Hola hola!!! bueno, quiero leer sus opiniones sobre la novela y nuestros protagonistas. ¿Qué creen que debería hacer Evelyn?
LeonardEl eco de mi rugido aún resuena en las paredes del cuarto de contención.Estoy arrodillado en el suelo, con el pecho agitado, mis manos aferradas a las cadenas de plata que tengo ancladas a la pared de piedra reforzada. La piel me arde donde el metal toca mi carne, pero el dolor es insignificante comparado con lo que ocurre dentro de mí.Mi lobo está fuera de control.Nunca había sentido esta desesperación, este ardor en la sangre, esta necesidad instintiva y violenta de reclamar lo que es mío. La imagen de Evelyn, pálida y casi congelada, clavada en mi mente como una maldición. El solo recordarlo me hace gruñir, tironeando de las cadenas con tanta fuerza que la estructura de piedra se estremece.—¡Mierda, Leonard! —La voz de Alex me llega desde algún lado, con urgencia y preocupación—. Controla tu maldito poder antes de que destruyas todo el maldito cuarto.No puedo.No quiero.Ella casi muere… Alguien intentó matarla.Solo pensarlo hace que mi furia, que el poder y la maldi
EvelynHan pasado solo 24 horas desde que Leonard me encontró en el congelador, pero no pienso aguantar más encerrada.Y tampoco quiero que crean que me han derrotado, por eso pienso volver a esa cocina con la frente en alto.El sonido del fuego crepitando en la cocina es lo primero que noto cuando entro. El aroma del pan recién horneado y la carne cocinándose impregna el aire. Todo parece normal, excepto por el tenso silencio que reina en el lugar.Las cocineras están paralizadas, con la mirada clavada en alguien al fondo. Mis ojos recorren el salón hasta que lo veo.Leonard está de pie en el centro de la cocina, su postura es pura tensión contenida. Frente a él, una de las mujeres está arrodillada en el suelo, temblando visiblemente.Mi cuerpo se estremece ante la visión. No entiendo qué está pasando.—¿Leonard?—digo y avanzo hacia dónde él está—¿Qué demonios sucede aquí? —mi voz rompe el silencio, y varias cabezas giran en mi dirección con expresiones de horror.Cuando Leonard volte
EvelynCuando entro a la habitación, Clara está sentada en la cama con los brazos cruzados y una expresión tensa. Sus ojos se clavan en mí en cuanto cierro la puerta.—Otra vez estabas con él, ¿verdad?— suelta sin preámbulos, con la voz cargada de reproche.Suelto un suspiro y niego con la cabeza.—No es lo que piensas, Clara.—Entonces dime, ¿qué es lo que pienso? —pregunta con ironía. —Porque desde donde estoy, parece que cada vez te alejas más de la idea de irnos.Aprieto los labios. No quiero discutir con ella. No después de todo lo que ha hecho por mí.—Aún lo estoy pensando —digo con cautela.Clara se pone de pie de golpe.—¿Qué tanto tienes que pensar, Evelyn? ¡Estuviste a punto de morir!Me paso una mano por el cabello y suspiro.—No es tan sencillo como parece.Clara me mira como si hubiera dicho la mayor estupidez del mundo.—Por supuesto que lo es.—No, no lo es —respondo con firmeza. —Leonard me ha ayudado más que cualquier otra persona.Sus labios se aprietan en una fina l
LeonardEstoy atrapado.La oscuridad me rodea como una bestia hambrienta, apretando mis pulmones, enredándose en mi piel como cadenas invisibles. No sé dónde estoy. No sé qué es real.Puedo oír susurros.Mi propio lobo gruñe dentro de mí, pero su voz es débil comparada con el rugido del vacío que intenta consumirlo todo.No sé cuánto tiempo llevo así. No sé si estoy despierto o atrapado en una pesadilla.Y entonces…—¡Leonard! —La voz de una mujer corta la negrura como un rayo.Me quedo inmóvil. Esa voz… No puede ser real.—¡Despierta, m*****a sea! ¡Tienes que salir de esto!Mis latidos golpean con fuerza dentro de mi pecho. No sé si es una alucinación, pero algo en ella es diferente. Algo en esa voz es… cálido.Intento moverme, pero la bestia dentro de mí se revuelve con furia, y la sombra me envuelve con más fuerza. No puedo… no puedo…Y entonces siento el impacto.Un bofetón ardiente estalla en mi rostro y el mundo entero se sacude.Abro los ojos.No sé cómo, pero estoy de pie, en m
