CHASTITY
EL silencio que le sigue es incómodo y me remuevo incómoda sobre mi asiento, tomo nota mental de no meterme con el Boss, y sinceramente no parece el tipo que quiera incluir en mi círculo social.
—Siento lo ocurrido —dice dirigiéndose a mí—. Algunas personas olvidan que ustedes no saben las reglas y normas de la Bratva, respondiendo a tus preguntas, no, mi esposa murió hace años en una cacería, y Edmon es mi único hijo y heredero, es el Underboss y algún día no muy lejano el Boss.
Giro a ver al mafioso de m****a y frunzo el ceño, desde que llegué no ha apartado la mirada de mí.
—Mmmm.
El desayuno trascurre lo más humanamente posible tranquilo, el Boss y mi padre se dirigen miradas llenas de complicidad, Viera la loca ahora me mira con ganas de sacarme los ojos, Lukyan parece entretenido con algo que lee en su móvil, y el mafioso… bueno, él me mira de vez en cuando como alguien inferior. Terminamos y me pongo de pie.
—Cariño, tengo que hablar con el Boss, ¿por qué no me esperas en…?
—Yo no tengo nada que hacer, puedo darte un recorrido por la fortaleza Lebedev —interviene Lukyan acercándose a nosotros—. Escuché que estudias medicina, podemos hablar del tema si te interesa, futura colega.
Una sonrisa juguetona curva sus labios y asiento gustosa, estar encerrada en cuatro paredes no me apetecía, Viera la loca sale hecha una furia y Edmon está a punto de seguirla seguramente para calmar su rabieta, pero su padre lo llama.
—Edmon, acompáñanos —ordena.
—Bien —contesta sin ánimos.
Mi padre me da un beso en la coronilla y observo como se marcha con el Boss y el Underboss.
—¿Y bien? ¿Quieres en el comedor? O prefieres parada…
—¿De qué hablas…?
Acto seguido y sin verlo venir, me lanza una navaja que logro esquivar a tiempo, pasa rozando por mi oreja y esta se queda clavada sobre la madera de la puerta.
—Buenos reflejos.
—¿Así es como les das la bienvenida a las chicas? —enarco una ceja con incredulidad.
—No, suelo llevarlas a la cama, pero acabo de confirmar que Edmon está equivocado, no eres una niña, no eres malcriada y creo que hay más en ti que no nos has dicho, cualquier chica mimada hija de papi ya hubiera chillado por lo que acabo de hacer, o en su mala suerte estaría muerta de no haber tenido buenos reflejos como los tuyos —dice metiendo ambas manos en sus bolsillos—. Creo que serás una buena Koroleva.
—¿Koroleva?
—Ya lo entenderás… bien, vamos, te mostraré la fortaleza.
Dudo en seguirlo, pero me intriga, así que camino detrás de él, paso las siguientes dos horas viendo los calabozos, las mazmorras, el holocausto que tienen con los traidores, los jardines, el área de juegos en donde según las palabras del hombre que me guía, es usado cuando el Boss tiene visitas importantes y se apuestan terrenos, zonas y propiedades. Los jardines, la piscina que en esta época del año permanece llena y limpia, descubro que Lukyan es el mejor amigo del mafioso de m****a, que tienen la misma edad; 28 años a punto de cumplir 29, ambos son signo Leo, lo cual explica el comportamiento del Underboss.
También me entero que en una semana y pocos días se casará con Viera la loca, se conocen los tres desde niños y pronto será algo así como la leona de la jauría, descubro que Lukyan es médico y mujeriego. Reparo en las chicas que son sumisas y que tienen caderas en las manos que las diferencian del resto.
—Y este es el despacho del Boss, nunca entres sin su permiso…
La puerta se abre de golpe, el mafioso de m****a me mira con un odio tan nítido que me encoje por primera vez, pasa de nosotros ignorando a su amigo y por dentro mi padre me indica que entre.
