PARTE CINCO: SIN CLEMENCIA POR TI CAPÍTULO CUATRO ¿Qué había sido eso que él le había confesado a aquella mujer? De un momento a otro sintió que no era dueño de sus palabras, ni de su cuerpo, ni de nada, solo dueño de los impulsos que lo hicieron hablar de esa manera. Él nunca había sentido eso, él nunca hubiera hablado de esa manera pero todo lo que había dicho era cierto.Ricardo estaba tan preocupado por Victoria que no evitó querer ir hasta ella. Saberla en su casa era lo que le daba la fuerza de seguir.En ese momento, el celular de Ricardo comenzó a sonar en su bolsillo. Inmediatamente él contestó.—Ricardo, ¿dónde estás? —Preguntó el mismo hombre que le había prohibido irse hacía un par de horas.—Estoy bien, ¿entregaron la mercancía?—Toda completa. ¿Esa mujer entregó la mercancía?—No.— ¡¿Qué?!—Como lo escuchaste. Ella no entregó la mercancía.—Sabía, sabía que tener una mujer en todo esto solo lo iba a complicar.— ¡Pues déjame decirte que lo que ella hizo no lo h
PARTE CINCO: SIN CLEMENCIA POR TI CAPÍTULO CINCO Bajando las escaleras de manera apresurada, sintiendo mi cuello y mi pecho vacío me encontré con la figura masculina de aquel hombre. El mismo de gesto pesado, el mismo que no parecía ser un hombre con un corazón. — ¿Qué es lo que sucede, Verónica? Las lágrimas en mis ojos y la garganta que se me cerraba no lograron hacer que pudiera hablar. — ¿Qué pasa, Victoria? ¿Alguien te llamó? ¿Te molestaron? Seguía tocando mi pecho, hice un esfuerzo muy grande para que mi voz volviera a mí. —Mi cadena, la cadena que mi padre me dio, la cadena…. Yo…. Yo no la tengo —, dije sin más. Ricardo me miró a los ojos, los mismos que ya no podían retener más las lágrimas. —Mi padre, es el único recuerdo que tengo de él, perdí la cadena, tenemos que encontrarla. —Dije sin más. Ricardo no parecía dejar de mirarme. Y es que en medio del dolo de saber al único tesoro de mi padre perdido, aún lograba sentir algo que nunca antes había sentido te
PARTE SEIS: SIN CLEMENCIA POR TICAPÍTULO SIETE — ¿Ya nos podemos ir? No está, tu cadena ya no está —, dijo Ricardo cansado de todo lo que habían caminado.Y la verdad es que a mí no me importaba, todo lo que yo quería era que mi cadena fuera encontrada. Ricardo no entendía nada porque seguramente él no tenía nadie que lo quisiera tanto como para haberle un regalo tan hermoso como el que mi padre me hizo.—No, ya te dije que no nos vamos de aquí hasta que encuentre mi cadena —le repetí al hombre que me había traído hasta aquí no porque yo se lo hubiera pedido sino porque, él había insistido.Vi a Ricardo solo cruzarse de brazos. Él en verdad no estaba dispuesto a ayudarme.—Esto es tan arriesgado, ni siquiera sé por qué accedí a traerte hasta aquí. La policía puede seguir aquí, y nosotros estamos aquí.— ¿No crees que eso descartaría cualquier sospecha en nuestra contra? Así la gente no pensaría mal de nosotros.—No, pero hasta dónde sé ellos no saben de mi existencia, ni siq
PARTE CUATRO: SIN CLEMENCIA POR TICAPÍTULO SIETE DOS DÍAS DESPUÉSTerminando casi de poner el toque final, sonreí ante la imagen que el espejo me mandaba. Ricardo ya lo había dicho. Iba a ser un momento especial. Iba a ser un momento en que todo se iba a decir y como tal, siendo un momento especial, ella debía de recibirlo.Aquel vestido color negro le asentaba muy bien, aunque la verdad era que había mucho que aprender.Zapatos bien lustrados, un traje color gris, la mañana había llegado y con ella esperaba que fueran las noticias que él esperaba para la mujer que estaba comenzando a llenarlo todo con su aura.Verónica ni Victoria eran malas personas, él ya lo sabía pero si quería tomar la venganza por sus propias manos, todo lo que tenía que hacer era olvidarse de quién fue, olvidarse de aquellos sentimientos compasivos. Y quizá solo había una manera en que eso fuera posible. Traer de vuelta aquellos días que tanto la lastimaron.—Ellos están esperando por ti, la decisión está tom
