- ¡Te hice mi esposa porque me prometiste el dinero de tu familia! ¡y resulta que estás en la ruina! ¡¿Qué mierda?! ¡arruiné mi matrimonio y mi hija está creciendo sin mí por tu culpa!- ¿Tu hija? ¡¿acaso la bastarda?!- ¡Cállate! – volviendo a golpear a Ana – ¡nunca vuelvas a llamar a mi hija de ese modo! ¡¿te quedó claro?! ¡ahora largo de mi casa!- ¡No puedes correrme, soy tu esposa!- ¡Cecilia era mi esposa y estaba esperando a Cristina cuando la eché de esta casa! ¡largo o te saco yo mismo!- ¡Atrévete a sacarme!-Con gusto – y así Isaac se acerca AnaIsaac toma a la mujer del cabello y la arrastra por toda la casa, hasta que la saca a la calle y la arroja como un perro – ¡Isaac!-Solicitaré la anulación, ¡me tienes harto!- ¡Isaac! – pero Isaac cierra la puerta en la cara de Ana – ¡maldito!-Hijo…-Mamá…no quiero que me molesten-Hoy vienen los acreedores-Que vengan mañana, no tengo tiempo para nadie……-¿Qué has dicho?-Su majestad, el vizconde Escalante será echado de su casa
-¿Qué has dicho?-Doña Cecilia viuda de Belmonte, le exige que controle a su esposa…Isaac apenas suspira – ¿Qué hizo Ana ahora?-Ir a importunar a su majestad…-Hablaré con ella, por favor envié mis sinceras disculpas a la reina y a Doña Cristina…El alférez real se marcha, e Isaac envía a uno de sus esclavos a buscar a Ana, cuando la encuentra el esclavo la lleva hacia la mansión Escalante, Ana cree que Isaac le rogará para que vuelva, pero al llegar lo que recibe es un golpe que la hace caer.-¡¡¡Isaac!!!- ¡¿Cómo te atreviste a importunar a Cecilia?!- ¿Quién te dijo?-Don Diego vino a decirme de tu espectáculo barato – Ana queda en shock- ¡Solo lo hice porque me negó ir a ver a la bastarda!- ¡Deja de llamar así a Cristina!- ¡Entonces si es tu hija!- ¡Claro que es mi hija! – Ana da una sonrisa siniestra-Voy a correr el rumor, de que esa perra parió una bastardaPero Isaac la toma del cabello, la lleva hacia el tronco y la ata – ¡Isaac!-Si hablas – mientras le es entregado un
-Vizconde Escalante, mejor viva para reparar sus faltas y restaurar la reputación de su familia…-Por favor Don Diego, quiero ver a mi hija…-Mi sobrina no es tu hija, ella es hija de mi hermano y Doña Cecilia – viendo llegar al médico real – ¿Qué pasa?-Don Diego, es requerido en los aposentos de la reina madre- ¿Qué le sucede a mi cuñada?-Se desmayó en el jardín real…Diego e Isaac quedan en shock, y el alférez real se dirige a toda marcha hacia la habitación de Cecilia, quien está en cama, siendo cuidada por sus doncellas, mientras que sus esclavos están preparando un té para dar a su señora…-¿Qué sucedió?-Don Diego, Doña Cecilia se desmayó mientras daba su paseo habitual con su alteza real…-Debe ser que todo este trabajo le ha causado cansancio…El médico real llega y cuando Cecilia despierta es examinada por este, a Diego se le ha pedido retirarse por un momento, al poco el médico sale y da una reverencia al alférez real.-Don Diego…Dios nuestro señor ha bendecido a Doña Cec
-Vizconde Escalante – recibiendo toda la atención de Isaac – venga conmigoIsaac sigue a Cecilia, todos miran expectantes la situación, Alejandro se queda para calmar a los invitados y decirles que dado que ese asunto concierne a su majestad y al vizconde, entonces ellos deberían hablar, cosa que todos creen.…-Majestad…-No es posible, tú heriste a Fernando en el cuello…-Seguramente sus padres encontraron apoyo en esa familia – frunciendo el ceño- ¿Qué querrá ese hombre?-El marqués de Alba, ser rey, Fernando en vengarse…Cecilia, cuida de Cristina y cuídate tú también…Cecilia apenas mira a Isaac – yo cuidaré de ustedes, pero no es bueno que andes sola-Lo sé, para eso están Santiago y Felipe, y sobre todo tengo la guardia real…Isaac asienta, antes de hacer una reverencia y marcharse……-¿Y bien? – diciendo con voz ronca y distorsionada…-Creo que los he asustado, aunque…- ¿Qué pasa? – mirando fijamente al hombre-Ni pienses que te ayudaré a lastimar a su majestad- ¡¿Cómo te at