—Bien, parece que me toca consolar a la bestia —Lukyan toma mi mano y me la besa como si estuviéramos en otro siglo—. Un placer conocerte, Koroleva.
“Qué m****a es Koroleva… ¿puta? ¿Esclava? ¿Ramera? ¿Malcriada?
Se marcha y yo entro, el Boss está en su escritorio fumando un puro, tengo el impulso de quitárselo de la boca y decirle que eso le puede hacer daño a mi padre, pero me reprimo, cierro la puerta detrás en su lugar.
—Cariño —comienza mi padre—. Tenemos que hablar.
Me siento a su lado.
—¿Sucede algo malo?
El Boss me mira en silencio como lleva haciéndolo desde el desayuno.
—Tu padre me ha dicho que fuiste atacada en un antro hace dos noches —se inclina hacia delante soltando el humo en mi cara—. ¿Puedes decirme cómo eran esos hombres?
—No diría que vinieron por mí, mataron a mucha gente, llevaban pasamontañas la mayoría pero… —hago memoria—. Uno de ellos tenía un tatuaje de un león.
Omito el hecho de que sé que es de la Bratva, solo porque lo vi en una serie de televisión, maldito programa, quien iba a decir que me sirvió de algo develarme. El Boss vuelve a cruzar miradas con mi padre y asiente.
—Cariño, ¿harías lo que sea por mí, cierto? —escudriña mi rostro con detalle.
—Ya sabes la respuesta.
—¿Harías lo que sea para mantenernos a salvo? —inquiere con ansiosa actitud.
—Ok, me estás asustando, suéltalo ya.
Mi padre se remoja los labios y me da una respuesta que jamás creí imaginar ni en mis más locas pesadillas.
—Tendrás que casarte.
EDMONSi me pudieran describir en dos palabras, serían; oscuro y sin leyes, eso es lo que soy, crecí en la Bratva y para la Bratva moriré, un demonio sádico que lleva tatuado en cada espacio de mi piel la única norma que me dictaron desde que abrí los ojos por primera vez, preparado para tomar el cargo del Boss. Mi padre está orgulloso de mí, lo sé, me lo demuestra y yo le rindo lealtad, pleitesía. El deber vino antes que cualquier deseo infantil que tuviera, incluso antes que la familia.Dentro de los Lebedev hay quienes como carroñeros buscan quitarme el puesto bajo las sombras, pero los elimino de mi camino antes de que ensucien el apellido con sus errores. Yo no escogí esta vida, me escogió a mí y no me arrepiento de na
EDMONGiro sobre mis talones, la imagen de la puerta de la piscina viene a mí y camino a prisa, aunque me pareciera atrayente la idea de los leones, el Boss se enfadaría, y defraudarlo no es una opción, no cuando soy el Underboss, su hijo, su legado, llego, abro la puerta y miro con el ceño fruncido el cuerpo nadando boca bajo sobre el agua, no se mueve, solo veo la melena rubia.Me quito los zapatos, el blazer y salto al agua, soy un excelente nadador, llego hasta ella imaginando el peor escenario, la tomo entre los brazos y ella se mueve rápido, no se estaba ahogando, no estaba muerta, nuestros ojos se anclan, las gotas de agua recorren su fino rostro de muñeca, su nariz está roja y sus labios hinchados.-¿Qu&ea
EDMONEl Underboss ayudando a una esclava? ¿Es una esclava? ¿Cómo la puedo catalogar? Cuando estoy cerca de mi habitación me detengo, al recordar la promesa que le hice al Boss de hablar las cosas con ella, tal vez no es tan idiota y podamos llevar las cosas con calma, fingir que somos esposos, como ella dijo, no me meto en sus asuntos y ella tampoco en los míos. Vuelvo al área de medicina y antes de entrar escucho la risa de Lukyan, la puerta está entre abierta, me asomo como maldito crío, como si no fuera el Underboss y observo como él está ayudándole en lo que me pidió.—¿Sueles cortarte por diversión o porque pretendes excitarme? —ríe Lukyan.—
