POV de AlejandroHabía pasado varios días desde que Carmen y yo habíamos tenido aquella terrible discusión. La imagen de ella llorando, encerrada en su habitación y rehusándose a verme, no había salido de mi mente. Sabía que lo que había sucedido con Agatha no era fácil de explicar, y menos aún de justificar, pero también sabía que tenía que hacer todo lo posible para recuperar su confianza.Desde el momento en que Carmen salió corriendo de la habitación, después de vernos a mí y a Agatha en esa situación confusa, mi corazón había estado en una especie de constante tormenta. La vi quebrarse, y verla así me destrozó. **No había sido mi intención lastimarla de esa manera**, pero entendía perfectamente por qué lo había tomado tan mal.Así que, después de darle espacio para procesar todo, decidí que era hora de intentar arreglar las cosas. **No podía simplemente quedarme de brazos cruzados mientras el dolor que le causé seguía creciendo dentro de ella**. Tenía que mostrarle que, a pesar d
POV de AlejandroHabían pasado varias semanas desde que llené el salón del castillo con flores para Carmen. Las cosas entre nosotros habían mejorado lentamente. **Había más comprensión y menos distancia**, pero aún había una barrera que debía romperse. Quería darle algo más, algo que no solo demostrara cuánto la amaba, sino que también nos permitiera alejarnos de todo por un tiempo. Así fue como se me ocurrió la idea de llevarla a la villa familiar en el sur.La villa había pertenecido a mi familia por generaciones, un lugar lleno de recuerdos y una belleza inigualable. Estaba alejado de la vida agitada que llevábamos en el castillo, y pensé que sería el refugio perfecto para nosotros. Le propuse la idea a Carmen durante una de nuestras conversaciones nocturnas, mientras nos relajábamos en el balcón del castillo.—Carmen —dije, tomando su mano—, sé que las cosas han sido complicadas, pero me gustaría que tomáramos un descanso. Un lugar lejos de todo este caos. ¿Qué te parece si vamos
POV de AlejandroCarmen había suavizado su actitud después de nuestra conversación en la terraza, pero yo sabía que la preocupación aún persistía en algún rincón de su corazón. Podía sentirla cada vez que nuestras miradas se encontraban, esa ligera sombra de duda que no había estado allí antes. Después de cenar, nos fuimos a la cama, pero mientras Carmen dormía profundamente a mi lado, yo permanecía despierto, dándole vueltas a todo lo que había ocurrido. No podía ignorar lo que me había dicho sobre mi pasado, cómo, según ella, seguía apareciendo en momentos inoportunos.**Sabía que tenía que hacer algo más para asegurarle que mi lealtad estaba con ella, que no había nada en mi vida anterior que pudiera amenazar lo que estábamos construyendo juntos.**La mañana siguiente me desperté antes que ella. Mientras la observaba dormir plácidamente, decidí que ese día tenía que ser diferente. No podíamos seguir permitiendo que dudas y fantasmas del pasado se interpusieran en nuestro presente.
