Tamara sintió como si el mundo se hubiera detenido en seco al escuchar las palabras del médico. ¿Qué estaba pasando exactamente? Ella intentó procesar la información, pero su cabeza estaba en un torbellino. ¿La muestra con la que inseminaron pertenecía a Xavier después de todo?—¿Qué estás diciendo? —preguntó Tamara, tratando de comprender lo que estaba sucediendo.—Que hubo un error lamentable por parte de una de nuestras enfermeras. Hubo una confusión y se utilizó la muestra de Xavier en lugar de la de Joel.—¿Y cómo diablo ocurrió eso? ¿Cómo una muestra de él llegó a parar en mi útero? —inquirió dejando caer su cabeza en sus manos—, ¿Quién carajo está jugando con mi vida? El hijo mío ha tenido más papás, lo que falta es que ahora la muestra de Xavier no sea suya si no del jardinero —expresó con pesar dejando que las lágrimas brotaran de sus ojos.Xavier se quedó viéndola, estaba en shock con las palabras de su amigo y médico, a decir verdad para él era la mejor noticia que pudieran
Xavier se quedó sentado en la silla del consultorio, con el corazón acelerado y la mente llena de pensamientos, procesando lo que acababa de suceder. Había intentado ser diplomático, pero Tamara no había cedido ante sus palabras. No quería llegar a una demanda, pero tampoco podía permitir que Tamara le quitara la posibilidad de estar con su hijo. Decidió que lo mejor era hablar con su abogado y buscar la mejor manera de solucionar este problema de forma pacífica.Mientras tanto, Freya se acercó a él, poniéndole una mano en el hombro de manera reconfortante. Él le agradeció el gesto con una sonrisa triste.—Xavier, no vayas a hacer algo de lo que te vayas a arrepentir, puedes ir a un proceso judicial y ganar, obligarla a ella a convivir contigo, chantajearla, hacer lo que quieras, pero si estás interesado en Tamara esa no es la forma de llagar a su corazón. Hasta ahora no le has demostrado que eres confiable, y lamentablemente su experiencia con Joel, que es el único punto que ella ti
Freya cuando vio a su amiga muy molesta, prefirió dejarla sola, era lo mejor para que reflexionara, mientras la siguieran presionando más se iba a oponer, porque esa era la Tamara que conocía, la que había estado mucho tiempo siendo oprimida por Joel y finalmente había salido.—Yo me voy, no te presionaré, tienen que pensar por ti misma y llegar a tus propias conclusiones, tú eres una mujer inteligente y quieres lo mejor para ese bebé y si te conozco lo suficiente, sé que le agradeces al cielo que tu niño no sea de un hombre tan malvado como Joel ni producto de sus maquinaciones —expresó Freya y Tamara no debatió sus palabras.Se quedó sentada en el sofá, no supo por cuanto tiempo, reflexionó y consideró las opciones, y finalmente llegó a una decisión. “Podía poner a prueba a Xavier como le decían todo, quizás sería una mala pareja por ser mujeriego, pero tal vez sería un buen padre, vio lo emocionado que estaba al saber la noticia y ni siquiera sabía que era al bebé que ella cargaba
Tamara suspiró, sintiendo que Xavier tenía razón en lo que decía. Sabía que no podía juzgarlo por los errores de Joel, pero era difícil para ella confiar en alguien después de lo que había pasado. —Lo sé, Xavier —dijo ella con voz suave—. No es que no quiera aceptar tu ayuda, es solo que me cuesta confiar en alguien después de todo lo que he vivido. Fueron tantos años escuchando que era frígida, que no tenía gracia, cuando me colocaba un vestido sexy, me decía zorr4 y no era yo… ¿Sabes las veces que hice el ridículo para seducirlo? Y la frustración que sentía en no hacerlo y en no poder sacar adelante mi matrimonio, y es que jamás lo lograría ni en ciento de años, porque simplemente a él le gustaban los hombres y yo solo fui su tapadera. Xavier, que no sabía nada de eso, o estaba tan centrado en lo referente a su bebé, que no la había escuchado antes cuando dijo esa parte, se quedó sin palabras, no sabía qué decirle. —Sé qué no hay palabras de consuelo, y si te soy sincera tampoco l
