Un profundo jadeo salió de interior de mi garganta, y cuando abrí mis ojos, cerrados en un momento de pasión, pude observar la expresión complacida de Idris, que me contemplaba con anhelo.
Me gustó la expresión de sus ojos, llenos de una determinación que me volvía loco, y aún me gustó más como pasó la lengua por sus labios, lamiendo así los restos de semen que se le habían adherido a los labios.
En cuanto vi como se lamía con descaro, mi miembro se endureció de nuevo, y no pude hacer otra cosa, que cogerla entre mis brazos, darle la vuelta, y tumbarme sobre ella.
Comencé a explorar su cuerpo con dulzura, deteniéndome en sus sensibles pezones, y prestando atención a su bello estómago que estaba expuesto para mi. La cubrí de besos, mientras ella jadeaba, y seguí un camino descendente hasta su parte más &i
Aunque habíamos planeado salir esa misma mañana en dirección al lugar en que yo nací, ninguno de los dos quiso dejar el lecho en el que nos habíamos amado una y otra vez. Ambos éramos conscientes de que en algún momento tendríamos que salir de esa habitación, y de que en algún momento sería necesario enfrentarse a la realidad. A la realidad de una relación sin futuro, al mundo real, en el que Josh era un solitario que no deseaba compañía, y yo era una loba destinada a vivir junto a un Alfa; pero el momento no había llegado, al menos no mientras pudiéramos engañar al tiempo encerrados en un hotel de lujo.Me desperté con la luz grisácea del amanecer, aún cansada por la noche de sexo descontrolado de la que ambos habíamos disfrutado, y me encaminé a la ducha, pues me sentía pegajosa de sudor, y con ganas de refrescarme.
Finalmente, nuestra estancia en el precios hotel que nos había buscado Greg, duró dos días enteros, y durante la mañana del tercer día, miré a Idris, con su bello rostro brillante por el placer y la dicha compartidos en las últimas horas, y me atreví a abordar el único tema del que aún no habíamos hablado.- Idris, cuando salgamos de aquí, estaremos en gran peligro, sabes que los hombres que te atacaron te estarán buscando, y si te reconocen, no creo que tengan piedad contigo.- Si, lo sé, y no se me ocurre que puedo hacer para evitar las posibilidades de que me encuentren.- Yo he pensado… bueno, que podrías lavarte el cabello hasta que sea de tu color original, y una vez sea así, podrías cortártelo como un muchacho, y hacerte pasar por un hombre.- No es mala idea, Josh, pero ¿y tú?- ¿Qué
Después de que la peluquera cumpliera con nuestro encargo, decidimos comer algo rápido, y poco después del mediodía, regresamos al garaje en el que guardámos nuestra furgoneta casa. Ninguno de los dos estaba muy hablador, pues ambos dejábamos grandes recuerdos en esta ciudad, aún así, sabíamos lo que teníamos que hacer, y retrasar más los acontecimientos no iba a ayudarnos a cumplir nuestra tarea.Josh se subió en el asiento del conductor, arrancó con un giro de la llave, y nos pusimos en movimiento. Las dos primeras horas fueron bastante ajetreadas, pues nos cruzamos con el tráfico habitual de la ciudad, y después con los mútiples vehículos que iban de regreso a sus hogares, tanto es así, que en esas dos horas apenas habíamos recorrido cien kilómetros, por lo que sugerí a Josh que parara en la siguiente gasolinera.É
A pesar de mi reticencia, Josh, cogiéndome la mano, me arrastra suavemente hasta el vehículo, abre la puerta, y me invita a subir; y yo, que sé que si hay alguien en quien pueda confiar, es en él, subo en el asiento del copiloto, le sonrío, y dejo que vuelva a poner en marcha el motor de la furgoneta.Mientras él se reincorpora a la carretera, yo abro una de las bolsas de snacks que he comprado en la gasolinera, y le ofrezco a Josh, que me mira sonriente y coge unas cuantas patatas, y se las mete en la boca, formando una enorme bola.Y aunque al principio me sentía nerviosa, mi inicial reticencia se ve tumbada por la evidencia. Llevamos ya varias horas circulando, y en todo este tiempo, ni siquiera nos hemos cruzado con otros coches.- Idris.- dice Josh en tono muy suave.- se te están cerrando los ojos, si quieres, puedes dormir una pequeña siesta, no
