Cuando el lobo blanco finalmente logró llegar a casa, su respiración era irregular y muy pesada, al mismo tiempo que sentía sus piernas temblar levemente.
Aquella era una de las desventajas de su lado humano, si bien el agotamiento tardaba más en llegar que a las simples personas, tarde o temprano lo alcanzaba.
Sin perder ni un segundo, el chico de cabello y mirada color sol, abrió la puerta principal con velocidad, buscando con desesperación a su gemelo entre los muebles del lugar.
—¡Mierda Skol!—gruño el lobo negro saltando de repente de su sitio frente al televisor—¿No estabas en tu cuerto?.
El recién llegado ignoró el susto y las pre
Viaje al pasado: Freyha de trece años. La niña de trece años estaba aterrada, había sentido el llamado de la luna ese mismo día por la mañana, y desde entonces, el cosquilleo casi adormecedor que recorría todo su cuerpo no se había detenido ni un segundo. Tenía miedo, sabía que el primer cambio era en extremo doloroso, y más de un millón de veces había apreciado el cambio en sus hermanos. Por desgracia, aquello estaba lejos de ser un vago consuelo, lo cual era lógico, al fin y al cabo el hecho de ver a alguien que quieres arrancándose su propia piel con garras y dientes, resultaba espantoso. Sin embargo, detrás de todo el diluvio de sangre, carne y vísceras, siempre energía un hermoso lobo poderoso.
—¿Blanco o negro?—preguntó Rohan observando su reflejo al espejo, como si intentase seducirse a sí mismo.—Blanco—respondieron al unísono Freyha y Franchesca, mientras buscaban por la tienda sus propios vestidos.El chico rodó los ojos y suspiró, tal como lo hacía cada vez que obtenía una respuesta que no le gustaba.Y, al igual que hacía siempre, ignoro la opinión de ambas muchachas.—Llevare el blanco, creo que con este si atraeré la atención de Hat—ronroneo el chicho lanzando una mirada seductora a sus amigas—Con algo de suerte, me dejara meter mi lengua por su garganta.
Hera podría ser un insufrible grano en el trasero, sin embargo, Freyha no podía negar el poder que deslumbraba su aura con cada paso que daba.Todo, desde su forma de caminar, moverse, hablar, mirar e incluso respirar, parecía desprender poder. Algo a lo que la libra gris ya estaba acostumbrada a enfrentar.Con pasos firmes y mirada soberbia, la chica de hermosa melena negra como la noche camino hacia la caja, ignorando por completo a Freyha y Rohan, como si no fueran dignos de su atención.—Vine a buscar el pedido a nombre de Hera y Zeth Herald—gruñó ella, sin el más mínimo ápice de amabilidad en su tono.Tragando duro y con nerviosismo, la empleada asint
En el trayecto de la tienda de vestidos a la comisaría, Freyha tuvo demasiado tiempo para pensar con sobria frialdad, algo que no había hecho hasta ese momento.Cuando finalmente, y luego de lo que le pareció el viaje más largo que había hecho hasta ese momento, la loba había logrado organizar sus ideas para tomar una decisión.Si llamaba a su abuelo y Alfa, iba a estar en muy serios problemas, cuyas consecuencias podrían variar desde un castigo simple como dormir una noche a la intemperie, algo que la loba ya había hecho, o algo aún peor, tener que pedirle disculpas a la estúpida de Hera.Porque si de algo estaba segura la loba, era de que su abuelo adoraba darles lecciones morales y de comportamiento a todos en la mandada, p
La loba gris mantuvo su mentón firme y elevado, mientras observaba a Fenryr firmar los últimos documentos que necesitaba para liberar a la chica.Cuando finalmente acabó, volvió su mirada negra como la noche hacia ella, robándole el más profundo de los alientos.Irá y cólera, las más profundas y bestiales emociones co-habitaban su mirada nocturna en la más sombría de las calmas, de esas que anteceden un cataclismo.Estaba en problemas, no cabía ninguna duda de eso, pero la pregunta era si acaso aquel apuesto chico sería capaz de delatarla ante el Alfa y sus hermanos.Ante aquel pensamiento, el mentón de la loba flaqueó y sus r
Con la respiración entre cortada, el sudor cayendo en gordas gotas a lo largo de su columna y el corazón latiendo tan fuerte en su pecho que parecía estar a punta de estallar, así se incorporó Freyha de su sitio en el suelo e intentó ubicar a la bruja tras los poderosos rayos de sol.¿Quién diría que una anciana mortal peleaba tan bien?.Aquel había sido la primera sesión con la que se topó la loba, quién había asistido al lugar a la espera de encontrarse con algún extraño ritual mágico, pero muy lejos de ocurrir eso, la mujer la esperaba dentro de un círculo marcado sobre el césped, con un largo palo que llamaba báculo.Fue cuestión de tiempo para que comenzará a atacarla sin falla un solo intento.—¿Ya estás casada, niña?—dijo la bruja con simpleza.¿Cansada? Freyha estaba próxima a agotarse, incluso cuando decidió hacer uso de sus poderes licántropos, no fue capaz de moverla fuera del círculo. Por su parte,
A la loba gris le tomó tan solo unos pocos latidos del corazón adentrarse en aquel mundo tan extraño y desconocido para ella, dónde cada aroma y textura era salido de todo lo que ella conocía.Lo primero que notó, fue la ausencia de dolor, miedo, cansancio o preocupación, ella no sentía nada, solo un profundo y enorme agujero vacío donde se suponía que las emociones debían estar.Aquello era extraño, y de alguna forma adictivo, el hecho de no sentir absolutamente nada la volvía más poderosa de lo que nunca podría ser, el dejar todo su lado mortal atrás le permitía desenvolverse con plenitud su lado inmortal.Ella podría quedarse allí para siempre sin ningún problema, en compañía de todo aquel poder que cosquilleaba en sus huesos.—Ten cuidado, que este lugar no te engañe—susurró una voz conocida a sus espaldas—aún no es tu tiempo.Dando un respingo, Freyha volteó, encontrándose a la bruja observándola con cara rígida y f
La loba no gritó, no porque no tuviese ganas de hacerlo, el verdadero motivo fue que su voz se quebró dejándola muda.La sensación de aquella extraña alma alrededor de su tobillo era mínimamente desagradable, se sentía como si una especie de animal viscoso similar a una babosa intentase trepar por su pierna.No, no estaba intentando trepar, la intentaba jalar con fuerza hacia el agua.Al percatarse de esto, la loba reaccionó e intentó zafarse de su agarre, forcejeando con brutalidad sobre el angosto camino de piedra.Pero esto era inútil, no podía liberarse, aquella bola viscosa estaba bien aferrada a ella, como si fuera poco más que una sanguijuela alimentándose de su sangre.Un paso en falso, solo eso fue necesario para que la loba cayera sobre su trasero sobre la fría piedra. El pequeño latigazo de dolor no demoró en llegar hasta ella, sin embargo no le importó en lo más mínimo.No cuando aquella cosa comenzaba