Evelyn La habitación está en penumbras, pero la luz de la luna se filtra por la ventana, proyectando sombras alargadas en las paredes. Mis dedos tiemblan cuando toco mi cuello, sintiendo la piel caliente donde la marca de Leonard ahora está impresa en mí. No quiero creerlo. No puedo creerlo. Pero ahí está. Leonard me ha marcado. Y eso significa…. signfica que a ojos del mundo soy suya. Le pertenezco de la forma más cruda y primitiva de todas y lo peor es que yo ni siquiera pude opinar al respecto. Estoy forzada a estar con el alfa que un día me odia y al otro me salva. Mi respiración es irregular, mi corazón late desbocado en mi pecho. El pánico se mezcla con algo aún más perturbador: un deseo crudo, ardiente, que amenaza con devorarme desde adentro. Lo miro con el miedo y la rabia acumulados en mi pecho. —¡¿Qué has hecho?!— escupo, con la voz cargada de furia. Leonard me observa con una calma que me irrita aún más. Sus ojos oscuros, indescifrables, no muestran ni una pizca
EvelynLeonard está en el umbral, su mirada oscura y penetrante clavada en mí. Pero hay algo distinto en él.Su postura es tensa, sus puños apretados.Sin embargo, yo no puedo conscentrarme en eso, no. En lo único que puedo pensar es en el calor que me recorre entera.El calor es insoportable.Es como si mi piel estuviera en llamas, como si algo dentro de mí despertara y exigiera ser liberado. Mi respiración es errática, mis manos tiemblan y mi cuerpo entero late con una necesidad que no entiendo del todo.No es normal. Nada de esto lo es.Intento moverme, encontrar una posición en la que el ardor en mi vientre no sea tan intenso, pero cada movimiento solo parece empeorar la sensación. Un jadeo se escapa de mis labios y aprieto los ojos con fuerza, negándome a pensar en la única persona que sé que puede aliviar este tormento.Persona que sé que ahora mismo debe estar sintiendo lo mismo que yo mientras me mira:Leonard.Pero es imposible ignorarlo.Lo siento en cada fibra de mi cuerpo,
LeonardEl aroma en la habitación es una m*****a emboscada.No es solo su olor. Es su deseo, su desesperación, su lucha por contener algo que no entiende. Y me está volviendo loco.Mi lobo ruge dentro de mí, empujando contra mis barreras con una ferocidad que apenas puedo contener. Quiere reclamarla, marcarla de nuevo, tomarla hasta que no haya duda de a quién pertenece.Pero no lo haré.No de esa manera.Ella no está lista. Tal vez ni yo mismo lo estoy. Pero verla así, sufriendo por algo que yo le hice, es insoportable.Evelyn está recostada en la cama con la espalda contra la pared, con el cuerpo tenso, los ojos llenos de pánico y rabia. Quiere rechazarme, lo veo en cada músculo de su cuerpo, pero también sé que me necesita.Cuando finalmente acepta, un jadeo tembloroso escapa de sus labios, y sé que es mi perdición.Me acerco lentamente, dándole la oportunidad de detenerme. Pero no lo hace.—Entonces acuéstate, Evelyn. Voy a hacer que el dolor se vaya… al menos por unas horas..—mu
Evelyn Desde el instante en que Leonardo salió de la habitación no he podido borrar su imagen de mi mente. La forma en que me tocó, los lugares en que lo hizo… Siento que me pongo colorada y el cuerpo entero se me calienta. Nunca nadie me había tocado, antes de él ni siquiera había compartido un beso, en la manada de Ragnar estaba prohibido incluso mirarme. Pero esto, lo que él me hizo sentir, y no me refiero únicamente a la parte física, sino a todo. A la manera en que mi interior despertó, como todo se activó para conectarse con él. Un gemido entre deseo y frustración dale de mis labios y me pongo en pie para ir directo a la ducha. El agua helada cae sobre mi piel, pero el ardor sigue ahí. Aprieto los dientes y me paso las manos por la cara, esperando que la sensación desaparezca. No es normal, no puede serlo. Nadie debería sentir algo tan abrumador, como si cada fibra de su ser estuviera reclamando por alguien más. Por él. El pensamiento me hace gruñir. "No lo necesito",