Mientras en su mansión de Madrid, Juan Andrés se encuentra hablando con su madre quien con una sonrisa, y su amor maternal, aconseja a su hijo, sobre la decisión que debe tomar.-Hijo…-Madre no sé si pueda aceptar a esos niños, son los hijos de otro hombre…-Sí, pero no tienen padre, y no lo recordarán, escucha bien, si les das amor a esos niños, te considerarán su padre y te tendrán el mismo respeto que le hubieran tenido a Don Alfonso-Madre…acaso tú…-Yo solo quiero que mi bebé sea feliz, y sé que quedaste encantado con Doña Cecilia…-Ella es hermosa, es joven…todo lo que deseo por esposa…-Y es la reina de EspañaJuan Andrés apenas da una sonrisa burlona…Mientras madre e hijo hablan, Cecilia está en sus aposentos, descansando pues el nuevo embarazo la cansa mucho, ella sabe que así no fue con Cristina, así que dado que ha recibido la visita de Aurora, le pregunta acerca de cómo llevó el embarazo de trillizos, y la duquesa del infantado con una sonrisa le responde…-Cecilia, fue
Todos ven como las lágrimas abandonan los ojos de Isaac, y aunque quisieran, no pueden sentir pena por ese hombre que tanto daño le hizo a la reina.-Cecilia por favor…-Isaac, por favor tú…deja de insistir, no te aceptaré-Cecilia, no dejaré de insistir – dando media vuelta para marcharseCecilia apenas da un suspiro resignado, para luego bajar la vista hacia su hija y verla dedicándole una mirada – mi niña, Isaac no nos mereceLos días pasaron, Juan Andrés visitaba constantemente a Cecilia, le dejaba regalos, y halagaba su belleza, cosa que hace sonreír a Cecilia, pues se está dando cuenta de que las intenciones del marqués de Alba son sinceras…Pero también debe rechazar, los avances de Isaac, quien como el marqués envía regalos y cartas halagando a Cecilia, y Cecilia no sabe qué hacer al respecto…-Dios, ayúdame…-Doña Cecilia – ingresando a la habitación con una bandeja con una tetera – ¿Qué sucede?-Lorena, no sé qué hacer…tengo dos pretendientes…no sé por cuál decidirme-Su maje
Los días fueron pasando, en la catedral de la Almudena, se celebraron los matrimonios de los amigos de Cecilia, quien desde su trono observaba como estos contraían nupcias, todos podían observar como el cardenal bendecían los matrimonios, cuando la ceremonia terminara todos se dirigen hacia el palacio, en donde se celebra un banquete en honor de los dos matrimonios; todos disfrutan del evento, cuando ven llegar a Isaac quien se acerca a Cecilia, las miradas se posan en el hombre quien en el acto se hinca ante Cecilia, quien se sonroja de golpe…-Su majestad…-Vizconde Escalante…¿Qué desea?-Su majestad, usted sabe qué es lo que deseo de vuestra merced…-Vizconde…por favor basta, no voy a aceptarte…-Entonces me veré en la necesidad, de recurrir a medidas desesperadas- ¿Eh? – mirando al hombre con sus ojitos abiertos de par en par-Cecilia, si no te casas conmigo, te quitaré a mi hijaTodos quedan en shock…-¡¿Cómo te atreves?! – haciendo girar a Isaac-Duquesa del infantado…- ¿Cómo
Durante la noche, Cecilia tiene la compañía de sus damas y sus fieles custodios, quienes no se separan de ella, mientras en la mansión de Isaac, este está practicando tiro, porque sabe que Alejandro es un maestro de las armas de fuego, y él no quiere terminar muerto; no piensa dejarle el camino libre a Juan Andrés…-Hijo, tienes que irte a dormir, y descansar un poco-Madre…-Hijo, debes entender que hiciste mal ¿amenazar a Doña Cecilia?-No sé qué más hacer, madre…no quiero perderla ni a mi hija-Hijo, pero pusiste en riesgo su nuevo embarazoIsaac suspira resignado – nunca debí haberle hecho daño para empezarJimena apenas mira a su hijo, como toma su arma y dispara acertando a la botella de vino.Al amanecer los dos hombres están en el jardín real, ambos vestidos de forma elegante y con sus padrinos, Cecilia y Aurora están mirando el encuentro al igual que Jimena quien ha ido para ver a su hijo.-Bien caballeros, contaré hasta diez…y ustedes se alejarán diez pasos el uno del otro…y