Cuando las luces se apagan
——————————— ¿qué te cuesta matarme de una vez?
— no quiero matarte Flegt, quiero hablar contigo.
— pues que linda manera de hablar la tuya, me tienes encerrado en una habitación que cada vez se hace más pequeña y se que no estoy enloqueciendo, es un hechizo. Lo sé porque lo usé con Zorel una vez.
Magnolia se queda parada en la entrada de aquella habitación algo pensativa, intentaba acercarse pero siempre retrocedía.
— ¿qué quieres de mí?
— quiero a mi hijo y que tome el puesto que le corresponde.
— no se donde se encuentra Orion y si supiera ya estuviera muerto — reniego entre dientes
— orion no es mi hijo, tú sí.
Entra a la habitación la cual se va volviendo más grande conforme ella avanzaba hasta llegar a donde yo estoy.
Magnolia había enloquecido, ahora quería convencerme de que era mi madre y si ese fuera el caos no importaba mi madre había muerto para mi desde el momento en qu
Luces en febreroCuando una luz se apaga, otra se enciende.Mientras la historia de un pueblo este escrita con sangre siempre se volverá al principio. Antes creía que las luces de aquel veintinueve de febrero significaba misterio, esperanza y anhelo, aunque me llevaron a una vida que ni en mis sueños más extraños llegaría a pensar también termine en un lugar gobernado por el temor y el rechazó sin sentido.Las luces no eran esperanza, eran lazos que nos unían desde siempre.Desde el momento en que la cabeza de Magnolia cayó todo se volvió caos y los miedos guardados salieron a la luz, pasaron meses hasta que alguien por fin salió de su casa y nos dejó hablar.Fueron necesarios siete años para poder cambiar todo, Farah y Flegt iban y volvían a voluntad y conforme pasaba el tiempo las personas también lo hacían.No era fácil, nadie dijo que lo sería, convencer a cada duende, bruja, hada, ninfa, fantasma de que hay más allá que una vida l
Tiempo atrás—¿lo has pensando? — recuesto mi cabeza en el hombro de Flegt— siempre fue una opción, si nos quedamos aquí para siempre todo seguirá igual, no tiene porque cambiar.— ¿no extrañas a tu padre?— cada día pero estoy contigo y con Farah, se lo que piensas y tú no me quitaste nada en realidad me diste una nueva vida.— hablando de nueva vida, ¿listo para la fiesta de luna nueva?— más que listo, tendremos que irnos antes de que Farah y Zorel decidan como nos vamos a vestir.Extiende su mano para que pueda bajar del árbol, nos despedimos de las ninfas aunque la mayoría están dormidas ya.Caminamos por las calles del pueblo las cuales están más alumbradas que de costumbre, las decoraciones de estrellas y luces en todos lados, eso ocasionaba la fiesta de luna nueva.— al fin regresaron — Farah ya esta vestida, tiene un vestido naranja que llega hasta sus rodillas— sus trajes está
Todo comenzó cuando nací un veintinueve de febrero, en el pequeño pueblo de Sarter.Ese día no era conocido solo porque pasaba cada cuatro años, también era conocido por las luces que pasaban por todo el cielo cada veintinueve de febrero.Las leyendas de las ancianas eran lo que más resaltaba, debido a estas extrañas luces, normalmente espantaban a los incrédulos e inocentes, diciendo que eran las brujas en busca de niños, otras decían que las estrellas buscaban a quienes llevarse, en lo personal nunca lo creí, siempre tuve la curiosidad de intentar seguirlas aunque nunca lo hice en estos veinte años.— ¿lista? — Farah esta en la puerta con una canasta de picnic— si, deja traigo la manta.Cada veintinueve de febrero se acostumbraba hacer actividades que involucran a todo el pueblo para poder apreciar las luces, esta vez optamos por un picnic mientras los otros hacían juegos, demostraciones de talentos entre otras actividades. Salimos de casa y nos d
