83. LUZ.

—Abre los ojos, princesa —Ivar no se había despegado de Valeska durante esos primeros 5 días de recuperación, pero aunque su cuerpo respondía al tratamiento, su mente era otra cosa.

Dos semanas después y el resultado casi parecía ser el mismo, Valeska estaba en un estado de mínima consciencia. 

—Te juro que… —ahí venían esas tontas lágrimas de nuevo—. Te juro que cuando abras los ojos todo estará solucionado. Te juro que seremos felices y nos iremos de viaje dos meses.

Un mes después las ojeras en los ojos de Ivar, eran la prueba de que su vida se estaba consumiendo junto a Valeska, que poco a poco iba mejorando físicamente.

—Cuando a

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