PARTE UNO: LA TRAICIÓNCAPÍTULO CATORCE Amor, ¿qué es el amor cuando se trata de ser nosotros mismos? Amor, ¿qué es ese sonido agridulce del amor cuando se trata de ser sólo nuestras penas? Amor, ¿qué es el amor cuando se trata de luchar con nuestro propio corazón que sólo sabe gritar el nombre de la persona que una vez nos hizo creer en el amor?No todas las estaciones serían iguales, ni los meses, ni los días y las horas se vivirían tan felices como las que compartió con el hombre que pensó se quedaría para siempre a su lado. El mismo que llevaba por nombre Gonzalo y que era el hijo de uno de los amigos de su padre.Muchos recuerdos, muchas risas, muchos días bendecidos había vivido a su lado y, por primera vez en su vida, se había sentido valorada por un hombre. ¿Cómo es que nadie más podía ver su belleza? ¿Cómo es que nadie más estaba allí para ella como lo estuvo Gonzalo una vez haciéndola creer que la amaría por toda la eternidad?Los pájaros ya no piaban, la luz del sol que en
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO QUINCEEl amor, ¿qué era el amor cuando se trataba de ser el mismo sentimiento que sabía matar, que sabía llevar al infierno y hacer quemar el ser sin más? El amor no era nada cuando eso estuvo a punto de quitarle el amor más puro a la mujer que tuvo que pelar contra el mundo entero para traer un hijo al mundo siempre siendo ese su deseo, el deseo más puro que ella podía tener en su corazón. Y ahora que veía a su hijo estando siempre a su lado, sabía que esa vida realmente valía la pena con tal de ver a su hijo completamente feliz. Recordando aquellos días donde el osito de peluche era el protagonista de su historia de amor llena de mentiras y que era la misma que Gonzalo le había ofrecido haciéndole mil y un promesas más.Gonzalo siempre fue un chico extrovertido. Ella nunca lo había visto callado, siempre lo había visto sonriendo mientras se divertía molestando a sus otros tres amigos en la escuela. Ese grupo de chicos inmaduros era uno de los pe
PARTE UNO: LA TRAICIÓNCAPÍTULO DIECISEIS Las lágrimas brotaron de sus ojos, con dolor en su corazón; Victoria abrazó a su vientre sin más, justamente donde su hijo seguía estando. Ella nunca iba a olvidar cómo comenzó su historia de amor. Ella solo quería saber cómo terminó todo ese amor que él le ofreció en un instante y tal vez ese era el problema. No fue solo un momento que le falló, habían sido innumerables las veces que Gonzalo había ido a los brazos de Rosario para encontrar lo que no tenía con Victoria. Y en ese momento ella estaba pagando las consecuencias de ese tonto amor que nunca debió de haber sentido por ningún hombre.Con dolor, Victoria y llorando lágrimas de sangre, Victoria se levantó de su lugar con un poco de dificultad sin poder dejar libre su vientre. Era un milagro que ella hubiera llegado hasta el hospital sin más. Todo no era más que un milagro, un triste milagro en el que su hijo seguía estando en ella después de que la misma persona que la intentara matar
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO DIECISIETE Tantos recuerdos, tantas lágrimas le había dado ella los últimos quince días y él no era capaz de dejar en paz su corazón como lo encontró primero a pesar de lo que había hecho al querer quitarle a su hijo. Los recuerdos volvieron a asaltar su mente.Sentados en el césped en el que estaban hace un año y medio, Victoria sonrió con tristeza. ¡Qué fácil podría ser para otros simplemente aceptar que una pareja se ha separado y ya! Tal vez esa era la diferencia entre todas esas personas y ella. Ella no era como ellos, era diferente, se sentía diferente, simplemente se entregó todo a sí misma solo porque era "lo que la gente espera en una relación", y lo había hecho porque tenía ganas de hacerlo genuinamente.Ella realmente lo amaba, sin importar cuán joven fuera, realmente lo amaba.El último recuerdo vino a ella, el mismo evento que no debería haber sucedido si hubiera sabido que iba a sufrir todo ese dolor que estaba envenenando su corazón. —
