NARRA ÁNGEL —¿Me estás mintiendo no es así? ¿Estás diciéndome esto para hacerme sentir más culpable? — dijo Alan con un tono de voz menos ofensivo. —Me encantaría poder decirte que no es así cariño, pero desde que ella se hizo amiga de Susy, tu abuela la mandó a investigar y hace unos días nos enteramos de quién era ella realmente. No habíamos escuchado de ella ni por ti, ni por Susy. Pensamos que no iba a volverse aparecer en su vida, pero tal parece que ella solo estaba esperando el momento correcto para atacar. — —¿Cómo miraré a la cara a Susy ahora mamá? ¿Cómo? — dice él dejando caer su cuerpo sobre la cama. —De la misma manera en como me has visto siempre, Alan. — escucho la voz de Susy atrás de mí, al voltearme me sorprendo al verla que se está apoyando su mamá. Recuerdo que mi mamá me había dicho que Susy aún no podía caminar. Tal parece que sus piernas se volvieron a conectar con su cerebro. —¡Susy! ¡Puedes caminar! — grita Alan asombrado al verla. —Señor Iván, Se
NARRA ÁNGEL Mi madre se levanta de la silla de ruedas y se sienta a un lado de Susy. Le pide que le dé a Khoa un momento y ella lo abraza fuertemente y lo llena de besos. —Mi pequeño bebé, perdónanos porque desde que naciste solo has tenido momentos de este tipo. Susy ya no quiero estar lejos de él y aquí no los podemos proteger. Por favor acepta volver a Zaragoza. — le pide ella con lágrimas en los ojos. —No, señora. Lo que menos deseo en este momento es estar cerca de todo esto y con todo respeto. Deje que Alan viera al niño porque independientemente a lo que me hizo no deja de ser su derecho como padre poder verlo, pero después de esto no. Khoa necesita tranquilidad, estabilidad, amor, ser un niño feliz. No quiero un futuro como el mío para mi hijo y eso señora es lo que me espera al estar cerca de su hijo. Gritos, insultos ya tuve suficiente de eso en mi vida. Por primera vez en mi vida seré egoísta, mire lo que pasó la última vez que confíe al dejar que Alan se acercara a n
NARRA CLARA—Ahora sí jovencita, me explicaras porque demonios nosotros no sabíamos nada de esto. — me grita la mamá. La cual parece estar esperando que saliera de mi habitación para comenzar con el interrogatorio.—Si quieres te cuento, pero que papá esté presente. — le digo tomando su mano para bajar las escaleras y poder hablar con mis padres y mis hermanos.—Ese es el problema Clara, tu papá se ha encerrado en su despacho y no desea abrir. — suelto su agarre y camino hacia el despecho dejándola en el pasillo. Debo decir que me temía esto, pero debo hacer algo para que no se sienta mal. Llegue hasta la puerta del despacho y toque de la forma especial en cómo siempre lo hago. Un toque arriba, dos en el centro y otro arriba. Recuerdo que siempre me decía que cuando tocara esa cuarta vez la puerta siempre se abriría, pero esta vez no fue así. Por lo tanto, esto significa que está muy molesto conmigo. Toque de nuevo y seguía sin respuesta. Toqué una tercera vez y todavía no obtenía nad
NARRA CLARASiento que el corazón se me va a salir del pecho de tanta felicidad. Ángel saca el anillo de la caja y lo pone en mi dedo. No dejo ni que se ponga de pie porque me abalanzo sobre él para besarlo. Escuchamos aplausos y pude observar a nuestros padres Cecilia traía a mi pequeña y podía ver a Iván en una silla de ruedas, con su pierna enyesada, su brazo inmovilizado y raspones en su cara.—Felicidades, les deseo que sean muy, muy felices. — nos abraza Cecilia, y luego comienzan a desfilar mis padres, mis hermanos, los suyos, sus abuelos, mi tío Ezequiel y demás familiares.—No entiendo, ¿en qué momento hiciste todo esto? — le pregunté ya cuando nos dejaron solos un momento asimilando la noticia.—Sabes como trabajan las cosas con nuestras madres, son capaces de hacer cosas en cuestión de minutos. ¿Te gustó? — Yo lo veo escandalizada.—No, me gusto Ángel. Me encanto, me fascino. Bien sabes desde hace cuánto he querido que esto pasara entre nosotros. ¿No te forzó Rottweiler a n
