Las semanas fueron pasando, Alfonso no solo llevó a Cecilia a las costas de Asturias, sino también a recorrer toda España, para que su pueblo se familiarizara con la nueva reina del imperio, todo estaba bien en el matrimonio real, de día la pareja perfecta al ojo público y en las noches ambos se dejaban llevar por la pasión que quemaba sus cuerpos……Cuando Cristina tuviera poco más de tres meses, Alfonso y Cecilia empiezan a planear el bautismo de la pequeña, para que así la bebé fuera consagrada al primer y más importante sacramento de todos…Cuando se desata una epidemia de viruela…-Esto no es bueno – diciendo el médico – esta es la quinta familia en morir…Los médicos se desesperan ha sido el brote de viruela más grave que han visto en sus años ejerciendo la medicina, los medicamentos no funcionan y la ciudad se está llenando de cadáveres que se pudren en las calles y casas.-¿Qué haremos?-Envía ahora mismo a los mensajeros, que avisen a todo el imperio, envía un halcón a Madrid
Durante todo el trayecto hasta Galicia, Cecilia no deja de pensar en su esposo, mientras que los Escalante se mueven a su palacio personal para tratar de estar seguros de la viruela, pero lo que no saben es que su peor peste viaja con ellos…Alfonso se ha quedado en Madrid, para vigilar a sus habitantes y asegurarse de que la viruela no mate a muchos, él no es tonto, sabe que la enfermedad ha llegado a la capital, pero no puede dejar que cunda el pánico, pero también sabe que debe cuidarse, por Cecilia, por Cristina, por el imperio…Cecilia llega a Galicia, y es instalada en el palacio, guardias se apostan en cada rincón del palacio, y todos se preparan para el encierro.-Cristina – mirando a su bebé – confiemos en que tu padre estará seguro-Majestad…- ¿Qué pasa Felipe?- ¿Desea que hagamos algo por usted? – Cecilia da una sonrisa-Solo cuídense…dentro de unos días Alfonso enviará las vacunas, y estaremos seguros-Nos preocupa su salud Doña Cecilia – diciendo Santiago-Estaré, bien d
Los días pasaron, Cecilia continúa recibiendo cartas de Alfonso, pero el rey no le ha escrito una pequeña cosa, está enfermo, lo que el padre de Ana hizo logró enfermar al rey de España…-Esto es grave – mirando al médico real – ¿no hay que podamos hacer?-Don Diego, la enfermedad está avanzando…no podemos hacer nada- ¡Carajo! ¡ese bastardo consiguió lo que quería!-Don Diego, tenemos que avisar a la reina…Diego se queda mirando a su hermano, quien apenas niega con su cabeza, pero por primera vez, el menor de los gemelos desobedecerá a su hermano – manden por la reina…-¡Diego!-Alfonso, Cecilia tiene que estar acá…- ¡Podría enfermar!-Ella ya recibió la vacuna, estará bien – mirando al mayordomo de su hermano – ve ahora mismo a Galicia, trae a la reina-Como ordene Don DiegoDiego sale y le dice al mayordomo que vaya por la reina, pero que intente persuadirla de no volver a Madrid, él entiende a su hermano, sabe que él no podría vivir si a Cecilia le sucede algo……-La fiebre no ba
Al cabo de unas semanas, el coche llega a Madrid, Cecilia ve la devastación de la ciudad, los enfermos abandonados, familia destruidas, cadáveres pudriéndose en las calles, como dijera Alfonso en sus cartas es el peor brote de viruela que ha tenido España en los últimos cien años, quienes intentan acercarse para pedir ayuda a la reina son alejados por los guardias, pero no sin antes recibir la promesa de Cecilia de enviar médicos, agua y alimentos para ellos.Cecilia llega al palacio, y lo primero es hacerla tomar un baño, y quemar sus ropas, cuando estuviera lista ella literalmente corre hacia la habitación de Alfonso donde este, está descansando pues las pústulas en su rostro han comenzado a reventar, señal de que la enfermedad está en la última etapa…-¡Alfonso! – mientras corre hacia su esposo en cama- ¿Cecilia? ¿Qué haces acá?-Vine a verte, por favor dime ¿Qué fue lo que pasó?-El padre de Ana de Urriaga, se me acercó en la calle, empezó a toser frente a mí…- ¡Maldito! – empez