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO DIECIOCHOHabiendo llegado al bar de siempre, Julia y Victoria suspiraron, una por la esperanza de cuánto pudiera ganar y la otra harta de que ese fuera el trabajo que más dinero le daba. Una nueva noche en donde las “mejores cosas” estaban por pasar.—Vamos, Victoria, no hay nada que lamentarse —dijo Julia tomando la mano de su amiga para así, hacerla entrar en su trabajo.Victoria volvió a suspirar. Esa era su noche y nada más.Justo en el momento en que ella fue hasta los casilleros para comenzar a cambiarse la ropa y ponerse ese uniforme tan espantoso que hacía que los hombres se acercaran a ella sin más, la puerta de aquel cuarto feo fue tocada mientras Victoria y Julia hablaban.—Adelante —dijo Julia cuando e terminaron de vestirse.En ese momento la puerta abriéndose dejó ver al mismo hombre que estaba a cargo de ese bar, el mismo que intentaba quedar siempre bien con los patrones sin saber quién era el dueño infinito de todo ese lugar.—Veo que
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO DIECINUEVE Con esperanza, sabiendo que él era toda su salvación y todo lo que había llegado en ese momento para salvarla, no le importaba nada más que ese momento en que ese hombre que ya había visto por cuarta vez en la vidala estaba salvando una vez más. Los ojos de Victoria se llenaron de lágrimas al momento, tan pronto como sintió el saco de ese hombre en sus hombres, sabiendo que la estaba protegiendo de las miradas de aquellos hombres que le estaban mirando. No importaba que el saco no hiciera mucho pero al menos decía que ella era a la mujer que nadie más podía ver. —Ven conmigo —dijo el hombre al momento que se ponían en marcha para bajar de la tarima. ¿Qué decir de la mirada de las mujeres que estaban en la tarima? Por ellas no había nadie que hablara, no había nadie que fuera a protegerlas como lo hacía aquel hombre de porte especial, para ellas era era su destino, bailar y bailar hasta que el dinero de los hombres dijera que era suficie
PARTE UNO: LA TRAICIÓNCAPÍTULO VEINTE Con una sonrisa en el rostro, una sonrisa incrédula por supuesto, Victoria se cruzó de brazos después de asegurarse que el saco no se iba caer para que nadie más viera lo que no debía.—En verdad que no sé de que está hablando.Con pasos lentos y siendo el hombre poderoso que soplo Ricardo podía ser en el mundo, se acercó a la mujer. Nunca había visto tanta belleza en una mujer, y quizá lo que él no entendía es que como era posible ver a una mujer tan deslumbrante. Era cierto que por la cama de aquel hombre que era más guapo que cualquier actor de cine, había pasado muchas pero muchas mujeres pero ninguna con la gracia y la divinidad de aquella mujer que él tenía frente él. Ella era realmente diferente, ella era todo lo que él podría estar buscando y ahora que lo pensaba, podía ser exactamente esa manera de actuar de ella, la misma que le había hecho saber que ella no era como las otras mujeres y que ella tenía respeto por sí misma. Como ella l
PARTE UNO: LA TRAICIÓN CAPÍTULO VEINTIÚNOSiendo las diez de la noche en el mismo lugar en el que tantas cosas habían pasado y que siempre eran las mismas malas, una mujer con una copa de vino tinto, sin poder dejar de sonreír una y otra vez ante el recuerdo que tenía en mente. Todo había sido tan rápido, ni siquiera ella misma se había dado cuenta todo el día se la había pasado de misma manera, pensando en la mima persona que no debería, lo que nadie sabía es que ella era una maldita descarada, una mujer a la que no le importaba nada más que su nueva presa. Y ese era el caso de Rosario en ese momento, aquella sonrisa llena de vanidad, aquella manera en la que se sentaba, aquella manera en la que miraba a la nada y a la vez, a todo porque era en esa nada en donde se encontraba su todo. Todo lo que ella veía como su único propósito. De pronto, se levantó del lugar que a esa hora tenía que estar usando su esposo pero siendo el hombre que era, Rosario era la que mejor ocupaba de ese