-Creo que todos lo desearíamos, pero no, tristemente es verdad y el posible origen de nuestros dolores de cabeza.

-¿Cómo es que pasó?

-Bueno, mi padre era reticente en contarme, mas terminó cediendo y me dijo que, aunque mi madre es sin duda alguna la mujer a la que más ha amado en toda su vida, a Silvia la conocía desde que eran niños y, con el pasar de los años en soledad, ella se volvió alguien cercano. De hecho, dijo que era muy diferente en esos años a la mujer en la que se convirtió y que tú y yo conocemos. Solía ayudarlo con las mujeres y se llevaban bien, le hacía compañía y casi era su confidente.

-Wow, eso no me lo esperaba.

-Ni yo, sin embargo, eso no quiere decir que no haya sido cierto. De todas formas, pasaron casi veinte años con él como Alfa, y mi madre no había aparecido, por lo que empezó a considerar como algo lógico, el pedirle a Silvia que aceptara ser su pareja, pues ella tampoco había encontrado a su compañero y la manada necesitaba una Luna. Un par de veces, h