Cuando la noche nos alcanza, me siento agotada. El enojo que conseguí hoy por causa de mi encuentro y charla con Lisa, más el sinfín de conjeturas que he estado formulado en mi cabeza sobre sus verdaderas razones para venir aquí como lo hizo, la verdad que han agotado tanto mi cuerpo como mi mente. No digo que no sea verdad que ella haya querido ver si había posibilidad de que regresara, porque la conozco, por más buena que pueda ser, es orgullosa y no le gusta perder, en ningún sentido. Pudo haberse llenado mucho la boca diciendo que se preocupaba por mí, que quiso venir para asegurarse de que estuviera bien y ofrecerme un refugio, una opción u oportunidad si no era así, mas no, yo sé que no era solo eso. Si lograba llevarme, eso habría sido bueno para ella, sin embargo, si lograba lo que fuera que quería, entonces habría sido todo un éxito. El problema es que no sé qué es lo que buscaba y eso es lo que me pone de mal humor. Necesitando relajarme, me recuesto en la cama con pesadez
La luz aumenta momentáneamente de golpe, como si alguien hubiera encendido uno de esos enormes reflectores desde el fondo del lago, y cuando vuelvo a enfocar la mirada, me quedo helada ante lo que veo. Del centro del remolino, una figura empieza a surgir. Su rostro está oculto bajo una capucha negra (que no está mojada en absoluto, como si no estuviera realmente saliendo de lo más profundo del lago) y la corona hecha de piezas como de plata del siclo lunar brillando como el astro mismo, flotando unos cuantos centímetros por encima de la capucha, es lo que me hace estremecer, porque me estoy imaginando lo que va a pasar y me corta el aire.Cuerpo esbelto, con curvas pronunciadas y piel tan blanca como la nieve, la túnica negra que continúa desde la capucha, cubre la zona de sus pechos, parte de su abdomen y sus caderas, cayendo finalmente en estolas que flotan a su alrededor como si realmente estuviera bajo el agua. Una tobillera en su pie izquierdo, un collar al rededor de su cuello q
-¿La Diosa? ¿En serio?-Sí, sé que suena extraño, pero así fue. Cuando nos acostamos, tú ya dormías y de la nada, sentí que algo me llamaba. Mi cuerpo se movió solo, se fue del cuarto y, antes de entender qué ocurría, terminé en el lago. -Así que te atrajo a su espejo. -Sí, aunque al principio no entendía, hasta que ella literalmente surgió del centro del lago. -¿Cómo es ella? ¿Podrías decírmelo? Tú sabes que...-Sí, puedo. Y es hermosa, aunque no se me ocurre con qué compararla para que puedas entenderlo. Su piel es blanca y brilla como la luna misma, su cuerpo es esvelto, aunque curvilíneo, su rostro es dulce, casi me miraba como una madre a su hija, y sus uñas, labios y ojos eran negros. Ni siquiera pude distinguir las diferentes partes del ojo, todo parecía una enorme pupila. -Por como la describes, casi parece una aparición. Solo no puedo imaginármela, ojalá tuvieras una foto o pudieras dibujarla. -Como poder puedo, aunque no te prometo que sea precisamente muy fiel. Me gust
-¿Dónde? -Luna...-No me interesan ahora las las formalidades, quiero saber dónde es que encontraron el Acónito. El grupo de guerreros formado por tres de ellos, se miran entre ellos con nerviosismo y luego a Tayler, como si buscaran su aprobación. ¡SOY SU MALDITA LUNA, CON UN DEMONIO, NO DEBERÍA NECESITAR AUTORIZACIÓN DE NADIE PARA QUE ME DIGAN LO QUE IMPORTA SOBRE EL FUTURO DE LA MANADA!-¡HABLEN!-Lo-lo sentimos, Luna... es solo que...-¿Que qué? Hablen de una vez antes de que pierda la paciencia. No estoy precisamente de buen humor en éste momento, así que no puedo fingir que estoy tranquila como siempre. Díganme de una vez lo que quiero saber, o tendremos problemas.Sé que, ahora mismo, mis ojos deben estar brillando furiosos, pues al no haber dejado salir a Luana antes, ahora está furiosa y alterada, y si nadie abre la boca pronto, aquí va a correr sangre. Antes de que eso ocurra, Tayler interviene inteligentemente. -Angi, lo que ellos están sintiendo ahora, es incomodidad al