Escucho el sonido atronador del coche estrellándose contra un árbol, y a pesar de la leve conmoción que nubla mis sentidos, me siento agradecido porque tanto Idris como yo hayamos salido de ese vehículo. La busco con la mirada, necesito constatar que está bien, aunque esté tan magullada como yo, y no la encuentro.- ¿Idris?- pregunto en un tono más débil de lo que pretendía, y nadie responde, tan solo mi propio silencio llenando mi mente de malos augurios.Busco frenéticamente con la mirada, y trato de ponerme en pie, aunque el esfuerzo es tal, que no lo consigo. Miro hacia mis piernas, y veo que una de ellas tiene una herida profunda, supongo que a causa de la caída; aún así, necesito saber donde está Idris, así que me muevo por el asfalto, arrastrando mi cuerpo malherido, buscándola entre las sombras.No la veo, Trato de abrir los ojos, pero soy incapaz, me duele la cabeza, noto los músculos agarrotados, y algo viscoso se ha pegado a mi frente. Intento recordar donde estoy, y porqué me encuentro tan mal, pero no consigo recordarlo.Abro de nuevo los ojos,a pesar de que me duele todo, y comienzo a darme cuenta de donde estoy. Me encuentro dentro de una furgoneta accidentada, y no he sido capaz de salir del vehículo, y me he golpeado contra un árbol, por eso me encuentro en tan mal estado.Me toco la frente, en la zona manchada, y veo que lo que se ha adherido a mi frente es mi propia sangre, afortunadamente proviene de una pequeña herida que me he hecho en la cabeza. No es grave, pero me escuece mucho, aún así, ahora no tengo tiempo de pensar en mi, debo localizar a Josh, seguro que está loco de preocupación.Trato de moverme, para ver si tengo algo roto, y compruebo con mucha alegría que nada se me haDespierta
Me quedo tan quieta como mi tembloroso cuerpo me permite, y mi corazón se detiene en el momento en que veo como la bala que ha pasado tan cerca de mi, se incrusta en la certeza de un árbol cercano.- Zorrita.- vuelve a decir el hombre que ha disparado.- ven aquí, y me aseguraré de que tu novio muera deprisa.- ¿Y yo?- no sé porqué esas palabras han salido de mi boca, lo único que quiero a estas alturas es ganar tiempo.- Tú no vas a tener tanta suerte, las zorros como tú merecen un escarmiento, y eso es precisamente lo que vamos a darte.Miro alrededor, en busca de algún lugar en el que esconderme, o de algún árbol hueco que pueda servir como refugio, pero no hay nada,estamos perdidos, así que decido continuar con mi discurso vacío de sentido, con la esperanza de engañar a estos monstruosos hombre
Siento la respiración quemándome la garganta, pero sé que no me puedo parar en este momento. Escucho el silbido de las balas en la distancia, y a pesar del miedo que corroe mis entrañas, hay otra sensación que me domina en estos instantes. Estoy absolutamente desbordado por la emoción, Idris está viva, o al menos en mi imaginación lo está, porque me parece imposible que haya sobrevivido al accidente y esté, ahí, corriendo por el bosque tan tranquila. Bueno, imagino que tan tranquila no, al menos a juzgar por como se agacha para esquivar las balas.No dejo que mi mirada se aparte de su cuerpo, que corre justo delante de mi, y trato de descifrar qué es lo que está pasando. Sé que es difícil que se trate de la realidad, pero a la vez, me parece imposible que todo ésto formé parte de una alucinación.- Idris, necesitamos un plan.- grito yo, intentan