Una semana después...MaluHabían pasado exactamente siete días y desde el día que llegué me quedé en la habitación, no salí para nada. Vinieron unas chicas y me trajeron la comida. Vincenzo no había venido a verme ni un solo día. Esto me desconcertaba mucho, pero en el fondo sabía que esto era mucho mejor... Era domingo por la tarde, me di una buena ducha y me vestí.Sé que para mucha gente soy una imbécil y una estúpida, por no haber huido cuando tuve la oportunidad. Por no abrir la puta boca y decir toda la verdad cuando perdió la memoria. En vez de eso, metí la pata y me fui a intentar vender todas esas putas de mierda que tiene.Pero dime una cosa, me estás juzgando.Si estuvieras en mi lugar, ¿habrías hecho algo diferente?¿Realmente tendrías el valor de huir del hombre del que estás locamente enamorada?¿O creerías que alguna vez podría cambiar?Es fácil juzgar, rápido señalar con el dedo y mucho más práctico mirar por encima de la vida de los demás. Cuando miramos desde la dis
VincenzoIncluso lo he intentado, pero con Malú no funciona, no entiende que no voy a ser como ella quiere, siempre.¡Qué mujer tan complicada y problemática!¿Por qué he creado esta maldita obsesión con ella?Hay tantas mujeres hermosas por ahí, y me volví loco por la más problemática de todas ....Todas las mujeres que me desean, estarían felices de llevar una vida fiel, incluso si tuviera varias amantes. Pero ella no, ella es la dama del romance, del amor y la lealtad. Ya he dicho que esto ya no funciona conmigo, no tiene sentido pensar que algún día será así, porque no lo será.Después de otra aburrida pelea con ella, fui a buscar a Rebeca para distraerme.- Rebeca... -dije acercándome a ella.- "Sí jefe..." dijo secamente- ¿Qué te pasa? ¿Tú también estás cabreada? - pregunté groseramente- No, quiero decir, sí... Pero, no importa.- No me importa que tengas una peleíta tonta con María Luiza, sólo porque ahora es mi mujer. Me casé porque necesitaba el dinero de mi padre para abri
MalúEstaba sentado en la barra cuando entró un cliente importante. Y como Vincenzo no estaba, tuve que atenderle yo. Jairo me hizo el favor de llamarme. Y aunque resoplé y dije que este maldito local no es mío y que no tengo por qué atender a nadie, acabé haciéndolo.Me acerqué a la mesa donde estaba el cliente y cuando lo vi, casi se me cae la mandíbula, era precioso. Un hombre con porte y totalmente diferente a todos los que había visto por aquí. Tenía un cuerpo muy bonito, que pude ver desde lejos.Me senté con él y estuvimos hablando un rato. Me dijo que era un jeque de la India, pero que había vivido mucho tiempo en São Paulo, por lo que hablaba muy bien portugués y que estaba aquí, en Brasil, buscando esposa. Quería casarse con una brasileña de Río de Janeiro. Pensé que era una mala idea, este no es realmente el lugar para encontrar una buena esposa, pero si él quiere buscar aquí, quién soy yo para decir que no.Seguimos hablando, hasta que llegó Vincenzo interrumpiéndonos con
VincenzoEmpezaba a ser imposible dialogar con Malú, sin que estuviéramos todo el rato inmovilizándonos, sin intercambiar dos o tres palabras, sin discutir. Estaba harto, lo que yo quería con ella, ella no me lo daba y hacer la fuerza era peor y no me daría ninguna satisfacción. Así que, ya no sabía cómo actuar con esa chica, tanto que ni siquiera quería dormir con ella esta noche, prefería dormir solo en otra habitación. Pero, di vueltas en la cama toda la noche, porque su presencia a mi lado me hacía dormir mejor, no sé, algo así.Me levanté muy temprano, como de costumbre, me duché y me vestí para la reunión con Sheik Lohan. A ver qué chica ha elegido y cuánto me va a dar por ella. Espero que sea una muy buena cantidad o de lo contrario no haremos negocios.Me tomé un café en la habitación y bajé las escaleras, para mi sorpresa, el jeque ya estaba en el salón esperándome, junto con sus guardias de seguridad.- ¿Esperando a tu chica Sheik? - pregunté mientras bajaba las escaleras.-
