Aquel día, el sol parecía brillar con mayor intensidad, sin embargo no era lo suficientemente cálido como para calentar los cuerpos de los cuatro licántropos y el humano, quienes estaban de pie en los campos de la escuela, aguardando la llamada para ingresar a clases.
Cada vez era más evidente la llegada del invierno, no solo por el helado viento que recorría la zona sin prisa alguna, los días comenzaban a hacerse más cortos y las noches más largas.
Si bien los licantropos estaban acostumbrados a las largas noches de invierno durante la luna llena, ese año, con el lobo de Freyha sediento de sangre y, la luna supiera, que clase de ser dándoles caza, el invierno era algo a lo que temer.
Muchas cosas podr&iacu
Viaje al pasado: Franchesca la tarde anteriorPor alguna razón o motivo que ella desconocía, Hera estaba interesada en su mejor amigo Freyha Crescent.Aquello era extraño, aunque no tanto si se tenía en cuenta que la chica de dorada mirada había despertado el interés de Zeth Herald.Pero Franchesca no era ninguna tonta, y sabía perfectamente que algo tramaba Hera, lo había sospechado desde el primer momento en que le dirigió la palabra.Estaba claro que a la chica de verde mirada no le agradaba en lo más mínimo Freyha, si es que las palabras de su amiga eran verdad.No era que desconfiara de la chica
Hat se quedó helado, firme y de piedra, observando con profundo pavor los dorados ojos de su hermana…No.Los ojos de la bestia.Una de las adolescentes, Sarah Noisvik, se encontraba en el frío suelo a varios metros de ellos, desparramada como una muñeca de trapo.Durante varios segundos, la respiración del lobo negro se detuvo, sintiéndose incapaz de recordar cómo hacerlo; pero cuando finalmente escucho el bajo y persistente golpeteo del corazón, todo su ser se relajó."Al menos no la mató" se consoló el chico de cabello negro como la noche, dando un paso hacia adelante con firmeza.
Cuando sonó el timbre anunciando el receso de clases, los dos hermanos salieron del baño abandonado, perdiéndose entre la horda de estudiantes y profesores que avanzaban por los pasillos con caras de muertos vivientes.Ninguno de los dos dijo nada respecto a la falta de dominios que la loba gris tenía sobre sus habilidades, o incluso, lo peligroso que aquello podría ser para ambos. No.Cómo buenos mentirosos, ambos hermanos caminaron por los pasillos en silencio, con las manos deslizadas en los bolsillos y rostros cansados, al igual que el resto de sus compañeros.Ellos podrían engañar a cualquiera, o al menos a casi cualquiera.No al muchacho de mirada nocturna y cabellera dorada,
El chico de cabello negro como evano y mirada verde esmeralda era muy agradable, carismático y de fácil conversación; no era de extrañar que Freyha se sintiera tan cómoda en su compañía, como si lo conociera desde mucho tiempo atrás.—¿Te gusta el lugar?—preguntó él caminando con tranquilidad junto a la loba, mientras observaba el inmenso bosque que se extendía varios kilómetros más adelante, al otro lado del pueblo.Aquella pregunta tomó por sorpresa a la chica, quien se encontraba adormecida, en una especie de trance extraño, observando las hermosas facciones del muchacho.—Siendo honesta—comenzó a hablar ella, sus mejillas algo son
El lobo blanco estaba aterrado, sin embargo no quería demostrarlo; sabía que alarmar y alterar a todos no traería buenos resultados.Sin embargo, no era necesario ser un genio para comprender que algo no estaba bien, sobre todo relacionado con los últimos sucesos y la constante nueva presencia de Zeth alrededor de su hermana.Cualquier persona en su sano juicio buscaría ayuda, o como mínimo daría la alarma a otras personas, cuyas vidas podrían peligrar de ser reales sus temores.Pero no tenía pruebas para juzgarlo, y él se consideraba una persona demasiado honesta y decente como acusar a alguien de semejantes actos sin algo que fundamente sus teorías.No, aquellos alocados y poco f
En cualquier otra situación normal, habría sido extraño o incluso peligroso que una chica fuera sola a casa de un extraño a quien conocía muy poco, sin embargo aquella no era una situación normal.Al fin y al cabo, si Zeth se propasaba o hacía algo extraño, Freyha sabría muy bien cómo defenderse.Por eso, la loba gris no tuvo ningún inconveniente en acompañar al atractivo chico de cabello color ébano y mirada esmeralda hasta su casa, atravesando el desolado bosque que tantas noches había recorrido, ya fuera en soledad o acompañada de otros miembros de la manada.—Mi hermana no está, o al menos eso me dijo hoy—dijo el chico buscando en un bolsillo de la mochila, la ll
Skol guardó silencio mientras su cuerpo se tensaba detrás de la mata de arbustos, cuyas pequeñas espinas, se aferraban a su piel con ferocidad, como si un millón de pequeños alfileres intentase besar su cuerpo.Pero a él no le importó, al fin y al cabo, aquel dolor era insignificante en comparación con el dolor que atravesaba una vez al mes durante su cambio.La sensación de pequeñas pinchaduras no se compararía jamás con el dolor de sentir todos y cada uno de sus huesos romperse, a la vez que la piel era rasgada, dándole espacio a surgir al lobo en su interior, como si este emergiera desde dentro suyo como un gusano lo hace de la tierra.Sin embargo, y al igual que aquellas insignificantes pinchadu
Cuando el lobo blanco finalmente logró llegar a casa, su respiración era irregular y muy pesada, al mismo tiempo que sentía sus piernas temblar levemente.Aquella era una de las desventajas de su lado humano, si bien el agotamiento tardaba más en llegar que a las simples personas, tarde o temprano lo alcanzaba.Sin perder ni un segundo, el chico de cabello y mirada color sol, abrió la puerta principal con velocidad, buscando con desesperación a su gemelo entre los muebles del lugar.—¡Mierda Skol!—gruño el lobo negro saltando de repente de su sitio frente al televisor—¿No estabas en tu cuerto?.El recién llegado ignoró el susto y las pre