29 - 30
——————————— gracias Gisela, creo que vamos a cambiarnos — toma de mi mano y me dirige por las escaleras
— díganme Gi, chicos — escuchamos a lo lejos antes de entrar a una habitación
— esto no puede estar pasando, debe de haber otra manera de regresar ¡no podemos esperar cuatro años para volver a casa! — se recuesta en la puerta
— ¿será que soy un hada y por eso soy tan baja?
— ¡Aster! — Flegt intenta contener la risa pero no puede — creo que es muy posible.
— vamos a volver a casa, vamos a volver con Farah y todo estará bien — me acerco a el y le doy un abrazo
— mis padres deben estar como locos.
— te deben estar buscando hasta debajo de las piedras.
— a ti también, te quieren como a una hija.
— pero no son mi familia, tal vez la tía Samantha me busque durante una semana y después pensara que decidí huir, dejándome en el olvido.
— lamento no haber estado contigo cuando murieron tus padres — sus ojos están brillantes y se nota con más claridad esa mezcla de verde con amarillo
— estas ahora que te arrastre a un pueblo en el cual tenemos que estar cuatro años.
— esperemos encontrar otra salida o Farah nos matará.
— lo haremos pero primero hay que cambiarnos y comer algo.
El no dice nada y comienza a cerrar cada una de las ventanas que hay en la habitación con seguro y revisa la ropa que hay en el armario
— creo que esta es tu habitación — saca un vestido color azul — aunque el azul me quedaría muy bien.
— dudo que el vestido sea de tu talla.
— voy a esperarte en la puerta cuando termines la abres por favor — comienza a caminar hacia la puerta
— ¿por qué esperaras, no sería más sencillo qué te fueras a vestir?
— estamos en un lugar desconocido con brujas y hadas, no voy a dejarte sola hasta que sepa que es seguro — esboza una sonrisa y el sale de la habitación
Comienzo a ponerme el vestido azul el cual tenía mangas y era suelto de la cintura para abajo, llegaba hasta la rodilla y tenía un pequeño cinturón, decido ponerme unas zapatillas negras que habían junto a una gabardina del mismo color y decido salir.
— casi ni te reconozco — me pone una sonrisa — te miras hermosa.
— gracias, es tu turno de vestirte.
— acompáñame tengo que traer mi ropa — observamos entre las habitaciones hasta encontrar una al final del pasillo la cual tenía grandes ventanales, con una gran cama llena de cojines junto a muebles que combinaban con el lugar.
— creo que esta es mi habitación.
— es hermosa — me lanzo sobre la acogedora cama.
Flegt se quita la camisa y la deja en el suelo poniéndose una negra que había en el armario
— voy a salir para que te puedas vestir bien — me levanto de la cama
— no importa, me cambio rápido, si quieres solo mira para otro lado — dice con una sonrisa encantadora
¿Cómo que si quiero? Rubio pretencioso, sigue cambiándose mientras yo miro los detalles del techo y de las largas cortinas
— ya puedes ver.
El esta con una camisa negra y una chaqueta larga de cuero, unos pantalones negros y unas botas.
— algo huele delicioso — murmura al bajar las gradas
— espero que les guste, son tostadas francesas — nos sirve dos platos junto a jugo de naranja.
Le agradecemos por la comida y comenzamos comer, pareciera como si lleváramos días sin comer cuando en realidad fueron unas horas.
— ¿siempre visten así? Debe de ser muy incomodo — Gi suelta una risa
— es solo por la fecha el veintinueve y treinta de febrero son los días de las mayores celebraciones.
— ¿treinta de febrero? — dice algo exaltado
— si, lo siento se me olvida que son nuevos -— niega con la cabeza divertida — ¿ambos nacieron el veintinueve verdad?
— yo si, el no.
— nací el primero de marzo.
— voy a necesitar más información sobre ustedes niños, soy hada no adivina.
