EDMON
Si me pudieran describir en dos palabras, serían; oscuro y sin leyes, eso es lo que soy, crecí en la Bratva y para la Bratva moriré, un demonio sádico que lleva tatuado en cada espacio de mi piel la única norma que me dictaron desde que abrí los ojos por primera vez, preparado para tomar el cargo del Boss. Mi padre está orgulloso de mí, lo sé, me lo demuestra y yo le rindo lealtad, pleitesía. El deber vino antes que cualquier deseo infantil que tuviera, incluso antes que la familia.
Dentro de los Lebedev hay quienes como carroñeros buscan quitarme el puesto bajo las sombras, pero los elimino de mi camino antes de que ensucien el apellido con sus errores. Yo no escogí esta vida, me escogió a mí y no me arrepiento de na
EDMONGiro sobre mis talones, la imagen de la puerta de la piscina viene a mí y camino a prisa, aunque me pareciera atrayente la idea de los leones, el Boss se enfadaría, y defraudarlo no es una opción, no cuando soy el Underboss, su hijo, su legado, llego, abro la puerta y miro con el ceño fruncido el cuerpo nadando boca bajo sobre el agua, no se mueve, solo veo la melena rubia.Me quito los zapatos, el blazer y salto al agua, soy un excelente nadador, llego hasta ella imaginando el peor escenario, la tomo entre los brazos y ella se mueve rápido, no se estaba ahogando, no estaba muerta, nuestros ojos se anclan, las gotas de agua recorren su fino rostro de muñeca, su nariz está roja y sus labios hinchados.-¿Qu&ea
EDMONEl Underboss ayudando a una esclava? ¿Es una esclava? ¿Cómo la puedo catalogar? Cuando estoy cerca de mi habitación me detengo, al recordar la promesa que le hice al Boss de hablar las cosas con ella, tal vez no es tan idiota y podamos llevar las cosas con calma, fingir que somos esposos, como ella dijo, no me meto en sus asuntos y ella tampoco en los míos. Vuelvo al área de medicina y antes de entrar escucho la risa de Lukyan, la puerta está entre abierta, me asomo como maldito crío, como si no fuera el Underboss y observo como él está ayudándole en lo que me pidió.—¿Sueles cortarte por diversión o porque pretendes excitarme? —ríe Lukyan.—
CHASTITYMis ojos no dejan de admirar a la mujer que me está sirviendo un trago dentro de una oficina que asegura es de ella. Es alta, me supera en belleza, en habilidades obviamente y en fuerza, sus ojos son de un azul intenso, si iris oscuro la hace parecer una especie de hechicera, su cabello castaño claro es largo hasta la cintura, parece más joven de lo que seguro es, lo que me hace recordar que el Boss había comentado que su esposa estaba muerta.—Creo que no me he presentado como es debido, y estoy segura de que el idiota de Grigori ha dicho que estoy muerta —me tiende el trago que no dudo en agarrar con desconfianza—. Ese capullo.—¿Quién es Grigori? —la pregunta se desliza de mis labios si
CHASTITYLos leones rugen y la piel se me pone de gallina, no soy un robot, soy humana y claro que me estoy meando en los pantalones, pero no iba a permitirme morir dejando a mi padre solo, con esta gente que debería estar encerrada en algún centro psiquiátrico.—No, son leones que llevan más de una semana sin probar alimento, están hambrientos, así que si yo fuera tú…Sus palabras se quedan suspendidas cuando uno de ellos corre en mi dirección, salta intentando arrancarme la cabeza, obligándome a agacharme, resbalándome, tomo el haladie con fuerza y se lo clavo en la cabeza al otro que viene por mí, sus colmillos quedan a pocos centímetros de mi brazo izquierdo, desencajo
CHASTITYHay un silencio que me resulta ensordecedor. La nariz me pica, solo he escuchado este tipo de declaraciones en las películas y me resulta fascinante.—Esto será un problema —susurra la madre del mafioso.—Es maravilloso… el mafioso tiene corazón.—¿Acaso no lo entiendes? Te ha quitado a tu hombre.—¿Mi hombre? —me río ligero para no ser escuchada por la parejita dentro—. Pero si no lo amo, él a mí tampoco, no veo el problema.—Tienes que enamorarlo, cambio de planes y de eso me encargo yo —fi
EDMONLa noticia de la anulación de mi matrimonio con Viera había pasado a segundo plano con las imágenes que estaba viendo, cuando mi madre; Ivanna Lebedev mencionó en el comedor que la rubia idiota había derribado a cinco leones ella sola, sin haber crecido en la Bratva, sin entrenamiento ni alguna habilidad de defensa en supervivencia, no le creí, y ciertamente lo primero que se vino a mi mente al ver el colmillo colgado en el cuello de la malcriada, fue que mi propia madre había sido capaz de ayudarla.Cosa que descarté a los dos segundos, ya que Ivanna sería incapaz de ayudar a alguien que no sea su familia, ni siquiera por Viera lo intentó, y ahora, con la grabación que no dejo de ver una y otra vez, me siento un asco por creer que mi madre estaba mintiendo, estando en la comodidad de mi alcoba, repaso una y otra vez la grabación, estudio sus movimientos, sus giros, la manera en la que usaba el haladie en contra de los
EDMONComienza a quitarse la ropa, quedando en lencería, mis ojos adquieren un brillo de malicia, recorro cada espacio de su perfecto cuerpo, parece muñeca de porcelana, se quita el sostén y aparece la imperiosa necesidad de ver el color y forma de sus pezones, se mete al agua helada y la pierdo de vista, los segundos pasan y no sale, no hay rastro de ella, comienzo a sentirme estresado, si se muere antes de firmar el papel que la acreditará como mía, de mi jodida propiedad, el Boss se enfadará.Doy un paso adelante dispuesto a buscarla, cuando por fin sale, esta vez de frente, mantiene los ojos cerrados un par de segundos, el agua recorre su piel y desciendo la mirada hasta su pecho, sus pezones son rosados, sus pezones erectos por el frío y… Ahí está, su mirada se ancla en la mía.—Joder —baja al agua para que esta le cubra hasta el cuello—. No sabía que eras un maldito pervertido.—Cuida tu
EDMONA la mañana siguiente me levanto con un dolor de cabeza insoportable, me doy una ducha rápida y bajo al comedor con la esperanza de tener un desayuno en calma en compañía de mis padres, mientras camino por el vestíbulo, el sonido de una risa seguida de varios murmullos llama mi atención, viene de la estancia de estar adyacente del salón principal, me dirijo hasta ahí y me detengo en seco cuando abro la puerta y veo a la rubia idiota hablando plácidamente con Lukyan.Ella tiene un libro de medicina en la mano, ambos están sentados demasiado cerca, mientras él apunta algo en una libreta, tiene puestos los lentes con los que suelo verlo analizando cosas en el laboratorio o revisando a alguno de nuestros hombres heridos en el área de enfermería. Ambos se percatan de mi presencia y ella frunce el ceño, le murmura algo al oído provocando que mi mejor amigo suelte una risotada, acto seguido cierra el libro de golpe, le da las