CHASTITYMis ojos no dejan de admirar a la mujer que me está sirviendo un trago dentro de una oficina que asegura es de ella. Es alta, me supera en belleza, en habilidades obviamente y en fuerza, sus ojos son de un azul intenso, si iris oscuro la hace parecer una especie de hechicera, su cabello castaño claro es largo hasta la cintura, parece más joven de lo que seguro es, lo que me hace recordar que el Boss había comentado que su esposa estaba muerta.—Creo que no me he presentado como es debido, y estoy segura de que el idiota de Grigori ha dicho que estoy muerta —me tiende el trago que no dudo en agarrar con desconfianza—. Ese capullo.—¿Quién es Grigori? —la pregunta se desliza de mis labios si
CHASTITYLos leones rugen y la piel se me pone de gallina, no soy un robot, soy humana y claro que me estoy meando en los pantalones, pero no iba a permitirme morir dejando a mi padre solo, con esta gente que debería estar encerrada en algún centro psiquiátrico.—No, son leones que llevan más de una semana sin probar alimento, están hambrientos, así que si yo fuera tú…Sus palabras se quedan suspendidas cuando uno de ellos corre en mi dirección, salta intentando arrancarme la cabeza, obligándome a agacharme, resbalándome, tomo el haladie con fuerza y se lo clavo en la cabeza al otro que viene por mí, sus colmillos quedan a pocos centímetros de mi brazo izquierdo, desencajo
CHASTITYHay un silencio que me resulta ensordecedor. La nariz me pica, solo he escuchado este tipo de declaraciones en las películas y me resulta fascinante.—Esto será un problema —susurra la madre del mafioso.—Es maravilloso… el mafioso tiene corazón.—¿Acaso no lo entiendes? Te ha quitado a tu hombre.—¿Mi hombre? —me río ligero para no ser escuchada por la parejita dentro—. Pero si no lo amo, él a mí tampoco, no veo el problema.—Tienes que enamorarlo, cambio de planes y de eso me encargo yo —fi
EDMONLa noticia de la anulación de mi matrimonio con Viera había pasado a segundo plano con las imágenes que estaba viendo, cuando mi madre; Ivanna Lebedev mencionó en el comedor que la rubia idiota había derribado a cinco leones ella sola, sin haber crecido en la Bratva, sin entrenamiento ni alguna habilidad de defensa en supervivencia, no le creí, y ciertamente lo primero que se vino a mi mente al ver el colmillo colgado en el cuello de la malcriada, fue que mi propia madre había sido capaz de ayudarla.Cosa que descarté a los dos segundos, ya que Ivanna sería incapaz de ayudar a alguien que no sea su familia, ni siquiera por Viera lo intentó, y ahora, con la grabación que no dejo de ver una y otra vez, me siento un asco por creer que mi madre estaba mintiendo, estando en la comodidad de mi alcoba, repaso una y otra vez la grabación, estudio sus movimientos, sus giros, la manera en la que usaba el haladie en contra de los
EDMONComienza a quitarse la ropa, quedando en lencería, mis ojos adquieren un brillo de malicia, recorro cada espacio de su perfecto cuerpo, parece muñeca de porcelana, se quita el sostén y aparece la imperiosa necesidad de ver el color y forma de sus pezones, se mete al agua helada y la pierdo de vista, los segundos pasan y no sale, no hay rastro de ella, comienzo a sentirme estresado, si se muere antes de firmar el papel que la acreditará como mía, de mi jodida propiedad, el Boss se enfadará.Doy un paso adelante dispuesto a buscarla, cuando por fin sale, esta vez de frente, mantiene los ojos cerrados un par de segundos, el agua recorre su piel y desciendo la mirada hasta su pecho, sus pezones son rosados, sus pezones erectos por el frío y… Ahí está, su mirada se ancla en la mía.—Joder —baja al agua para que esta le cubra hasta el cuello—. No sabía que eras un maldito pervertido.—Cuida tu