— yo nací el primero de marzo, cuatro años después el veintinueve de febrero nació Aster.
— Flegt y yo nos conocemos desde los cinco años gracias a Farah su hermana y mi mejor amiga.
— cariño, tu no naciste el primero de marzo, naciste el treinta de febrero, es una pequeña diferencia que existe.
— muy pequeña — suelta un suspiro
— ¿qué hacen en estos días?
— en unas horas cuando anochezca vemos la llegada de las brujas, hay comida y música, se declara a las nuevas brujas dirigentes y a sus hadas acompañantes, se celebra hasta el amanecer y el treinta nadie puede salir de su hogares en forma de respeto a las brujas caídas.
— ¿brujas caídas?
— es una historia para otro día, por el momento — se levanta y lleva nuestros platos a la cocina — si mis pequeños oídos no me fallan quieren encontrar otra forma de encontrar la salida ¿verdad?
— ¿tienes un super oído o algo así? — pregunto preocupada
— claro que no, me convertí en pequeñita para cuidarlos sin que sintieran incómodos y los voy a ayudar, la casa tiene una gran biblioteca, si hay una salida en los libros podemos encontrarla y no es necesario que tengan miedo, nadie les hará daño aquí, podrían dormir a la mitad de la calle y todos les darían asilo y comida.
— gracias Gi, lo siento por haber sido tan grosero antes.
— no te preocupes, comprendo que estabas asustado.
— antes de que sean las nueve deberían ver toda la casa, los estaré esperando aquí.
Nosotros asentimos y comenzamos a caminar por todo el lugar, era cierto tenía una enorme biblioteca, un patio con una fuente y algunas figuras griegas, cinco habitaciones inmensas, una habitación en donde había una mesa de billar junto a otros juegos me esperaba calabozos y telarañas para ser sincera, el reloj marcó las nueve y volvimos con Gi quien estaba dormida en el sillón.
— Gi, son la nueve.
— por favor recuerdenme no volver a dormir tarde por ver the vampire diaries — arregla los mechones de su cabello y la seguimos hasta la salida.
Las calles están llenas, algunos niños estaban jugando cerca de la fuente y todos hablaban entre sí, me recordaba a casa era sorprendente como todo era tan parecido pero diferente al mismo tiempo.
El lugar estaba lleno de luces, no había ni rastro de aquel lugar sombrío con el que nos topamos en el día, Flegt me tiene tomada de la mano para evitar que me separe de el y que me pueda perder.
— lo siento tanto — por estar viendo las estrellas llegue a toparme con un castaño que era casi el doble de mi altura
— no te preocupes, no fue nada — el castaño se voltea dejando apreciar su rostro que parecía tallado por los dioses junto a su nariz perfilada y sus ojos grises, su piel pálida y unos dientes perfectamente alineados
— un gustó, soy Flegt — le extiende la mano haciendo que salga de mi trance gracias a la perfección del desconocido
— Zorel — sonríe nuevamente — ¿son nuevos verdad?
— si, acabamos de llegar.
— en ese caso me presento mejor, soy Zorel Gezerd también conocido como el duende.
Si así son los duendes deseo casarme con uno espero haber pensado eso y no haberlo dicho.
— Astereae Brunhilden pero dime Aster.
— Flegt Everard.
— un gustó conocerlos, espero volverlos a ver — se despide de nosotros y desaparece entre las personas
— tienes un poco de baba ahí — me susurra Flegt
— no es gracioso — le doy un golpe en el hombro
— conozco muy bien esa mirada, me viste de la misma manera después de volver del campamento — me guiña un ojo y sigue caminando sin dejarme atrás
Hace tiempo recuerdo que enviaron a Flegt a un campamento durante todo el verano, al regresar había cambiado mucho, su físico había mejorado se miraba atlético, su sonrisa era cautivadora y sus ojos eran los que más destacaban era demasiado para una pobre adolescente de dieciséis años.