-Hiciste mucho por mí, me diste un hogar, protección…tomaste justicia para mí y mi bebé…y sin reparo dijiste que Cristina es tu hijaAlfonso abre sus ojos y se encuentra con la sonrisa de Cecilia…-¿Cómo estás?-Cansado, pero feliz de verte, aunque me preocupa que te contagies…-Estaré bien, recibí la vacuna además de que cuando era niña sufrí la viruela…-Cecilia…-Alfonso, gracias…El hombre da una sonrisa antes de besar la mano de Cecilia…-No quiero que me guardes luto eterno…-No creo que vuelva a casarme – dando una sonrisa – todo hombre que me pretenda solo lo hará por el título de rey…-Hay uno que te pretenderá por quién eres – Cecilia apenas mira-Alfonso, sabes bien que yo…-Lo sé, hazlo sufrir un poco, que demuestre ser digno de ti…Cecilia da una sonrisa.-Te di las herramientas para vengarte de Isaac y Ana, serás la reina madre y tu poder será grande…-Pero…-Además, me di cuenta durante ese tiempo lejos de ti, que Isaac será un idiota pero te quiere…-Solo porque seré l
-Hijo…-Madre ¿Qué pasa?-Doña Cristina está de regresoIsaac queda en shock…-Madre…-Ahora que ella está de regreso podrás acercarte como su padre que eres…-Madre, basta esa niña es hija de AlfonsoJimena apenas baja la cabeza.-Además no creo que pueda ir a la coronación de Cecilia como reina, ni mucho menos a la proclamación de Cristina como princesa heredera-Hijo, hasta ahora Doña Cecilia no ha dicho nada-Además está otra cosa- ¿Qué cosa hijo?-La infeliz de Ana…estoy segura de que ella trajo la viruela al palacio de Balón – frunciendo el ceño-Isaac…-Madre, papá estaba bien hasta que Ana empezó a insistir en salir a comprar comida…Jimena queda en shock…-No puede ser…-Claro que puede ser…La puerta es tocada, la ama de llaves se dirige a abrir cuando ve a un grupo de hombres bien vestidos y con portafolios en sus manos, la joven llama a Jimena e Isaac y ambos quedan en shock, al enterarse de que son acreedores, que van por una sencilla cosa, para cobrar la deuda de Javier
Los días fueron pasando, Cecilia llevaba bien las riendas del reino, y varios hombres se le han acercado para pedirle matrimonio, pero ella los rechaza porque sabe las verdaderas intenciones de esos sujetos…solo quieren el título de rey y que sus familias sean las más poderosas del imperio…Y mientras sigue con sus labores de reina, recibe la visita de Carlos, aunque ella podría negarse a verlo, lo hace pasar, y el hombre es recibido con hostilidad, porque para toda la corte de la joven reina, él es un hombre despreciable, así que Carlos se acerca al trono y se coloca de rodillas, Cecilia simplemente lo contempla…-Hija…-Ahora soy su hija ¿Qué desea conde de Baleztena?-Eres reina de España…pido perdón a su majestad- ¿Perdón? – empezando a reír – no sé para qué pide perdón, si usted mismo lo dijo, no tiene hijas, ¿Dónde está su adorado hijo?-Murió por la viruela…al igual que Sofía…-Dios castiga de maneras increíbles ¿verdad?Carlos queda en shock, pues se ha dado cuenta de que su
-No, pero quiero pedirle a vuestra merced me conceda su mano en sagrado matrimonioTodos dirigen una mirada a Cecilia, quien apenas mira a Isaac.-¿Acaso, escuché bien? ¿me estás pidiendo matrimonio? ¿no bastó la humillación que pasó tu madre ayer?-Mi madre no supo pedirlo, yo – hincándose en el acto – quiero pedirle a su majestad que me conceda la dicha de ser mi esposa-¿Por qué? Acaso ¿quieres los privilegios que te confieren al ser rey?-No, te quiero a ti…- ¿A mí? – empezando a reír – Isaac Escalante, no seas tonto…tú no quieres a nadie que no seas a ti mismo, eres un egoísta…un superficial, un hipócrita y un maldito…-Puedo aceptar cualquier insulto, su majestad pero si eso asegura que usted me acepte…-Ya sé, te dijeron que Cristina es tu hija y quieres verla ¿verdad? ¡pues qué equivocado estás! ¡mi hija es de mi difunto esposo!Isaac queda en shock.-Nunca me casaría de nuevo con quien desgració mi vida…¡me arruinaste por cinco mil reales! ¡no te importó arruinar mi vida, mi