Los ruidos extraños provenientes del cuarto de baño, hacen que Connor se ponga bastante nervioso. Sus sienes palpitan y su respiración es tan pesada que le cuesta mantenerse sereno. ¿En serio prefiere tocarse ella misma que estar con él?—Abre la puerta, ahora mismo —exige el alfa con la frente apoyada en la gruesa madera, pero Selene ni siquiera se digna a responder—. ¡Seleneeee! ¡No puedes hacer eso!Selene se contiene para no reír de su comentario. Connor ha dicho lo mismo como 10 veces desde que ella se encerró en el baño.—¿Por qué? —pregunta con jadeo ahogado— ¿Acaso está prohibido amarse a sí misma?—Sabes de lo que hablo —gruñe Connor—. No tienes idea de lo que estás provocando. Si Sorem sale, va a echar esa puerta y es probable que no te guste lo que va a pasar.—Oh, yo creo que sí —Selene finalmente abre la puerta, con el cuerpo totalmente mojado y envuelta en una toalla para caminar hasta el armario—. Yo creo que sí me puede gustar lo que él me haga, pero como estoy castigad
—¡No! —Inés toma la mano de Carla y ella voltea a mirarla con sus ojos inyectados de maldad—. Debemos idear algo, no puedo perder a Connor, necesitamos al heredero. Carla logra estabilizar su temperamento, pero su sangre pulula en sus venas, amenazando con quemar su carne. Esa joven intrusa ya la tiene harta. No puede seguir fallando de esa forma o ella terminará embarazada de Connor y eso será un desastre. Necesita un plan, uno perfecto y bien cuidado, para que esta vez se vaya para siempre. —Su familia está allí —vuelve a decir Inés, cuando Carla decide no hablar—. No podemos actuar por impulso otra vez, o será muy sospechoso. Me lo dijiste una vez y tenías razón, esto hay que manejarlo con calma, ya Connor la vio agredirme que era lo que queríamos, idearemos todo bien para que en la siguiente, no le quepa duda que es culpable y la mate.—No lo logrará, no se quedará con la manada —dice Carla y sale de la habitación, pero una vez en el pasillo, decide tomar su camino secreto que so
—¡¿Has perdido la cordura?! —Carla levanta la voz en protesta, por lo que el alfa acaba de anunciar. Connor gruñe cuando ella se levanta y lo enfrenta. ¿Hasta cuándo piensa ella cuestionar su autoridad?—. Ninguna consejera aceptará tal cosa. Inés no puede dejar la manada, su cumpleaños es dentro de dos semanas. ¡Esto es inaceptable!—No estoy pidiendo tu opinión, madre, estoy decretando su castigo. Lo inaceptable es que ella trató de envenenar a mi mate, su Luna, la noche anterior, y hoy, entró a nuestra habitación a agredirla, lo que terminó en esa guerra campal entre ambas. No voy a permitir que eso vuelva a ocurrir.—Inés salió más herida que Selene, además no hay pruebas sobre nada de eso del que la acusas. —Todas las ancianas empiezan a murmurar entre sí, cosa que no le gusta para nada al alfa. Sabe de la influencia que tiene su madre sobre aquellas mujeres y que ellas prefieren hacer lo que ella dice y que no le sería fácil convencerlas, pero prometió a su compañera algo que pie
—Luna… —Clarisse se sienta al lado de Selene en la banqueta—. Mi hermano me dijo que podía encontrarte aquí. Vine a ver si necesitabas algo.—No es necesario que me llames Luna, con Selene basta —responde Selene con la mirada fija hacia el campo donde un grupo de tres niños están jugando, hay un cuarto que mira el juego desde unos metros atrás, sentado en el pasto, se lo nota pálido y cabizbajo, tiene la mirada bastante apagada. —Mi hermano es el alfa y tú su compañera, mi Luna, no puedo llamarte de otra forma.—No son necesarias las formalidades entre nosotras, Clarisse, te considero como una hermana, además, eres una de las pocas personas que me ha tratado bien desde que llegué aquí —responde ella. Los ojos de Selene no se apartan de ese pequeño. Él parece tener unos 8 años, lo ha visto en una de las fotografías en la mansión y lo reconoció rápidamente cuando tomó este asiento hace media hora, aunque para ser sinceros, todos esos niños se parecen mucho. Una señora, de mediana ed