En cuanto esas palabras quedan flotando en el aire, puedo jurar que escucho a Tayler maldecir en mi mente la mismo tiempo que yo en la mía. ¿Cuándo me vieron? ¿Cómo? ¿No se supone que estábamos solos? No tenía que haber nadie en el río en ese momento, ¿o habrá sido durante la carrera? Sin embargo, a pesar del pánico que ambos estamos sintiendo ahora, ninguno lo demuestra y, en su lugar, permanecemos lo más serenos posibles, mezclado con un poco de sorpresa, como si fuera algo completamente inesperado. -Primero que nada, respira profundo, cierra la puerta y acércate. Luego quiero una explicación. ¿De qué estás hablando? ¿Dónde la viste? El chico cumple y se acerca a nosotros, sentándose donde el pelinegro le indica frente a su escritorio. Se le nota nervioso, sus manos están siendo retorcidas una contra la otra sin parar, ¿tanto le afecta hablarnos de esto?Bueno, quizás crea que es una locura, tal vez piense que no le creeremos o similar, porque si no lo ha vivido nadie cerca de ti
-Buenos días a todos, sé que seguramente se están preguntando el porqué de ésta reunión tan repentina con la guerra que tenemos a la vuelta de la esquina. Bueno, esto era necesario, pues su Luna necesita hablar con ustedes y es algo de suma importancia. Quiero que la escuchen y que mantengan la calma lo más posible, porque si surgen preguntas y hablan todos al mismo tiempo, se hará imposible el responderles. Esas palabras parecen poner a todos en alerta, mas se mantienen en silencio y a la espera mientras me acerco a la posición de Tayler y éste me cede la palabra a mí. Ver todos esos rostros a la expectativa me pone los bellos de punta, mas hago como siempre y relajo mi rostro y mi mente para intentar hablar frente a todos sin que se note que nunca me ha gustado hacerlo. ¿Qué se le va a hacer? Gajes del "oficio", podrían decirle. -Hola a todos, cómo bien les dijo su Alfa, hay algo que quiero contarles y, luego, me disculparé personalmente con uno de ustedes, sin embargo, primero lo
Sorprendiéndome completamente, coloca su puño sobre su corazón y baja la cabeza a modo de respeto para luego clavar rodilla en tierra. Aún con su cabeza baja, su voz se escucha fuerte y clara. -Todos tenemos derecho a guardar nuestros secretos, en tanto y en cuanto no afecten a los demás. Su secreto no era algo que nos afectara de forma negativa, es más, podría considerársele un motivo de alegría y puedo comprender su miedo, su reticencia a se abierta al respecto, y por eso mismo es que, en el momento en el que esté en el campo de batalla, estaré a su lado, defendiendo nuestra manada y a usted. Por la gloria, el honor y la supremacía victoriosa de la manada del Bosque Negro. Y como él, poco a poco, varios más empiezan a hacer lo mismo, uno por uno, luego de a pares y finalmente, casi toda la manada imita al primero. No estoy segura de si fue por coacción, algo así como "ellos lo están haciendo, ¿qué pensarán o cómo quedaré si no hago lo mismo?", o si, por el contrario, realmente sen
-Dime que me tienes buenas noticias. Mi amiga se muerde el labio y suspira. -No son exactamente "buenas", porque no hay un antídoto o algo que nos haga inmunes...-¿Entonces?-Lo que descubrieron en el laboratorio, es un derivado de una planta que, lo que hace, es disminuir los efectos mortales. El envenenamiento, en lugar de ser fatal, solo causaría un gran malestar general agudo, que no se sabe bien cuánto duraría, mas la persona sobreviviría. -Bueno, supongo que es mejor que nada. Saber que sobrevivirás a pesar del sufrimiento, por lo menos te permite el pasar el suplicio con más calma, dentro de lo posible, obviamente. Sería como ver la luz al final del túnel: es obscuro y aterrador quizás, pero sabes que pronto saldrás de él.-Es una forma de verlo, sí.-Podríamos ofrecerlo como opción, estoy seguro de que la mayoría se sentirá más seguro para pelear si sabe que podrá luchar sin preocuparse tanto del Acónito. Miro a Nina y siento que hay algo más que se está guardando, que aú