Las flores ——————————— ¡Astereae!Mi cabeza dolía al igual que mi estómago, los rayos de sol caían directamente en mis rostro.No escuché nuevamente el grito de Flegt y era lo que más me preocupaba, decido abrir finalmente mis ojos, no me tomo ni un minuto para apreciar las ramas de los grandes árboles que cubren el cielo, me levanto y comienzo a buscar a Flegt quien esta tirado entre las flores amarillas de aquella montaña— por favor despierta — comienzo a moverlo sin recibir respuesta alguna— Flegt Everard, tu hermana va a matarme si mueres.Sigo sin obtener respuesta, unas lagrimas comienzan a salir poco a poco, colocó su cabeza sobre mis piernas y comienzo a pasar mis dedos sobre su cabello, seguía siendo el molesto hermano de mi mejor amiga el que no nos dejaba salir a fiestas porque le avisaba a nuestros padres pero también era el que me cubría del frío y me salvaba cada vez que estaba en problemas, le tenía ca
29 - 30——————————— gracias Gisela, creo que vamos a cambiarnos — toma de mi mano y me dirige por las escaleras— díganme Gi, chicos — escuchamos a lo lejos antes de entrar a una habitación— esto no puede estar pasando, debe de haber otra manera de regresar ¡no podemos esperar cuatro años para volver a casa! — se recuesta en la puerta— ¿será que soy un hada y por eso soy tan baja?— ¡Aster! — Flegt intenta contener la risa pero no puede — creo que es muy posible.— vamos a volver a casa, vamos a volver con Farah y todo estará bien — me acerco a el y le doy un abrazo— mis padres deben estar como locos.— te deben estar buscando hasta debajo de las piedras.— a ti también, te quieren como a una hija.— pero no son mi familia, tal vez la tía Samantha me busque durante una semana y después pensara que decidí huir, dejándome en el olvido.— lamento no haber estado contigo cuando m
¿Dónde están?———————————Farah Everard, 29/02.Me cruzó con algunos amigos de mi padre los cuales me felicitan por la espectacular fiesta que hemos organizado este año, las luces habían empezado y tenía que correr hacia donde estaba Aster o iba a matarme por dejarla sola.— señora McClein ¿ha visto a Aster?— Claro que sí, se fue con tu hermano al bosque — dice con una gran sonrisa volviendo a ver la luces¿fueron al bosque? Y sobretodo la verdadera pregunta era ¿qué hacían juntos?Decido apreciar las luces en espera de mi hermano y mi amiga, las doce de la noche y dejaron de pasar como era costumbre, comi una bolsa entera de gomitas cuando me percato de que todos se despididen y comienzan a irse a sus casas pero yo seguía esperando en aquella banca.El frío de la noche se hacía presente al igual que una inmensa soledad y oscuridad.— hija vamos ¿a quién esperas? — veo a mi padre con una manta en las manos&n
30 - 1—————————— vamos, ya es hora de ver a las brujas.Gi nos dirige entre las personas hasta un pequeño escenario cubierto con una alfombra roja de terciopelo, ahí se encuentra Magnolia quien creo que es la dirigente y a la par suya un chico pálido, con ojeras y de cabello negro como la noche, lo único que resaltaba de su pálido rostro eran sus ojos azules y sus labios con una leve tonalidad de rosa, viste completamente de negro con excepción de de su gabardina que era de terciopelo azul.Su mirada era fría e indescriptible, no se movía de su lugar y notaba aburrido.— ¿quien es el? Su aspecto transmite una desesperada súplica para que alguien lo mate — le susurró a Gi— el hijo de Magnolia ¿atractivo verdad? — dice con diversión— demasiado — dice Flegt con sarcasmo — creo que si seguimos así no vas a querer irte de este lugar — me enseña un poco de uvas y come una— ¿de dónde sacaste uvas? — tomo una
30 - 2—————————— nada de salir, si no es necesario no salgan al patio — Gi comienza a cerrar las cortinas de la sala — voy a hacer comida y bajamos a la biblioteca — pone seguro en la puerta— ¿qué sucede Gi? Parece como si nos fueran a robar.— no es eso, las brujas suelen meter sus narices donde no las llaman y es mejor tener cuidado.— voy a hacer la comida yo en lo que Gi se encarga de poner la protección anti brujas — Flegt se dirije a la cocina mientras nosotras cerramos cada ventana, cortina y puerta de la casa— hice pizza — nos muestra el plato con trozos de pizza dando pequeños saltos de felicidad — a la tuya le agregue piña porque se que es tu favorita.— Flegt cariño, te lo agradezco pero las hadas solo comemos hojas y gotas de lluvia.— puedo ir a traer hojas al jardín hay muchas — se quita el delantal y comienza a caminar — ¿puedo condimentar las hojas?— era una broma — Gi comienza a reír y toma el pedaz