—¡Sal ahora! —El grito que Ivar dio por el teléfono sorprendió a Danella.—No tengo a donde ir —ella estaba asustada y entre el bolso que tenía logró meter las carpetas que tanto necesitaba Ivar. La elegante y exótica chica no había podido tomar ropa, joyas, zapatos, nada, únicamente sus documentos y lo que tanto anhelaba Ivar. Los nervios le estaban ganando la batalla y ella nerviosa no pensaba muy bien, sin embargo sabía obedecer a Ivar al pie de la letra, aunque la historia demostrará todo lo contrario.—Ven a las oficinas, pero tienes menos de media hora, para librarte de Acke.—¿Qué hiciste? Te pedí 5 días, solo han pasado 3, Acke está como loco, no tienes idea… —ella quiso decirle más, pero estaba corriendo en dirección a uno de los autos de Ivar que la esperaban fuera de la casa de Acke. Estaba llorando y Danella no lloraba, odiaba verse en un estado tan deprimente, pero lo que había pasado la noche anterior, solo lo había soportado por Ivar—. Todo por tu tonta esposa. ¿Vale l
—¿De qué hablas? —Le quité todo. —Se va a enloquecer. —Eso es precisamente lo que quiero que pase. —Ivar eso no es inteligente de tu parte. —Es riesgoso, ¿inteligente? Aún más. —Va a salir de caza. —Está de caza hace mucho, se atrevió a tocarte —Ivar miraba por la ventana eran las 7 de la noche, había estado todo el día entre la oficina con Danella, que no paraba de sollozar y chillar, le fastidiaba verla, pero algo de compasión paso por sus ojos cuando se dio cuenta que la golpiza que le dio Acke fue brutal. No había llamado durante el día a preguntar por Valeska, sabía que estaba bien, quería llegar a verla, a besarla, a follarla, quería verla rendida entre su brazos y beber de la vid que era ella para él. Pero necesitaban su espacio, necesitaba pensar con cabeza fría su siguiente golpe. Acke sin dinero y sin poder era aún más peligroso que con todo el dinero del mundo entre sus manos, porque recurriría a sus amigos y no precisamente a los buenos, aunque Ivar tenía a los due
Los autos se movían por la ciudad a una velocidad desmesurada, porque la situación así lo ameritaba, era necesario que nada los detuviera y la distancia jugaba en contra de Ivar y su escuadrón de seguridad, tres camionetas y un sedan ultimo modelo de lujo donde iba sentado con la ansiedad escurriendo por su frente.—¿Cuánto falta? —Ivar preguntó al hombre que conducía su auto y era uno de los mejores del país. Tal vez un piloto profesional envidiaria sus habilidades aunque el orgullo no lo dejará reconocer aquello.—10 minutos.El chico era serio, no necesitaba decir mentiras, amaba hacer su trabajo y conducir, escuchaba música por unos viejos audífonos mientras hacía aquello porque de esa manera era aún más rápido, aunque ciertamente nadie sabía lo que escuchaba con exactitud. Poco le importaba la situación penosa de su jefe, solo sabía que debía reducir esos 10 minutos a 5 y si que lo estaba logrando, solo alguien con los nervios de Ivar podría resistir tal velocidad y viaje. Al ti
No era una mala idea, aquel pensamiento era oscuro y triste, pero de alguna manera agradable para mi. Despertar en medio de los brazos de mis padres y en compañía de mi abuela. Me mire en el espejo del elegante baño una última vez, media noche y no podía pegar el ojo, sabía que este día llegaría y que me dolería hasta el tuétano, que no podría respirar, que lloraría hasta que mis lágrimas dejaran de salir. Pero nunca creí que reaccionaría de tal forma que pareciera que nada pudiera afectarme. Nunca creí que la muerte de mi abuela llegaría envuelta en un mar de sentimientos extraños. Ivar no había llegado esa noche a la habitación, creí que tal vez iría tras mis pasos y me daría el abrazo que tanto necesitaba, pero después de todo fui yo la que le dijo que se alejará de mí. —¿Qué hiciste, Ivar? ¿Qué estamos haciendo?Habían pasado semanas desde que me encerró en casa, no salí para nada y no hacía nada que no fuese encargarme de la organización de una casa tan grande, de vez en cuand
