Los golpes ligeros me sacaron de mis meditación. Me asuste porque desde que vivía allí, nadie, excepto la pelirroja salvaje, había venido.Los golpes continuaron y esta vez eran más fuertes, deje la sopa a fuego bajo y camine hasta la puerta.—¿Quién? —pregunté indecisa. —Ivar, abre, maldito loco. —Ivar... No te puede atender —dije suavemente, tal vez ni me había escuchado porque se quedó en silencio todo. Estaba por marcharme cuando la voz del chico me llamó de nuevo.—Dile que es urgente, por favor. —Está enfermo, no ha tenido un buen día.—Soy Joshua, el mejor amigo de Ivar. Solo quiero saber como esta, anoche durante las peleas… No fueron fáciles y él no quiso quedarse a que lo revisaran.Abrí, era un pelirrojo gracioso y sus palabras me convencieron. —Ha tenido fiebre todo el día.—Lo sacudieron —hablo más bien para él mirando al suelo.—¿De qué hablas? Necesito saber si debo llevarlo al hospital —esas últimas palabras me dieron atención.—Nunca lo lleves a un hospital —era
No importaba cuanto tiempo pasara, el dolor de las fuertes golpizas siempre me dejaba destruido. Me dolía el pecho, la cabeza, las manos, me dolía hasta la conciencia y yo no tenía de eso. Pero sin importar la razón, no quería molestar a Valeska durante su día de descanso, no era la primera vez que me daban una paliza, sabía que era lo que tenía que hacer para recuperarme, ya lo había hecho varias veces solo, que estrella estuviese en casa no iba a cambiar las cosas, tenía que dormir y descansar. Ese era el primer paso, luego tomar los analgésicos y poner ungüentos, probablemente en un día o dos ya volvería todo a la normalidad. Eso creí hasta que la m*****a fiebre me atacó. Solamente fueron dos peleas y por alguna estúpida razón no me podía concentrar, gané, pero con demasiado esfuerzo lo que no era normal en mí y recibí golpes que me estaban pasando factura. Por alguna clase de hechizo, desde que Valeska había llegado a mi vida vida, esta se me volvió una rutina, todo era más
Pero la madrugada de ese sábado fue cuando me di cuenta que todo cambió para mi, esa madrugada eran solo las 3 de la mañana y su lindo y firme trasero estaba al aire, se notaba que había dado vueltas como loca por la cama y el pijama que era como una gran camisa de seda se había enrollado casi hasta sus caderas.¿Una tentación? No, Valeska era un monumento a la perdición, su pelo rubio y sus labios rosados hacían que yo quisiera clamar por su atención.Aún no sentía tanto dolor, así que decidí tomar ducha de agua fría y tal vez eso fue lo que causó que la fiebre se activará.Pase de estar consciente, recostado en la cama junto a Valeska a simplemente no recordar mucho.Y luego de todos sus cuidados, mientras mis ojos estaban fijos en el techo, yo repasaba cada día desde que Valeska había llegado a mi vida y también las palabras que le había acabado de decir a Joshua. "Mañana no va a ir a esas estúpidas peleas, es más no lo esperes por el resto de la semana" Aquello no paraba de reso
Laotong es un término chino, que se traduce como "hermanas de la vida". Es una relación de amistad íntima y duradera entre dos mujeres, más fuerte e importante que cualquier otra relación. "Las LAOTONGS son amigas para toda la vida, su amistad es más fuerte que el acero" * * * AÑOS ATRÁS * * * —Ragna no, regresemos a la casa, por favor —en esa época de mi vida, yo solo conocía el miedo. —Por favor, Valeska —pero como siempre, los ojos de Ragna estaban tristes. Yo era una niña y por esa razón para mi era demasiado difícil comprender porque mi hermana, que tenía todo lo que me habían quitado, siempre estaba triste. Ella siempre tenía sus ojos muy rojos de tanto llorar, siempre estaba con vestidos nuevos y bonitos, de colores y telas hermosas mientras que yo andaba con trapos viejos y que no eran de mi talla. Mi hermana Ragna quería salir a jugar a esa zona que colindaba con la casa vecina, era como territorio neutral, allí un par de hermanos que poco recordaba, se tomaban el tiemp