MalúMe desperté con Vincenzo en mi habitación, observándome mientras dormía. Parecía estar en otro mundo y ni siquiera me oyó llamarle, a pesar de que yo gritaba su nombre. Después de mucho insistir, se asustó y acabó haciéndome caso, me pidió que me levantara, porque quería hablar conmigo en serio. Me pareció extraño, porque estaba muy serio, parecía tenso e incluso decía que estaba un poco nervioso.Me levanté, me di una ducha rápida, me vestí y volví a mi habitación.Estaba sentado en un sillón y frente a él había otro esperándome. Su expresión me dio un poco de miedo... Pero, ¿qué es un rasguño para alguien que ya está jodido como yo? Así que me acerqué y me senté frente a él.- ¡Ya está, cariño! ¡Ya puedes hablar! - Dije irónicamente como siempre- 'Malu, es una cosa muy seria, y creo que es mejor para los dos tomar la decisión que he tomado...' dijo seriamente y eso me asustó. - dijo seriamente y eso me asusto.¿Qué otra mierda ha hecho este tío ahora?- Solo dilo y no me hagas
Horas después.MalúYa era de noche cuando Rebeca abrió la puerta del dormitorio, buscándome.- Por fin mosquita muerta, vamos, que viene tu nuevo marido a llevarte con él? - dijo y yo me levanté en silencio- Sabes, me alegro mucho por ti zorra, tendrás la vida que siempre quisiste y yo volveré a tener la mía, con mi Vincenzo. La vida que me quitaste cuando viniste aquí.- Sabes que Rebeca, tu y el pequeño chef se merecen el uno al otro, lo siento mucho por los dos... - Dije saliendo de la habitaciónBajé las escaleras hacia el salón, ya había gente, pero aún no estaba lleno. Jairo me dijo que fuera al despacho de la parte de atrás de la casa y así lo hice.- ¿Dónde has estado? - preguntó Vincenzo nervioso- Necesitaba estar solo un rato.... - dijo- Tu futuro marido viene a recogerte. Espera aquí.No dije nada, me senté en un sillón y esperé allí. Las lágrimas ya brotaban, pero me las sequé rápidamente, no iba a llorar más, no merecía la pena.... Vincenzo estaba inquieto, miraba por
MalúAl llegar al piso de Lohan, nos bajamos del coche y subimos al último piso. El piso estaba en Leblon, se veía la playa y todas las vistas maravillosas. Volver a ver todo esto me hizo añorar mi comunidad, donde viví toda mi infancia y adolescencia, claro que no era un lugar muy fácil para vivir, pero fue donde crecí y viví buenos momentos. Y no puedo olvidar que también fue allí donde empezó todo este infierno.- Siéntete como en tu casa Malu... Si quieres algo solo tienes que pedirlo y en breve te será proporcionado. - Dijo abriendo la puerta del piso y dandome paso cariñosamente.Sonreí de agradecimiento, entré y miré a mi alrededor. Todo era increíble, maravilloso, impecable, digno de un jeque. Todo era muy acogedor, bonito, sofisticado, pero el piso me pareció un poco grande sólo para él.- ¿Te ha gustado, Malu? - preguntó.- Sí, es precioso y demasiado perfecto... Tienes muy buen gusto. - Respondí sonriendo- Gracias. Pero nada de lo que hay aquí lo he elegido yo. Tengo aseso
MalúAl día siguiente me desperté y fui al salón, Lohan estaba tomando café en el balcón y cuando me vio me llamó para que me sentara con él.- Buenos días Malu... ¿Has dormido bien? - me dijo.- Buenos días... dije sentándome... dormí como una roca. Estaba agotada. Y mira, te he puesto la ropa porque no he traído nada. Espero que no te moleste. - Dije mirándole- Oh sí, no hay problema... - dijo... - Recuérdame que te lleve a comprar algunas cosas después del desayuno.- ¿Qué? - pregunté- "Llevarte a comprar ropa y cualquier otra cosa que necesites, Malu. "¿O piensas pasarte todo el mes vestida como si estuvieras en un saco de patatas?" dijo sonriendo. - dice sonriendo- No, no necesitas eso, me las arreglaré. Me las arreglaré. Ya has hecho mucho por mí y no quiero presionarte.- Claro que necesitas mi ayuda. No tienes nada. ¿Cómo te las arreglarás?- Puedo ir a mi antigua casa y coger mis cosas.- ¡No! ¡Negativo! Esto es demasiado arriesgado, no seas terco, tú me ayudas y yo te ayu