—¿Es en serio? ¿Por qué no puedes esperar un poco y dejar que mi asistente se encargue de eso? ¿Acaso el helado va a perder su sabor por qué en vez de comprarlo yo mismo envíe por alguien por él? —preguntó sin poder creerlo.Tamara, con voz caprichosa y haciendo un puchero, que removió el deseo de Xavier en su interior, le respondió.—Es que tengo antojo irresistible de helado de chocolate con granola, que no voy a poder dormir si no me lo como, pero enviar a alguien a buscarlo no es igual.Xavier levantó una ceja con sospecha.—Según tú, ¿Por qué no es igual? —inquirió Xavier y la chica se cruzó de brazos.—Porque no, quiero que lo traigas tú mismo, porque dijiste que el bebé y yo podríamos contar contigo qué harías cualquier cosa por complacernos y yo quiero ver el esfuerzo que pones para satisfacer mis antojos.Sus palabras sorprendieron al hombre.—¿Estás bromeando, verdad? No puedo creer que estés pidiendo esto a las dos de la mañana, tengo la leve sensación que lo estás haciendo
Tamara no pudo evitar sonrojarse y dejar escapar un suspiro. Se giró para mirarlo a los ojos, incapaz de decir nada, siendo el deseo lo único que se podía percibir entre ellos. Él no se movió por un par de segundo, solo la miró con intensidad, mientras ella se acercaba lentamente, pero cuando se dio cuenta de lo que hacía se detuvo, mientras él esbozaba una media sonrisa, se levantó, se inclinó un poco hacia ella y le susurró.—Buenas noches, Tamara. Creo que es hora de descansar, quizás el agua helada te puede servir, de lo contrario ya sabes dónde encontrarme —le dijo guiñándole el ojo, se despidió y caminó hacia la habitación con una sonrisa.Xavier dejó a Tamara con el cuerpo tan tenso como las cuerdas de una guitarra, no podía creer que todo le hubiera salido mal y ahora estuviera más caliente de lo que había estado temprano.—¡Hombre creído! Tengo que hacer que te vayas de aquí —dijo levantándose y caminando de nuevo a la ducha, mientras sentía como si entre sus piernas tuviera
Xavier se quedó viendo el muñeco con seriedad, sin emitir ninguna palabra.—¿No me digas que no te gusto mi regalo especial? —inquirió ella con un tono de diversión en su voz.Xavier levantó la vista y luego sonrío, revisó el muñeco mientras lo miraba con curiosidad, sin poder evitar sentirse intrigado por la idea.—Interesante. ¿Me puedes indicar cómo funciona? —inquirió.Tamara, que en la tienda le habían enseñado su funcionamiento, le explicó las funciones, desde su capacidad para llorar hasta su necesidad de ser alimentado y cambiado.—Dime ¿Crees que tienes la capacidad para poder manejar esto o puedes decirme que no y nos olvidamos de esta convivencia y entonces verás a tu hijo cuando haga sus necesidades solo y hable como al año?—Yo hablé a los tres meses —dijo orgulloso y ella levantó la ceja con incredulidad—, no te miento, a esa edad empecé a decir mi primera palabra y caminé a los siete meses, mi hijo puede ser como yo.—O como yo, fui floja para caminar, para que hacerlo
Tamara estaba completamente extasiada, su corazón latía a mil por hora y su alma se encontraba en medio de un torbellino de emociones. Xavier la besó con deleite, haciéndola sentir como si magia recorriera sus venas. Sin embargo, enseguida su mente se llenó de las palabras de Joel “¿Crees que serás capaz de provocar a algún hombre? ¡Eres frígida! No sirves para nada, solo yo te puedo aceptar”, esas palabras fueron con un baño de agua fría para ella, que quitaron toda excitación de su cuerpo.Enseguida lo empujó para apartarse.—¡No por favor! ¡Para! —exclamó con un tono de miedo.Aunque Xavier estaba excitado, su tono de súplica penetró sobre la neblina de deseo que en ese momento lo cubría y se apartó, sobre todo cuando vio la expresión de dolor en el rostro de Tamara, se apartó sin dejar de verla.—Lo siento Tamara, no pensé que te estaba asustando, yo me dejé llevar ¡Diablos! —exclamó levantándose sin poder evitar estar molesto consigo mismo.Él comenzó a caminar hacia la puerta y