llegar al fondo de la investigación, es decir, le dio prioridad a su pequeña familia. Al regresar a la mansión Resort, Octavio saca fuerzas de voluntad para actuar ante su esposa, quien está siendo atendida por una enfermera auxiliar.—Lisandro, hijo—. La madre pone una cara de sufrimiento que solo causa repulsión en Lisandro, pero él deja a un lado ese odio que siente por ella para hacer bien su papel —¡Octavio!— se sorprende al ver a su esposo, ya qu
En ese momento, Lisandro Caristeas sintió el verdadero terror al escuchar la voz de Caroline, mientras que la mujer se alejaba tranquilamente de Lisandro con una carita inocente, como si fuera un angelito que no parte ni un plato. Lo más fuerte eran los celos de Caroline, aunque no lo quería demostrar; su rostro se ruborizó al ver a Lisandro en los brazos de otra mujer.—¡Maldición!— espetó Lisandro mentalmente al ver la mirada afilada que la madre de sus hijos le lanzó.—Lisandro— lo volvió a mencionar Taylor. —Un gusto, soy Priscila—. Extendió su mano para saludarla, gesto que observó Caroline para luego mirarla a los ojos de manera seria.—Mi amor—, Lisandro se acercó a Caroline y la tomó de la cintura, por lo que Priscila se sintió algo perdida. —Es una vieja amiga—, agregó y literalmente le estaban sudando las manos. —Ha venido para que la ayude; quiere mostrar sus cuadros para obtener dinero. Siento que deberíamos darle la oportunidad—. Ejerció más agarre en la cintura de Carol
Caroline no tuvo opción que ceder en hablar con Lisandro, así que con mal genio le responde:—Tiene 5 minutos. Parker, cariño, háblale sobre el evento. No me tardo—. Mira a Priscila de pie a cabeza para luego dirigirse a la oficina y Lisandro la sigue.—¿Qué vienes realmente a hacer aquí? ¿Por qué tu carita de inocente no te la creo, Priscila?—Vengo en busca de una oportunidad—¿Segura? ¿O vienes a ocasionar problemas? De una vez te digo que pierdes el tiempo—Vengo solamente a trabajar. Por cierto... ¿cómo permites que tu esposa esté a solas con Lisandro?—No seas metiche; no es tu problema—Eres muy grosero, Parker. Hace años eras más gentil—Si lo dices por el tiempo en el que eras la novia de Lisandro y tú y yo teníamos sexo... ese tiempo ya pasó. He madurado. Así que cuida tus intenciones, Priscila. Y por cierto, deberías ir al gimnasio; estás espantosa. Se nota que has tenido muchos hombres durante estos años—¿Cómo te atreves a hablarme así?— La mujer frunce el ceño por el at
Parker la mira con una mezcla de nerviosismo por no saber cómo va a reaccionar Caroline y, a su vez, con determinación para que ella vea que es real y no es una broma lo que él le ha confesado. Al verla pasmada, toma una profunda respiración para continuar hablando.—Desde que te conocí, he sentido algo especial, Porti. Eres tan diferente a las otras mujeres y tienes un corazón tan bueno... Me pareces una mujer maravillosa—Ay, Parker…— Caroline habla con un hilo de voz, perpleja con esa confesión.—Déjame hablar, por favor—. Parker lleva sus manos a la cabeza y jala ligeramente su cabello por el estrés que siente porque nunca había sentido algo especial por una mujer. —Me gustaría pensar que hay algo más entre nosotros que una amistad y un matrimonio falso—. Desconcertada, Caroline no había visto esto venir, ya que considera a Parker como un amigo cercano en quien confiar.—Parker…— Lo nombra, intentando encontrar las palabras adecuadas para hablar sin lastimarlo, porque ella lo esti