¿Dónde están?———————————Farah Everard, 29/02.Me cruzó con algunos amigos de mi padre los cuales me felicitan por la espectacular fiesta que hemos organizado este año, las luces habían empezado y tenía que correr hacia donde estaba Aster o iba a matarme por dejarla sola.— señora McClein ¿ha visto a Aster?— Claro que sí, se fue con tu hermano al bosque — dice con una gran sonrisa volviendo a ver la luces¿fueron al bosque? Y sobretodo la verdadera pregunta era ¿qué hacían juntos?Decido apreciar las luces en espera de mi hermano y mi amiga, las doce de la noche y dejaron de pasar como era costumbre, comi una bolsa entera de gomitas cuando me percato de que todos se despididen y comienzan a irse a sus casas pero yo seguía esperando en aquella banca.El frío de la noche se hacía presente al igual que una inmensa soledad y oscuridad.— hija vamos ¿a quién esperas? — veo a mi padre con una manta en las manos&n
30 - 1—————————— vamos, ya es hora de ver a las brujas.Gi nos dirige entre las personas hasta un pequeño escenario cubierto con una alfombra roja de terciopelo, ahí se encuentra Magnolia quien creo que es la dirigente y a la par suya un chico pálido, con ojeras y de cabello negro como la noche, lo único que resaltaba de su pálido rostro eran sus ojos azules y sus labios con una leve tonalidad de rosa, viste completamente de negro con excepción de de su gabardina que era de terciopelo azul.Su mirada era fría e indescriptible, no se movía de su lugar y notaba aburrido.— ¿quien es el? Su aspecto transmite una desesperada súplica para que alguien lo mate — le susurró a Gi— el hijo de Magnolia ¿atractivo verdad? — dice con diversión— demasiado — dice Flegt con sarcasmo — creo que si seguimos así no vas a querer irte de este lugar — me enseña un poco de uvas y come una— ¿de dónde sacaste uvas? — tomo una
30 - 2—————————— nada de salir, si no es necesario no salgan al patio — Gi comienza a cerrar las cortinas de la sala — voy a hacer comida y bajamos a la biblioteca — pone seguro en la puerta— ¿qué sucede Gi? Parece como si nos fueran a robar.— no es eso, las brujas suelen meter sus narices donde no las llaman y es mejor tener cuidado.— voy a hacer la comida yo en lo que Gi se encarga de poner la protección anti brujas — Flegt se dirije a la cocina mientras nosotras cerramos cada ventana, cortina y puerta de la casa— hice pizza — nos muestra el plato con trozos de pizza dando pequeños saltos de felicidad — a la tuya le agregue piña porque se que es tu favorita.— Flegt cariño, te lo agradezco pero las hadas solo comemos hojas y gotas de lluvia.— puedo ir a traer hojas al jardín hay muchas — se quita el delantal y comienza a caminar — ¿puedo condimentar las hojas?— era una broma — Gi comienza a reír y toma el pedaz
Flegt Everard.— No estoy entendiendo nada ¿alguien puede explicarme? Flegt no mataría ni a una mosca menos podría ser un cazador.— yo les voy a explicar, Gi tiene que preparar las cosas.Zorel nos dirige hasta la sala principal, antes de sentarse toma la botella de vino y comienza a beber, no solamente una copa era toda la botella.— hace mil años o algo así, no me pregunten reprobe historia — susurra la última parte — todos vivían en el mismo Sarter pero cada vez habían más disputas entre nosotros hasta que un día una bruja encontró un niño abandonado y lo adoptó, la acusaron de haberlo robado y sacaron a todas las brujas del pueblo, siguieron con las hadas, elfos, duendes todo aquel que era diferente.— pero no pasó nada muy malo ¿verdad?— eso fue el comienzo, no encontraban un lugar en donde vivir y se desató una guerra en Sarter, muchas hadas y brujas murieron colgadas hasta que decidimos escapar, creamos nuestro propio Sarter escondido en
