Pov Amaya No sé si estoy soñando o no, pero sentir la suavidad bajo tu cuerpo, es reconfortante. Es como sentir que tu cuerpo está bajo un montón de nubes con un delicioso aroma en el aire. Abro los ojos, lentamente, para darme cuenta de que la habitación apenas está iluminada y ya es de noche. ¿Esto no es un sueño, verdad? ¡Estoy muerta, lo sabía!, eso iba a matarme y mi bebé o no, Diosa, mi bebé. Me senté de golpe en la cama y escuché una suave risa a mi lado. Al voltear, observo a Hardick mirándome, se levanta y se sienta recostándose sobre el respaldar de la cama. Miro cada detalle de él, realmente me gusta mi guapo compañero. —Cachorra... Un subidón me llega de repente sintiendo mi centro calentarse y mojarse en solo segundos. Me quité el camisón y me subí a ahorcadas sobre él. —Amor, estás delic... No lo dejé terminar y comencé a devorar sus labios con hambre, su sabor se mezcló con el mío mientras nuestras lenguas luchaban por el control. Al final él ganó y la ver
Pov Hardick Dejo un suave beso en su frente antes de tener que salir a atender algunos asuntos. Tomo con suavidad su cabello entre mis dedos, ahora es blanco con pequeños mechones rojos, mi poder fluyendo a través de ella. Subo la manta con suavidad por su cuerpo y antes de salir, una vez más, me paro frente al espejo. En mi cuello está su marca, dos hermosos lobos blanco y rojo entrelazados, en mi brazo llevo el tatuaje de sus llamas que se complementan a la perfección con sus runas. Al dirigirme a la oficina, me recibe todo un desastre adentro. Lobos discutiendo contra los híbridos lanzándose cosas de un lado a otro. Ya no tengo una oficina. —¿Qué se supone que pasa aquí? No necesito alzar la voz para hacer que todos se detengan en el acto. Los híbridos bajan sus cabezas y los lobos me exponen su cuello. —"Creo que amo tener el aura de mi compañera, es sumamente poderosa" Sonrío al saber que tiene razón, ella es más poderosa que yo. —Siéntense y no me interesa dónde, de
Pov Hardick La piel chocando húmeda y sus gemidos llenan la habitación. Su cabello se pega a su frente con el sudor corriendo por su cuerpo. Aprieto con fuerza sus caderas y cierro los ojos cuando una vez más, su orgasmo llega y con él, también el mío. Su cuerpo cae sobre mi pecho, su respiración es rápida como la mía. Ambos cansados y respirando de forma pesada dejando que pase la euforia del momento. Acaricio su espalda sudada hasta que su respiración se hace lenta y constante. Me levanto con cuidado sosteniéndola en mi pecho, sus piernas se enrollan en mi cintura antes de llevarla al baño. Le lavo su cuerpo con cuidado, deteniéndome sobre su pequeño vientre que ya es más notable. Después de vestirla y acostarla, salgo de la habitación para irme directo a mi estudio. Me siento frente a mi escritorio y caigo de cabeza sobre él. Diosa, estoy que muero del cansancio. Justo cuando comenzaba a agarrar el sueño, mi madre entra como si nada. —Cariño, buenos días, esta maña
Pov Narrador En la manada Luna Plateada, todos se preparan para la celebración. La familia de Amaya fue bien recibida, qué rápido se puso al día con la madre de Hardick en muchas cosas. Todos iban de un lado a otro, colocando hermosas decoraciones, y arreglos florales. El jardín se estaba preparando y decorando para la entrada de los novios. Hardick quiso que Amaya, tuviera algo más parecido a una boda humana. En la habitación, todo era un desastre, ropas tiradas por todos lados, zapatos de ambos tirados en diferentes lugares. Gemidos lascivos se podían escuchar mientras la cama golpeaba constantemente contra la pared. —Nena... vamos a llegar... tarde... hmms... —No me importa... que esperen... primero... necesito terminar de violarte... Ella volvió a cerrar los ojos, concentrándose en cabalgar a su Alfa debajo de ella. Los gemidos se hacían más fuertes, el sonido húmedo de la piel golpeando, sus respiraciones pesadas y aceleradas. Ambos alcanzaron el clímax junto