Clavé mis ojos por la ventana y volví a beber, porque ya ragna había llenado de nuevo el cristal vacío.¿Cuántos vasos había bebido? Los suficientes como para sentir mis mejillas rojas, pero no tanto como para estar ebria. ¿En qué momento empezamos a cantar y bailar sobre el sofá?, ragna tenía varias prendas sobre su cuerpo y yo creía que estaba viendo bien, pero en realidad veía algo borroso. El sonido de la música era estruendoso y estaba agradecida de no tener vecinos, así no tendría problemas con la policía por escandalosa. Era la primera vez que yo me mostraba así tan desinhibida y tranquila, por primera vez en mi vida sentía que todo estaba al fin en orden, estaba sonriendo y bailando, brincando y gritando las canciones que sonaban con el volumen por las nubes. La locura de Ivar me estaba envolviendo, ¿Era por Ivar? ¿En serio ese hombre me traía buena suerte? ¿O solamente era el destino? y las cosas que me estaban pasando era por que así estaba escrito, sin importar si él lle
Era un color rosado, casi rojo. Sus ojos se veían más claros, casi transparentes y estaban abiertos de par en par, sus manos aferradas por completo a mi camiseta, apretaba con tanta fuerza que sus nudillos estaban blancos. Mis ojos estaban fijos en los suyos, pero no estaba dando paso a ninguna expresión, yo estaba completamente hipnotizado con su mirada. —¿Qué... Qué hicimos? —Su voz era casi inaudible. —Nos besamos. —Me besaste —afirmó enseguida enderezandose. —¿Valeska? —su respuesta no me gustó para nada. Además de una erección. —Ivar, estoy… —No, no mientas, no estás borracha —me adelante a su excusa tonta. Me dio una amplia sonrisa que me volvió loco y no pude evitar lanzarme a sus labios nuevamente. La bese, la estaba besando, al fin sus labios estaban siendo míos y solo míos y entonces algo se activó en mi cabeza, sentía que mis pies estaban flotando, que mi cabeza había estallado en un patético y miserable arcoiris, sentía que mis manos eran como brillantina dorad
Mi estómago parecía envenenado por miles y miles de mariposas color rosa, mi mente no estaba racionando, mi cuerpo mucho menos. El impacto de sus palabras en mí fue brutal, Valeska me deseaba tanto como yo a ella. El beso hizo que mi temperatura corporal subió precipitadamente, mis manos apretaban y amasaban sus nalgas con deseo, su mirada me llevó a un atardecer mágico, sus manos recorriendo mi piel eran como un rosal lleno de espinas de algodón, rasgaba pero no dolía, era encantador. —Eres deliciosa, me encantas—susurre en su oído y ella empujó su pelvis para pegarse más a mi, quería más. Quería ser brusco, el instinto me lo dictaba, quería apretar con más fuerza, presionar, morder, lamer, pero enredados como estábamos y haciendo uso del poco autocontrol que me quedaba, deje con delicadeza su espalda sobre la cama, allí mis labios rodaron por su cuello y deje un camino de besos por las montañas de sus senos, mordí sus pezones por encima de ese hermoso encaje que era el sostén
—Voy tarde, tienes que...—No, te prometo que vamos a llegar a tiempo.—Ayer —mordió mi labio con algo de brusquedad— dijiste lo mismo y… —tenía esa sonrisa a la que no podía decirle que no. Finalmente Ivar me atrapó de nuevo en sus brazos y mi estómago quedó descontrolado, mi risa infantil y mis mejillas sonrojadas, me dejaron expuesta a su voluntad. Luego de estar follando toda la noche, Ivar abrirá sus ojos buscando exactamente lo mismo. Sexo. —En serio, debo ir a trabajar.—No tienes que ir.—Si, mis deudas no se pagan solas y...—Valeska, solo te pido un día conmigo. Nada más —una petición extraña a mi parecer. Desde esa primera noche que pasamos juntos, fue imposible simplemente detenernos y sobre todo separarnos, Ivar dejó de ir a las peleas durante esas dos semanas y cada noche esperaba por mi afuera del restaurante, en las mañanas no alcanzaba a quitarme el casco cuando ya tenía de nuevo sus manos sobre mi piel y la verdad es que luego de esa primera noche no estaba dispue