-¿Que tú qué?
-¿Qué esperabas? Seis años, Angelique, seis años y aún nada. No puedo no tener un heredero y tú aún ni siquiera me has mostrado un indicio en todo éste tiempo de que hubieras estado embarazada. Podría llegar a aceptarte que lo hayas estado y hayas tenido un aborto, hemos tenido tiempos difíciles que causan estrés y eso es un productor de abortos en las lobas. Pero tú... Nada, ni siquiera eso.
-¿O sea que te metiste con otra? ¿Es en serio? ¿Eres realmente consciente de lo que has hecho?
Mi voz es un sonido casi estrangulado, tanto por la impresión como por el dolor que empieza expandirse por nuestro pecho, como si nos hubieran clavado un puñal. De hecho, metafóricamente hablando, eso es lo que él había hecho, solo que mil veces peor. Su ceño se frunció profundamente ante mi pregunta, y podía notar el color cambiante de sus ojos, clave que denotaba, la empatía que Murdock estaba sintiendo hacia nosotras.
-Thábita me dio lo que tú no, deberías estar agradecida de que no te quite tu puesto de Luna y la colocara a ella, que sí pudo cumplir con lo que tú no.
Luana quería salir, pujaba contra mi control y clavaba sus garras en mí para que la dejara adueñarse de mi cuerpo, quería sangre, hacerlo pedazos por lo que había hecho contra nosotras, mas no la dejo y respiro profundo antes de responderle. Si él podía hacer algo así y decirme algo como eso de forma tan a la ligera, entonces no pensaba quedarme a su lado.
-Pues en ese caso, no hará falta, dáselo, porque yo renuncio.
-Espera, ¿qué?
-Lo que escuchaste, dáselo a ella, porque luego de lo que has hecho, no planeo permanecer a tu lado nunca más.
-Angelique, espera, no te apresures.
-Yo, Angelique Rosh...
-No, no lo hagas...
-Luna de la manada del Río Rojo...
-Detente...
-Te rechazo a ti, Alefrick Waltsh, Alfa de la manada del Río Rojo...
-No...
-Y resiento de nuestro vínculo...
-¡POR FAVOR, NO LO HAGAS!
-¡A PARTIR DE ÉSTE MOMENTO Y PARA SIEMPRE!
-¡NOOOOOOOOOOOOO!
El dolor lacerante nos atraviesa a ambos, haciéndonos caer de rodillas al tiempo en que puedo jurar que el cielo truena y relampaguea con violencia, como si la mismísima Diosa estuviera furiosa por lo que acaba de pasar. Siento cómo el vínculo se rompe y ambos, tanto Luana como Murdock aúllan a través de nosotros, con tanta fuerza por el dolor, que los cristales casi explotan.
Para cuando se callan, ambos caemos sobre nuestras manos, jadeando completamente agotados, con el sudor perlando nuestras pieles y con ligeros temblores a causa de los espasmos que aún nos recorren. A penas consigo escuchar su voz al otro lado del salón donde estamos.
-¿Qué fue lo que hiciste?
-Lo que debía... Protegerme a mí y a mi loba, de un infeliz que no supo... apreciar lo que tenía... y se atrevió a semejante traición...
No alcanza a responder, pues antes de que abra nuevamente la boca, las puertas del salón se abre con violencia y mis suegros entran a toda velocidad, completamente horrorizados sin entender qué es lo que ha pasado, aunque creo, haciéndose una idea que no les gusta nada.
Lisa es la que se acerca hacia mí primero, y casi veo dudar a su esposo de ir hacia su hijo.
-¿Qué fue lo que pasó? ¿Angelique?
-Que se lo explique su hijo, si tiene los huevos para hacerlo.
Sus padres lo observan con el ceño fruncido y mi ex me devuelve una mirada entre iracunda y dolida, la cual, ya no me afecta. Su padre es quien lo hace responderle, sacudiéndolo ligeramente del brazo al ver que no habla.
-¿Qué fue lo que hiciste?
-¿Por qué piensas que fui yo?
-Porque soy tu padre y te conozco. Ahora habla antes de que pierda la paciencia.
Él parece no querer hablar, como si se negase a admitir lo que ha hecho, y como no planeo ser indulgente luego de su traición, ya que él no lo hace, soy yo quien habla.
-Ya tiene un heredero en camino, y no es mío.
-¡¿QUÉ?!
-Así es, ha cometido traición contra su compañera, contra su Luna, y no me quedaré junto a alguien capaz de hacer algo así. Por eso, lo he rechazado y rescindido de nuestro vínculo.
En cuanto esas palabras son procesadas por ellos, soy perfectamente capaz de observar cómo sus rostros se contorsionan en una mueca de furia pura, y cómo sus lobos pujan por salir al exterior por la rabia, cuando sus ojos muestran ese brillo dorado propio de nuestra especie.
No estoy segura de cómo, mas antes de siquiera darme cuenta, Lisa ya está junto a su hijo y le ha volteado el rostro de una bofetada, la cual a sonado fuerte y ha dejado la marca roja brillante debido a la evidente fuerza que ha utilizado.
-¿Cómo pudiste? ¿¡CÓMO SE TE OCURRIÓ HACER ALGO ASÍ!?
-Eres un idiota.
La voz gruesa y ronca con la que Ronald insulta a su hijo, me dice que su lobo, Crusher, está tan enojado como nosotras, o quizás hasta más, y la sorpresa de que veo en mi ex me dice que, claramente, no esperaba semejante reacción de parte de sus progenitores. Creo que incluso esperaba que lo apoyaran en su elección.
-Fueron seis años... Yo... Necesito un heredero, tú mismo lo dijiste...
-Con tu compañera, desgraciado, no con una loba cualquiera. Seis años no son nada, ¿tienes idea de cuánto tardaste tú en venir a nosotros?
-Fueron casi diez años esperando. Los Alfas, cuando son poderosos, se requiere que el cuerpo de la hembra se prepare para lo que enfrentará, porque no es un embarazo normal. Los cachorros suelen ser mucho más grandes, mientras te llevaba en mi vientre, parecía que tendría como mínimo gemelos y no uno solo. No tienes ni idea de lo que has hecho... Solo una verdadera Luna puede soportar esa carga.
La palidez del rostro de Alefrick ante las palabras de sus padres, al entender lo que ha hecho, me hace sonreír internamente, aunque no me hace realmente feliz. No solo he perdido a mi compañero, sino que, como extra, ese estúpido ha condenado a una loba a sufrir muchísimo durante los próximos meses. Maldito idiota...
Puedo ver su ira, mezclada con la preocupaciones e impotencia, pero nada de eso me interesa ya. Él hizo sus elecciones y estoy segura, fue cuando fui a ese viaje de campo de la universidad que duró tres días, cuando Luana se sentía inquieta y no estábamos seguras de por qué. El dolor que debió de sentir Murdock por culpa de Alefrick... No quiero ni imaginarme cómo se debió de sentir, y eso explicaría por qué el no apareció por varios días: o mi ex lo alejó a propósito para que él no lo delatara con nosotras, o se sentía pésimo y no quería que lo viéramos. Sea como sea, necesito salir de aquí, y con eso, dejo a la familia discutiendo, sin importarme lo que pase entre ellos.
Mis ex suegros ya saben la verdad y que he rechazado a su hijo, no obstante, aún no saben lo que haré, y no necesitan saberlo aún. Primero necesito hacer unos arreglos.
En cuanto llego a la habitación que antes ocupábamos juntos, junto lo más importante para mí en una mochila y la llevo a la habitación del final del pasillo, sentándome en la cama y buscando mi enlace con mi mejor amiga, intento suprimir los gemidos de dolor de Luana, quien aún gimotea dese que el vínculo se rompió.
-¿Angi? ¿Estás bien? Puedo sentir tu dolor hasta aquí.
-Necesito que hagas algo por mí.
-Lo que sea, dime.
-Llama a tu hermano, dile que necesito asilo y si su Alfa me aceptaría.
-¿Qué? ¿De qué estás hablando?
-Te veo en nuestro sitio en quince minutos y te contaré todo, pero dile que necesitaré su ayuda.
-Me estás asustando, pero está bien, hablaré con él y te veo pronto.
Corto el enlace y salgo del cuarto, cerrando la puerta tras de mí para que nadie pueda entrar. Luego, para evitar que nadie sepa a dónde voy ni que he salido, abro la ventana y me trepo por ella para saltar al árbol y bajar por él. En cuanto estoy en el suelo, empiezo a correr, notando que Luana tiene una gran dualidad entre su dolor y el querer alejarse de quien la hirió, y la necesidad de volver con Murdock quien, a pesar de lo que pasó, seguía siendo su compañero.
En cuanto llego a nuestro punto, Nina ya está ahí y corre hacia mí en cuanto me ve, abrazándome con fuerza al ver que, efectivamente, algo malo ha pasado. Me atrae hacia unas grandes rocas a un costado y me hace sentarme sobre ellas, tomando mis manos entre las suyas.
-¿Qué ocurrió? ¿Qué fue lo que te hizo Alefrick? Porque estoy segura de que esto es su culpa.
Suspiro al tiempo en que intento acallar el gimoteo de Luana.
-Se metió con otra...
-¿Que hizo qué?
-Y la dejó embarazada.
-No puede ser...
-No solo me hirió a mí, también acaba de condenar a la loba con la que me engañó, porque la descendencia de un Alfa es más complicada de llevar que un embarazo normal, y ella lo sufrirá todo el tiempo hasta que nazca.
-Por eso quieres irte, por eso me pediste que hablara con mi hermano.
-Así es, rompí mi vínculo con Alefrick, no lo tendré de compañero sabiendo que pudo hacer algo así, y por eso necesito irme. Estar aquí será como un puñal en el corazón las veinticuatro horas del día y Luana no se merece eso, ni yo tampoco.
-No, es verdad, ni él tampoco se merece el tenerte cerca. En su lugar, merece todo el dolor y los problema que traerá para él lo que ha hecho.
-Me apena por Murdock, él no tuvo la culpa, sin embargo, lo hecho hecho está y no voy a cambiar de opinión. ¿Ya hablaste con Liam?
-Sí, no pude darle muchos detalles porque tú no me los diste a mí, no obstante, sabes que te conoce y que, si se trata de ti, no los necesita, que tienes tus razones para cada decisión que tomas.
-¿Y entonces qué dijo? ¿Puedo cambiar de manada?
Sus ojos del color del chocolate, brillan con la luna y no estoy segura del motivo del dolor que veo, ¿es que su Alfa se negó?
-Lo siento Angi... -¿Dijo que no? -¿Qué? No, no, tranquila, lo siento, no quería confundirte, es solo que sé que esto debe de estar siendo muy difícil, el tener que buscar una manada diferente a la que has pertenecido toda tu vida... -Ah, sí, pero intento no pensarlo. Ya suficiente tengo con lo que hizo Alefrick y el llanto de Luana en mi cabeza. Nuestro dolor es tan... Ni siquiera puedo describirlo. -En contestación a tu pregunta, el Alfa de mi hermano ha escuchado de ti y confía en mi hermano, así que te da la oportunidad de ir, sin embargo, dijo que sí o sí tendrás que explicarte cuando vayas. Alefrick no le cae precisamente bien, según mi hermano, siempre le pareció un arrogante inútil, así que, si tienes un problema con él, su Alfa seguramente te aceptará. Algo así como "el enemigo de mi enemigo es mi amigo". -Pues no tengo nada qué ocultar, ¿pero él mencionó que yo era la Luna de la manada? -Me dijo que, en palabras de su Alfa, "si le estabas pidiendo asilo a él, implicaba
En cuanto raya el sol, mis ojos ya están abiertos como los de un búho, no he podrido dormir prácticamente nada y me siento aplastada bajo el peso de mis emociones y las de mi loba, pero aún así, con un gran esfuerzo me levanto de la cama, y como si mis huesos fueran de gelatina, casi me arrastro hacia la ducha para intentar hacer que el sopor que me agobia, desaparezca lo más posible. Termino de secarme antes de lavarme la cara con jabón y ponerme un poco de crema para no tener aspecto de muerta viviente. Una vez lista, me visto y salgo del cuarto, bajando las escaleras hacia el salón, donde me encuentro con mis ex suegros. Al verme, en seguida se acercan a mí, Lisa incluso me abraza con fuerza, denotando lo mucho que ésta situación la ha afectado. -Lo siento mucho, mi niña, no te merecías esto. -Es verdad, nuestro hijo, sin importar que lo sea, nos avergüenza por haber hecho lo peor que puede hacer uno de los nuestros. No merece a alguien como tú a su lado. -¿Realmente vas a ir
Por el rabillo del ojo, puedo notar cómo la sonrisa de Tábitha se ensancha, creyéndose ganadora al ver que nadie reacciona, hasta que de un momento al otro, como si alguien hubiera presionado el botón de "play", la manada entera se lanza a gritar en protestas sobre por qué habíamos hecho algo así y el por qué yo debía irme. Eso hace que inmediatamente, todo rastro de satisfacción se elimine de sus rasgos y noto también, la tensión en el cuerpo de Alefrick, porque sabe que no me quedaré callada y que diré lo que pasó sin vueltas. Ellos se merecen más la verdad que él mi protección. Y con eso en mente, me llevo los dedos a la boca y silbo fuerte, acallando a todo el mundo en un instante. -Por favor, no se alboroten, ahora les responderé a sus preguntas, pero les pido, sean ordenados o esto no nos llevará a ningún lado. Contestando a su pregunta más contundente y que, aún con el barullo, pude escuchar bastante fuerte, me voy porque, como dije, yo ya no soy la compañera de su Alfa, y eso
Juro que, aún a ésta distancia, puedo ver cómo las gotas de sudor resbalan por su frente, totalmente preocupado por la situación en la que se encuentra. Decir que soy yo quien está causando esto, que "la estoy amenazando" (cosa que no es así, porque solo la estamos tratando de inútil con Luana, lo que es verdad en esto), le podría poner a la manada en contra y a su liderazgo en duda, y si en su lugar, dice que es ella, podría tener serios problemas con la loba que tiene a su cachorro en su vientre, porque podría causar que ella quiera quitarle a su heredero, ese que tanto quería... Y sé que lo haría, sé que Tábitha es capaz, porque siempre fue una caprichosa, una que hacía todo lo posible para conseguir lo que quería, sin importar las consecuencias o lo que tuviera que hacer por ello. La muestra es haberse metido con el Alfa, teniendo éste pareja y sabiendo que tendría a la manada en contra por esto. O quizás pensaba que sería al contrario, que como yo no había engendrado aún al hijo
El enorme lobo gris ya no está, y ahora, como la Diosa lo trajo al mundo, ocupa el lugar un chico castaño, de piel bronceada que es, prácticamente, una versión masculina de mi mejor amiga. Síp, son mellizos, y sus rasgos, aunque más masculinos en él, hacen completamente imposible el no darse cuenta que son hermanos.Ambos se abrazan, aunque él no lleva nada de ropa, y los escucho hablar entre los dos, mas no puedo comprender del todo lo que dicen, ya que la puerta de la camioneta se cerró. Ellos parecen esta bien, por lo que no me preocupo, no hay signos de pelea o discusión, y en su lugar, Liam hace un gesto a los lobos a nuestro alrededor, quienes dejan automáticamente sus poses de ataque y se relajan, observándonos ahora con mucha más calma. Nina sube de nuevo a la camioneta y su hermano golpea dos veces el capó de ésta, antes de lanzarse a correr y cambiar en el proceso, volviendo a dejar ver ese pelaje gris frente a nosotros, ahora guiándonos. Los lobos ahora sí que nos escoltan
Cabello negro lacio, cortado de forma que parece una cortina suave sobre su frente y ojos, iris del color de la sangre fresca, piel lisa y tersa casi del color del bronce (evidentemente por pasar mucho tiempo al aire libre y me hace pensar si tendrá alguna marca de ropa o si lo hace completamente desnudo solo por el cambio de humano a lobo y viceversa) y por lo que noto bajo la camiseta que usa, un cuerpo trabajado y firme. Además, lo que me choca es haber entendido que el aroma que sentía antes y me "relajaba", emana de él, lo que me preocupa bastante, porque me aterra lo que puede significar. Luana incluso gruñe dentro de mi cabeza con ferocidad, obviamente aterrada y preocupada tal y como yo estoy. Hasta quiere tomar el control y que salgamos corriendo. Mi cuerpo tiembla ligeramente por un momento mientras lucho con ella, para mantener el dominio, y parece que él lo nota y se levanta del escritorio, observándome con evidente preocupación. -¿Estás bien?-Sí solo... dame un segundo.
¿Qué? -Tu aroma. -¿Qué tiene? O más bien, ¿cómo que no tengo?-Así es, no tienes ningún aroma propio. -¿Es una broma?-Claro que no, ¿por qué bromearía con algo así? Cuando me acerqué a ti hace unos minutos, lo único que pude sentir fue el perfume de tu ropa limpia y lo frutal de tus productos de limpieza personal, nada más. Hasta noté el aroma de mi beta, el de su hermana y el de su pareja sobre ti, mas nada tuyo. Si no supiera quien eres y que realmente tienes una loba, podría dudar de que seas una de las nuestras. Hasta los humanos tienen aroma propio, solo los espíritus no poseen ninguno. -Es es...-¿Imposible? Yo también lo creía, por eso pregunto. Pensé que habías hecho algo intencionalmente para que eso ocurriera. Sería útil para las batallas, para que los guerreros no pudieran ser detectados. Si lo habías hecho voluntariamente, estaba por pedirte que lo enseñaras. Ahora que sé que no es así, me preocupa porque podría significar que algo anda mal. ¿Tu lobo está bien? Una y
-¿Angui? ¿Estás bien? Responde. -Estoy bien, estoy bien, solo... un poco mareada. Eso es todo. En cuanto mi voz llega hasta él, suspira más tranquilo y me ayuda a ponerme de pie con cuidado, atento a cualquier mal movimiento de mi parte que me pueda llegar a hacer caer. Siendo delicado, me sostiene lo suficiente como para que pueda acomodarme sobre la silla sin que me caiga y un vaso de agua aparece frente a mis ojos, encontrándome con Liam observándome con preocupación. -Tranquilo, he vuelto, no voy a morirme. Solo dolió más de lo esperado... -Gracias al cielo, o mi hermana me hubiera despellejado por permitir que te ocurriera algo aquí, cuando le prometí que estarías segura. -Eso habría sido un espectáculo digno de ver. -No la apoyes... tengo aún que encontrar a mi compañera y mucho por lo cual vivir. -Como tú digas, exagerado... -¿Estás segura de que estás bien, Angui? No necesitas moverte todavía. -Puedes relajarte, Alfa, estoy bien. -¿Alfa? ¿Ya no soy Tayler? -Eres mi A