POV de CarmenLa luz del sol se filtraba suavemente a través de las ventanas mientras despertaba, sintiendo el calor de la mañana contra mi piel. Alejandro seguía dormido a mi lado, su respiración rítmica ofreciendo una rara sensación de paz. Pero no podía quitarme de la cabeza la sensación de que algo estaba cambiando dentro de mí. Últimamente, me había sentido extraña, como si me faltara algo esencial. Y entonces, como un susurro suave en el viento, lo escuché de nuevo.Mi loba.Era tenue, apenas perceptible, pero inconfundible. Era la misma voz que una vez había sido parte de mí, la que había anhelado escuchar desde que me di cuenta de que no podía transformarme como los demás. Durante años, mi loba había estado en silencio, distante. Pero ahora, estaba llamando mi nombre.“Carmen…”Me senté, con el corazón acelerado. El susurro no era claro, pero fue suficiente para hacer que un escalofrío recorriera mi espalda. Mi loba estaba intentando comunicarse conmigo otra vez, intentando ll
POV de CarmenEl aire fresco del bosque aún parecía aferrarse a mi piel cuando regresamos a la villa, pero mi mente estaba lejos de estar en paz. A pesar de que había sentido a mi loba más cerca que nunca, el vacío que dejó cuando se desvaneció volvió a llenarme de frustración. Alejandro caminaba a mi lado en silencio, sosteniendo mi mano con firmeza, como si quisiera transmitirme su fuerza a través del contacto.Pero nada parecía suficiente.Una parte de mí quería gritar, quería llorar y rendirse, pero la otra parte, más silenciosa, más resiliente, me empujaba a seguir adelante. Aún podía escuchar el eco del susurro de mi loba, esa voz que había estado tan apagada durante años y que finalmente había empezado a despertarse. No podía rendirme ahora. No después de todo lo que había luchado.Cuando llegamos a la villa, me dejé caer en una de las sillas del salón principal. Alejandro me observaba con esa mezcla de preocupación y calma que siempre había tenido. Sabía que quería ayudarme, q
POV de AlejandroEl día comenzó con una suave brisa del sur que me llenó los pulmones al salir de la villa. Me detuve por un momento en el umbral, observando el horizonte teñido por los colores suaves del amanecer. El sol aún no había salido por completo, pero las primeras luces ya iluminaban el paisaje que se extendía frente a mí. Sabía que ese día sería crucial para mí, para Carmen, para todo lo que habíamos vivido hasta ahora.Los últimos días habían sido una montaña rusa de emociones. Había estado tan preocupado por Carmen, por su conexión rota con su loba, que no había podido pensar en otra cosa. Pero ahora que habíamos dado ese primer paso hacia la reconciliación, hacia la sanación, sentía una calma extraña, como si las piezas finalmente empezaran a encajar en su lugar.Caminé hacia el jardín, donde el rocío aún cubría las flores y las hojas de los árboles. Las flores... eso me dio una idea. Recordé que Carmen siempre había tenido una debilidad por las flores silvestres, las mis
POV de CarmenDespués de aquel momento mágico en el salón, con las flores llenando el aire de un aroma dulce y reconfortante, sentí que algo dentro de mí comenzaba a sanar. Alejandro había hecho lo imposible para recordarme lo importante que soy para él, y eso me había tocado el corazón de una manera que no esperaba. Pero, a pesar de todo, aún quedaba una parte de mí que seguía inquieta, especialmente con respecto a mi loba, a esa conexión rota que aún no lograba restaurar del todo.Era como si algo estuviera bloqueado dentro de mí, como si hubiera un muro invisible que me impedía escucharla con claridad. Sabía que ella estaba allí, que nunca me había dejado, pero su voz era apenas un susurro lejano, uno que no lograba entender del todo. Eso me angustiaba más de lo que estaba dispuesta a admitir.Después de que Alejandro me llevara de vuelta a mi habitación, me acosté en la cama, mirando al techo, tratando de calmar mis pensamientos. El día siguiente estaba lleno de promesas: íbamos a
POV de AlejandroLas primeras luces del amanecer apenas empezaban a teñir el cielo cuando regresamos a la villa. Carmen caminaba a mi lado, en silencio, pero había una calma en ella que no había visto en mucho tiempo. Sabía que este era un gran paso para ella, haber reconectado, aunque fuera de manera tenue, con su loba. La había visto luchar durante tanto tiempo, intentando encontrar ese vínculo roto, y verla finalmente dar ese primer paso me llenaba de orgullo y alivio.No pude evitar mirarla de reojo mientras caminábamos. Su rostro, iluminado por la suave luz de la mañana, mostraba una mezcla de serenidad y agotamiento. El agotamiento no me sorprendía; el proceso de reconectar con su loba debía haber sido emocional y mentalmente agotador. Aun así, había una fuerza en ella que no podía ignorar, una determinación que siempre me había admirado de Carmen. Me se