Valeska estaba mirando por la ventana de su habitación, afuera todos los empleados esperaban cabizbajos por su salida. Ivar no había amanecido a su lado, era extraño teniendo en cuenta la noche que habían pasado, hacía mucho tiempo que no se sentía tan cómoda y por eso le extrañó que Ivar no estuviese para acompañarla a la funeraria.—¿El señor? —pregunto a la mucama que entró a la habitación para informarle que el auto ya estaba listo para transportarla.—Partió justo después del amanecer, dijo que era una urgencia. —¿Urgencia? —preguntó inquieta sin quitar su mirada en dirección al exterior de la casa. Pensó en Isak y Ragna, creyó que algo había sucedido con ellos y por eso utilizó su celular para saber de ellos, mientras bajaba las escaleras de la casa.—¿Cómo estás? —preguntó Ragna antes de que Valeska pudiera decir nada.—No lo sé, ¿Ustedes?—Por fin Isak pudo dormir toda la noche, el dolor ha cedido considerablemente y las pesadillas no estuvieron presentes hoy.Por la respues
Fueron 3 golpes a la puerta, Valeska apenas si se removió de su lugar.—¿Qué sucede? —Ivar preguntó detrás de la puerta.—Por favor revise su celular.¿Dónde demonios estaba su celular? No tenía idea, lo rebusco y entonces en su bandeja de entrada había un paquete de fotografías.Una más aterradora que la anterior. Miró en dirección a la cama y maldijo mil veces a Acke, sabía que no se quería despegar de Valeska y menos ahora que había logrado una breve pero consistente reconciliación, había arruinado todo en el mismo momento en que llamó a Joshua, pero ya no podía reparar el tiempo, sin embargo lo que estaba en su celular era una nueva prueba a su paciencia. Si se iba lo iba a arruinar, pero si no iba la chica estaría en más peligro del que él había considerado. Nunca creyó que Acke se tomaría tantas molestias para con Danella.Lo que nunca imaginó Ivar es que aquello era la trampa más tonta y propicia que su padre pudo preparar para él, era un simple traspié y él había caído de ca
“Con el tiempo se arregla todo”. La lluvía caía sobre el cuerpo de Valeska, las personas ya no estaban a su alrededor, dos horas después del entierro de su abuela ella ya no sentía ganas de hacer nada, vio como lentamente el ataúd fue cayendo entre la tierra, se quedó observando fijamente cuando la tierra fue lanzada para cubrir aquel aguajero y como las personas que habían asistido, poco a poco lanzaban flores allí. Vacío, eso era todo lo que tenía adentro.—No deberías mojarte —Daven la cubrió con una sombrilla, mientras que Ivar observaba en la distancia la escena, con el corazón sangrando y latiendo entre sus manos.Estaba perdiendo a Valeska frente a sus ojos, estaba perdiendo la razón por la que se aferraba a la vida.—¿Qué haces aquí? —Todos en el restaurante nos enteramos.—Entiendo —no había palabras tampoco, no tenía ganas de decir nada en absoluto.—Debes ir a casa.—No tengo una.Valeska se dio cuenta que esa era su nueva realidad, cuando se divorciará de Ivar, ella no
Cuando Valeska abrió los ojos estaba en su habitación, en la de siempre, sintió su mundo girar de repente y el mareo volvió, su cabeza parecía que iba a estallar y entonces las palabras de Ivar golpearon su realidad. “¡PERO NO VOY A SER UN COBARDE COMO TU MALDITO PADRE, QUE LE JURÓ AMOR A MI MADRE Y LA DEJÓ MORIR!” Eso significaba muchas cosas, demasiadas, más de las que ella quería asimilar, pero tenía que aceptar lo que había dicho Ivar. Su pasado y el de Ivar estaban unidos y atados desde hacía mucho tiempo, eso era algo que ella no sabía, era algo de lo que no tenía ni la más mínima idea. O tal vez simplemente no lo recordaba. —Señora, buenos días. —¿Días? ¿Cuánto dormí? —Le suministramos un calmante, por eso logró dormir toda la noche. Valeska apenas si reconoció a la enfermera, era la misma que había cuidado de su abuela. Cerró sus ojos y nuevamente el recuerdo llegó aún más vivido. Recordó la forma brusca con que Ivar la sostenía y esa mirada cargada de dolor, miedo y gru