Pov Amaya Observo el cuarto que será de mi cachorra, aún no tenemos un nombre para ella, pero creo que por ahora no me preocupo por eso. Paso mi mano por la cunita que ya tiene varios peluchitos adentro. —Me encanta. Cailín entra y rápido corro a tomar a Alek de sus brazos. —Quieta ahí, nada de cargar peso, Alek ya está bastante grande. —Cailín, pero apenas se me nota la barriga. —Los tres primeros meses de vida son muy importantes y delicados, nada de hacer locuras. Ruedo los ojos y aun así, miro a aquellos orbes morados que miran atentamente a mi vientre. Me acerco a él y Cailín lo baja con cuidado para que toque mi pancita. Pero hubiese deseado no haber hecho eso, hubiese evitado el desastre que se avecinaba. Cuando su pequeña mano tocó mi vientre, fui mandada a otro lado como aquella vez. Estaba frente a un lago, donde había una hermosa joven de unos 16 años del otro lado, viendo el agua. Su cabello era rojo y cuando sus ojos me miraron, me quedé congelada, ese mismo
Pov AmayaSalí a dar un paseo por la manada, tenía a cuatro doncellas conmigo y a una docena de hombres a mi alrededor.Hardick a veces exagera en algunas cosas, pero amo que sea así conmigo.Llego a un bonito parque lleno de niños que corren de un lado a otro, busco un lugar cercano para sentarme y me quedo allí observando los juegos y el lugar.En algún momento veré a mi cachorra jugar allí, dominante y posesiva como su padre.—¿Es usted la Luna?Se acerca una niña, con un vestido algo sucio y sus piecitos descalzos.—Hola, sí, ¿estás bien?—Mi hermano se cayó detrás de unos arbustos y no lo puedo sacar, ¿me ayuda por favor?—Claro—, me levanto y conmigo, las doncellas y los guardias.Miro a la niña que se asusta y comenzó a alejarse llorando.—Esperen aquí, yo iré a ver.—Pero Luna...—No se preocupen, estamos dentro de la manada.Comienzo a seguir a la niña que se interna más y más adentro del parque. Intenté llamarla varias veces y solo siguió corriendo asustada.Me vi rodeada de
Pov Amaya —No tengo garantía de que lo que dices sea verdad. —No me importa lo que tú creas, si te hubieses quedado a mi lado, nada de esto estaría pasando. Chasqueó sus dedos y grilletes, aprisionaron mis manos y mi cuello. En ellas, apareció un collar con puntas filosas que en cualquier momento podrían cerrarse y matarlas. Él jaló de la cadena y comencé a ser arrastrada hasta quedar cerca de él. —Esta vez, lograré lo que quiero Amaya, antes de que alguien venga a rescatarte de nuevo. Un portal se creó y fui arrastrada por el cuello, cruzando a otra cueva, el lugar donde ahora estaba oculto Darius. Fui conducida por un estrecho pasaje hasta llegar a una parte amplia, sobre nosotros, había un agujero en lo alto permitiendo pasar la luz hacia adentro. Mi piel hormiguea, sintiendo aquella energía oscura que proviene de un rincón donde no se ve más que negro. Al frente, está un ataúd, muestra a una mujer con piel pálida, pero parece dormida. —Tranquila mi amada, ya todas las p
Pov Narrador Amaya fue llevada hasta el santuario dónde en el suelo, un círculo con runas ya la esperaba. En el centro estaba aquella mujer acostada, la compañera de Darius, su cuerpo pálido y sin vida, se conservaba gracias a un hechizo de conservación. —Comiencen. Amaya fue arrastra al centro donde la sujetaron con fuerza, cánticos comenzaron a elevarse al cielo por magos cubiertos de unas enormes túnicas negras. El suelo bajo sus pies comenzó a brillar y algo en su interior se revolvía. Quería soltar aquellas palabras que ella misma desconocía, quería mencionar las últimas palabras de aquel pedazo de papel que haría que todo su vida fuera succionada por aquella mujer muerta. Darius veía con amor y satisfacción en su rostro a su amada que pronto volvería a la vida, sin importar que costo. Amaya se resistía con fuerza a aquella magia oscura y poderosa que la quería doblegar. En el campo de batalla, la tierra daba pequeñas vibraciones, cada paso de esa cosa, era un segundo me