—Voy a casarme con Javier, es al hombre al que amo —Dije con seguridad, vi los ojos de Dominic, estaba dolido por aquellas palabras que salían de mi boca —¡Ahora llévame a la iglesia!, mi futuro esposo me está esperando.
Él solo se giró y empezó a manejar el auto. A mí también me dolía tomar esa decisión, pero lo hacía por el bien de mi hijo. No quería arriesgarlo a ser parte de la mafia, que siempre estuviera rodeado de peligro.
Ese día en la iglesia, fue la última vez que lo vi. Sé que le había roto el corazón, porque yo también salí del auto con el mío hecho trizas, pero eso era lo mejor para mi hija y hasta el momento no me había arrepentido, ella tuvo una vid
EvaMe encontraba en la universidad y no podía decir que estaba feliz, porque en realidad esto no era lo que quería, este no era mi sueño, en realidad solo quería irme a la academia de policía, pero fue un trato el que conseguí con mis padres, estudiar una carrera corta de tres años y después irme a la academia.—¡Mira ahí viene Dylan! —exclamó Amber. Enseguida miré a los y me crucé en uno de los pasillos —¿Pero qué te pasa Eva?—No quiero hablar con tu hermano, desde aquel beso delante de mi madre no he podido verlo a la cara —aún recordaba ese beso, mi madre estaba con preguntas hacia Dylan y él no estaba ayudando.Así q
DominicTener a esta chica frente a mi me recordaba mucho a Bell. Creí que ella ya no provocaba nada en mi, pero al tenerla cerca otra vez, estremeció mi cuerpo por completo.Bell estaba hermosa, a pesar de los años estaba bellísima, verla otra vez trajo a mi los recuerdos del pasado, aquellas veces que estuvimos juntos, todas las ocasiones que desperté a su lado; todo eso regresó a mi mente.—Dominic Nolan, ese soy yo y tu chiquilla no tienes idea con quién te metes —dije con voz aguda, no soportaba a los ladrones.—¡Señor! Yo no estaba robando, se lo juro —expresó al borde del llanto. Su gesto me conmovía y eso era extraño, porque yo no sentía lástima por nadie, per
BellEstaba agotada y esto apenas empezaba, me faltaban bañar a los niños y cambiarlos, preparar la ropa de Javier, lo bueno era que Eva se había ido con Amber a un salón de belleza, algo que yo no pude hacer.Hoy era la fiesta de mi hija, había hecho una pequeña recepción para celebrar sus memorables dieciocho años. Contraté a una organizadora de eventos, ya que para mí era imposible preparar algo así. El salón estaba cerca de la casa y esa era una gran ventaja.—Javier ¡Por favor!, ve por niños, necesito bañarlos.—Tranquila mi amor, aún nos queda tiempo—A mí no me alcanzarán ese
EvaNo podía creer lo que estaba sucediendo, bailaba con Dylan en el centro de la pista, como se supone que es mi novio, mi madre propuso que fuera mi acompañante.—Estás hermosa Eva —susurró —Gracias Dylan, tú también estás muy guapo —levante mi mirada y me encontré con sus ojos penetrantes. Todo pasó tan rápido, pasó una de sus manos detrás de mi cuello, empujando mi cara, provocando que nuestros labios chocaran, empezó un beso intenso, mi segundo beso, siempre pensé que el primero sería Dylan el de la iniciativa, pero ante la presión de mi madre, tuve que dar lanzarme hacia él, pero ahora es diferente, Dylan me estaba besando, y la verdad que o sus labios me llevaban al cielo. Enrollé mis manos en su cintura y profundicé el beso. Nos separamos por falta del aire, nos quedamos inertes mirándonos de manejar fija, me lancé hacia él y atrapé sus labios, nunca pensemos que esto pasaría tan pronto, pero me alegraba que estuviera sucediendo. Aunque no podía negar que creí que sería dif
Dominic Llevaba a la hija de Bell en mi auto, al parecer algo había salido mal en su fiesta y ella solo quería salir huyendo. Era ya de madrugada y no era seguro para una chica como Eva. La llevé en un recorrido por toda la ciudad, sus ojos brillaban como una chiquilla de cinco años, durante todo el camino, no dijo nada y tampoco quise preguntarle, en más de una ocasión vi como una lágrima se escapaba de uno de sus ojos, pero ella la limpiaba de inmediato. —¿Quieres que te lleve? —cuestioné —No quisiera, pero si no existe otra opción… —Te llevaré a mi casa… eres amiga de mi hijo ¿No es así? —asintió —entonces no se diga nada más. Cambié de dirección y me dirigí para la casa, media hora después llegamos a nuestro destino, estacioné del auto y bajamos —No quisiera molestar. —No es molestia, eres amiga de mi hijo y eres bienvenida —. Entramos a la casa y al primero que encontramos fue a Damián. —¿Eva? ¿Qué haces aquí? —ella no contestó, solo agachó su cabeza —La encontré muy tris
BellIba en el auto de Dominic y me sentía nerviosa, tanto tiempo y era increíble que me sintiera, como cuando era adolescente, nerviosa, con el corazón acelerado y casi sin respiración.«Eres una mujer adulta Bell» me recriminé a mí misma.No hablamos durante el camino, lo cual agradecí. Casi una hora después nos encontrábamos en su casa, le envié un mensaje a Javier que ya había encontrado a Eva y que iba por ella.—¡Bienvenida a mi casa! —expresó Dominic al entrar a su enorme casa. Él siempre había tenido buenos gustos y este lugar no era la excepción.—Solo necesito a mi hija Dominic.
Entré a la casa y me encontré con Javier y Bell en la sala. Los niños estaban en el jardín, y lo suficiente lejos para no escuchar la discusión que se venía. Le envie un mensaje de texto a Kim, de que Eva ya estaba en casa.—¿Tienes idea de lo que has provocado? ¡Hemos estado preocupados por ti! ¿Dónde rayos estabas? —vociferaba Javier, mientras que Eva solo tenía agachado su rostro, escuchando los reclamos de su padre. Fueron horas de angustia sin saber en dónde ella se encontraba, Javier no sabía la verdad, porque de lo contrario, el no tuviera una simple conversación —Te hicimos la fiesta que tanto pedías, y nos pagas de esa manera… ¡Estarás castigada por un mes!: ¡Sin amigos, ni teléfono y mucho menos clases de tiro.<
DominicCaminaba en mi habitación de un lado a otro, en mis pensamientos solo rondaba mi bella pelirroja, sentirla en mis brazos, sus labios, su fragancia, en definitiva era la mujer de mi vida, ese beso solo había ocasionado que me obsesionara más de ella, recuperarla y hacerla mi mujer, pero había tres obstáculos, sus tres hijos, porque el imbécil de su esposo no era rival para mí.No tenía problema en criar a sus hijos pequeños, pero Eva si me traería problemas, ya una chica con mayoría de edad y podía quedar con su padre, solo quería a Bell, pasar noches pasión, así como hace dieciocho años.—¿Qué pasa hombre? —Fede entró a mi habitación —Tienes h