PARTE CUATRO: SIN CLEMENCIA POR TICAPÍTULO OCHO DÍAS DESPUÉSTrabajando en el mismo escritorio que su esposo había abandonado casi desde el momento en que encontró en su camino a aquella mujer que tanto se parecía a Victoria, Rosario no dejaba de ver los planos de aquella mina que sentía, en cualquier momento iba a ser suya.La sonrisa en su rostro hablaba por todo eso que ella no podía o simplemente, no debía porque sus planes podían ser arruinados.La dueña estaba muerta, no había nadie que pudiera reclamar aquella pieza de oro, literalmente una mina de oro que claramente podía ser punto de narcotráfico.De pronto las grandes puertas del despacho se abrieron. Debió de imaginarlo.— ¿Qué se te ofrece, querido esposo mío? —Preguntó ella sin darle la mirada.— ¡En este momento me vas a explicar de qué se tratan estos documentos! —Dijo él.— ¿No lo has leído bien? Creo que los documentos son muy claros.— ¿Por qué maldita seas, te negaste a dar la ayuda que se necesita para implement
PARTE CUATRO: SIN CLEMENCIA POR TI CAPÍTULO NUEVECINCO DÍAS DESPUÉSCon un vestido color verde, un vestido que le asentaba correctamente cada una de sus cuerpos no siendo muy pronunciadas, siendo simplemente las más perfectas, Verónica caminaba por el jardín mientras a su lado iba la mujer que en tan solo cinco días de haber tomado la decisión se estaba volviendo muy importante para ella, una amiga muy importante pero eso sí, sin olvidar a Julia. Hacia mucho tiempo que no la veía. — ¡Ay! ¿Y por qué no me cuentas lo que te hizo llegar hasta aquí? —Preguntó Vilma. Una mujer de aproximadamente cuarenta o cuarenta y cinco años.Verónica sonrió mientras se sentaba en el lugar de siempre de aquel jardín. Se sentía realmente bien teniendo aquella compañía, se sentía realmente bien saber que no estaba sola porque aunque contaba con la ayuda de Ricardo, había momentos en que sentía que nada de eso iba a ser suficiente viniendo de un hombre por supuesto.—Pues como ya lo he dicho antes, Vil
PARTE CUATRO: SIN CLEMENCIA POR TI CAPÍTULO DIEZ Finalmente se sentía como el padre de aquel niño. Finalmente sentía que aquel niño podía ser su hijo al mismo tiempo que se comportaba como un padre. Un mafioso como él, un hombre como él, sabiendo cuál era su lugar para poder sobrevivir en la vida, ¿era posible que sintiera y que deseara ser padre de la manera en la que lo estaba deseando en ese momento? Verónica, ¿qué había de aquella mujer? Una mujer a la que él buscaba proteger y ponerla en manos de quien en verdad la podía ayudar, eso sin estar cerca de ella.— ¡Oh! Mira, lo terminamos —, dijo Ricardo riendo.— ¡Oh! Pero usted lo armó, no yo.—Da igual, tú viste cómo lo armé.— ¿Le puedo decir a mamá que yo lo armé?— ¡Corre, corre!Y sin más, el pequeño niño salió corriendo en busca de su madre. No sabía por qué pero aquella sonrisa en el rostro de Ricardo hablaba más de lo que debía.Un hombre que no debía de sentir, un hombre que no lo tenía permitido por el simple hecho de qu
PARTE CINCO: LA VENGANZA REGRESA CAPÍTULO UNO Con una sonrisa en el rostro, Gonzalo miraba a su pequeño hijo Antonio. Eso era lo único que lo mantenía en vida, eso era lo único por lo que sentía vivir después de todo el daño que le había hecho a la mujer que fue alguna vez su esposa. Era su hijo, el hijo que Rosario le había dado lo único que lo hacía reír porque cuando no estaba riendo, estaba bebiendo para olvidar todo el dolor que le había ocasionado a su mujer y a un hijo que no logró nacer, no logró ver la vida como la veía aquel niño que él tenía frente a sus ojos.Su esposa, ¿qué había de su esposa? La realidad es que de su esposa ano había nada cuando se trataba de ser una familia, de ser la madre de su hijo porque como ella misma lo había dicho en un momento, si ella había tenido al pequeño Antonio era solo por una razón, ella necesitaba una manera de asegurar que Gonzalo no se iba a ir y la iba a dejar en la calle a la mañana siguiente.Rosario era una mujer