NARRA ÁNGELNo sé qué es lo qué pasa con Clara en estos últimos días, no me ha dejado tocarla, hacerle el amor alegando que así será especial en nuestra luna de miel. Entiendo su punto, pero es muy difícil controlarme el no estar con ella. Lo bueno para mi es que ya mañana es nuestra boda y está abstinencia se acabará.—¿Como se porta la pequeña princesa? — me pregunta mi padre, al venir hasta nosotros que jugamos con Ari en el jardín.—Está cada día más parecida a Clara. Es tan hermosa y ocurrente. — respondí y él se rió.—¿Te confieso algo? — menciona viéndome con sus brazos cruzados. Ya le habían quitado todas las restricciones para caminar tranquilamente, pues su fractura se curó y no necesitaba el yeso.—Dime. — digo mientras miro la hoja que mi hija trae en sus manos.—De todos mis hijos, a ti era el último que imaginé que se casaría primero. — eso me hizo carcajear.—Guau, papá. No sé si tomar ese comentario como un halago o una manera de decirme feo elegantemente. — comente sa
NARRA ÁNGELAhí de rodillas en ese suelo frío viendo la puerta de la habitación donde acaba de salir la doctora, comienzan a llegar todo el peso de la culpa sobre mí.- ¿Qué fue lo que hice? - dije para mí, pero terminó siendo escuchado por los presentes.—Esto fue lo que hiciste. Eres un bruto, un tonto Ángel ¿Como le fuiste hacer eso a Clara? ¿Acaso todos estos años juntos para ti no fueron nada? Tú no tienes ni la más mínima idea de lo que fue ver a Clara llorando todas las noches desde que se enteró de su embarazo y era porque al no saber de quién era su bebé te perdía a ti y fue honesta contigo desde un principio ¡PORQUE TE AMABA! Yo no soy familia de ninguno de los dos, pero soy la única que puede testificar sobre el corazón de oro que tiene esa mujer. Ayudarme desinteresadamente, sin esperar nada a cambio de mí y eso es lo que hizo Clara. Ayer estaba tan emocionada hablando de que hoy quería sorprenderte al contarte de su embarazo como regalo de bodas. ¿Y tú mira lo que le has
NARRA CLARACuando escuché que estaba sangrando sentí que mi mundo entero se caía a pedazos.—¡Hay que llevarla rápido al hospital! Mira Cecilia si algo le pasa a mi hijo o a mi nieto. Mató a Ángel, ¡Te lo juro! — escuché que dijo mi madre a distancia porque sentí que me iba a desmayar.—¡Clara! No… ¡Clara! — fue lo último que escuché al caer sobre el cuerpo de Sandy quien me miraba con desesperación. Poco a poco mis ojos y oídos se apagaron sin que pudiera evitarlo.—Deberá guardar reposo absoluto hasta que ya el peligro para sus bebés pase. —escucho la suave voz de una mujer hablar. Abrí mis ojos de golpe cuando ella mencionó la palabra bebés.—¿Bebés? — pregunté mi voz se escuchó más como un susurro.—Ay, mi niña. ¿Como te sientes mi amor? — me pregunta mi papá viniendo a un lado de la cama.—Me duele un poco el vientre, doctora usted dijo bebés ¿Cómo están? — pregunté ansiosa y no me dio buena sensación que primero mirará a mis padres. Mi papá asiente toma mi mano y la aprieta con
NARRA ÁNGEL—Eres un idiota, un desgraciado. ¿Qué mierda pasaba por tu cabeza al hacerle esto a mi hermana? — grita Said al tenerme pegado a la pared apretándole el cuello. Después de salir de la habitación de Clara, me encontré con Said y Emir, no fue muy agradable recibir sus golpes, pero sé que son justos después de ver lo que le he causado a su hermana y esto es algo que ni yo mismo podré perdonarme. Se escuchó un pitido y después de unos segundos la doctora que está atendiendo a mi diosa corre hasta su habitación junto con una enfermera. Todos nos alertamos y cuando vi a mi chica asustada con una mano en su vientre y dijo que le dolía me asusté. Si algo le pasaba a Clara a nuestros bebes, no volvería a ser el mismo de antes. Si ya siento que mi corazón está en millones de pedazos por la partida de uno de nuestros bebés, no me imagino el dolor que sentir que algo aún peor pase. La doctora cuando miro a todos dentro de la habitación pidió que saliéramos, pero yo no me iba a ir. No