Los días pasan con total lentitud en Redwood Wolves. Connor ha pasado la mayor parte del tiempo trabajando junto con Jackson y Beltrán la última semana, mientras que Selene ayudó a resolver algunas cuestiones administrativas en la clínica y la guardería. De Inés no supo nada desde la última vez en que ella le dejó aquella nota en el arbusto, tampoco le ha contado al alfa sobre eso, aunque todavía no está segura de si debería ir a aquel lugar o no. Podría ser una trampa, pero también podría ser verdad, y eso le carcome la mente.«Debemos decirle a tu abuelo» Saya habla en su mente, pero Selene no está de acuerdo. La última vez que hablaron, que fue hace dos días, él estaba muy agitado, incluso preocupado por algo que ella no sabe qué es. Incomodarlo con esto está de más. Selene pasa por el campo de entrenamiento con dirección hacia la frontera. Algunas de las guardianas la miran de reojo, pero no dicen nada, tampoco la detienen. Atender a los niños en la clínica fue su mayor trabajo
—No sé qué pasó, sólo llegué y entré al agua por unos segundos y luego llegaste —explica Selene con el ceño fruncido. También está confundida. Haberse quedado dormida bajo el agua no es una opción, y menos tanto tiempo o se hubiese ahogado. ¿Entonces qué fue lo que sucedió en todas estas horas que lleva aquí?—Lo siento… —sale de su boca suavemente al ver el rostro afligido de Connor. Él no soporta su aroma y la besa. La besa tan apasionadamente que Selene gime ante la urgencia de su compañero. A los pocos segundos, el espacio entre ellos se termina y da paso a una danza erótica y romántica a la luz de la hermosa y brillante luna. Desde su noche de bodas no ha habido un solo día que no se entregaran el uno al otro. Pero hoy… ahora se siente diferente. Es como si cada parte de esta naturaleza se estuviese uniendo a ellos dos. Ya de regreso a la mansión, ambos van a la ducha. Mucho más tranquilos. Ya casi está amaneciendo. Luego de esa ducha llena de besos, van juntos a la cama para do
Un frío estremecedor se cierne sobre Selene mientras mantiene un trote estable en este camino que nunca antes había explorado. De hecho, el alfa le había dicho una vez que no estaba permitido ir por ahí. Sin embargo, aquí está, dirigiéndose hacia un lugar incierto y desconocido, ya llegada la noche, con el corazón latiendo a mil, pero con la mente dispuesta a descubrirlo todo. Ha recorrido ya varios kilómetros, demasiados a su parecer, está cansada y sudada, pero ya puede ver un destello a unos kilómetros más. ¿Será el lugar que se marca en el mapa?Camina con sigilo unos metros y puede ver que hay guardianas dispersas en varias áreas, decide subir a uno de los árboles más altos para tener un mejor panorama. Si hay guardianas aquí, es porque tienen que proteger alguna cosa o a alguien.Una vez en lo alto, observa con detalle todo el radio. Hay una especie de edificación a unos kilómetros, hay luces allí, también movimientos. Es dónde necesita llegar, es el punto marcado en la nota, n
El aire congelado golpea la cara de Selene cuando da unos pasos hacia el salón. Está tiritando, incluso su mandíbula empieza a temblar sin control alguno. No tiene ni la más remota idea de lo que le sucede, pero no se siente bien. Nada aquí se siente bien.Hay unas puertas dobles abiertas, unas cortinas meciéndose al compás con el viento, antorchas y velas aromáticas, creando un ambiente romántico desde todo punto de vista, menos para la de ella. Puede oír unos murmullos desde el fondo, en una habitación, luego risas de ella, de Inés. Se queda quieta unos segundos y respira profundamente antes de seguir. No importa lo que haya allí dentro, debe verlo, enfrentarlo. A medida que avanza, la voz de Inés se hace más clara, sin embargo, no oye otra cosa más que gruñidos de la persona que la acompaña, luego unos ruidos extraños, jadeos, gemidos. Llega hasta la puerta que está solamente cubierta de cortinas y con la mano temblorosa aparta solo un poco para ver. Es una habitación, eso ya l