NARRA CLARADecir que estaba súper ansiosa, nerviosa y a punto de volverme loca era muy poco a como me he sentido en estos últimos días. Mi vida aquí es maravillosa, compartirla solamente con mi novio, mi hija en nuestro hogar. Allá será mucho más caótico pues estarán mis padres, sus padres, mis hermanos, sus hermanos y demás familia. El reto será difícil, pero ya es tiempo de afrontar nuestra realidad ya no podemos huir más del pasado.—Claro que sí abuela pasa. — escuchó que le dice Ángel a la abuela Jimena. Me llena de ansiedad su visita.—Hola, mi terroncito ¿Como ha estado mi amor? — le pregunta a mi pequeña en brazos.—Ben. — le responde alzando su manita. Ella estira los brazos para tomarla, se la entregó y comienza a platicar caminando hacia la sala y se sienta con Ari sobre sus piernas. Ángel y yo nos miramos sin entender qué pudo haber traído a la abuela aquí hoy, si nosotros volábamos pasado mañana.—¿Está todo bien abuela? — le pregunta Ángel sentándose casi a su lado. La
NARRA ÁNGELNo sé por qué razón desde que Clara me hizo prometer que volveríamos todos, he sentido algo muy incómodo en mi pecho, pero lo atribuyó al nerviosismo del viaje. Antes de que empezara el despeje y por sugerencia del pediatra, Clara le dio un biberón a Ari así evitar que sus oídos se tapen y le duelan más adelante y como si el sonido de los motores fuese un relajante para ella. Se quedó dormida 10 minutos después del despegue. El viaje fue muy tranquilo, pude ver que Clara estaba muy nerviosa. Por momentos tomaba su mano y dejaba una caricia en ella o me acercaba a besar su mejilla.—¿Estas bien? — me atreví a preguntar, ella negó.—La verdad es que no, me tiene muy ansiosa la reacción de nuestros padres cuando nos vean llegar con Ariana, también lo que nos pidió tu abuela. Sé que una vez allá todo eso se calmara, pero no deja de causarme algo de miedo por el caos que se puede desatar. — me dice poniendo su cabeza en mi hombro. La señal de ponernos el cinturón porque empezam
NARRA ÁNGEL —Creo que lo podemos hablar cuando todos estemos juntos. Principalmente Alan, merece escuchar esa verdad. — dice mi madre y todos nos vemos entre sí. Tiene que ser algo muy serio para que afecte tanto a mi padre, pues se le mira muy nervioso. David me había mencionado algo sobre esto y sus palabras sobre que mi padre se había caído de su pedestal es lo que más me retumba en la mente en este momento. —Debemos ir a Bella Vista. — dice mi madre y todos afirmamos. Miré a Clara y me acerqué a ella. —Ve, príncipe. Yo me quedaré aquí con mis padres. — me dice y yo beso sus labios sin importar los presentes. Le doy un beso a Ari en su mejilla. —Te amo, te mantendré informada de todo. — le digo y ella asintió. Sin más salí de la casa siguiendo a mis padres hasta su auto. Mis hermanas iban súper ansiosas en la tercera fila de asientos de la camioneta. Aitor y yo en el centro del auto, el silencio gobernó durante todo el viaje. Hasta que mi hermana Alana decidió empezar un
NARRA ÁNGEL —¿Me estás mintiendo no es así? ¿Estás diciéndome esto para hacerme sentir más culpable? — dijo Alan con un tono de voz menos ofensivo. —Me encantaría poder decirte que no es así cariño, pero desde que ella se hizo amiga de Susy, tu abuela la mandó a investigar y hace unos días nos enteramos de quién era ella realmente. No habíamos escuchado de ella ni por ti, ni por Susy. Pensamos que no iba a volverse aparecer en su vida, pero tal parece que ella solo estaba esperando el momento correcto para atacar. — —¿Cómo miraré a la cara a Susy ahora mamá? ¿Cómo? — dice él dejando caer su cuerpo sobre la cama. —De la misma manera en como me has visto siempre, Alan. — escucho la voz de Susy atrás de mí, al voltearme me sorprendo al verla que se está apoyando su mamá. Recuerdo que mi mamá me había dicho que Susy aún no podía caminar. Tal parece que sus piernas se volvieron a conectar con su cerebro. —¡Susy! ¡Puedes caminar! — grita Alan asombrado al verla. —Señor Iván, Se
NARRA ÁNGEL Mi madre se levanta de la silla de ruedas y se sienta a un lado de Susy. Le pide que le dé a Khoa un momento y ella lo abraza fuertemente y lo llena de besos. —Mi pequeño bebé, perdónanos porque desde que naciste solo has tenido momentos de este tipo. Susy ya no quiero estar lejos de él y aquí no los podemos proteger. Por favor acepta volver a Zaragoza. — le pide ella con lágrimas en los ojos. —No, señora. Lo que menos deseo en este momento es estar cerca de todo esto y con todo respeto. Deje que Alan viera al niño porque independientemente a lo que me hizo no deja de ser su derecho como padre poder verlo, pero después de esto no. Khoa necesita tranquilidad, estabilidad, amor, ser un niño feliz. No quiero un futuro como el mío para mi hijo y eso señora es lo que me espera al estar cerca de su hijo. Gritos, insultos ya tuve suficiente de eso en mi vida. Por primera vez en mi vida seré egoísta, mire lo que pasó la última vez que confíe al dejar que Alan se acercara a n
NARRA CLARA—Ahora sí jovencita, me explicaras porque demonios nosotros no sabíamos nada de esto. — me grita la mamá. La cual parece estar esperando que saliera de mi habitación para comenzar con el interrogatorio.—Si quieres te cuento, pero que papá esté presente. — le digo tomando su mano para bajar las escaleras y poder hablar con mis padres y mis hermanos.—Ese es el problema Clara, tu papá se ha encerrado en su despacho y no desea abrir. — suelto su agarre y camino hacia el despecho dejándola en el pasillo. Debo decir que me temía esto, pero debo hacer algo para que no se sienta mal. Llegue hasta la puerta del despacho y toque de la forma especial en cómo siempre lo hago. Un toque arriba, dos en el centro y otro arriba. Recuerdo que siempre me decía que cuando tocara esa cuarta vez la puerta siempre se abriría, pero esta vez no fue así. Por lo tanto, esto significa que está muy molesto conmigo. Toque de nuevo y seguía sin respuesta. Toqué una tercera vez y todavía no obtenía nad
NARRA CLARASiento que el corazón se me va a salir del pecho de tanta felicidad. Ángel saca el anillo de la caja y lo pone en mi dedo. No dejo ni que se ponga de pie porque me abalanzo sobre él para besarlo. Escuchamos aplausos y pude observar a nuestros padres Cecilia traía a mi pequeña y podía ver a Iván en una silla de ruedas, con su pierna enyesada, su brazo inmovilizado y raspones en su cara.—Felicidades, les deseo que sean muy, muy felices. — nos abraza Cecilia, y luego comienzan a desfilar mis padres, mis hermanos, los suyos, sus abuelos, mi tío Ezequiel y demás familiares.—No entiendo, ¿en qué momento hiciste todo esto? — le pregunté ya cuando nos dejaron solos un momento asimilando la noticia.—Sabes como trabajan las cosas con nuestras madres, son capaces de hacer cosas en cuestión de minutos. ¿Te gustó? — Yo lo veo escandalizada.—No, me gusto Ángel. Me encanto, me fascino. Bien sabes desde hace cuánto he querido que esto pasara entre nosotros. ¿No te forzó Rottweiler a n
NARRA ÁNGELNo sé qué es lo qué pasa con Clara en estos últimos días, no me ha dejado tocarla, hacerle el amor alegando que así será especial en nuestra luna de miel. Entiendo su punto, pero es muy difícil controlarme el no estar con ella. Lo bueno para mi es que ya mañana es nuestra boda y está abstinencia se acabará.—¿Como se porta la pequeña princesa? — me pregunta mi padre, al venir hasta nosotros que jugamos con Ari en el jardín.—Está cada día más parecida a Clara. Es tan hermosa y ocurrente. — respondí y él se rió.—¿Te confieso algo? — menciona viéndome con sus brazos cruzados. Ya le habían quitado todas las restricciones para caminar tranquilamente, pues su fractura se curó y no necesitaba el yeso.—Dime. — digo mientras miro la hoja que mi hija trae en sus manos.—De todos mis hijos, a ti era el último que imaginé que se casaría primero. — eso me hizo carcajear.—Guau, papá. No sé si tomar ese comentario como un halago o una manera de decirme feo elegantemente. — comente sa