entre mis brazos

Caroline no tuvo opción que ceder en hablar con Lisandro, así que con mal genio le responde:

—Tiene 5 minutos. Parker, cariño, háblale sobre el evento. No me tardo—. Mira a Priscila de pie a cabeza para luego dirigirse a la oficina y Lisandro la sigue.

—¿Qué vienes realmente a hacer aquí? ¿Por qué tu carita de inocente no te la creo, Priscila?

—Vengo en busca de una oportunidad

—¿Segura? ¿O vienes a ocasionar problemas? De una vez te digo que pierdes el tiempo

—Vengo solamente a trabajar. Por cierto... ¿cómo permites que tu esposa esté a solas con Lisandro?

—No seas metiche; no es tu problema

—Eres muy grosero, Parker. Hace años eras más gentil

—Si lo dices por el tiempo en el que eras la novia de Lisandro y tú y yo teníamos sexo... ese tiempo ya pasó. He madurado. Así que cuida tus intenciones, Priscila. Y por cierto, deberías ir al gimnasio; estás espantosa. Se nota que has tenido muchos hombres durante estos años

—¿Cómo te atreves a hablarme así?— La mujer frunce el ceño por el at
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP