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CAPITULO 2 AMIGOS EN NEW YORK.

Aleina y Roger

Prepara la botella de whisky mientras reviso en el frízer si hay hielo ─ le pido a Roger, desde que falleció Lissie,  hace dos años cada vez que nos reunimos con los chicos es puro llorar.  Roger,  entendió a lo que hacía referencia y se fue hacia la licorera a revisar que tanto licor teníamos 

─ Lo mejor será salir a bailar eso por lo menos no nos mantendrá llorando y ya está bueno de lágrimas, no debemos apoyar más a Jordan con eso. ─ Formuló mi esposo revisando la cantidad de licor que teníamos.

─ Roger, es difícil cuando se ama tanto, no imagino mi vida sin ti. ─ Sentencié acercándome a él,  para besar sus labios 

─ Bueno por lo menos esta vez lo sentí animado cuando me dio la noticia y parece que Ivanna,  se lo había llevado a bailar. ─ Informó mi esposo. Sonreí imaginando a Ivanna,  bailando por largas horas. Todavía recuerdo cuando Lissie y yo la enseñamos.

─  “Hey, no eres un robot, siempre debes recordar que el cuerpo es armable y desarmable. Sino  pierdes tus miembros claro ─  se quejó Lissie,  al notar que Ivanna,  parecía un palo en la pista  donde la habían arrastrado Jordan y Roger. Lissie y yo nos movimos estilo Michael Jackson,  y la obligamos a irlo practicando. Luego le enseñamos a soltar su cuerpo y mientras más copas le dábamos, más la animábamos. Lástima que en aquel tiempo le agarró el gusto a las copas,  para olvidarse del desgraciado que la había engañado con su hermana.

─ ¿Es  Lizzie o  Lissie?  ¿Cómo lo digo? ─ Preguntó Ivanna,  con su lengua medio enredada por las copas de vodka que había consumido 

─ Es Lissie, pero a veces las personas lo pronuncian Lizzie y no me molestan y en cuanto al baile todavía pareces una tabla, así que a mover los hombros, las caderas y las piernas, la nalgueó Lizzie,  sacándonos una carcajada a todos como ella siempre lo hacía. Nadie podía estar triste cerca de ella. Lissie,  siempre era un encanto rebosante de felicidad, risas y alegrías”. El timbre del departamento sonó

─Yo voy, cielo. ─ Mencionó Roger,  pasando por mi lado. Ya Jordan e Ivanna, nos habían visitado dos veces desde que nos habíamos mudados, así que no había problemas de que no dieran con la dirección. Roger llegó a mi lado con el ceño fruncido y una sonrisa. Detrás de él,  Jordan e Ivanna, mi amigo arrastraba una maleta con una mano y con la otra rodeaba la cintura de Ivanna.

─ Hola chicos ─ saludé a ambos acercándome y dándoles un beso en la mejilla a cada uno, fruncí también mi entrecejo al notar la felicidad de ambos.  Parecían otras personas y no los amigos afligidos que habíamos dejado en los Ángeles. Los cuales habían tenido que viajar a New York,  en tres oportunidades con esta y nosotros a los Ángeles en varias,  para reunirnos y ahogar el dolor en el licor.  Jordan soltó la maleta saludándome, luego lo hizo Ivanna.

─ ¿Estás cansada cielo?  ─ Le preguntó mi amigo a Ivanna,  mordisqueando el lóbulo de su orejay descendiendo hasta su cuello mientras su brazo se prensaba más en su cintura. Roger y yo nos observamos levantando una ceja. 

─ Y estos ¿Que se traerán? ─ Me pregunté mentalmente.

─ Un poco, claro por tu culpa mis pies están que se revientan.  ─  Protestó Ivanna, haciendo sonreír a Jordan, el cual ahora estaba besando el hombro de Ivanna. Roger, sonrió mirándome con disimulo.

─ ¿Tienen hambre chicos? ─ Pregunté caminando hacia la cocina con las tres personas siguiendo mis pasos 

─ Yo, mucha y desde que me enteré que voy a estrenar más.  ─ Mencionó Jordan,  rodeando a Ivanna,  desde su espalda llevándola más a su cuerpo y susurrándole algo al oído haciéndola sonrojar.

─ Jordan ─  protestó Ivanna medio girando su cuerpo y dándole un golpecito en el hombro a Jordan, colocándose tan colorada como un tomate.  Roger y yo, volvimos a unir nuestras miradas y la duda nos estaba comiendo a ambos. Mi esposo y yo comenzamos a servir los platos de comida. Jordan, acomodó su trasero en el borde de la Isla de la cocina. Ivanna se fue a mover para ayudarme, pero Jordan,  tomó su brazo acercándola nuevamente a él y plantándole un ligero beso en los labios, Roger y yo nos observamos con una sonrisa imaginando lo que estaba sucediendo entre nuestros amigos. La comida con ellos dos fue como empalagosa y hasta envidiosa entre tantos apapuches  y besos de Jordan,  para nuestra amiga.  Ivanna,  se levantó a lavar los platos y Jordan,  los secó. Luego se le plantó por la parte trasera a mi amiga abrazándola y besándola en su cuello, hombros y clavícula, parecía uno de los espectáculos que nos daban Lissie y Jordan. La lengua me picaba por preguntar y solamente desviaba mi mirada hacia ellos mientras acomodaba los platos y los cubiertos. Cuando salimos de la cocina nos fuimos para la sala. Jordan,  se acomodó en un mueble individual llevándose a su regazo a Ivanna, una de sus manos estaba un poco inquieta acariciando el abdomen de Ivanna.

─ ¿Qué desean tomar whisky, café,  otra copa de vino?  ─ Preguntó Roger 

─ ¿Qué deseas, cielo? ─ Le preguntó Ivanna a Jordan y su cielo no me extrañó  ya que ellos se trataban de cielo o cariño desde hacía mucho

─ Una copa de vino. ─ Sonrió Jordan,  dándole otro pico en los labios y mi curiosidad llegó al límite aunque los hechos eran obvios, pero yo deseaba escuchar la noticia de sus labios.

─ ¿Y Ustedes dos que se traen? ─ Pregunté con curiosidad.  Roger,  me observó como diciéndome que era obvio lo que estaba sucediendo

─ ¿Acaso no se nota? ─ respondió Jordan,  con una hermosa sonrisa que no se la notaba desde que murió Lissie, pero lo que terminó de matar mis dudas fue el beso de telenovela. No, que cuento de telenovela, ese beso era de película porno. Jordan, prácticamente se estaba comiendo la boca de Ivanna. Roger y yo nos observamos sonriendo. Yo,  imaginaba que esto sucedería, pero a pesar de que lo veía venir  mi mente aún se resistía, hasta este momento que lo estaba presenciando con mis propios ojos y me alegraba sinceramente por mis dos amigos, pero deseaba conocer los detalles.

─ Me alegro por Ustedes,  hermano ya está bueno de tanta tristeza. ─ Mencionó Roger, con alegría abrazando a nuestros amigos.

─ Entonces ¿Qué hacemos? ─ Pregunté  entusiasmada 

─ Ustedes,  deciden si salimos a bailar o a un lugar más tranquilo dónde escuchemos música y podamos al mismo tiempo conversar entre unos tragos,  para todos estar al día ─  sugirió Roger.

─ Música y conversación ─  sugirió a la velocidad de la luz Ivanna. Jordan,  sonrió conociendo que el baile no es lo de Ivanna.

─Todavía estoy cansada de todo lo que me hiciste bailar anoche ─ le reprochó Ivanna, golpeando suavemente su hombro 

─ Tú,  fuiste la que insistió en salir a bailar. ─ Mencionó Jordan,  estampándole otro beso pornográfico

─ Ya esto lo veíamos venir Jordan, demasiados celos eran por algo. ─ Intervino Roger,  observando a Jordan.

─ Yo,  también lo llegué a sospechar y sabía que nuestra mudanza para New York, los uniría a Ustedes más ─ les dije a ambos sonriendo. Esto era lo mejor que había sucedido, pero insisto deseo conocer los detalles. Después de una corta charla de los cambios laborales los chicos se fueron a descansar un rato. Sonreí imaginando lo que harían en la habitación. Porque si Jordan,  era manos inquietas en público  no imagino como sería en la intimidad. ¡Santo cielo! Solamente espero que Roger,  no se entere de mis pensamientos ─ me carcajee mentalmente y enseguida a mi mente llegaron los recuerdos de un episodio.

“Debimos irlo a buscar en su apartamento ─ mencionó Ivanna observando el lugar, se notaba incómoda con mi invitado el cual había seleccionado para ella y estaba sentada a su lado.  Roger,  le dijo que estaríamos aquí esperándolo ya verás cómo pronto llega y si no iré a patearle el culo,  para sacarlo de allá, Ivanna y Roger sonrieron con mi parlamento.

─ ¿Bailamos? ─ Le propuso mi amigo Lucas a Ivanna, ella arrugó la nariz enseguida

─ Ve a bailar ─ le dije empujándola antes que se negara 

─ Que afán el de ustedes por conseguirme un novio. ─  Protestó enseguida Ivanna.

─ ¿No quieres bailar conmigo? ─ Le preguntó Lucas, frunciendo su entrecejo, pero a su vez le hizo gracia la protesta de Ivanna. 

─ El problema es que no se bailar ─  se excusó ella y yo rodé los ojos sacándola del asiento. Hace mucho que había aprendido a bailar, lo que no soportaba eran varias horas en la pista 

─ Lucas te enseña. Él es casi profesor de baile, chisté la mentirilla ya que siempre era lo mismo. Lucas,  sonrió creyendo que de verdad esa era la excusa.

─ Tranquila resisto pisotones ─ dijo amablemente mi amigo llevando a una Ivanna,  hasta la pista con cara de tragedia.

─ Así nunca conseguirá un novio. ─ Me quejé y Roger,  se carcajeó 

─ Mira quien va haciendo su entrada ─ mencionó mi esposo. Giré la cabeza y Jordan, nos estaba buscando. Grité aunque era imposible que me escuchara por el ruido y la muchedumbre, pero Jordan,  sabía cual era nuestro lugar favorito y en unos minutos llegó al lado de nosotros y maldije que la amiga que había invitado no hubiese llegado todavía.

─ ¿Ivanna no ha llegado? ─ Fue lo primero que preguntó al acercarse y Roger,  le señaló la pista 

─ Está bailando, pero parece que la estuviesen matando ─ le dije a Jordan,  señalándolos  

─ Búscale una pareja que no baile y ella será feliz. ─  Mencionó  Roger,  llevando su bebida a la boca

─ Un novio que no baile ni de chiste, esos son los peores en la cama ─ mencioné observando a Ivanna y Lucas, bailar. Ivanna,  parecía que quería salir corriendo de la pista y no precisamente porque no bailara.

─ Y tú ¿Cómo sabes eso? ─ Preguntó Roger,  frunciendo el entrecejo y  Jordan,  sólo me observó 

─ Porque tuve un novio que no bailaba y en la cama era la misma pendejada  parecía un muerto ─  protesté y a mi esposo en vez de darle rabia soltó fue una carcajada. Los ojos de Jordan,  se expandieron y su sonrisa también se reflejó en su rostro  aunque sus ojos habían perdido la alegría que tenían cuando Lissie,  estaba viva.

─ Lo tomaré  en cuenta para no convertirme en un muerto.─  Mencionó entre risas Roger.

─ Tú serás todo en la cama menos un muerto ─ mencioné besándolo.  Jordan,  solo nos pasó por un lado. Me quedé mirando su andar hasta que llegó a la pista y pidió a Lucas,  bailar con Ivanna y en cuestiones de minutos se apoderó de la cintura de Ivanna,  sin soltarla en el transcurso de la noche.

─ Otro posible novio desechado ─  le dije a Roger, este sólo se encogió de hombros y me invitó a bailar”

─ ¿Ya están listas chicas? ─ Preguntó Roger,  desde la sala.

─ Ya casi ─ le dije aplicándome un poco más de lápiz labial. Ivanna, se estaba vaciando el frasco de perfume mirándose frente al espejo,  para ver su reflejo exquisitamente arreglado con un vestido corto. No era temporada del frio desgarrador,  pero tampoco era cálida la temperatura.

─ ¿Has Traído abrigo o te busco uno? ─ le pregunté a Ivanna observándola

─ Traje uno ─ mencionó dirigiéndose al armario donde habían acomodado la ropa de ella y Jordan, sacando un abrigo para cada uno. Ambas salimos de la habitación como si fuésemos dos grandes artistas a debutar. Jordan, se dirigió abrazar a Ivanna y Roger a mí, para dirigirnos a la discoteca. Tres contra una, ganan tres que preferimos la discoteca, bailar, hablar y tragos, en fin pasarla de maravilla. Llegamos a la discoteca, era una de las que estaba de moda y la cola era horrible. Levanté  más mi pechonalidad acomodando mi corsé, para que destacara más mi pecho

─ Vamos, tomé a Ivanna de la mano, busqué a un ex compañero de la universidad que trabajaba allí y que en aquellos tiempo soltaba la baba por mí. Efectivamente lo conseguí  pidiéndome que esperara unos minutos, sus ojos se pasearon por Ivanna y por mí. Jordan,  rodeó su cintura y yo casi le pateo el culo; Ivanna, rogaba porque no nos dejaran pasar, pero yo confiaba mucho en mi pechonalidad y no me equivoqué a los cinco minutos ya estábamos dentro de la discoteca que estaba que se reventaba del ruido y de gente, unos bailando, otros drogándose, por ciertas partes algunos haciendo otras cosas y teniendo cuidado para que no te llenen de sus asquerosos fluidos  y nosotros a beber,  bailar  y saciar mi curiosidad.

─ No creo que consigamos una mesa ─ mencionó Jordan.

─ La barra estará bien mientras conseguimos una ─ le mencioné a mi amigo cachondo, porque estaba peor que un pulpo, ni con Lissie,  lo vi tan desesperado metiendo mano.

─ La barra no me gusta ─ se quejó el cachondo.

─ Baja un poco tus niveles de ansiedad ─ le dije soltando una risilla insinuante.  Ivanna,  se sonrojó haciéndome reír mucho más. Llegamos a la barra empujando un poco de gente.  Jordan, pidió una botella de whisky pero yo prefería una bebida más fuerte.

─ Pensé que pedirían tequila,  para unos chupitos ─  les dije a los chicos 

─ Whisky está bien ─  mencionó Ivanna,  huyéndole a los chupitos. Dos horas después ya todos estábamos alegres y les había sacado a los chicos como había sido su unión y pensaba igual que ellos. Quizás Lissie,  desea verlos unidos y los dos se ven felices. En el transcurso de las horas  bailamos y reímos.  Jordan,  nos animó a nosotros a la cachondez  preguntándome mentalmente  ¿Porque Jordan estaba tan ansioso? Roger,  comenzó a comerme los labios en la pista,  así como estaba Jordan con Ivanna. Unas horas después nos regresamos a mi departamento con unos cuantos tragos encima. Roger, se había contagiado con Jordan y él, también estaba un poco ansioso restregándome su erección en mi trasero.

─ ¿No me puedes adelantar nada?  ─ Le preguntó Jordan,  medio borracho a Ivanna, acorralándola en la puerta de la habitación que le habíamos cedido.

─ Mi primera vez aquí cerca de Aleina,  para que luego me acribille a preguntas,  jamás. ─ soltó de pronto Ivanna y yo la miré  perpleja.  

─ Y ¿Dónde queda lo que me has prometido? ─ Le preguntó Ivanna a nuestro amigo.  Jordan,  sonrió con picardía besando a Ivanna,  con otro de sus besos  pornográficos

─ ¿Primera vez?   ─ Me pregunté y mi mente estaba asombrada y en ese momento entendí la cachondez de Jordan. 

─ Pobre Jordan ─ soltó una risilla Roger, cuando los chicos se metieron a la habitación.

─ Pobre ¿Por qué? Si la va desflorar en nuestro departamento.  Mañana le digo a Ivanna,  que me cuente los detalles. ─ Alegué y  Roger,  se carcajeó contagiándome

─ Por lo menos se ven felices y pienso que ese es un amor para siempre ─ Pronostiqué con un sonrisa como si fuese una pitonisa. 

─ Mejor cuéntale tú los detalles,  para que aprenda y así serán más felices ─ me propuso mi esposo ingresando a nuestra habitación.

─ Tienes razón ─ le dije mordiendo sus labios. Pobre de tú polla que tiene que complacerme toda la noche ─ Ironicé carcajeándome. 

─ ¿Toda la noche? ─ Musitó mi esposo levantando su ceja.

─ Ujum ─ susurré  mordiendo su cuello.

─ ¿Ellos se tienen que ir mañana? ─ Preguntó quitándome la ropa.

─ No lo sé ─ le respondí luchando desesperada con su pantalón.

─Ojalá que no,  porque tú y yo después de lo que vamos hacer esta noche no nos podremos ni parar ─  se carcajeó.

─ No prometas, cumple. ─ Le pedí carcajeándome.

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