Boda de brujas————————————— no soy fanático de que exploten mi talento pero el vestido me quedo precioso — Zorel entra a la habitación y deja un gran vestido negro en la cama.No había tardado ni una hora haciendo el vestido y se miraba precioso en la parte de arriba era ajustado con unas cuantas joyas adornando el corsé, unos pequeños tirantes que caen el los hombros y la gran falda negra con talles en el final.— voy a ver si Gi necesita ayuda — Flegt sale de la habitación dejándome con Zorel— gracias por esto — esbozo una sonrisa— por ustedes dos lo que sea — me da un pequeño abrazo y sale de la habitación.Comienzo a recoger mi cabello un poco para que se vea peinado y procedo a ponerme el vestido intento atar las cintas que están atrás pero se me es imposible, no era tan cómodo como pensaba ni tan sencillo.— ¿si? — me acerco a la puerta después de escuchar los golpes y al abrir me encuentro con una de las
Boda de brujas II——————————————El frio recorría mi al igual que la impotencia y frustración por no sentir nada era extraño incluso se llevaba a sentir soledad y tristeza en este lugar si quitas aquella capa de magia que no te deja ver lo que verdaderamente está mal.Oscuridad es todo lo que había, mi cabeza daba vueltas y no sentía la cercanía de de Flegt hasta que escucho el sonido del reloj marcando las doce y logró abrir los ojos nuevamente.— al fin — escucho la voz de Zorel— ¿qué sucedió? — sigo con el vestido negro y a la par mía estaba Flegt inconsciente— era parte de la unión de sangre, tranquila son las tres de la mañana — Gi me da un vaso con agua el cual me acabo de inmediato gracias a la inmensa sed que siento— odio terminar inconscientesiempre — murmura Flegt levantándose — ¿ya terminamos?— ya terminamos, ahora es tiempo de tu sorpresa — Gi se levanta de la silla y esboza una sonrisa
En el olvido———————————— ¿crees qué nos olvidaron ya? — pregunto con incertidumbre— dudo que alguien llegue a olvidarnos — esboza una sonrisaFlegt y yo estamos sobre un árbol que encontramos escondido en el valle, el me cubría con sus brazos, se había convertido en nuestro lugar secreto donde nos escondimos de todo.Simplemente éramos nosotros dos y nadie más, siempre era así y no me molestaba aunque algunas veces no era suficiente para desaparecer el sentimiento de soledad.— la extraño — murmuróComienza a pasar sus dedos por mi cabello y me da un beso en la frente.No era la única que extrañaba a Farah, él también lo hacía pero no quería demostrarlo pero es su hermana, aquella niña que siempre intento proteger aunque eso desatará miles de peleas y discusiones absurdas.Simplemente eran familia y la familia siempre te cuida, esa era la diferencia conmigo, yo no tenía a nadie, estaba sola y eso era
Artes oscuras————————————Tres horas antes— ¡no voy a volver a ser tu conejillo de indias, mejor dile a tu querido novio! — Zorel esta tendido en la alfombra ya que no se puede levantar debido a los mareos.— esposo — corrige Flegt sin quitar la vista del libro que esta leyendo— ¡tú te ofreciste y sabes perfectamente que mi querido novio no puede!— ¡esposo! — vuelve a corregir— ¿qué son esos gritos? — Gi entra al salón con el ceño fruncido y los labios en una línea recta— ¡Aster no sirve para romper las barreras del espacio!— ¡Zorel es un llorón que no soporta marearse un poco!— Yo solo estoy recordando que Aster y yo estamos casados pero a mi querida esposa se le olvida.— Zorel, cariño, toma un poco de jugo de naranja te faltan líquidos y ya no te vas marear, Aster lee bien los hechizos que Agatha te dio y no apresures las cosas y Flegt, tu...— ¿yo?